El P.P. es
un partido claramente de derechas, reaccionario y defensor a ultranza del
modelo ultra-liberal, que beneficia con su política a la burguesía capitalista,
sus banqueros y sus terratenientes. El PSOE es un partido dirigido actualmente por una
coalición de socio-liberales y socialdemócratas, que se reclama progresista y
de izquierda, que procura defender a las capas medias y a la clase trabajadora,
con más o menos acierto. En el seno del PP existen sensibilidades políticas muy
conservadoras e incluso franquistas, que presionan y se rebelan para que la
política a aplicar sea todavía más de derechas, porque integró en su seno a
gran parte del espectro ultra, con reminiscencias franquistas y a otros les da
incluso cobijo y tolerancia, como vemos en el siguiente párrafo.
Según
publica “La Opinión de Málaga” (28-9-14)
“La portavoz socialista en el Ayuntamiento
de Málaga, María Gámez, ha asegurado que el PSOE pedirá explicaciones al
alcalde de la capital, Francisco de la Torre, "sobre el alquiler de las
instalaciones del Palacio de Ferias y Congresos (Fycma) para la celebración de
un congreso de un grupo de extrema derecha". A través de un comunicado, ha
reprochado a los responsables municipales que "hayan dado soporte a un
partido político que defiende temas tan lamentables como la expulsión de
emigrantes fuera de nuestro país o la derogación de la ley de violencia de
género", así como "posiciones extremistas". Además, Gámez ha
instado a que se impulse con el consenso de todas las fuerzas políticas
representadas en el Consistorio la elaboración de un protocolo "por el que
el Ayuntamiento evite que las instalaciones municipales sean utilizadas por
organizaciones contrarias a los derechos fundamentales".
En
estas cuestiones se observa cierto tipo de connivencia entre la derecha
gobernante del PP con sus cachorros, mientras el PSOE tiene una base social de
trabajadores, con sensibilidades más a la izquierda, incluso con corrientes
estatutarias como la nuestra, Izquierda Socialista, cuyos afiliados y
militantes se reclaman del socialismo e incluso del marxismo. No nos parece correcto, pues, que se continúe con la campaña de propaganda
de algunos grupúsculos que admiten y pregonan constantemente que ambas fuerzas
políticas son iguales, que todos los gobiernos de ambos partidos hayan sido lo
mismo y que por lo tanto, se les tiene que combatir por los ciudadanos con
idéntica virulencia, con ese eslogan grosero y despectivo de: “ PSOE y PP, la
misma m. es”.
En
cualquier gobierno bajo un estado burgués, siempre debemos buscar y detectar
algunas diferencias o matices, pues unos atropellan la Ley o la modifican a
favor del empresario y otros a favor del trabajador. Entre un gobierno que
ataque y persiga a los trabajadores, recorte los Derechos y Libertades y el
nivel de vida de las masas y otro que legisle a favor de los más débiles, es
conveniente detectar esas diferencias, que a veces en momentos puntuales quedan
difuminadas, pues las izquierdas, aún admitiendo errores, una cierta
pusilanimidad, debilidad, o incluso
abandono del programa social, que se produjo en el último mandato del Gobierno
PSOE, (y que fueron criticados en posteriores Congresos y castigados en las
urnas), tienen en sus programas, proyectos y objetivos, como continuar la lucha por un mundo mejor, que es
tarea de la propia clase trabajadora organizada, para presionar a las direcciones
y a los gobiernos de turno. Es conveniente y necesario para profundizar en la
democracia social, continuar la lucha colectiva en defensa del genuino
socialismo, el mejoramiento del nivel de vida de los trabajadores porque
nuestro objetivo final debe ser la “emancipación de la clase trabajadora” y eso
nos exige buscar la unidad y la mejor organización de las izquierdas y rechazar
los pactos contra natura del PP y PSOE, como plantean algunos miembros del
Partido, a nuestro entender erróneamente, como hemos venido diciendo desde
nuestra corriente crítica Izquierda Socialista.
Es
un grave error dar de lado o no reconocer esas diferencias porque esos matices
existen incluso entre elementos de un mismo colectivo, aunque pertenezcan a un
mismo partido, porque hay muchos
afiliados que se llaman ellos mismos “socialistas”, pero que no llegan siquiera
a socialdemócratas, cuando le preguntas por el programa que defienden.
Igualmente
es preciso tener en cuenta las circunstancias en que los gobernantes llegan al
poder y con qué escaso apoyo y control de las bases cuentan, dado el déficit de
democracia participativa que padece esta sociedad, con la escasa posibilidad
que existe de llevar al interior de los partidos las luchas sociales que van en
aumento y que se están expresando por fuera, o con importantes movimientos a la
izquierda del PSOE, como Podemos e Izquierda Unida, que crecen con fuerza, lo
que expresa un grado de “politización” saludable que cualquier demócrata
debemos ver como positivo, autocriticando nuestras carencias y dejándonos de
meter el dedo en el ojo a nuestros compañeros de la izquierda, para criticar
con “honradez y firmeza”, como decía El Abuelo, a la Derecha, al PP y al modelo capitalista
que defienden, que es la causa de todos los males que padece la clase
trabajadora y la juventud.
Existen
momentos históricos en que la clase trabajadora tiene miedo a luchar, pero hay
también ocasiones en que es la patronal la que entra en pánico cuando la lucha
de clases arrecia, y la recesión se dirige a una “depresión”; entonces el miedo
empieza a cambiar de bando, al entender que el modelo está atrapado y anclado
en esta peligrosa recesión, con tendencia a profundizarse y marchar hacia convulsiones
sociales, levantamientos y huelgas masivas al mismo tiempo las masas están
dispuestas a luchar por disputar la dirección política a la burguesía.
Es
la acción de una de esas dos fuerzas en litigio que se ponen frente a frente,
Patronal y Sindicatos, Derechas e Izquierdas, Ricos y Pobres, “Castas o
plebeyos”, o como quieran llamarlas, las que exigirán a los que se elevan hasta
el Gobierno, que procedan claramente contra la clase “enemiga”; pero existen
momentos históricos en que, no pudiendo seguir una de esas clases en el Gobierno,
por sus errores o fracasos en la gestión de la crisis cíclica del capitalismo,
que en la actualidad es estructural, los
estrategas que intentan llevar a cabo políticas restrictivas y antisociales,
tienen que ser reemplazados por otros gobernantes, porque las luchas sociales
se hacen irresistibles.
El
Gobierno PP está en una profunda crisis. Han tenido que reemplazar a un Ministros como Gallardón, dimitido y quemado, y
ahora Wert, que está toralmente calcinado, que como encargados de los
departamentos de Justicia o Educación, acaban absolutamente desprestigiados y
abucheados por el pueblo, tachados de “groseros, autoritarios, inútiles,
dañinos o crueles”, como reflejan las pancartas y son vistos por las masas en
protestas, huelgas y manifestaciones permanentes y desde la comunidad
educativa, se plantea una huelga de 72
horas del 21 al 23 Octubre, contra la LOMCE.
Eso
da a entender que cualquier gobierno que se dedique a perseguir, recortas y
atacar constantemente los derechos y niveles de vida de la clase trabajadora,
arrebatándoles el futuro a la juventud, legislando arbitraria y
reaccionariamente, dificultando o destruyendo el incipiente Estado de Bienestar
que nos prometían iban a construir, tendrán sus días contados, más temprano que
tarde, porque los votantes les abandonarán y les pasarán factura.
Un
gobierno como el del PP, que la juventud y la clase trabajadora rechazan con
fuerza en las calles y plazas, e incluso sus votantes se movilizan para pedir
que no se les vote más, es porque cada
vez más gente se ha dado cuenta que se ha puesto claramente al servicio de la
Troika, de la Banca y del imperialismo, apoyando una vez más la carrera de
armamento y la guerra con recursos económicos y materiales, cuando dicen que no
hay dinero, a la vez que prepara un
nuevo plan de recortes para satisfacer las exigencias de banqueros y
empresarios corruptos. El desprestigio
del Gobierno sigue creciendo y ellos reconocen que están cavando su propia fosa
y que en las próximas confrontaciones electorales serán enviados por los votos
de los ciudadanos al basurero de la historia. En definitiva, el miedo está cambiando de
bando.
ÁREA
DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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