27 de septiembre de 2019

Parte 2) DOCUMENTO PARA DEBATE..


 2.-Análisis autocrítico necesario para rectificar errores.

Desde Izquierda Socialista de Málaga (I.S.)  exigimos a nuestra dirección una autocrítica, pues debemos prestar mucha atención considerándolo necesario para conocer a fondo lo ocurrido y a su vez combatir los errores del régimen interno partidario y su proceso de burocratización,  la tendencia al bonapartismo y culto a la personalidad que debemos combatir.

La democracia interna no es solo un problema organizativo sino a su vez un problema social. La merma con tendencia a la eliminación de la democracia interna es una consecuencia directa del error que consiste en ceder a las presiones  ejercidas por los adversarios y enemigos del socialismo, principalmente de los Poderes Fácticos, pero a su vez de los oportunistas y los sectarios.

La historia del reformismo bajo el sistema capitalista y la experiencia de las derrotas a las que ha llevado la burocracia a los partidos socialdemócratas en toda Europa y el mundo, confirma el agotamiento de este modelo voluntarista, cuando abandona el programa de transición al socialismo democrático, tras sucumbir a las presiones y escorarse a la derecha, convirtiéndose en realidad en “socio liberalismo” que contribuye a profundizar los fracasos del “reformismo, sin reformas”, pero mantiene el nombre de “somos socialistas”  que provoca una enorme confusión entre la clase trabajadora.

La socialdemocracia ha utilizado un complicado sistema para establecer el modelo que beneficia a la creación de la burocracia, al abandonar la democracia directa de las Asambleas Locales y los Congresos que impide poder elegir y revocar a los cargos electos.


Para ello las corrientes renovadoras cambiaron el modelo de representación basado en la democracia obrera de los fundadores del Partido, por otro modelo de “democracia orgánica” de segundo y tercer grado, introduciendo cláusulas en los Congresos, con lo cual  verticalizaban en cierta medida el funcionamiento del Partido y otorgándose el poder de confección de listas a la cúpula que adquiere el carácter de bonapartismo o caudillismo, que les permite elaborar las candidaturas o cambiar los primeros puestos, desautorizando la elección que pudiese venir de las bases y acaban “dedinombrando” a los candidatos.

De esta forma se ha excluido del Partido a algunos buenos cuadros de la oposición interna representada por corrientes críticas y por Izquierda Socialista, con lo cual, han aplicado en el interno del PSOE algo similar a la criticada y nunca eliminada Ley D´hont que sigue vigente en la C.E. y que recuerda las reminiscencias del franquismo para premiar a las mayorías y castigar a las minorías de forma desproporcionada.  

A su vez, ha existiendo y sigue existiendo una tendencia grave a excluir del partido o domesticarlo a muchos trabajadores sindicalizados cuando llevan militancia también en el Partido, bloqueando a los trabajadores de tendencia más izquierdista y luchadora o criticarlos y desprestigiarlos con métodos poco compañero cuando no se han dejado comprar u ofreciéndoles puestos bien remunerados en las listas, con maniobras poco claras, dando resultados como el Caso ERE en Andalucía y otras barbaridades de amiguismos.   

Con esos procedimientos se ha fomentado el oportunismo mediante la política de mesas camillas y grupos o corrientes internas no declaradas y por tanto antiestatutarias, colocando en las listas a los dóciles y más afines a algunos líderes intermedios de tres al cuarto.

De esa forma se ha conseguido un deterioro del nivel político de los cuadros medios, tanto orgánicos como institucionales, algunos de los cuales se han  visto forzados a someterse a la disciplina de partido, sin debate previo, pues las Agrupaciones, los C.P. y demás organismos, carecen de un método que aliente a la libertad de expresión, más bien son restrictivos en tiempo y forma.

La combinación de esa aparente democracia restringida se convierte en un engaño que ha permitido a esa burocracia “socio-liberal”  (camuflada como “socialdemócrata”) mantener la fachada en elecciones y debates, cuando todo viene sibilinamente trucado desde las camarillas y grupos afines a la dirección, eliminando o espaciando los rendimientos de cuenta y el control necesario que debe ejercerse desde la oposición interna.

Cuando nuestra corriente Izquierda Socialista ha asistido a los Comités Provinciales, al menos de lo que conocemos en Málaga, (uno cada 6 meses de media), nos han dado para llevar a cabo la crítica a la gestión entre y 1 y 3 minutos de media, mientras que otros se toman o se les permite largas peroratas de apoyo a la gestión de la dirección. Ante nuestras protestas se nos ha respondido que es por la falta de tiempo, pero se pierden horas antes de empezar, o se plantean C.P. exprés, despachándolos en media jornada de la que se pierde otro tanto.

El abandono paulatino del programa reformista, acercándose cada vez más peligrosamente al centro derecha, le ha permitido al Partido actuar a veces como un apéndice más del aparato de la burguesía en el nombre de la clase trabajadora.

Tanto es así que en el período anterior a la llegada del nuevo Secretario General, compañero Pedro Sánchez,  aupado a pulso del voto de la militancia cuando se derrotó al tapón antidemocrático que representó las baronías, la clase trabajadora nos gritaba en las manifestaciones aquello de “¡Psoe y PP la misma “Rosa” es¡¡

A través del sometimiento a una legislación propia de los días de la transición, que no se planteó cambiarla de forma democrática cuando hubo mayoría suficiente, ahora vemos como ese “híbrido” de C.E. sirve tanto para un “roto” como un “descosido”, tanto para denunciar al franquismo y querer sacar la momia del Dictador, como para darle poder a la Iglesia y a la familia de Franco, para paralizar el proceso de traslado de los restos, demostrando que esas dos fuerzas se excrementan en esta “Democracia Burguesa”.  

Continuando la autocrítica y hablando con claridad es preciso reconocer que por imposición del aparato Estatal Franquista, cuyas cloacas siguen infestas y corroída por la corrupción y la mentira, consiguió lentamente que la burocracia partidaria liquidara el programa socialista y la democracia interna a través de los años, con una incapacidad de la minoritaria oposición interna de I.S. para poder cambiar la situación en los Congresos, por lo cual, valga el presente comentario como la autocrítica necesaria de nuestra corriente de opinión.

El aparato desarrolló una especie de culto a la personalidad y pleitesía al líder, desde el “felipismo” hasta la actualidad, que es totalmente ajeno al socialismo, pero que se asumió con agrado por los defensores de la corriente reformista, impidiendo que la corriente crítica no tuviese la suficiente fuerza para contrarrestarlo, debido también al funcionamiento “antidemocrático” y casi de exterminio con este régimen interno expresado anteriormente, lo cual es preciso definirlo como un apabullante abuso de poder, con escaso respeto a las minorías, como debiera corresponder a una democracia sana, donde exista libertad de crítica, ayudados y arropados también por el secuestro y la censura que los Mass Media burgueses han ejercido, colaborando con el “aparato”, que nadie sabe lo que es, pero nos lo imaginamos, contra nuestra corriente de oposición con una mención casi nula a nuestras actividades y críticas públicas.

La tarea asignada por la cúpula dirigente a los cuadros medios ha sido de adular al líder en plan personalista e impedir que se ejerza la crítica con sus artimañas. El ejemplo más diáfano al boicot ejercido a esta corriente de oposición que es I.S. es que llevamos cerca de 3 años intentando reconstruir el órgano Federal máximo, mayoritariamente dimitido,  y por una excusa o por otra, siempre se ha aplazado, aunque en un momento dado, desde I.S. de Andalucía, conseguimos aunar en un proceso impecablemente democrático desde las bases, llegar a unificar 14 grupos de CCAA con una alternativa programática y orgánica, acordada en la última Asamblea Territorial de Andalucía celebrada en Jaén el 17 de Marzo de 2018, abriendo el diálogo con la Direcciòn Federal, pero todavía sin resultados concretos.  

Eso por sí solo demuestra que las bases partidarias han sido despojadas de derechos democráticos básicos y se nos exige obedecer y estar callados, despreciando a los críticos que en un número de cerca de 500.000 abandonaron la afiliación del PSOE cuando en sus momentos de gloria existían más de 750.000 afiliados y quedando en el último Congreso en torno a 187.000 militantes.

Cuando Pedro Sánchez fue rescatado por el voto de la militancia, tras el fatídico golpe en el Comité Federal promovido por las baronías, el Partido salió reforzado con la promesa del giro a la Izquierda y con el lema de “somos la izquierda” hablándose en los mítines de que somos “rojos” y volviendo a cantarse la Internacional con el gozo de antaño del Puño en Alto y Alegría, con lo cual, la militancia y los votantes apostaron por hacer Presidente de un Gobierno Socialista al compañero Pedro Sánchez y les dimos nuestro apoyo crítico colaborando como siempre a fortalecer a nuestro Partido.  

Ahora, con el fracaso de la investidura todo ha quedado en una enorme decepción y frustración y ha llegado la hora de hablar claro, de hacer autocrítica y las críticas pertinentes, empezando por Andalucía, donde ya se ha pedido Congreso desde las filas de nuestra corriente I.S. con nulos resultados a toda la documentación remitida a los órganos de dirección como siempre hacemos.

Tenemos que evitar la represión y los métodos inadecuados con lo cual se pretende mantener el orden y la disciplina, con procedimientos antisocialistas como es evitar o prohibir el debate, que si no somos capaces de evitar para encauzarlo, podríamos seguir el sendero de la decadencia que tomaron otros Partidos Socialdemócratas en Europa, lo cual es necesario tener en cuenta, si de verdad, queremos evitarlo, para lo que es preciso tener claro que NO debemos buscar alianzas con las derechas, como hay sectores internos proclives a favorecerlos, sino con las izquierdas, sindicales, políticas y sociales.

Esa posición que mantiene el ala más moderada encabezada por los Socio Liberales, muchos de los cuales están acostumbrados a defender los intereses de los sillones antes de los de la clase trabajadora y los pobres, la criticamos y debemos hacerlo toda la militancia que esté dispuesta a combatir los errores y las corruptelas, como hacemos desde I.S. mediante la aportación de un programa claro para la clase trabajadora, con las 21 tesis del “programa mínimo Socialista”  que hemos puesto sobre la mesa muchas veces, donde se pide entre algunas cosas urgentes desmontar la Contra-Reforma Laboral de Rajoy  y el resto de las leyes reaccionarias implantadas por el PP.

No haber hecho al menos la propuesta por el Gobierno breve de Pedro Sánchez de someterla a debate en el Parlamento para su derogación, ni tampoco haberla planteado con claridad en las 370 medidas aportadas para el programa de investidura es para la izquierda un error, que también puede pasar factura en las urnas del 10-N o provocar abstención.

El verdadero Socialismo Democrático de raíces marxistas, como enseñaron los fundadores del PSOE, UGT y JJSS y defendieron los cientos de miles que cayeron por el camino en defensa de la República y el Socialismo, se merecen un respeto y se tiene que someter la gestión del Partido a un clima sereno de crítica profunda y científica, que afecte a toda la militancia y a la clase trabajadora en su conjunto, para fortalecernos y ganar su confianza, invitándoles a la participación y el encuadramiento, tanto en los sindicatos de clase, como en organizaciones sociales, pero sobre todo en el Partido Socialista y nosotros planteamos que sea fortaleciendo nuestra corriente I.S pidiendo la adhesión a la misma.

Necesitamos restablecer y reconocer la capacidad para ejercer la crítica seria y positiva de la que se ha venido prescindiendo durante demasiados años, pues la disciplina democrática partidaria, solo se podrá lograr por medio de la confianza consciente de los militantes y votantes en una Dirección que haga lo que se acuerde democráticamente y luego diga y convenza de por qué lo hace o por qué no lo hace ante sus representados que son los votantes, la militancia y el pueblo en general, para que podamos evaluar sinceramente el grado de cumplimiento del programa o detectar los errores cometidos para poder corregirlos.

Para poder conseguir ganarnos esa confianza de la que hemos hablado, es necesario una política correcta, unos ideales socialistas, una estrategia programática global adecuada, una táctica flexible y convincente, además de un método respetuoso con talante de “honradez y firmeza”, como pregonaba el Abuelo Pablo, al que, incomprensiblemente, algunos desde el propio seno del Partido no respetan ni mencionan, ni mucho menos practican los valores que nos legara, siendo incapaces de hacer autocrítica y rectificar los errores.

Por todo lo que llevamos analizado y comentado, el régimen interno democrático es para el socialismo tan extraordinariamente importante que “sin democracia nunca habrá socialismo y sin socialismo nunca habrá una verdadera democracia”. A la clase trabajadora se le debe seguir formando en nuestros ideales socialistas y darles la posibilidad de participar democráticamente donde puedan expresar sus reivindicaciones y canalizarlas abriendo el partido para que pueda llevarse a cabo el programa que se elabore entre todos, de abajo hacia arriba,  erradicando las camarillas que alquilan negros para redactar programas con gente “independiente” (¿De qué clase son independientes, de la clase obrera o de la burguesía?) cuyos textos ambiguos cada vez se parecen menos al socialismo y que a las masas les cuesta trabajo asumir y defender, tal como se les presenta de forma tan farragosa, porque en realidad son más bien proyectos interclasistas, llamados “progresistas” pero que en realidad son ajenos al socialismo.

Si nuestro Partido que se llama Socialista y Obrero se le examina y se recuenta en su cúpula dirigente, o en el Parlamento, en el Senado, o en Gobiernos Autonómicos y Municipales, encontramos casi una nula representación “ de obreros manuales” y la abrumadora mayoría son “trabajadores intelectuales”, que también son necesarios, pero que en nuestro Partido está muy desequilibrado, lo cual habría que hacérnoslo mirar tras presumir y con razón de que llevamos 140 años de historia en lucha por el socialismo.

La construcción de un Partido Socialista, con sindicalistas, con juventudes, con organizaciones sociales y demás colectivos que quieren, exigen y necesitan participar en la lucha y  que se les dé una oportunidad para encauzar sus exigencias y reivindicaciones críticas, necesita estar abierto totalmente a la participación, aunque ellos nos va a llevar a cometer errores, pero debemos saber corregirlos, debatiendo, pensando, aportando, luchando, organizando, compartiendo solidariamente con otras organizaciones que tengan objetivos similares de izquierdas, para enseñarnos a corregirlos colectivamente, en democracia, en libertad y con confianza plena en nuestras propuestas y si no son aceptadas, tener paciencia para convencer en otra ocasión.

Con  un régimen partidario democrático, participativo y sano, nos podría abrir las puertas a la formación práctica y teórica de una militancia luchadora, endurecida y con capacidad de buscar esa unidad entre el inmenso ejercito de asalariados, activos y pasivos castigados por un paro injusto y cruel al que los somete el capitalismo, donde hay más de 3 millones en las listas del desempleo,  donde somos más de 20 millones de asalariados y otros 10 millones de pensionistas y que junto a los varios millones de jóvenes estudiantes que luchan y lucharán cada vez más por ganarse un futuro digno, la cantera para fortalecer la lucha por el socialismo es inmensa.

Pero solo un PSOE que se apoye en los firmes pilares de la “Democracia Participativa y Sana” y defienda el programa del “Socialismo  Marxista y Democrático” estará en condiciones y dispuesto, si conseguimos ganar la mayoría de la izquierda que lucha, a dar la batalla por la Transformación Socialista de este capitalismo mafioso, aunque debemos aplicar métodos democráticos, evitando cualquier influencia aventurera, oportunista y sectaria, hasta donde las necesidades y la fuerza de la lucha nos permitan avanzar en el camino del socialismo, porque no hay atajos sino que la lucha será dura, pero es ahora más necesaria que nunca, pero contando siempre con el concurso y la colaboración de las demás izquierdas que luchan por un mundo mejor, porque si pactamos con las derechas estaremos perdidos.   

Como I.S. ha venido defendiendo desde hace muchos años todo el desarrollo de los procesos que se aceleran debieran plantear la orientación hacia una nueva Internacional que debe recuperar las experiencias y las necesidades históricas, porque ambas cuestiones serán necesarias para avanzar al socialismo.

No obstante, no significa esto que puede actuarse como hacen los aventureros que proclaman internacionales por doquier y “partidos de unificación “ pero que trocean a la clase trabajadora hablando también de unidad, pero dividiendo sin cesar a los pueblos incluso en líneas nacionalistas que crean problemas añadidos.

Solamente con un trabajo correcto y en común, acompañado por una crítica científica mutua, podemos dar pasos hacia los tipos de unidad en la acción que son necesaria para continuar avanzando en las luchas, por lo que insistimos en el hecho de que debe haber un Congreso Partidario,  donde se ponga a debate la cantidad de problemas acumulados y que surgirán en el camino, como por ejemplo la lucha contra los neofascismos emergentes que representan y llevan en sus entrañas el capitalismo químicamente puro y son herederos naturales del Golpe de Estado de Franco y el asesinato de millones de obreros en el mundo, con las guerras, las invasiones y los estropicios que siguen fomentando.

Es preciso conformar un programa que encare los problemas que reclaman con urgencia la ciudadanía, sobre todo los conflictos territoriales y los problemas sociales, medioambientales y económicos.

Esa posibilidad de rectificación y fortalecimiento de nuestra organización se abre ante nosotros con la condición de que nuestras tesis elaboradas entre el conjunto del Partido sean acertadas y correctas, pero con la condición que sean asumidas y defendidas por la mayoría de la población.

La responsabilidad el PSOE es inmensa por lo que debemos tratar de no perder más oportunidades porque la crisis económica empieza a golpear con fuerza en la puerta de Europa y del planeta Tierra y no podemos seguir frustrando a la clase trabajadora a la que el Partido se debe históricamente, pero que ahora debemos ganarnos también a las capas medias empobrecidas por la crisis, porque el movimiento socialista siempre buscará una salida y es mejor que tengamos un partido que sea capaz de dirigir los procesos porque de lo contrario, las masas en acción inventarán la forma de dotarse de otra herramienta que les sirva a sus intereses .

Ante este amplio análisis y las propuestas de mejoras y regeneración tanto del régimen interno como sobre el programa, con el que pretendemos avanzar hacia un mayor grado de democracia participativa y horizontal, que proponemos a la dirección de nuestro Partido y a toda la militancia, cabe esperar diversas respuestas, pero sintetizando pueden resumirse en tres:

a)    Que sea tomada en consideración por los órganos competentes y acometan las cuestiones de forma seria para el próximo Congreso, con tiempo y forma suficiente para debatir desde las bases y tomar las decisiones que libremente surjan con el fin de tomar las medidas más adecuadas para tal fin regenerativo.
b)   Que se haga caso omiso, como se ha hecho en otras ocasiones, para estudiar a fondo estas cuestiones de régimen interno democrático y programático.
c)    Que se pudiese adoptar por parte de la Dirección algún tipo de represalia para continuar obstaculizando el funcionamiento participativo de nuestra corriente Izquierda Socialista, lo cual sería abundar en los errores detectados.

 (.../...Continuará mañana con la Parte 3):  Propuesta desde la izquierda que aportamos al debate.

Nota: 


La Coordinadora Provincial de Izquierda Socialista de Málaga-PSOE. A , ha iniciado este debate aportando esta documentaciòn,  remitiendo el texto completo a la militancia de la corriente en Málaga, según el censo que disponemos actualmente. 

Si alguna persona que haya presentado la solicitud de adhesiòn últimamente o simpatizante que esté interesad@ en hacerlo, podrán participar aportando las enmiendas, para lo cual, soliciten el documento completo al correo de abajo y se les remitirá con carácter de urgencia. 

Además, cualquier comentario o crítica de los simpatizantes y afiliados socialistas serán bien recibidas. 

Fraternales saludos socialistas. 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 


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