La amenaza de Trump y la burocracia derechista de los principales capitalistas que ha reunido en su Gobierno, con sus discursos cada vez más ultraderechistas y reaccionarios, más temprano o más tarde podría generar una fuerte movilización de las masas. Su victoria podría ser el preludio de nuevas y duras batallas en la lucha de clases de EEUU, porque la política de derechas que aplicarán no podrá resolver ninguno de los grandes problemas al que se tendrá que enfrentar el imperialismo norteamericano.
Biden ha sido derrotado por Trump porque estaba mayor y caducado, además no ha cumplido ni una sola de las promesas con las que se presentó y se tuvo que retirar poniendo en su puesto a Kamala Harris: Biden no mejoró los derechos laborales, no ha terminado con el racismo y con la brutalidad policial, no canceló la deuda estudiantil, ha sido incapaz de defender las conquistas de las mujeres, con un fuerte rechazo al derecho al aborto, trató mal a la comunidad LGTBI, etc.
Tanto Biden en su mandato, como ahora está preparando Trump, siempre han gobernado para los grandes capitalistas donde manda Wall Street, para llenar las arcas de los banqueros, los fondos de inversión depredadores y se lanzan a poner un modelo migratorio en plan salvaje, con un récord de deportaciones el año pasado de más de 750.000 migrantes que podrán ir a creciendo.
En cuanto a la política exterior belicista Biden ha desarrollado unas acciones que ha beneficiado al complejo militar industrial USA que ha beneficiado a la industria bélica que acumula enormes beneficios y ahora Trump posiblemente la continúe, por lo que muchos votantes se preguntarán: ¿Qué diferencia existe entre esos dos partidos, uno Demócrata y otro Republicano, que son como las dos alas del mismo buitre?
Existe una extrema polarización en EEUU que significa una comprobación concluyente de la decadencia orgánica en la que se encuentra el imperialismo estadounidense, que siente como CHINA le está alcanzando y pronto lo podría superar, sobrepasando su Producto Interior Bruto.
Tanto la Administración de EEUU como todos los partidos, incluyendo los socialdemócratas, no solamente se han mostrado impotentes frente a los amigotes ultramillonarios de Trump, sino que con la política anterior de Biden, le han asfaltado el camino para que Trump regrese a la Casa Blanca.
La crisis social profunda que atraviesa EEUU, con millones de personas hundidas en la pobreza, la desigualdad y el paro, con las drogas y el fentanilo con el que se ven morir a la gente por las calles, arrasando el país y con una proliferación creciente de campamentos chabolistas, no solamente en Nueva York, sino también en Chicago, Los Ángeles y otras ciudades, significa un combustible que está alimentando una polarización extrema y un horror sin fin como es el capitalismo decadente.
Después de las elecciones de 2020 con el intento de golpe en el Capitolio, que muchas gentes pensaban que había sido promovido por Trump, la propia burguesía y sus analistas, e incluso otros grupos que se consideran de izquierdas, durante la campaña última, insistían que Trump estaba acabado y que podría ser vencido por Kamala Harris.
No obstante, ahora hemos visto, incluso tras los múltiples Procesos Judiciales de Trump, que eso ha quedado en nada, aunque existe la gran sospecha, la “presunta” complicidad del potente aparato del Estado que el Partido Republicano sigue controlando con la mano de hierro de los capitalistas, con los que se ha rodeado Trump.
Algunos antiguos dirigentes republicanos, dieron un giro a favor de los demócratas posicionándose en la campaña a favor de Kámala Harris, lo que pone en evidencia las divisiones fuertes que existen en el interior de la clase dominante de los EEUU, por ambos partidos dominantes.
Trump ha derrotado a Kámala Harris y al mismo tiempo se demuestra los potentes plutócratas ultramillonarios que venían apoyando a Trump que los ha rescatado para su Gobierno, como Elon Musk, Vivex Ramaswamy, Linda MacMahony y Howard Lutnik, que acumulan entre los cuatro más de 300.000 millones de dólares.
Existe un sector de la clase burguesa dominante que quiere aplicar una política de mano dura a la clase trabajadora, porque son genuinos defensores del capitalismo y defienden sus beneficios. Estos elementos apuestan por rebajas y ayudas fiscales para ellos, que son los empresarios más ricos y que aspiran a ganar las guerras por la hegemonía mundial, obteniendo enormes beneficios.
Donald Trump ha montado un Gobierno de ultraderecha y con los grandes magnates, tendrán todo el apoyo de la clase burguesa dominante. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano son dos partidos de derechas. El Partido Demócrata derrotado por el Republicano ha traspasado ya todas las líneas rojas de la frustración de la ciudadanía. Si durante años y años se han aprovechado de la ausencia de un Partido de Izquierdas fuertes, propios de la clase trabajadora que organice el voto de las izquierdas, ahora tendrán la ocasión de luchar, reorganizarse y crecer.
Gran parte los trabajadores y la juventud, han empezado a luchar y están diciendo ¡basta ya¡, tal cual se han reflejado en las protestas contra las inmensas matanzas en la guerra de Ucrania, el genocidio sionista de Gaza y otros frentes. Es una realidad que el terreno electoral, es desfavorable para la clase trabajadora y habrá luchas fuertes, aunque no se produzcan de manera clara y urgente, sino que es un proceso todavía, que se encuentre empezando, pero lo que ya es indudable en todo el planeta es que se están operando cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las masas y eso irá cada vez más adelante y más potente.
Tanto el potencial como el espacio para la lucha por una organización con fuertes raíces de masas, están ya maduros en muchos países. Pongamos un ejemplo: Si en la actualidad, la Dirección de los Demócratas, utilizaran la autoridad de algunos líderes que se consideran de izquierdas, como Alexandra Ocasio-Cortéz, Bernie Sanders y otros dirigentes que se reivindican de la vanguardia izquierdista, tuvieran una táctica y un programa correctos para conquistar a las masas que están luchando en las calles, podrían conquistar esas fuerzas para los ideales del socialismo, para organizar a los trabajadores, la juventud, el feminismo y demás colectivos, para una nueva izquierda, porque la clase trabajadora somos la inmensa mayoría, allí en EEUU y en todos los Estados.
No se puede descartar que con la amenaza a la que la clase trabajadora podrá encontrarse con la Política de ultraderecha de Trump, con ese discurso cada vez más cercano el fascismo, podría darse una fuerte movilización. No obstante, la deriva del Partido Demócrata, como estamos viendo en Oriente Medio, donde la tensión bélica avanza, nos debe poner en un gran signo de interrogación a que toda esta situación, bélica y económica, nos podría llevar a una repetición de una crisis económica que derive en recesión.
Los EEUU saldrán perdiendo al final contando con las dificultades que le pueda causar Rusia, con el nuevo avispero bélico de Siria. A EEUU le están sobrando guerras y es inevitable que se negocie en Ucrania alguna salida ya que se acerca en febrero los tres años de guerra y junto a la caída de Al Asad en Siria, podría resultar una humillante derrota para EEUU, porque los duros reveses que está acumulando el imperialismo norteamericano, no solo en la guerra de Ucrania, junto con la situación de apoyo a la masacre y al genocidio de Netanyahu en Israel contra el pueblo Palestino, sino que ahora se le suma que Al Assad ha recibido el apoyo de Putin que le ha dado refugio, con lo que todo eso puede producir una profunda decadencia y distorsiones en el funcionamiento de la economía que estará obligado a aplicar Trump y su Gobierno.
Donald Trump ha ganado las elecciones y la realidad es que, con el modelo electoral de los EEUU, donde los recursos financieros los ponen los capitalistas para ganar dinero, es incorrecto pensar que cuando se ganan unas elecciones es fruto de la falta de conciencia entre la clase trabajadora, los pobres y la juventud, que han venido demostrando lo contrario en las manifestaciones callejeras y potentes, con huelgas combativas con mucha radicalización, que no se habían visto desde las luchas de los años 30, sino que se debe al desastre de los Demócratas y de la poca firmeza y falta de organización de las izquierdas, que han sido incapaces de proporcionar una alternativa y un programa coherente y firme frente a la reacción que representan tanto los Republicanos como los Demócratas.
Las propuestas que Donald Trump ha planteado para iniciar su mandado son, entre otras, las siguientes:
MIGRACIÓN:
La mayor deportación de la Historia.
Cierre de las fronteras.
Pena de muerte a migrantes que ataquen a estadounidenses.
Indemnización a víctimas de crímenes cometidos por migrantes.
Eliminar la ciudadanía de nacimiento para hijos de indocumentados.
ECONOMÍA:
Reducir impuestos a grandes empresas.
Impulsar generación de empleo y producción local.
Establecer aranceles, en especial a China.
MEDIO AMBIENTE:
Retirada del acuerdo de París de 2015.
Ampliar exploración y extracción de petróleo.
POLÍTICA EXTERIOR:
Suspender la ayuda a Ucrania.
Amplio respaldo a Israel.
Reducir la participación en la OTAN.
Estrategia frente a Venezuela.(Un incógnita).
Controlar de nuevo el Canal de Panamá.
Anexionar Canadá.
Comprar Groenlandia. (etc…)
En cuanto a la evolución del P.I.B. de EEUU, su competidor principal que es China, le sigue ganando terreno pues comparando los 10 últimos años, vemos que el PIB de EEUU en el año 2013 era de 12.710.031M $ y en 2023 alcanzó 25.629.842M $, con un incremento en esos diez años de 2.919.811M $. Sin embargo China le pisa los talones pues el PIB en el año 2013 era de 7.246.934M $, pero en 2023, diez años después, el PIB de china alcanzó los 16.418.615M $, es decir un incremento a favor de China de 9.171.681M$, contra 2.919.811M $ de los EEUU.
La batalla por la hegemonía mundial entre las 4 grandes potencias, que son EEUU-Europa por una parte y China-Rusia por otra, está siendo brutal con un incremento ascendente de la carrera bélica, que está dejando un reguero de matanzas enormes y una destrucción masiva de los países donde operan.
La lucha para alcanzar la victoria solamente será el preludio de nuevas y duras batallas en la lucha de clase, no solo en EEUU, Rusia, Europa, China y demás zonas de combate como el Oriente Medio, sino que no se podrá resolver de forma aislada y por si sola, pues cualquier desafío a los que se tendrán que enfrentar las clases trabajadoras contra el Imperialismo, será obra de todas las masas trabajadoras a escala mundial. La lucha por un mundo mejor continúa, porque bajo el capitalismo no hay futuro para la Humanidad.
COMISIÓN PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCÍA.
(*): La persona que quiera conocer nuestra propuesta de PROGRAMA para el giro a la izquierda, puede solicitarlo gratuitamente, escribiendo al correo de abajo y poniendo en asunto: “MANIFIESTO”.
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com