Este
fin de semana se ha celebrado en Madrid la esperada Conferencia del PSOE,
aplazada durante meses, en las que ha habido una amplia participación de miles
de afiliados y militantes. Nos permitimos hacer unas reflexiones sobre el
debate, en el que, con algunos matices
progresistas y atisbos de reformas positivas, en el fondo observamos que la
línea política se ha quedado al borde de la socialdemocracia pero ni siquiera
han profundizado lo suficiente. Desde nuestra corriente I.S. habiamos apostado por la necesidad de girar a la izquierda para luchar por el socialismo pero han quedado muchas dudas: ¿ Ha sido un giro a la izquierda, a la derecha o todo lo contrario?
Agradecemos
a todos los participantes la labor realizada y el trabajo llevado a cabo (consideramos
que con la sana intención de mejorar el proyecto socialista), pero ha faltado
algo más de sintonía con los trabajadores para concretar mejor las líneas políticas y
las alternativas, baste con dar unas pinceladas sobre lo ocurrido en la
clausura, cuando se mencionó el posicionamiento del partido sobre la República,
que fue interrumpido y aplaudido con entusiasmo por los asistentes, pero luego,
a renglón seguido, se plantea un apoyo a la Corona, lo cual es una
contradicción o ambigüedad intolerables, aunque el sector más de derechas
respiró más tranquilo. Uno de esos representantes destacados, Pepe Bono,
desautoriza a las bases al declarar entre otras lindezas, que “prefiere entenderse con el PP que con
Cayo Lara” desmarcándose de lo que él entiende que es un “giro a la izquierda”.
También otras posiciones aprobadas es necesario que se clarifiquen y concreten
en los próximos debates congresuales, como la Laicidad, el Federalismo, las primarias,
las listas abiertas, un profundo análisis
de clase, con autocritica y rectificación para producir la catarsis que los
votantes esperan, la defensa de lo
Público, la incompatibilidad de cargos, la lucha contra la corrupción, la Reforma Fiscal, etc… que han quedado esbozadas
con poca claridad en esa ambigüedad calculada. Invitamos a todas y todos los ciudadanos a que
lean, los que así lo deseen, las resoluciones aprobadas e incluso las
enmiendas de izquierdas que han quedado por el camino, que la podrán encontrar en las páginas web del
partido y en las de la corriente de opinión Izquierda Socialista.
Como
hemos venido diciendo, cuando los dirigentes de la izquierda aceptan el
capitalismo como el único modelo posible, se quedan sin poder ofrecer una
alternativa realmente de clase, auténticamente socialista. También ha venido
ocurriendo eso en los aspectos sindicales, en las mesas de negociaciones los
empresarios y la burguesía en su conjunto no encuentran contrapartidas claras a
su discurso en bases al reformismo, porque el capitalismo ya no admite reformas,
solo quieren contra-reformas que debilitan las condiciones de vida de las masas
trabajadoras. Se llega a la falsa
concepción de que únicamente es posible mantener derechos sociales y crear
empleo si antes el empresario tiene beneficios y esa lógica terrible del
capitalismo, si la izquierda la asume, fracasaremos cada vez más.
En
los últimos años se ha llegado tan lejos que esas promesas empresariales de que
estamos saliendo de la crisis, que las mejoras ni se mencionan, cundiendo un
pesimismo y una apatía terrible entre los ciudadanos que vemos cómo este modelo
capitalista, corrupto y degenerado camina hacia la catástrofe social. Se
firman año tras año pactos por nuestros dirigentes para bajar los salarios,
aumentar los horarios con jornadas prolongadas hasta la extenuación, con
salarios miserables por debajo del salario mínimo de los 641 euros. Estos son hechos cotidianos lo que demuestra
que con la tradición política reformista no vamos a ninguna parte para poder
solucionar las cuestiones sociales y que esas posiciones entreguistas en la
época actual, nos lleva a la catástrofe, porque no es posible un reformismo sin
reformas, ni en el campo sindical y mucho menos en el político.
Algunas
escuelas de economistas presagian un largo proceso de estancamiento económico o
incluso no descartan una nueva depresión económica, que obligará a las
empresas, por una recaída en sus tasas de beneficios, a profundizar en los
ataques a las condiciones de vida y de trabajo de las masas laboriosas.
Asistimos a un incremento del paro forzoso que se convierte en estructural
siendo el más grave de la historia, con lo cual, la conflictividad social es
inevitable que se vea acelerada, con
giros bruscos a la izquierda en grandes oleadas por el movimiento obrero, que
pasará de la defensiva actual a una ofensiva muy fuerte, de acuerdo con las
leyes sociales, políticas y económicas de la dialéctica histórica, porque cada
acción tendrá su reacción de signo contrario y viceversa.
Aunque
el Gobierno del PP y la CEOE han hecho todo lo posible por difuminar los
ataques y hacernos aceptar los recortes mediantes potentes campañas de
persuasión, no han podido evitar la brusca caída de la economía y el alza del
paro que están teniendo consecuencias perversas. Los niveles de vida han caído
abruptamente y aunque por ahora el movimiento obrero, por falta de una potente
dirección que los dirija con “honradez y firmeza” parece que asume la lógica
del capital, más temprano o más tarde los constantes ataques harán que se
espolee sus conciencias cuando a las masas no les quede otra alternativa que la
lucha porque no puedan apretarse más el cinturón, lo que provocará un
endurecimiento de las luchas con convulsiones y agitaciones inevitables.
Toda
esta situación, con sus alzas y sus bajas en las luchas, está provocando un
cambio molecular en la psicología del
movimiento obrero, que indudablemente va
a espolear un incremento explosivo la
lucha en el terreno sindical, pasando de la apatía y de la dejadez a la
actividad sindical e incluso política, cuestionándose grandemente las
direcciones actuales que están con las tácticas y estrategias desfasadas del
anterior periodo. Los dirigentes sindicales, si no actúan con inteligencia y
cambian inmediatamente el chip,
se verán en un compromiso, obligándoles la situación a girar a la
izquierda, o serán sobrepasados por los acontecimientos y barridos por la
fuerza de la lucha de masas. Algo
parecido ocurrirá en los partidos de izquierdas y si en un momento dado no
sirven las direcciones actuales para
satisfacer las necesidades reivindicativas que exigirán los trabajadores, serán
sustituidas por otras más a la izquierda. Se podría dar el caso de indisciplina
sindical, con el fortalecimiento de las incipientes corrientes críticas que
están surgiendo cada vez con más fuerza en el seno de los sindicatos y partidos
obreros.
Las
condiciones objetivas están madurando para estos procesos de forma agigantada.
Estamos en los inicios de los procesos de luchas entre las clases, por mantener
las actuales condiciones de vida, que la recesión capitalista nos está
arrebatando. Las tareas de los socialistas pasan por defender la necesidad de
una fuerte ala izquierda en el seno del PSOE, para profundizar las conquistas
sociales y combatir a la burguesía cuyo principal brazo político es el PP, con
la santa alianza de los poderes fácticos.
Nuestra tarea también pasa por continuar
organizándonos cada vez mejor, buscando confluencias con los demás partidos y
sindicatos de izquierdas, haciendo un llamamiento a los trabajadores para que
se movilicen en la lucha por el socialismo, para fortalecer nuestras
organizaciones, en aspectos sindicales, políticos, y de otra índole, tanto en
el aspecto cuantitativo como sobre todo en el aspecto cualitativo. Los
trabajadores más que nunca necesitamos saber con exactitud qué está ocurriendo.
Las viejas ideas que nos decían acerca de que dentro del capitalismo se iban a
resolver nuestros problemas fracasaron: las nuevas generaciones están más explotadas
que nunca, más endeudadas que nunca y con un futuro desolador ante sí.
Por
tanto, desde IS-PSOE de Málaga, creemos que hay que continuar el debate en las
viejas y sanas ideas socialistas que dieron lugar a la conformación del PSOE:
las ideas del materialismo dialéctico, esto es, las del marxismo, que es la
expresión más acabada de la conciencia de nuestra clase y que están siendo
reclamadas en todos los continentes.
Todo esto da la razón a nuestra corriente,
que contra viento y marea, luchando en contra de todos los que nos decían que
se habían superado las crisis y que el socialismo ya no era necesario, hemos
venido manteniendo la necesidad de volver a los clásicos para rearmar
ideológicamente al partido, dotándonos de un mayor contenido socialista,
exigiendo más democracia, más participación y más acción tanto en el seno del
partido como en la sociedad. Por ello
hemos venido luchando y lo hemos demostrado en esta Conferencia, aunque por
nuestra debilidad numérica, que no ideológica, nos hemos quedado de nuevo en
minoría, ganando la Conferencia claramente los sectores socio-liberales y
socialdemócratas, aunque hemos dado la batalla hasta donde hemos podido.
Pero
aquí no queda la cosa. Esperaremos al próximo Congreso y continuaremos
aportando propuestas porque en momentos tan cruciales a los que nos
enfrentamos, el partido tendrá que optar. Y como decía Pablo Iglesias, “o
con los unos o con los otros”: o bien cede a las presiones de la burguesía
e intenta un pacto de Concentración Nacional después de las próximas elecciones
(donde nadie sacará mayorías absolutas), pactando con la derecha del PP, o de
CiU-PNV, y aplica una política de recortes sociales, lo cual sería muy peligroso porque representa seguir quitando dinero del bolsillo
de los trabajadores para restaurar la tasa de ganancias del capital y dar una
salida capitalista; o bien, basándose en la fuerza de la mayoría que es la
clase trabajadora, plantear una alianza de un Frente de Izquierdas, encabezando
una coalición con I.U. y los sindicatos, así como con otras fuerzas que quieran
participar en la defensa clara de un programa auténticamente socialista que
beneficie a la clase a la que el partido se debe, a los trabajadores y a las
capas más desfavorecidas de la sociedad. Nuestra posición, como corriente
Izquierda Socialista, siempre ha sido
clara, que la “crisis la paguen los capitalistas”.
La
clase obrera con sus movilizaciones y luchas entrará en un período de agitación
y efervescencia similar al de los años
70 pero a un nivel superior, con más experiencias, más fortaleza, más libertad
y más organización. El movimiento en la
lucha de clases está resurgiendo con una
fuerza colosal, ahí tenemos la lucha de
todas las mareas en el Estado, también en Europa y Latinoamérica. Desgraciadamente,
cuando ahora hay que demostrar más firmeza y confianza en la movilización
social que nunca, muchos dirigentes han perdido la confianza en la lucha de
masas, pero es un tremendo error. Nunca los trabajadores conseguimos nada
gratuitamente y fue precisamente en las épocas de más movilización social de
nuestra historia cuando conseguimos los avances más importantes: el derecho al
voto para la mujer en los años 30; en los 70 y 80 mejora de la escuela pública
y una mejor Sanidad, el Estatuto de los Trabajadores, los derechos
democráticos, luego mejoras sociales, la Ley de Dependencia, planes de inversiones en infraestructuras
viales, AVE, carreteras, inversiones en
potenciar sectores públicos, todo eso, lo está derribando impunemente el PP y
las direcciones reformistas están mirando realmente para otro lado porque no se
oponen frontalmente con todas nuestras fuerzas
sacando a la gente a la calle y dirigiendo la ofensiva social.
Nadie nos regaló
nada. Y ahora, como siempre nos ha enseñando la historia, los capitalistas que
siguen controlando los sectores decisivos de la economía por encima de los
gobiernos, van a seguir peleando ferozmente entre sí por los mercados
menguantes que existen y seguirán recomponiendo su tasa de ganancia machacando
los derechos sociales. Si los economistas defensores del capitalismo nos
engañan con la salida del “túnel y la luz al final del mismo” y otros dicen que nos encaminamos hacia una época en
lo económico como la de los años 30, tenemos que sacar la conclusión de que aunque
la historia nunca se repite igual, sí hay muchos de los retrocesos sociales y
políticos que se dieron por entonces, que también se han dado a una escala
parecida y la clase trabajadora tiene que luchar para recuperarlos.
Creemos que quien
no esté preparado para una época en la que tendremos que luchar por mantener
nuestros derechos más básicos, comete el mayor de los errores. Miremos la historia de nuestro Partido: a
finales de los años 20 del pasado siglo los dirigentes de nuestro Partido
habían aceptado acríticamente la práctica y esencia del reformismo, junto con
la política del realismo y del pacto con partidos burgueses que conllevaba. Se
llegó a tal nivel de realismo y de pragmatismo en la dirección
del PSOE que, por entonces, Largo Caballero (que estaba al principio en el
sector “de derechas” de la dirección en aquella época), llegó a participar en
reuniones de asesoramiento oficiales del Ministro de Trabajo del Dictador Primo
de Rivera. Todo ello ¡Cuando el PCE o la CNT estaban ilegalizados y se
practicaba la Ley de Fugas asesinando a sindicalistas detenidos!
Posteriormente, el
propio Largo Caballero, bajo el giro a la izquierda que vivió el movimiento
obrero en toda Europa durante los años 30, fue influido por los trabajadores y
cambió su discurso, girando bruscamente a la izquierda. En ese contexto, Largo
Caballero, en la cárcel en 1934, leyó por primera vez en su vida a Carlos Marx,
y se convenció de la necesidad de la transformación socialista de la sociedad.
En los años que
vienen por delante, podemos estar seguros de que surgirán dirigentes dentro del
PSOE que, por su contacto con el movimiento obrero y bajo la presión de éste,
reclamarán la superación del capitalismo. Las luchas de la Transición serán
espejos donde mirarnos, incluso veremos luchas más amplias, como insistimos que
ya está sucediendo en Latinoamérica a un nivel superior cuantitativamente al de
los años 70.
Este proceso quizás
no se dé automáticamente, lo mismo puede tardar meses o pocos años. Pero está
implícita la posibilidad de que se produzca un cambio repentino en la
conciencia de las masas pues, como decía Engels, “hay épocas históricas en
las que parece no ocurrir nada en 20 años, y otras en las que parece que ocurre
todo en 20 meses, 20 semanas o 20 días”. Una vez más, desmintiendo a todos
los agoreros que han venido pregonando el fin de la historia y la desaparición
de la clase obrera como clase en sí y clase para sí (la entierran sobre
el papel una y otra vez, de acuerdo con sus deseos, pero prematuramente), el espíritu de lucha y
sacrificio de las masas resurgirá de sus cenizas como el ave Fénix, y todos
esos oportunistas, trepas, acólitos serviles y corruptos del gran capital se
verán sorprendidos.
Es
preciso continuar luchando por esa nueva sociedad de personas “libres, justas, iguales, honradas e
inteligentes”, como defendía Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE, basada en una economía socializada y
planificada, una nueva sociedad por la que un puñado de trabajadores empezaron
a luchar hace tiempo y que debe seguir siendo la aspiración natural de
cualquiera que se considere digno de pertenecer al género humano y que
honestamente quiera avanzar hacia la superación de esta sociedad de clases
mediante la construcción de un nuevo modelo de sociedad, basado en la
democracia obrera y el SOCIALISMO.
ÁREA
DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCÍA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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