Las recientes elecciones en Grecia se han caracterizado por un masivo giro a la izquierda de la sociedad griega, el 56 por ciento del electorado ha votado a la izquierda. Sólo el PASOK (Partido Socialista griego) ha recibido casi el 44 por ciento. Estos votos representan un rechazo a las medidas de austeridad aplicadas por el gobierno conservador de Nueva Democracia (ND). El problema es que los dirigentes del PASOK están prometiendo más de lo mismo. Para los trabajadores estos resultados son una victoria pero no han votado para tener más recortes. Esta situación abre la perspectiva de una renovada lucha de clases en el período que se avecina.
Los resultados de las elecciones han significado una derrota histórica de Nueva Democracia, el principal partido burgués griego y también representa un giro a la izquierda de la sociedad.
Nueva Democracia sólo consiguió un 33,48 por ciento, 2.300.000 votos y 91 escaños en el parlamento, el peor resultado de su historia. Si se compara con las elecciones de 2007, ND perdió casi 700.000 votos y un 8,36 por ciento. Desde el primer día en que ND llegó al gobierno y hasta el día de hoy, ha perdido un millón de votos, un 11,9 por ciento. Este revés es incluso peor que el de 1981, cuando el partido también experimentó un enorme colapso.
La frustración general de la población debido a los agresivos ataques del gobierno contra la clase obrera y, por supuesto, los escándalos de corrupción que han salido a la luz en el último período, son la causa de esta enorme derrota. La dimisión de Karamanlis de la dirección del partido indica que ND está entrando en una crisis seria y prolongada.
Ahora podemos ver cómo la burguesía intenta renovar la imagen de su partido, a través de la elección de un nuevo líder que pueda garantizar la unidad y también la existencia de su partido. Sin embargo, la derrota es tan grande y profunda que es poco probable que el partido consiga este objetivo.
El porcentaje conseguido por el PASOK, un 43,94 por ciento, es una expresión de la rabia de la clase obrera contra el gobierno de ND y su deseo de echarles del poder. El PASOK ahora tiene 160 parlamentarios y 3.030.000 votos, lo que representa el cuarto mejor resultado electoral de su historia. El PASOK ganó 300.000 votos más respecto a 2007 y aumentó su porcentaje de votos un 5,84 por ciento.
Aunque los votos del PASOK son muy elevados, la clase obrera y la juventud no celebraron esta victoria con mucho entusiasmo, lo que demuestra que la clase obrera no confía en el programa de la dirección del PASOK. Es lógico que, ante la ausencia de una solución real a los problemas de la clase obrera por parte de la izquierda oficial, la mayoría de la clase obrera utilice el voto al PASOK como un mensaje claro de protesta contra los capitalistas.
Los resultados de los partidos de la "izquierda tradicional" [en Grecia es un término que hace referencia a los partidos que tienen sus orígenes en la tradición comunista como el KKE y el Synaspismos] indican un apoyo político constante por parte de sectores importantes de la clase obrera y la juventud, aunque estos partidos tampoco han satisfecho las necesidades de la clase obrera durante este período de profunda crisis, una clase obrera que se ha caracterizado por sus dudas con el sistema en el que vivimos.
El KKE (Partido Comunista) consiguió un 7,54 por ciento, casi 520.000 votos y 21 escaños. La diferencia respecto a las lecciones anteriores fue pequeña, unos 65.000 votos menos y una pérdida de 0,61 porcentajes de punto. Desgraciadamente, la dirección del KKE ha intentado culpar a la clase obrera en general de su baja influencia en el movimiento, pretende que la clase obrera no comprende y el resultado es un fortalecimiento mayor de la política estalinista del partido.
A pesar de las excusas de la dirección del KKE, este pequeño revés en términos de voto se debe a la escalada de las tácticas aislacionistas adoptadas por la dirección del partido dentro del movimiento obrero griego.
Por otro lado, el Syriza (coalición electoral en la que participa el Synaspismos) consiguió un 4,6 por ciento, unos 320.000 votos y 13 escaños. Eso a pesar de que sólo unas semanas antes de las elecciones su imagen se vio dañada por los enfrentamientos abiertos dentro de la dirección, que no tenían una base política seria. El partido mantuvo sus porcentajes con una leve pérdida del 0,44 por ciento y unos 40.000 votos. Miles de militantes y cuadros de la coalición lucharon decididamente para cambiar la imagen del partido y, finalmente, consiguieron cambiar la atmósfera de derrotismo que había cultivado la dirección, unido a su falta de propuestas y soluciones políticas claras.
El LAOS (extrema derecha) consiguió un 5,63 por ciento, 390.000 votos. Este porcentaje es aún menor si se tiene en cuenta el colapso de ND, el apoyo de una pequeña parte de la derecha al LAOS y además que antes de las elecciones contaron con una enorme cobertura en los medios de comunicación. El pequeño aumento de los votos al partido de Karatzaferi (LAOS) expresa las crecientes frustraciones de una parte de la pequeña burguesía, consecuencia del colapso de su nivel de vida y también expresa la incapacidad de este partido de jugar un papel serio para la clase dominante sin el partido de ND.
Por otro lado, es muy significativo la victoria espectacular de los partidos de la clase obrera en los barrios obreros, frente a los partidos de la clase dominante. En el segundo distrito de Atenas los partidos obreros consiguieron el 58,45 por ciento de los votos, frente al 33,9 por ciento de los partidos burgueses. En el segundo distrito del Pireo, los partidos obreros consiguieron un 62,9 por ciento y los partidos burgueses un 30,66 por ciento, perdiendo un 7 por ciento de los votos si se compara con las elecciones de 2007.
Esta nueva correlación de fuerzas favorece a la clase obrera, da a los trabajadores y jóvenes fuerza y confianza. Es la primera gran victoria después de años de gobierno de ND y por supuesto tras años de derrotas.
Desgraciadamente, la dirección del PASOK ha demostrado que no quiere ningún enfrentamiento con la clase dominante. Todo lo contrario, ha prometido que en cuestiones importantes como la privatización de la seguridad social seguirá adelante. La clase dominante y la UE presionarán a la dirección del PASOK y con la excusa de la deuda y el déficit, la dirección impondrá un duro programa. Por supuesto en algún momento esa política provocará una enorme reacción de la clase obrera que votó al PASOK y entrará de nuevo en la lucha para mejorar sus condiciones de vida, reaccionará contra el intento de continuar aplicando el mismo programa que ND.
La clase obrera votó críticamente al PASOK. Su voto es parte de su lucha general contra los bajaos salarios y malas condiciones de vida. Es otra manera de luchar por una vida mejor, pero sería un error pensar que el PASOK va a tener un prolongado período de paz social debido al porcentaje de votos que ha conseguido en estas elecciones. Veremos un gran movimiento de la clase obrera cuando ésta tenga que defender sus intereses frente a este gobierno, y lo más importante es que comprenderán que después de las elecciones la clase obrera no se sentirá derrotada ni débil, sino dispuesta a luchar.
En estas circunstancias el frente único de la izquierda contra los ataques capitalistas es algo vital. Los jóvenes y trabajadores necesitan un Syriza combativo, fuerte y unido, que tendrá como objetivo en el próximo período la colaboración con el KKE y el ala de izquierdas del PASOK. Este frente tendrá que luchar por la abolición de las leyes reaccionarias, luchar por un bloque de la clase obrera contra los ataques de la clase dominante y poner en práctica una política socialista. Sólo un programa socialista de planificación de la producción y nacionalización de la producción puede sacar a Grecia de una crisis tan profunda. A la clase obrera sólo le vale esta solución.
Fuente: Prensa griega "Marxistiki Foni"
8 de octubre de 2009
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