30 de noviembre de 2023

(Parte 2). ALGUNOS SUCEDÁNEOS DEL SOCIALISMO.

  (Recomendable leer la Parte 1) de este articulo que publicamos en este mismo blog el lunes 27-11-23 donde debatimos sobre algunos sucedáneos del Socialismo).  

…/…Debido a las profundas contradicciones que el capitalismo ha ido acumulando, la  situación en Europa está cambiando y nos enfrentamos a un nuevo periodo de levantamientos, luchas, manifestaciones, huelgas e insurrecciones acelerando el  proceso molecular de toma de conciencia de la clase trabajadora, con cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las masas en cada uno de sus países que no pueden superar la situación tan complicada en la que hemos entrado.

El desempleo de masas ha aparecido simultáneamente en todos los países, y no es un detalle coyuntural, es para quedarse largo tiempo porque es de carácter estructural y permanente, enlazando con una situación bélica que podría extenderse y convertirse en un fenómeno peligroso a escala universal afectando de lleno a los países industrialmente más desarrollados que descargan sus consecuencias sobre los más atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y catástrofes alimentarias y migraciones incontenibles.

La tasa de ganancia se empezará a derrumbar en todos esos países decreciendo fulminantemente las inversiones tanto privadas como públicas. Junto a ello han colapsado las ilusiones en el enriquecimiento permanente de todos y han conseguido que a los capitalistas les duela la cabeza tras la orgía de abultadas ganancias que habían venido obteniendo durante el largo auge capitalista del periodo anterior mientras las masas se siguen empobreciendo y se empiezan a levantar.

En la actualidad la burguesía ha entrado en pánico y los capitalistas tienen más miedo que nunca porque ven un futuro bastante negro, debido a la desfavorable correlación de fuerzas en el tablero mundial para sus intereses, porque comprenden la agonía del capitalismo y el inicio del resurgir del movimiento obrero, así como la polarización entre izquierdas y derechas, con el potencial aplastante que la clase trabajadora mundial representa.

Los partidos socialdemócratas han sido castigados en toda Europa, quizás porque cuando han conseguido alianzas con las derechas, la clase trabajadora les castigan y pierden muchos votos. Por ahora, es el PSOE el que mantiene la antorcha más visible de la socialdemocracia, pero es preciso no cometer los mismos errores, ya que muchos veteranos militantes como Felipe, Guerra y otros, parecen estar más cercanos al PP que al PSOE y ya tenemos experiencias históricas de enfrentamientos internos.

Repasando la historia, conocemos que después de la llegada al poder del PSOE, en 1982, el aparato “social-liberal” del sector más moderado, desencadenó una oleada de expulsiones y supresión de militancia, así como disolución de agrupaciones, con ataques a la juventud y a los sindicalistas de UGT, empezando a romperse las relaciones de unidad que habían mantenido PSOE-UGT y JJSS desde hacía años.

A partir de las huelgas fuertes de diversos sectores, la lucha de la clase trabajadora se agudizaba y se reunían solidariamente muchos trabajadores, con unidad sindical CCOO,UGT y otros, incluso luchando contra el cierre de empresas y surgiendo un fuerte sector del cooperativismo cuyas empresas fueron tomadas por los trabajadores organizados.

La solidaridad entre diversas zonas en lucha en todo el Estado, aterraba a la Patronal y al propio Gobierno PSOE, porque los sindicatos tenían mucha fuerza en las luchas y se produjo un ataque para intentar desactivar ese peligro:   Marcelino Camacho (CCOO9 y Nicolás Redondo (UGT), tenían capacidad suficiente para llevar al país a un Huelga General, como así ocurrió.

Más de ocho millones de trabajadores secundaron la Huelga General convocada para el 14 de diciembre de 1988, por UGT y CCOO, lo que representó el primer gran golpe contra el Gobierno de Felipe González, alejando la distancia entre éste y Nicolás Redondo.

Aquel huelgón puso muy nervioso a los sectores más moderados, tanto del Partido como del Sindicato, pues éste último sufría presiones del aparato del PSOE, sobre todo, de la corriente liberal de infiltrados en el Partido, que eran claros agentes ideológicos del capital y aplicaron lo que podríamos llamar una “limpieza de rojos” con el intento de domesticar a las direcciones sindicales.

Muchas de las expulsiones eran infundadas y más bien respondían a una persecución política, pues la verdadera razón fue que al Partido y la Patronal no les gustaba la política sindical de lucha, manifestaciones y huelgas que defendía aquel sindicalismo combativo, contrario a los Pactos Sociales y denunciaban los trapicheos a espaldas de los trabajadores, que exigían, como así se consiguió, que las huelgas fueran votadas a mano alzada en las Asambleas de base.

Los sindicatos también se habían posicionado contra los despidos que provocaba la reconversión industrial que estaba aplicando el ala socio-liberal del PSOE, que representó un aumento de los despidos, como puede consultarse comprobando las estadísticas del periodo, pues se había empezado a gobernar en contra de algunos sectores del movimiento obrero y en realidad, eso no era un hecho aislado, sino que produjo un eslabón de expulsiones, sanciones y represalias del sector de derechas del PSOE que llevaron a cabo contra los auténticos socialistas, con la ruptura de Felipe con Redondo, pues la cuestión sindical y el abandono de las posiciones socialdemócratas del PSOE, que muchos trabajadores, militantes y simpatizantes de izquierdas, se negaban a abandonar los ideales,  los métodos y las acciones del socialismo  marxista, defendido por los sectores, como izquierda socialista y otros grupos más a la izquierda.

Con aquel lema de:  “el que se mueva no sale en la foto”, que aplicara Alfonso Guerra, vimos como en los ochenta, eran expulsados grupos de Juventudes, tanto en Madrid, Málaga, Sevilla, Navarra, Euskadi y otros territorios, donde cientos de militantes fueron expulsados, se disolvieron agrupaciones importantes y otros fueron suspendidos parcialmente de militancia, sin ninguna justificación ni expediente.

Existía una especie de compadreo donde se toleraba y fomentaba por parte de lo que llamaban “el aparato”, (que nadie sabía quién era), pero sí que necesitaba gente dócil para hacer esos trabajos. El Partido se llenó de arribistas, con algunos pelotas y “carreristas”, flaqueando e incluso despreciando el contenido ideológico que desde la Izquierda Socialista reclamaba permanentemente y la lucha individual empezó a practicarse con codazos y luchas internas por medrar y hacerse cada cual con un puesto al sol que era mal visto por la militancia y los votantes.

El ataque a UGT fue furibundo, no solo en Andalucia, también en Euskadi y otros territorios, pues en Málaga, tras la Huelga General de la Construcción de 1986 se expedientó al Secretario General de FEMCA-UGT, acusado de decir “calumnias y mentiras contra UGT”, en la Asamblea General de trabajadores donde se debatió y se votó la Huelga Provincial y Madrid decretó suspensión de militancia durante 2 años a ese compañero, reingresando el compañero porque la acusación era falsa.

Otro de los ataques más furibundos fue contra la totalidad de la Comisión Ejecutiva Provincial de UGT de Álava, que representaba el buque insignia de la oposición interna a la Socialdemocracia y que defendían el socialismo marxista y expulsaron a compañeros que encabezaban la vanguardia de la lucha y donde muchos trabajadores de las bases que inspiraban y aglutinaban cada vez más militancia, en lugar de mirar a las propias direcciones, llegando incluso posteriormente a demostrarse, que la burocracia del ala de derecha del PSOE de Álava (muchos de ellos fueron luego a parar al PP, como Damborenea y sus huestes), pues luego se supo que les habían prometido 2.000 pesetas de las de entonces, a un grupo de diez jóvenes que asaltaron los locales de UGT en Vitoria creándose una Gestora.

También expedientaron a otros compañeros como a los miembros de la Sección Sindical de UGT en Ensidesa de Avilés, que era la vanguardia del movimiento sindical en aquella zona, por haber enviado un telegrama de solidaridad con los expulsados y varios más de sindicalistas más combativos fueron represaliados, haciéndoles la vida imposible, hasta el punto de que, algunos se cambiaron de sindicato o, lo que fue más grave, rompieron los carnet, alternativas que no nos parecían correctas, porque la alternativa de Izquierda Socialista del PSOE era reorganizarnos, acumular fuerzas para derrotar a la burocracia desde dentro.

Antes de esa ruptura del Partido con el Sindicato hermano, toda la militancia estaba afiliada a las dos organizaciones, por lo que en este enfrentamiento, muchos trabajadores se preguntaban cuál era la causa por la que se acusaba a los compañeros expulsados, porque su delito mayor consistía en defender a ultranza, en el seno de las organizaciones socialistas, del partido y del sindicato, los intereses de la clase trabajadora, que era el objetivo del socialismo.

Había asambleas donde se debatía la necesidad de constituirnos en corrientes de opinión, diferenciada de la socialdemocracia, siendo la más numerosa Izquierda Socialista, aparte de la oficialista, que estaba girando ésta hacia la derecha de forma vertiginosa, exigiendo desde las bases que era necesario que el Gobierno Socialista elegido, tenía que aplicar una política a favor de la clase trabajadora, que acabara con el problema del paro, de la vivienda, educación, sanidad y otros problemas que la mayoría de la población esperaba que se resolviese, aplicando medidas socialistas, porque bajo el  capitalismo era imposible.

Reiterábamos constantemente que con la política económica que estaba aplicando Boyer (y luego Solchaga), no solo no se iban a crear los 800.000 puestos de trabajo prometidos, sino que se incrementaría el paro, y así ocurrió, pues en los primeros 18 meses de Gobierno socialdemócrata hubo más de 500.000 nuevos parados.

Desde la Izquierda Socialista y los sindicatos defendíamos que el único efecto de la política de topes salariales, (como el tiempo demostró), iba a ser reducir los exiguos salarios de la clase trabajadora, sin que ello llevase a los capitalistas a invertir ni un solo euro en crear puestos de trabajo suficientes.

Así quedó demostrado, pues a pesar de los  enormes beneficios obtenido por los banqueros y las grandes empresas en aquellos años, no hubo incremento de la Inversión Neta, sino todo lo contrario, pues los banqueros concedieron menos créditos a las pequeñas y medianas empresas, estrangularon el movimiento cooperativo, al negarles una vez y otra, los recursos suficientes para realizar una reconversión industrial de carácter Socialista, sino potenciando directamente al capital privado, por omisión, desviación o perversión  ideológica.

El ala izquierda y los sindicatos criticábamos que la reconversión industrial de Solchaga, podría suponer la pérdida global de cientos de miles de puestos de trabajo y tampoco podría garantizar los del resto de la clase trabajadora y eso era por lo que  muchos trabajadores eran represaliados en sus protestas, huelgas y manifestaciones.

Algunos ugetistas que mantenían la doble militancia en el sindicato y en el partido, combatían políticamente dentro del PSOE,  criticaban comportamientos anti-socialistas que se estaban dando en el seno del Partido y que muchos compañeros no quisieron ver a tiempo, con la falsa excusa de no dañar al Partido, comprobándose posteriormente que la corrupción de algunos cargos representó una vergüenza y produjo la derrota del “felipismo”.

Por representar con honradez y firmeza los ideales socialistas marxistas que nos legaron los fundadores del Partido, como Pablo Iglesias Posse y otros, se expulsaba a los críticos.

 La verdadera razón de aquella “caza de bruja”, se debía a la necesidad que tenía el sector “socioliberal” compuesto por las huestes de Boyer, Solchaga, Roldán y demás elementos apoyados por Felipe González, de llevar adelante un programa de recorte del gasto público, programa que estaba suponiendo un ataque brutal al nivel de vida y los puestos de trabajo de la clase obrera y que en realidad estaba marcado por los intereses de banqueros y grandes capitales, ante los que Felipe González se deslumbró y cedió, llegando al enfrentamiento político con Nicolás Redondo y con Alfonso Guerra, hasta conseguir imponer su deriva “Socio-liberal”, que se apartaba cada vez más de la “Socialdemocracia” y mucho más del Socialismo Marxista y Democrático de los defensores del PSOE, quedando más bien aislada la corriente Izquierda Socialista.

En el suplemento de El País, sobre mediados de 2001, la escritora Maruja Torres, en un análisis sobre la corrupción, daba un duro golpe con estas palabras: ““Uno empieza robando para el Partido porque cree que las ideas de ese partido  pueden mejorar el mundo; luego sigue robando para mantener el Partido en el poder, porque si no, perdería el cargo; más tarde, empieza a desviar parte de lo robado a su bolsillo, para tener un dinero cuando le echen del gobierno; y al final roba para si mismo, porque quiere ser rico y poderoso sin necesidad de cargo, de partido y de ideas. La ambición humana es un pozo sin fondo””.  

Para poder llevar adelante el abandono del Socialismo genuino, se le enmascaró con una etiqueta de Socialdemocracia oculta tras el Socio-liberalismo, porque la dirección del PSOE necesitaba que no hubiese mucha discrepancia ni oposición interna, ya que necesitaban un sindicalismo domesticado, intentando que no hubiese muchas críticas y el dichoso “aparato”, se atrevió posteriormente a atacar, desprestigiar y ensuciar la trayectoria de Nicolás Redondo, con la trampa de las cooperativas de viviendas, pues el Gobierno le prometió financiación Estatal, pero luego les dejó en la estacada, pues había prometido contar con los sindicatos para desarrollar el plan y luego les volvió la espaldas.

También hubo escaramuzas para enfrentar a UGT con CC00, provocando una división profunda en el seno de la clase trabajadora y muchos sindicalistas sucumbieron, se desafiliaron y tanto la afiliación sindical como política, empezaron a descender y el PSOE que tuvo una militancia de más de 500.000 afiliados, ha mermado hasta 172.600 votantes según la reciente consulta a la militancia del 4-11-23.  

Lo realmente subyacente en el fondo de aquellas expulsiones y trifulcas internas era el miedo de la burocracia partidista a que los socialistas más honrados y firmes, pudiesen ser el aglutinante del descontento que se estaba creando entre las masas, que pudiese cristalizar en una corriente interna como Izquierda Socialista que se declaraba marxista, u otras que empezaban a surgir.

Una cosa debe quedarnos clara que debemos evitar,  que esas situaciones tan traumáticas se vuelvan a repetir bajo el nuevo  Gobierno de PSOE-SUMAR, porque aunque están arreciando críticas tanto por la derecha como por la izquierda, a pesar  de aquellas expulsiones traumáticas, que acabaron con muchos luchadores, los verdaderos ideales del Socialismo Científico jamás podrán ser arrancadas de la memoria del movimiento obrero,  por lo que, cada vez serán más los trabajadores asalariados que se den cuenta de que solo con un programa auténticamente socialista, para avanzar hacia el Socialismo Científico, bajo el control de la Democracia Participativa y Ética, podrán darse soluciones a las necesidades y aspiraciones de los asalariados, reconstruyendo partidos y sindicatos potentes, para poner los intereses de los trabajadores por delante del lucro privado de banqueros y multinacionales, pues decimos: “gobierne quien gobierne, nuestros derechos se defienden”.

Desde Izquierda Socialista de Málaga, defendemos el derecho a la libertad de expresión y la democracia interna, reconociendo el derecho a corrientes de opinión, pues entendemos que existen varias de ellas no declaradas, como los “Socioliberales” y otras, que representan el sector más moderado,  que debieran pedir su reconocimiento, así como la corriente “Socialdemócrata” oficialista liderada por Pedro Sánchez y la corriente minoritaria “Izquierda Socialista” legalizada desde hace años. 

Para concluir, afirmamos que tenemos confianza en la clase trabajadora que luchará una vez y otra hasta conseguir acumular las fuerzas firmes y potentes, para avanzar hacia el desarrollo de condiciones objetivas y subjetivas, que nos permitan poder vencer al nazi/fascismo de PP/VOX y abrir el camino que nos conduzca a tomar los medios de producción en nuestras propias manos como clase trabajadora avanzando  hacia la transformación socialista de la sociedad, derrotando al  capitalismo corrupto, decadente y degenerado, por lo que la lucha continúa ya que es el único camino.

COMISIÓN PERMANENTE: 

IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCIA.                 

(*)  Cualquier crítica, comentario o aportación a este artículo  serán siempre bien recibidos. También puedes recibir gratuitamente el documento a debate y puedes solicitarlo al correo de abajo poniendo en asunto:  “MANIFIESTO”.

 

 

 


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