8 de noviembre de 2013

DEFENDER UN PROGRAMA SOCIALISTA QUE ACABE CON LA DICTADURA DE LOS MERCADOS.

Hoy da comienzo la esperada Conferencia del P.S.O.E.  donde nuestros delegados van a tener la oportunidad de hacer girar a la izquierda el futuro proyecto que el partido pondrá a disposición de la ciudadanía, para luchar por un nuevo programa socialista que sirva a la clase trabajadora para resolver las cuestiones sociales y esté encaminado a beneficiar a los más desfavorecidos y no al servicio de banqueros y especuladores como hace el Gobierno de la derecha del Partido Popular. 

El Gobierno del PP está manejando la economía tomando medidas ultra-liberales y negociando con la Troika con el único objetivo de garantizar que los banqueros, los capitalistas y grandes especuladores sigan obteniendo beneficios y los ricos continúen aumentando sus fortunas, que la evaden a paraísos fiscales. Robar a los pobres para dárselo a los ricos, ese es el lema supremo de la acción de gobierno del PP.

En el Estado, el paro ha sobrepasado ya los 6.200.000 parados con más del 27 % de índice de desempleados. Alrededor de 13 millones de ciudadanos se encuentran por debajo del umbral de pobreza. Cerca de 400 familias han sufrido diariamente el desahucio de sus viviendas, y el PP continúa sin hacer caso a la Directiva de Europa que denuncia como ilegal la Ley obsoleta que están aplicando los banqueros.

El nivel de vida y los salarios en 2012 han sufrido el mayor retroceso desde los tiempos de la dictadura, por la aplicación de la Contra-Reforma laboral llevada a cabo por el PP, que ha instaurado una verdadera política de terror en las empresas, que equivale a una férrea dictadura de la Patronal que aplica el despido libre y casi gratuito. La Educación pública está siendo desmontada, así como la Sanidad y los Servicios Sociales y las pensiones, que la derecha del PP está dispuesta a privatizar llevando a la sociedad a tiempos del franquismo donde no existían derechos básicos ni libertades políticas  ni sindicales.

Nuestra corriente viene reclamando que existe una alternativa a la podredumbre y degeneración que ofrece el capitalismo. Esa alternativa tiene que pasar por una serie de planes que representen una salida por la izquierda a la situación actual, donde se contemplen en primer lugar los intereses de la mayoría que es la clase trabajadora y las capas medias y no la banca,  los monopolios especuladores y los grandes latifundios.

Es preciso poner a debate la necesidad de luchar por un sector financiero nacionalizado y democrático, para crear una Banca Pública Estatal, que bajo el control democrático de los trabajadores, que somos la mayoría aplastante de la sociedad, ponga en marcha un programa auténticamente socialista, que fomente la producción,  introduciendo la planificación científica de los recursos productivos de forma racional y orientada a satisfacer las necesidades sociales y no a salvar los intereses económicos de una minoría privilegiada de banqueros y especuladores que han estafado al pueblo.

Es posible defender los intereses de la mayoría oprimida de la sociedad, pero para ello es necesario en primer lugar rechazar los Pactos con la Derecha, o la trampa de un Gobierno de Concentración Nacional, que sería atarnos al carro de la política de la derecha y sancionar sus medidas contra  los trabajadores. De lo que se trata es de  reorganizar, unir y fortalecer el movimiento obrero, tanto sindical como políticamente para defender una auténtica política socialista.

La mayoría de los partidos de izquierdas que existen en la actualidad, se declaran partidarios de construir un nuevo modelo de sociedad, donde se contempla la República, el Laicismo y el Socialismo;  varias de esas fuerzas  fueron en sus inicios marxistas y revolucionarias, pero esas organizaciones no viven en el vacío y han ido cediendo ante las presiones que el sistema capitalista ejerce sobre la sociedad, teniendo efectos graves sobre todo en sus direcciones que están siempre a la derecha de sus bases. En la mayoría de los casos, los dirigentes de izquierda sindical y política han aplazado la voluntad de luchar por el socialismo. No quieren admitir que la política de pactos que ampara las contrarreformas sociales es un suicidio político y debilita la cusa de los trabajadores. Y esto vale para nuestro partido, el PSOE, en el que se ha producido una adaptación al capitalismo considerándolo como lo único posible, con todo lo que ello implica de desmovilización y justificación de políticas que van en contra de nuestra base social y de nuestros objetivos históricos.

También hemos visto cómo las cúpulas dirigentes sindicales, excepto cuando sienten una presión fuerte desde las bases, han tomado el camino de la menor resistencia aceptando los ajustes que patronal y gobierno de turno plantean como “lógicos y necesarios”, para mantener los beneficios del gran capital, creando un rechazo desde las masas que les hace estar cada vez más desprestigiados a ojos de muchos trabajadores.

La lucha entre las clases que han querido soslayar y aplazar muchos teóricos de la socialdemocracia, no ha sido eliminada. Al contrario, son inevitables fuertes convulsiones sociales en el futuro. En esos momentos turbulentos, veremos cómo nuevas capas de trabajadores y de la juventud despertarán a la actividad sindical y política. Buscarán con ahínco las ideas y los programas con los que dar un sentido y una perspectiva a la lucha.

Siempre hemos repetido que los sindicatos y los partidos de la clase trabajadora no son propiedad de sus dirigentes, sino que pertenecen y se deben a la clase, por lo que los trabajadores y la juventud intentarán recuperar estos instrumentos para lo que realmente fueron creados: para luchar contra la explotación capitalista y por una sociedad mejor. En esta batalla, las ideas del verdadero socialismo serán apoyados por cada vez un mayor número de trabajadores en lucha y tendrán la posibilidad de jugar un papel determinante en el movimiento obrero y sus organizaciones.

Como trabajadores, como luchadores por un mundo mejor, la defensa de las ideas del verdadero socialismo, lógicamente, implican tareas prácticas, nos obligan a participar como venimos haciendo en el movimiento real, en las luchas y en el debate allí donde se produzca. Y esa lucha hay que llevarla adelante constantemente. Algunos miembros de nuestra corriente Izquierda Socialista tenemos una larga historia de más de treinta años construyendo un ala izquierda en el PSOE que conecte con el movimiento obrero del Estado español. Ahora, la necesidad acucia y es urgente continuar en esta línea que más tesón aún.

Como militantes de la Corriente Izquierda Socialista-PSOE hemos venido desarrollando pacientemente nuestra actividad en diferentes frentes de lucha de clases: tanto en el terreno sindical, como político, desarrollando debates sobre la situación económica, política y social, sobre la problemática de la mujer y la juventud, defendiendo el ecologismo y el medio ambiente, manteniendo un debate ideológico, con una abrumadora desigualdad de condiciones contra los defensores del sistema, criticando científicamente las ideas de la clase dominante que calaban bastante entre la juventud y la clase obrera apartándola de la lucha por el socialismo. Hemos mantenido firmes la bandera del socialismo auténtico, democrático y libre,  el socialismo marxista que defendían  Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y de la UGT, pero adaptados a la actualidad,  frente al marasmo, la confusión y las calumnias con las que nos atacaban e intentaban desprestigiarnos la burguesía y sus defensores.

Los militantes de nuestra corriente somos trabajadores asalariados, por lo que también colaboramos en la lucha sindical y luchamos por un cambio drástico en la política de pactos sociales que han venido practicando nuestros dirigentes de UGT y CCOO. Nuestra corriente ha venido combatiendo y condenando la corrupción, se dé ésta en la derecha o en la izquierda, actuando como lo hacemos como corriente crítica en los organismos donde tenemos representación,  y presentando alternativas, escritos y mociones como puede leerse en los informes  y artículos presentados permanentemente y hechos públicos en nuestro blog.  

Nosotros defendemos, al igual que en el plano político, la unidad en la acción entre los sindicatos, para avanzar en lo que consideramos necesario, como es un sindicalismo de clase, combativo y democrático, que se base en el método de la democracia obrera, en la unificación de los conflictos sociales, en la práctica activa de la solidaridad entre la clase y en la necesidad de caminar hacia la unidad para vincular las demandas y reivindicaciones, tanto salariales, de jornada, de estabilidad en el empleo y demás puntos de la acción sindical, con el objetivo de la lucha política por el socialismo. Rechazamos el “sindicalismo apolítico” porque siempre es amarillo y favorece a la Patronal que es el brazo económico del PP y éste es el brazo político del capitalismo.

Como corriente de izquierda, como Izquierda Socialista-PSOE, hemos demostrado que podemos hacer las cosas de forma diferente a como la han venido haciendo los compañeros de la dirección de los partidos y sindicatos del “reformismo sin reformas”  después de años difíciles, sin apenas recursos, en un período de enorme confusión ideológica, con las condiciones tan adversas bajo la implacable ofensiva ideológica tan enorme por parte de la burguesía y sus defensores los imperialistas. Cuando dijimos NO a la OTAN; cuando fuimos a la Huelga General del 14-D; cuando apoyamos y fuimos a la Huelga General del 29 de Septiembre, la del 14-M,  en defensa de la clase trabajadora, cuando en esta lucha contra los planes de jubilación a los 67 años, hemos venido apoyando siempre a nuestra clase, movilizándonos en unidad de acción con nuestros sindicatos y la clase trabajadora en su conjunto. Cuando hemos batallado democráticamente y participando en los debates, en el interior del partido, ofreciendo alternativas programáticas y pidiendo un giro a la izquierda, hemos tenido en cuenta siempre que  la lucha de clases y el despertar político de amplios sectores de la juventud y de la clase trabajadora sería inevitable.

POR UN PROGRAMA SOCIALISTA ALTERNATIVO  QUE ACABE CON LA DICTADURA DE LOS MERCADOS.

Nuestro partido, el  Partido Socialista Obrero Español tiene que realizar un cambio de rumbo programático, un verdadero giro hacia la izquierda,  para ofrecer una salida a la clase trabajadora, que sea asumida como propia y que restablezca el apoyo y la confianza de la mayoría de la sociedad.

Para ello defendemos las siguientes medidas:

A) Nacionalizar el sistema financiero bajo el control democrático de los trabajadores y sus organizaciones.

Es urgente cambiar la política económica y  monetaria practicada hasta ahora. No es posible salir de la crisis utilizando los mismos mecanismos liberales que han llevado al colapso a la economía, por lo que la única política correcta sería utilizar todos los recursos financieros disponibles para la creación de un “BANCO PÚBLICO ESTATAL ÚNICO”, (con la unificación de las Cajas de Ahorros), es decir nacionalizar el sistema financiero bajo control democrático de los trabajadores y sus organizaciones, y poner la economía al servicio de la producción y ésta al servicio de los seres humanos.

Es completamente inviable para cualquier gobierno intentar  convencer a la Banca Privada de que conceda créditos, cuando el sistema está completamente colapsado, porque a los jefes y amos de la banca privada sólo les interesa obtener gratis los fondos del Estado para mantener sus insultantes beneficios.
Consideramos que es urgente en cuanto que el PSOE vuelva a conquistar el Gobierno, que se decrete la expropiación de los bancos privados, con indemnización solo en caso de necesidad comprobada,  con el objetivo de concentrar todo el crédito en manos del Estado, para gestionarlos democráticamente entre el Gobierno, los sindicatos de clase, los propios empleados de la Banca, y el conjunto de las organizaciones obreras, como la mejor forma de democratizar los recursos financieros, evitar la corrupción y la especulación y exigir el desmantelamiento de los paraísos fiscales.

Esta política no significa, ni mucho menos, la expropiación de los pequeños ahorradores y depositarios, sino todo lo  contrario, pues una vez nacionalizado y democratizado esos recursos dinerarios, tendrán la garantía del Estado. De esa forma, una Banca Pública Estatal, al servicio de la producción y gestionada democráticamente, puede establecer condiciones más favorables para otorgar apoyos a los pequeños y medianos empresarios, a los agricultores, a los pequeños comerciantes, a los pensionistas, a los ahorradores, a la vez que se permitiría la inversión en los gastos sociales, vivienda, sanidad, educación e infraestructuras públicas tan necesarias dando empleo a millones de jóvenes y trabajadores.

De hecho, la nacionalización en la práctica de la banca se está llevando a cabo de una u otra manera por gobiernos de todo signo político, pero por desgracia, se está llevando a cabo poniendo los recursos públicos al servicio de la burguesía y salvando los intereses del capital privado. La consigna, nacionalizar las perdidas, privatizar las ganancias, es el programa del gran capital. De ahí se desprende este ataque sin precedentes a los gastos sociales y las conquistas históricas del movimiento obrero.

B) Por una vivienda digna y accesible a toda la población.

Poner en marcha un plan de construcción de un millón de viviendas sociales; municipalización del suelo urbano para liberar suelo barato. Nacionalización de las grandes empresas constructoras, fuertemente endeudadas, para gestionarlas democráticamente bajo control obrero. La Vivienda es un Derecho de la ciudadanía, no un negocio de especuladores y corruptos. Impuestos progresivos a los especuladores que poseen gran cantidad de viviendas vacías, para forzar a sacar estas viviendas en alquiler y evitar que la vivienda sea un medio de especulación.

El Gobierno debe desconocer el valor actual de las deudas hipotecarias de las familias obreras, que están ligadas al valor artificial del suelo originado en el boom inmobiliario, que se derrumbó.  Paralización inmediata de los embargos por hipotecas de viviendas y bienes de las familias trabajadoras.  Ninguna familia obrera debe pagar más del 10% de su Salario Familiar en vivienda. Plan de alquiler estatal con ofertas habitacionales que no sobrepasen el 10% del Salario familiar.

El Estado procederá a la expropiación de todos los inmuebles y viviendas abandonados, o no ocupados durante un año, o que estén fuera de uso, para que puedan alojarse las familias sin viviendas y sin recursos, o/y para que puedan ser usadas socialmente como centros culturales y de ocio. La entrega y el uso de cada inmueble deberá estar controlado por la Asambleas de peticionarios correspondientes de cada zona, con representación de Asociaciones Vecinales, Sindicatos de clase y Vecinos que tengan solicitada vivienda social.

C) En defensa de la enseñanza pública.

Retirada inmediata de la LOMCE. En defensa de una red de enseñanza pública de calidad, gratuita, laica y científica.  Incorporación de los centros concertados a la Educación Pública. Ninguna subvención estatal a la enseñanza privada. Incremento del presupuesto educativo hasta el 7 % del PIB. Por una universidad pública y gratuita para los hijos de los familias trabajadoras.

D) En defensa de la sanidad pública: No a la privatización, no al copago.
Incremento de un 20 % de los presupuestos de la Sanidad Pública, con el objetivo a corto plazo de eliminar las listas de espera y mejorar la atención sanitaria global. Plan de inversiones en Hospitales y medios sanitarios. No a la privatización de la sanidad pública, al recorte presupuestario y el despido de trabajadores del sector. No al copago. Desarrollo real de la Ley de Dependencia e incremento de los puestos de trabajo del personal dedicado a la salud pública para atender dignamente a todos los enfermos.

E) Luchar contra la especulación y la corrupción.

Que no se cubran las pérdidas de las empresas privadas con dinero público. Nacionalización sin indemnización de todos los especuladores que ahora declaran pérdidas y presentan Expedientes de Regulación de Empleo, poniendo en peligro miles de empleos entregando esas empresas en manos de los trabajadores con apoyo financiero y técnico por parte del Estado. Fuerte impuesto progresivo a las grandes fortunas. Lucha contra el fraude fiscal: expropiación de los grandes capitales que defrauden a Hacienda. Los representantes del Partido en las Instituciones no deberán cobrar más de la media del sueldo de un trabajador cualificado.

F) Un plan de choque de inversiones públicas.

Contra la huelga de capitales y la caída brusca de las inversiones privadas y dado que los capitalistas españoles no invierten, se procederá a incrementar la inversión por parte del Estado. Plan de construcción de viviendas públicas, hospitales, centros de estudio y universidades, para dar empleo a los millones de parados existentes y satisfacer las necesidades sociales.  Inversión en I+D+i. Introducción de la robótica y las nuevas tecnologías para garantizar los puestos de trabajo en cada empresa que lo requiera, bajo una planificación racional de los recursos y bajo control democrático de la gestión por los trabajadores.
Cuando el empresario presente un ERE o el expediente para cierre, se le exigirá que se abran los Libros de Contabilidad de la empresa o grupo de empresa al que pertenezca. Se ejercerá el control social para evitar el vaciamiento de los recursos financieros y demás bienes de la empresa y se fiscalizará el funcionamiento correcto evitando los fraudes, robos y boicoteo a la producción y la empresa será puesta  bajo control estatal para garantizar los puestos de trabajo.

G) En defensa del empleo y contra el paro.

Jornada laboral de 35 horas semanales sin reducción salarial con el objetivo de repartir el trabajo como un bien escaso.

Para dar paso a la juventud y combatir el desempleo juvenil, jubilación a los 60 años, con contratos de relevo y fomento del contrato de aprendizaje.

Contra la eventualidad y la precariedad, fijo a los 15 días en puestos fijos y contratos de fijos discontinuos en puestos eventuales.

Lucha firme contra la discriminación de la mujer, exigiendo el cumplimiento por Ley de "a igual salario, igual trabajo", sin excepción con fuertes sanciones para los patronos que infrinjan esa legislación.

Plenos derechos laborales iguales como ciudadanos, tanto para los inmigrantes como los nativos, por lo que es necesario derogar la actual Ley de Extranjería, introduciendo también cambios que favorezcan el asilo político.

Nacionalización de las empresas en crisis para defender todos los puestos de trabajo.

Como apoyo social de urgencia, el  Estado entregará de forma obligatoria a todo trabajador en paro que no perciba prestación económica alguna,  ayudas de emergencia en alimentos, ropas y bonos de transporte indispensables para tener una vida digna, comprometiéndose el trabajador a  prestar servicios sociales a través del Municipio al que sea asignado provisionalmente mientras no se le oferte otra alternativa laboral.

El trabajo social prestado será proporcional al valor de la ayuda recibida y se ejercerá un control público mediante la Asamblea de barrio o zona, en colaboración con las Asociaciones Vecinales y los sindicatos y Comités de Parados, que deberán realizar un censo para saber exactamente las familias o personas que necesiten dichos servicios sociales básicos, que deberán ser solicitados mediante votación  positiva de la Asamblea a la que estén inscrito, con el objetivo de erradicar de inmediato los casos de pobreza extrema y solamente estarán exentos de prestar ese trabajo social sustitutorio los niños, los ancianos y los impedidos por enfermedad, mediante baja médica u hospitalaria.

Es  prioritario  la legalización inmediata de todos los trabajadores  que son explotados en la economía sumergida con el mero requisito de proceder al alta de oficio a toda persona que esté prestando servicios y no se encuentre en nómina, pasando a contrato fijo de plantilla, con el único requerimiento de comunicar el alta al sindicato, a la patronal  y a la inspección de trabajo por parte del trabajador afectado. 

H) Por los derechos sociales y el fomento de la actividad productiva.

Mantenimiento de los servicios de empleo dentro del Estado. No a las ETTs. Por un puesto de trabajo o subsidio de desempleo indefinido igual a un Salario Mínimo Interprofesional de 1.100 euros al mes a partir de los 16 años y salario máximo de altos cargos públicos y privados que no superen cuatro veces el salario mínimo, regulados a través del IRPF a través de una reforma impositiva progresiva y justa.

Subida automática de los salarios igual a la subida de coste de la vida con la introducción de la escala móvil precios-salarios, con subidas y revisiones cada 3 meses bajo control de comités sindicales, asociaciones de consumidores y gobierno para evitar la inflación descontrolada.

Poner la economía al servicio del ser humano y no del lucro de una minoría, para lo cual es preciso decretar la nacionalización de la banca y  los monopolios, indemnizando a los pequeños accionistas necesitados y poniendo estos recursos productivos bajo control democrático de los trabajadores para impulsar la economía productiva. Con estas palancas económicas fundamentales en poder de la sociedad, pueda llevarse a cabo un verdadero plan que incremente la producción, cuya capacidad productiva instalada está estrangulada en los momentos actuales en torno al 68 %.

Con el objetivo de solucionar las necesidades  de las familias de los jornaleros, campesinos pobres y clase trabajadora en general  y fomentar la creación de puestos de trabajo, el Estado expropiará, con indemnización en casos de necesidad comprobada, los latifundios de más de 200 Ha, para realizar una explotación en régimen cooperativo, con apoyo técnico y financiero estatal que permitan reformar y modernizar las estructuras agrarias, encaminadas a la industrialización y distribución social. 


Para luchar con firmeza contra el paro forzoso y cierre de empresas, se decretará la expropiación sin indemnización por el Estado de todas las fábricas y empresas cerradas por sus dueños o que estén con  expedientes y litigios de despidos que tengan  reivindicaciones en marcha por parte de los trabajadores, para que sean puestas en funcionamiento bajo control democrático de sus propias plantillas, para lo cual, el Estado deberá garantizar el salario fijado en convenio y prestarle ayuda,  apoyo técnico,  financiero y plantear una democracia real bajo control obrero. (...)

(...) Para ganar a la mayoría de la clase obrera para este programa, un auténtico programa socialista, las organizaciones en su conjunto, tanto sindicales y la izquierda en general deberían unificar sus luchas y reivindicaciones, como insistentemente están demandando miles de activistas obreros, juveniles, de  consumidores y vecinales, que vienen tomando las calles y plazas cada vez con más insistencia.  En primer lugar, es preciso hacer un esfuerzo por caminar hacia la unidad del movimiento de los trabajadores por la defensa de un programa de acción común, con plena libertad de cada organización y colectivo para defender sus planteamientos y propuestas, y que las decisiones se tomen democráticamente en asambleas generales de cada pueblo, distrito o comarca. En segundo lugar, los activistas de izquierda deberían desarrollar un trabajo sistemático, de concienciación y encuadramiento, para difundir este programa en el seno de las organizaciones sindicales y en defensa de una acción sindical de clase, combativa y democrática.

Mientras que tengamos el derecho de opinar y quejarnos pero sean otros, como los grandes empresarios y banqueros nacionales y extranjeros, los que decidan en contra de nuestros intereses, jamás habrá auténtica democracia ni podremos avanzar hacia la superación del capitalismo:   soportaremos esta  “fachada” de democracia que no es otra cosa que “la dictadura del gran capital”. Necesitamos una democracia auténtica, una “democracia obrera”, “una democracia socialista”, una “Democracia Real Ya”,   basada no en funcionarios y burócratas corruptos sino en el control y la gestión directa de la población de todos los aspectos de la economía, la cultura y la sociedad; una democracia de los trabajadores basada en la participación y el control de la población por medio de Comités y asambleas en los centros de trabajo y en los barrios, coordinados en el ámbito local, provincial y nacional, donde cualquier representante o funcionario sea elegido y revocado en cualquier momento por la población y que, en ningún caso, perciban un salario superior al salario medio de un obrero cualificado; donde las tareas de administración y gestión no estén confiadas exclusivamente a “especialistas” separados del pueblo sino que sean ejercidas por el conjunto de la población.

El Socialismo es internacional o no es nada, por lo que es preciso compartir y extender estos métodos de lucha a los países hermanos de Europa, de Latinoamérica y resto del mundo. Los socialistas marxistas defendemos el internacionalismo no como una buena idea sino como una necesidad para defendernos de la crisis de capitalismo. Frente a la U. E.  del gran capital, abogamos por los Estados Unidos Socialistas de Europa como primer paso para una Confederación Socialista Mundial, que en un plano de igualdad, colaboración y apoyo mutuo entre todos los pueblos del planeta, supere la actual pesadilla a la que nos enfrentamos.

Con la participación activa y democrática de la mayoría de la población en lucha por estos objetivos, estaríamos en condiciones de avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática, donde, liberados de la lucha cotidiana por la supervivencia y con los medios de producción bajo control de la mayoría de la sociedad, los trabajadores y nuestras familias podríamos participar conscientemente en todas las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales de una sociedad basada en la ética, poniendo al ser humano en el fundamento de la economía, y ésta al servicio de la humanidad. Consideramos que sí existe una alternativa, así como los medios para utilizar toda la creatividad maravillosa de la que es capaz el género humano y esa alternativa se llama Socialismo.(...)

NOTA: 
Extracto del documento presentado a la Conferencia por Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía. 

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