El sistema capitalista está enfermo y la primera potencia económica
mundial es a su vez la que mantiene las desigualdades de ingresos más agudas
como en Estados Unidos que ha llegado a su nivel más alto desde la década de
1920.
En Julio de 2024, el número de parados en EEUU fue de 7.163 millones, un
aumento en comparación con los 6.811 millones de desempleados, empujando los
salarios a la baja que llevan estancados años, a la vez que la miseria, el paro
y las ejecuciones de las hipotecas, amenazan no solo a los pobres, sino que
afectan ya a las clases medias.
Hasta la crisis iniciada en 2007/2008, la disparidad en los ingresos fue
oscurecida por factores tales como el crédito fácil, que permitió a algunos
hogares pobres disfrutar de un estilo de vida que la propaganda del sistema les
incitaba a imitar a los más ricos.
Bajo el capitalismo globalizado, que corresponde a la fase imperialista
multinacional, el paro forzoso se ha convertido ya en estructural, (y no en
coyuntural como era en las crisis anteriores), debido a diversos factores,
entre los que se cuenta el desarrollo de la tecnología.
El sistema capitalista funciona con la lógica de reducir los costos para
incrementar la tasa de ganancia, objetivo primero del modelo. Las nuevas
tecnologías, con la gran revolución científico-técnica, les permiten reemplazar
trabajo humano, por las máquinas, la robótica y los modernos adelantos
tecnológicos.
La maquinaria no necesita apenas descanso, no enferma, no tiene gastos
de seguridad social, no reclama pagas extras ni pide aumentos salariales ni por
tanto crea problemas sindicales.
Las estadísticas de la primera potencia mundial, los EEUU, que
mostraremos algunas a continuación, muestra cómo se está reemplazando trabajo
en el que se utilizaba mano de obra por métodos tradicionales, por el que se
hace ahora con las máquinas de nuevas generaciones tecnológicas.
En EEUU, al igual que en la mayoría de los países, los trabajos manuales
tradicionales que se realizaban en la agricultura se están sustituyendo por
trabajo que realizan a través de la mecanización.
En 1949 las cosechas de algodón se realizaban en un 94 % a mano y
solamente un 6 % se empezaba a realizar a máquina. A partir de 1972, el 100 %
de la cosecha de algodón se realizaba ya mecánicamente.
En 1860 el 60 % de los trabajadores norteamericanos pertenecían al
sector agrícola. En 2009 el sector agrícola utilizaba solamente un 3 % de los
trabajadores. La industria del acero, entre 1982 y 2002 incrementó la
producción de 77 millones de toneladas a 120 millones de toneladas mientras que
los trabajadores del acero pasaron de 289.000 a 74.000 perdiéndose 215.000
puestos de trabajo.
El proceso de incremento de la producción y pérdidas de empleo es una
trampa mortal del capitalismo. Es una de las contradicciones que se agudizan
con el desarrollo de las fuerzas productivas y que no puede resolverse en bases
capitalistas.
Es un poderoso fenómeno que provoca paro, miseria y desolación, que a su
vez opera en cambios moleculares en la toma de conciencia de las masas que son
empujadas a la lucha por defender sus puestos de trabajo a la vez que se
rechazan los ataques que ello representa a los niveles de vida.
La primera cuestión que debemos plantearnos es a dónde han ido a parar
los empleos destruidos en la agricultura y la industria. Provisionalmente
podemos decir que fueron absorbidos por el sector terciario: Los Servicios,
pero sigamos analizando.
Desde 1950 a 2002 los sectores de Servicios han ido absorbiendo ese
exceso de mano de obra que provenía del desarrollo tecnológico del sector
agrícola e industrial, como demuestran las estadísticas, pasando del 59 % al 82
% de la fuerza de trabajo acumulada en esos sectores terciarios.
El modelo está colapsando en las crisis sucesivas cíclicas del
capitalismo, de onda larga, como la que estalló en el verano de 2007 en los
EEUU. Hemos entrado en un ciclo descendente que presagia una lenta agonía del
modelo de producción capitalista que a la larga no podrá resolver esa cuestión
social del paro masivo.
La automatización computerizada, que en sus inicios hizo abrigar
esperanzas en la consolidación del modelo capitalista, ayudando a la
globalización y permitiendo a algunos estrategas predecir “el fin de la
historia”, ahora se ha vuelto dialécticamente en su contrario y comenzó la
destrucción de empleos mucho más rápido que cuando se destruía en la
agricultura y en la industria, con el agravante que ahora no existe ningún
sector emergente que pueda absorber los excedentes colosales de paro a escala
planetaria.
Según informa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el número
de parados a nivel mundial ha aumentado hasta los 180 millones desde el inicio
de la crisis de 2007 que estaba en 30 millones. El número de parados en todo el
mundo ha alcanzado su máximo histórico. “El desempleo mundial aumentará en 2024
el 5,2 % según la O.I.T. Afectará a más de 190 millones de personas”.
(Fuente: https://www.bolsamania.com/noticias/economia/desempleo-mundial-aumentara-2024-52-oit--15811216.html)
“La búsqueda por parte de las empresas de los beneficios y la
productividad (como escribió Marx), les
lleva a necesitar cada vez menos trabajadores, relativamente, al introducir
nuevas técnicas e inventos, lo que crea un "ejército industrial de
reserva" de mano de obra de parados cada vez más empobrecidos. La
acumulación de riqueza en un polo es, por tanto, al mismo tiempo acumulación de
miseria en el otro polo".
Este proceso descrito por Marx, es en la actualidad visible en todo el mundo,
particularmente con los esfuerzos que realizan las compañías de EE.UU. para
reducir los costos y conseguir que sigan aumentando las ganancias corporativas
como parte de la producción económica total de más alto nivel, como venía
ocurriendo en las últimas seis décadas.
Siguiendo con el análisis de lo que ocurría en EEUU, desde 1983 a 1993
también el sector bancario empezó a despedir personal perdiéndose el 37 % de
los puestos de trabajo, sobre todo por la introducción de la computerización,
la robótica y las nuevas tecnologías.
Por ejemplo, los operadores de la telefonía han sido completamente
reemplazados por computadoras y artilugios automáticos. El trabajo humano, cada
vez con más celeridad está siendo reemplazado por la tecnología de forma
fulminante.
El trabajo de las máquinas es más preciso, más productivo que la del
artesano o del obrero; la máquina no se cansa, es más consistente que el obrero
y no protesta. La automatización se emplea cada vez más en trabajos complejos
como la medicina, la arquitectura, la investigación, la ciencia en general y
otros menesteres que requieren trabajos repetitivos y monótonos.
El trabajo mental también está siendo sustituido desde hace tiempo por modernas
computadoras, los móviles, los robots…que lo hacen todo mucho más rápido, más
exacto y más perfecto que el obrero manual, por lo que eso no tiene vuelta
atrás, el problema es que sustituir toda la mano de obra por plantas
robotizadas donde no se utilice al obrero, es totalmente imposible, entre otras
cosas porque existe una Ley tendencial a la caída de la tasa de beneficios que
explica que, a medida que aumenta el capital constante y disminuye el capital
variable, se produce una tendencia a la caída de la obtención de plusvalías,
porque es la mano de obra del asalariado la que produce la ganancia por lo que,
si continúa creciendo el paro, también cae globalmente la demanda global porque
el nivel de compras se reduce.
A su vez en la medida que se desarrollan las fuerzas productivas, que
confirma la Teoría de las Plusvalías, donde se expresa que las ganancias del
capitalista provienen del salario no remunerado por el capitalista a la clase
obrera de donde obtiene las ganancias porque es de las plusvalías que genera el
asalariado.
Sigue estando en discusión si operan a gran escala o se debilitan esas
tendencias, pero en momentos de crisis, se produce una aceleración que agrava
la situación. Por otra parte, en base a los potentes complejos de ordenadores,
se pueden averiguar las soluciones a los problemas que se plantean bajo el
capitalismo, en base a realizar modelos por simuladores. Son procesos
cognitivos basados en la información de los datos que se introducen en los
programas.
Si tenemos un problema con nuestro automóvil, con el ordenador, o con
cualquier electrodoméstico moderno, llamamos al servicio técnico, que casi
siempre mediante otro aparato técnico lo analiza y nos diagnostica la avería o
nos dice de dónde proviene el problema o si es de obsolescencia, por lo que nos
aconseja sustituir la pieza dañada o el aparato en su totalidad.
Cuando los estrategas del capitalismo, que controlan la economía a
través de mecanismos como el FMI, la Banca Mundial, la ONU, el Pentágono o
cualquier otro organismo, tienen un problema en el funcionamiento del modelo
capitalista de libre mercado, en el que llevan ya años atascados sin dar con la
solución eficaz, cualquier persona mínimamente inteligente empieza a darse
cuenta de que algo gordo está ocurriendo, pues a alguien se le habrá ocurrido
ordenar que hagan un análisis computerizado, al menos en simulación, para poder
detectar lo que le ocurre al sistema capitalista que no funciona para obtener
los resultados que esperan.
Seguramente más de uno de los cientos de miles de lumbreras que han
estudiado economía en famosas y costosas Universidades, donde cuentan con al
menos un Premio Nobel de Economía al año, habrán tenido la ocurrencia de
averiguar dónde está el fallo para evitar las crisis, porque todos analizan lo
que ha pasado, las quiebras, las deudas y todo lo demás, pero soluciones no se
atreven a darla. ¿Qué resultados les habrán dado los simuladores de la economía
para tener tanto pánico a decirles la verdad a los pueblos?
Posiblemente el diagnóstico sea que el motor del sistema capitalista
está gripado, que el paro es estructural, que el modelo actual, robándoles
constantemente los ricos a los pobres, no tienen solución porque se encuentra
obsoleto y, a largo plazo, no se puede
reformar ni reparar.
Seguramente estén discutiendo los efectos de las fórmulas recomendadas,
como por ejemplo:
La fórmula A): Aguantar e ir
tirando con remiendos, recortes sociales, ataques permanentes a los intereses y
derechos de las masas, rescates bancarios y otros intentos de “ingeniería
financiera”, desatando guerras brutales y genocidios, para restaurar la tasa de ganancias, con el
pánico a que esto les reviente en las manos y se produzcan convulsiones
sociales, levantamientos y revoluciones que en un momento dado no puedan
controlar.
La fórmula B): Un cambio de modelo de sociedad por obsolescencia y
agotamiento del capitalismo, ya que seguramente han detectado que existen dos
frenos absolutos que impiden al modelo actual desarrollar las fuerzas
productivas, como son la propiedad privada de los grandes medios de producción,
incluidos en ellos el sector financiero que ahoga y estrangula la producción
real, y el freno total que representan las fronteras nacionales, cuyo modelo
globalizado amenaza con guerras comerciales y reales, que provocan genocidios y
mortandades terribles imposibles de evitar.
La fórmula C): Observando la proyección de las dos propuestas
alternativas planteadas anteriormente, para superar las contradicciones
inherentes al sistema capitalista, no puede contemplarse más que la sustitución
del capitalismo por el Socialismo, entendiendo éste como un modelo
verdaderamente democrático donde se proceda a la nacionalización de la banca,
los monopolios y los latifundios, bajo control democrático de la clase
trabajadora y al servicio de los más necesitados, para poder utilizar los
colosales recursos que existen en la sociedad y que se están infrautilizando,
despilfarrando o destruyendo, para así poder resolver los problemas de los seres
humanos.
Con los recursos económicos y las grandes palancas de la economía en
manos del pueblo y gestionados democráticamente podríamos planificar la
economía para producir más, poniendo a todo el mundo a trabajar, con el
objetivo de repartir con justicia el fruto del trabajo, mejorar la sanidad pública,
la educación, los servicios sociales, desarrollar las infraestructuras, el
ocio, la cultura, la ciencia, porque una
vez que los recursos estén planificados democráticamente bajo el control de la
mayoría, que es la clase trabajadora, con los avances tecnológicos podríamos
reducir la jornada laboral para repartir el trabajo para que la población
pudiese disfrutar de una vida mejor.
Consideramos que en la actualidad, con la fuerza potencial que tiene la
clase trabajadora asalariada en todo el planeta, la transformación socialista
de la sociedad, es más necesaria y
posible que lo ha sido nunca.
El único requisito que se necesita es la potenciación de un movimiento
internacionalista de masas que defienda un programa auténticamente socialista
bajo la firme dirección democráticamente representativa de trabajadores libres,
honrados, inteligentes y justos, para lo que es imprescindible la participación
de la mayoría de los jóvenes, los parados, los jubilados, los movimientos de
lucha por la igualdad de género y demás capas de la sociedad, arrastrando tras
de esta fuerza colosal al movimiento sindical, al movimiento cooperativo, a las
empresas de economía social, a los autónomos e incluso a las pequeñas y
medianas empresas.
Todas esas son las fuerzas que están llamadas a luchar por acabar con el
capitalismo e iniciar la construcción de la verdadera sociedad socialista. Para
ello es preciso poner la ética al servicio de la economía y ésta al servicio de
la Humanidad.
Con un nuevo modelo auténtico como el SOCIALISMO CIENTÍFICO, basado en
la DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y ÉTICA, la economía no se planificaría para
obtener el máximo beneficio para unos cuantos banqueros, multinacionales y
especuladores y corruptos, que se han
convertido en verdaderos parásitos, sino para el BIENESTAR del conjunto de la
sociedad.
Ese sería el camino para construir una sociedad verdaderamente
democrática y socialista, donde, una vez liberados de la lucha cotidiana por la
supervivencia y con los medios colosales de producción existentes puestos al
servicio de toda la ciudadanía y gestionados democráticamente, los trabajadores
podríamos participar conscientemente en todas las decisiones políticas,
económicas, sociales y culturales de la sociedad, ejerciendo la verdadera
democracia socialista en un plano de libertad,
igualdad y ética, basado en la Ciencia puesta al servicio de la
Humanidad.
COMISIÒN
PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE ANDALUCIA.
(*) Si quieres conocer nuestras
posiciones que estamos debatiendo y participar con tus aportaciones, puedes solicitar gratuitamente el documento
al correo de abajo, poniendo en asunto: “ MANIFIESTO ”:
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario