Desde Izquierda Socialista de Málaga
(I.S.) exigimos a nuestra dirección una
autocrítica, pues debemos prestar mucha atención considerándolo necesario para
conocer a fondo lo ocurrido y a su vez combatir los errores del régimen interno
partidario y su proceso de burocratización, la tendencia al bonapartismo y culto a la
personalidad que debemos combatir.
La democracia interna no es solo un
problema organizativo sino a su vez un problema social. La merma con tendencia
a la eliminación de la democracia interna es una consecuencia directa del error
que consiste en ceder a las presiones
ejercidas por los adversarios y enemigos del socialismo, principalmente
de los Poderes Fácticos, pero a su vez de los oportunistas y los sectarios.
La historia del reformismo bajo el
sistema capitalista y la experiencia de las derrotas a las que ha llevado la
burocracia a los partidos socialdemócratas en toda Europa y el mundo, confirma
el agotamiento de este modelo voluntarista, cuando abandona el programa de
transición al socialismo democrático, tras sucumbir a las presiones y escorarse
a la derecha, convirtiéndose en realidad en “socio liberalismo” que contribuye
a profundizar los fracasos del “reformismo, sin reformas”, pero mantiene el
nombre de “somos socialistas” que
provoca una enorme confusión entre la clase trabajadora.
La socialdemocracia ha utilizado un
complicado sistema para establecer el modelo que beneficia a la creación de la
burocracia, al abandonar la democracia directa de las Asambleas Locales y los
Congresos que impide poder elegir y revocar a los cargos electos.
Para ello las corrientes renovadoras
cambiaron el modelo de representación basado en la democracia obrera de los
fundadores del Partido, por otro modelo de “democracia orgánica” de segundo y
tercer grado, introduciendo cláusulas en los Congresos, con lo cual verticalizaban en cierta medida el funcionamiento
del Partido y otorgándose el poder de confección de listas a la cúpula que
adquiere el carácter de bonapartismo o caudillismo, que les permite elaborar las
candidaturas o cambiar los primeros puestos, desautorizando la elección que
pudiese venir de las bases y acaban “dedinombrando” a los candidatos.
De esta forma se ha excluido del Partido
a algunos buenos cuadros de la oposición interna representada por corrientes
críticas y por Izquierda Socialista, con lo cual, han aplicado en el interno
del PSOE algo similar a la criticada y nunca eliminada Ley D´hont que sigue
vigente en la C.E. y que recuerda las reminiscencias del franquismo para
premiar a las mayorías y castigar a las minorías de forma desproporcionada.
A su vez, ha existiendo y sigue
existiendo una tendencia grave a excluir del partido o domesticarlo a muchos
trabajadores sindicalizados cuando llevan militancia también en el Partido,
bloqueando a los trabajadores de tendencia más izquierdista y luchadora o
criticarlos y desprestigiarlos con métodos poco compañero cuando no se han
dejado comprar u ofreciéndoles puestos bien remunerados en las listas, con
maniobras poco claras, dando resultados como el Caso ERE en Andalucía y otras
barbaridades de amiguismos.
Con esos procedimientos se ha fomentado
el oportunismo mediante la política de mesas camillas y grupos o corrientes
internas no declaradas y por tanto antiestatutarias, colocando en las listas a
los dóciles y más afines a algunos líderes intermedios de tres al cuarto.
De esa forma se ha conseguido un
deterioro del nivel político de los cuadros medios, tanto orgánicos como
institucionales, algunos de los cuales se han
visto forzados a someterse a la disciplina de partido, sin debate
previo, pues las Agrupaciones, los C.P. y demás organismos, carecen de un
método que aliente a la libertad de expresión, más bien son restrictivos en
tiempo y forma.
La combinación de esa aparente
democracia restringida se convierte en un engaño que ha permitido a esa
burocracia “socio-liberal” (camuflada
como “socialdemócrata”) mantener la fachada en elecciones y debates, cuando
todo viene sibilinamente trucado desde las camarillas y grupos afines a la
dirección, eliminando o espaciando los rendimientos de cuenta y el control necesario
que debe ejercerse desde la oposición interna.
Cuando nuestra corriente Izquierda
Socialista ha asistido a los Comités Provinciales, al menos de lo que conocemos
en Málaga, (uno cada 6 meses de media), nos han dado para llevar a cabo la
crítica a la gestión entre y 1 y 3 minutos de media, mientras que otros se
toman o se les permite largas peroratas de apoyo a la gestión de la dirección.
Ante nuestras protestas se nos ha respondido que es por la falta de tiempo,
pero se pierden horas antes de empezar, o se plantean C.P. exprés,
despachándolos en media jornada de la que se pierde otro tanto.
El abandono paulatino del programa
reformista, acercándose cada vez más peligrosamente al centro derecha, le ha
permitido al Partido actuar a veces como un apéndice más del aparato de la
burguesía en el nombre de la clase trabajadora.
Tanto es así que en el período anterior
a la llegada del nuevo Secretario General, compañero Pedro Sánchez, aupado a pulso del voto de la militancia cuando
se derrotó al tapón antidemocrático que representó las baronías, la clase
trabajadora nos gritaba en las manifestaciones aquello de “¡Psoe y PP la misma
“Rosa” es¡¡
A través del sometimiento a una
legislación propia de los días de la transición, que no se planteó cambiarla de
forma democrática cuando hubo mayoría suficiente, ahora vemos como ese
“híbrido” de C.E. sirve tanto para un “roto” como un “descosido”, tanto para
denunciar al franquismo y querer sacar la momia del Dictador, como para darle
poder a la Iglesia y a la familia de Franco, para paralizar el proceso de
traslado de los restos, demostrando que esas dos fuerzas se excrementan en esta
“Democracia Burguesa”.
Continuando la autocrítica y hablando con
claridad es preciso reconocer que por imposición del aparato Estatal
Franquista, cuyas cloacas siguen infestas y corroída por la corrupción y la
mentira, consiguió lentamente que la burocracia partidaria liquidara el
programa socialista y la democracia interna a través de los años, con una
incapacidad de la minoritaria oposición interna de I.S. para poder cambiar la
situación en los Congresos, por lo cual, valga el presente comentario como la
autocrítica necesaria de nuestra corriente de opinión.
El aparato desarrolló una especie de
culto a la personalidad y pleitesía al líder, desde el “felipismo” hasta la
actualidad, que es totalmente ajeno al socialismo, pero que se asumió con
agrado por los defensores de la corriente reformista, impidiendo que la
corriente crítica no tuviese la suficiente fuerza para contrarrestarlo, debido
también al funcionamiento “antidemocrático” y casi de exterminio con este
régimen interno expresado anteriormente, lo cual es preciso definirlo como un
apabullante abuso de poder, con escaso respeto a las minorías, como debiera
corresponder a una democracia sana, donde exista libertad de crítica, ayudados
y arropados también por el secuestro y la censura que los Mass Media burgueses
han ejercido, colaborando con el “aparato”, que nadie sabe lo que es, pero nos
lo imaginamos, contra nuestra corriente de oposición con una mención casi nula
a nuestras actividades y críticas públicas.
La tarea asignada por la cúpula
dirigente a los cuadros medios ha sido de adular al líder en plan personalista
e impedir que se ejerza la crítica con sus artimañas. El ejemplo más diáfano al
boicot ejercido a esta corriente de oposición que es I.S. es que llevamos cerca
de 3 años intentando reconstruir el órgano Federal máximo, mayoritariamente
dimitido, y por una excusa o por otra,
siempre se ha aplazado, aunque en un momento dado, desde I.S. de Andalucía,
conseguimos aunar en un proceso impecablemente democrático desde las bases,
llegar a unificar 14 grupos de CCAA con una alternativa programática y
orgánica, acordada en la última Asamblea Territorial de Andalucía celebrada en
Jaén el 17 de Marzo de 2018, abriendo el diálogo con la Direcciòn Federal, pero
todavía sin resultados concretos.
Eso por sí solo demuestra que las bases
partidarias han sido despojadas de derechos democráticos básicos y se nos exige
obedecer y estar callados, despreciando a los críticos que en un número de
cerca de 500.000 abandonaron la afiliación del PSOE cuando en sus momentos de
gloria existían más de 750.000 afiliados y quedando en el último Congreso en
torno a 187.000 militantes.
Cuando Pedro Sánchez fue rescatado por
el voto de la militancia, tras el fatídico golpe en el Comité Federal promovido
por las baronías, el Partido salió reforzado con la promesa del giro a la
Izquierda y con el lema de “somos la izquierda” hablándose en los mítines de
que somos “rojos” y volviendo a cantarse la Internacional con el gozo de antaño
del Puño en Alto y Alegría, con lo cual, la militancia y los votantes apostaron
por hacer Presidente de un Gobierno Socialista al compañero Pedro Sánchez y les
dimos nuestro apoyo crítico colaborando como siempre a fortalecer a nuestro
Partido.
Ahora, con el fracaso de la investidura
todo ha quedado en una enorme decepción y frustración y ha llegado la hora de
hablar claro, de hacer autocrítica y las críticas pertinentes, empezando por
Andalucía, donde ya se ha pedido Congreso desde las filas de nuestra corriente
I.S. con nulos resultados a toda la documentación remitida a los órganos de
dirección como siempre hacemos.
Tenemos que evitar la represión y los
métodos inadecuados con lo cual se pretende mantener el orden y la disciplina,
con procedimientos antisocialistas como es evitar o prohibir el debate, que si
no somos capaces de evitar para encauzarlo, podríamos seguir el sendero de la
decadencia que tomaron otros Partidos Socialdemócratas en Europa, lo cual es
necesario tener en cuenta, si de verdad, queremos evitarlo, para lo que es
preciso tener claro que NO debemos buscar alianzas con las derechas, como hay
sectores internos proclives a favorecerlos, sino con las izquierdas,
sindicales, políticas y sociales.
Esa posición que mantiene el ala más
moderada encabezada por los Socio Liberales, muchos de los cuales están
acostumbrados a defender los intereses de los sillones antes de los de la clase
trabajadora y los pobres, la criticamos y debemos hacerlo toda la militancia
que esté dispuesta a combatir los errores y las corruptelas, como hacemos desde
I.S. mediante la aportación de un programa claro para la clase trabajadora, con
las 21 tesis del “programa mínimo Socialista” que hemos puesto sobre la mesa muchas veces,
donde se pide entre algunas cosas urgentes desmontar la Contra-Reforma Laboral
de Rajoy y el resto de las leyes
reaccionarias implantadas por el PP.
No haber hecho al menos la propuesta por
el Gobierno breve de Pedro Sánchez de someterla a debate en el Parlamento para
su derogación, ni tampoco haberla planteado con claridad en las 370 medidas
aportadas para el programa de investidura es para la izquierda un error, que
también puede pasar factura en las urnas del 10-N o provocar abstención.
El verdadero Socialismo Democrático de
raíces marxistas, como enseñaron los fundadores del PSOE, UGT y JJSS y
defendieron los cientos de miles que cayeron por el camino en defensa de la República
y el Socialismo, se merecen un respeto y se tiene que someter la gestión del
Partido a un clima sereno de crítica profunda y científica, que afecte a toda
la militancia y a la clase trabajadora en su conjunto, para fortalecernos y
ganar su confianza, invitándoles a la participación y el encuadramiento, tanto
en los sindicatos de clase, como en organizaciones sociales, pero sobre todo en
el Partido Socialista y nosotros planteamos que sea fortaleciendo nuestra
corriente I.S pidiendo la adhesión a la misma.
Necesitamos restablecer y reconocer la
capacidad para ejercer la crítica seria y positiva de la que se ha venido
prescindiendo durante demasiados años, pues la disciplina democrática
partidaria, solo se podrá lograr por medio de la confianza consciente de los
militantes y votantes en una Dirección que haga lo que se acuerde
democráticamente y luego diga y convenza de por qué lo hace o por qué no lo
hace ante sus representados que son los votantes, la militancia y el pueblo en
general, para que podamos evaluar sinceramente el grado de cumplimiento del
programa o detectar los errores cometidos para poder corregirlos.
Para poder conseguir ganarnos esa
confianza de la que hemos hablado, es necesario una política correcta, unos
ideales socialistas, una estrategia programática global adecuada, una táctica
flexible y convincente, además de un método respetuoso con talante de “honradez
y firmeza”, como pregonaba el Abuelo Pablo, al que, incomprensiblemente,
algunos desde el propio seno del Partido no respetan ni mencionan, ni mucho
menos practican los valores que nos legara, siendo incapaces de hacer
autocrítica y rectificar los errores.
Por todo lo que llevamos analizado y
comentado, el régimen interno democrático es para el socialismo tan
extraordinariamente importante que “sin democracia nunca habrá socialismo y sin
socialismo nunca habrá una verdadera democracia”. A la clase trabajadora se le
debe seguir formando en nuestros ideales socialistas y darles la posibilidad de
participar democráticamente donde puedan expresar sus reivindicaciones y
canalizarlas abriendo el partido para que pueda llevarse a cabo el programa que
se elabore entre todos, de abajo hacia arriba, erradicando las camarillas que alquilan negros
para redactar programas con gente “independiente” (¿De qué clase son independientes,
de la clase obrera o de la burguesía?) cuyos textos ambiguos cada vez se
parecen menos al socialismo y que a las masas les cuesta trabajo asumir y
defender, tal como se les presenta de forma tan farragosa, porque en realidad
son más bien proyectos interclasistas, llamados “progresistas” pero que en
realidad son ajenos al socialismo.
Si nuestro Partido que se llama
Socialista y Obrero se le examina y se recuenta en su cúpula dirigente, o en el
Parlamento, en el Senado, o en Gobiernos Autonómicos y Municipales, encontramos
casi una nula representación “ de obreros manuales” y la abrumadora mayoría son
“trabajadores intelectuales”, que también son necesarios, pero que en nuestro
Partido está muy desequilibrado, lo cual habría que hacérnoslo mirar tras
presumir y con razón de que llevamos 140 años de historia en lucha por el
socialismo.
La construcción de un Partido Socialista,
con sindicalistas, con juventudes, con organizaciones sociales y demás
colectivos que quieren, exigen y necesitan participar en la lucha y que se les dé una oportunidad para encauzar
sus exigencias y reivindicaciones críticas, necesita estar abierto totalmente a
la participación, aunque ellos nos va a llevar a cometer errores, pero debemos
saber corregirlos, debatiendo, pensando, aportando, luchando, organizando,
compartiendo solidariamente con otras organizaciones que tengan objetivos
similares de izquierdas, para enseñarnos a corregirlos colectivamente, en
democracia, en libertad y con confianza plena en nuestras propuestas y si no
son aceptadas, tener paciencia para convencer en otra ocasión.
Con
un régimen partidario democrático, participativo y sano, nos podría
abrir las puertas a la formación práctica y teórica de una militancia
luchadora, endurecida y con capacidad de buscar esa unidad entre el inmenso
ejercito de asalariados, activos y pasivos castigados por un paro injusto y
cruel al que los somete el capitalismo, donde hay más de 3 millones en las
listas del desempleo, donde somos más de
20 millones de asalariados y otros 10 millones de pensionistas y que junto a
los varios millones de jóvenes estudiantes que luchan y lucharán cada vez más
por ganarse un futuro digno, la cantera para fortalecer la lucha por el
socialismo es inmensa.
Pero solo un PSOE que se apoye en los
firmes pilares de la “Democracia Participativa y Sana” y defienda el programa
del “Socialismo Marxista y Democrático”
estará en condiciones y dispuesto, si conseguimos ganar la mayoría de la
izquierda que lucha, a dar la batalla por la Transformación Socialista de este
capitalismo mafioso, aunque debemos aplicar métodos democráticos, evitando
cualquier influencia aventurera, oportunista y sectaria, hasta donde las
necesidades y la fuerza de la lucha nos permitan avanzar en el camino del
socialismo, porque no hay atajos sino que la lucha será dura, pero es ahora más
necesaria que nunca, pero contando siempre con el concurso y la colaboración de
las demás izquierdas que luchan por un mundo mejor, porque si pactamos con las
derechas estaremos perdidos.
Como I.S. ha venido defendiendo desde
hace muchos años todo el desarrollo de los procesos que se aceleran debieran
plantear la orientación hacia una nueva Internacional que debe recuperar las
experiencias y las necesidades históricas, porque ambas cuestiones serán
necesarias para avanzar al socialismo.
No obstante, no significa esto que puede
actuarse como hacen los aventureros que proclaman internacionales por doquier y
“partidos de unificación “ pero que trocean a la clase trabajadora hablando
también de unidad, pero dividiendo sin cesar a los pueblos incluso en líneas
nacionalistas que crean problemas añadidos.
Solamente con un trabajo correcto y en
común, acompañado por una crítica científica mutua, podemos dar pasos hacia los
tipos de unidad en la acción que son necesaria para continuar avanzando en las
luchas, por lo que insistimos en el hecho de que debe haber un Congreso Partidario,
donde se ponga a debate la cantidad de
problemas acumulados y que surgirán en el camino, como por ejemplo la lucha
contra los neofascismos emergentes que representan y llevan en sus entrañas el
capitalismo químicamente puro y son herederos naturales del Golpe de Estado de
Franco y el asesinato de millones de obreros en el mundo, con las guerras, las
invasiones y los estropicios que siguen fomentando.
Es preciso conformar un programa que
encare los problemas que reclaman con urgencia la ciudadanía, sobre todo los
conflictos territoriales y los problemas sociales, medioambientales y
económicos.
Esa posibilidad de rectificación y
fortalecimiento de nuestra organización se abre ante nosotros con la condición
de que nuestras tesis elaboradas entre el conjunto del Partido sean acertadas y
correctas, pero con la condición que sean asumidas y defendidas por la mayoría
de la población.
La responsabilidad el PSOE es inmensa
por lo que debemos tratar de no perder más oportunidades porque la crisis
económica empieza a golpear con fuerza en la puerta de Europa y del planeta
Tierra y no podemos seguir frustrando a la clase trabajadora a la que el
Partido se debe históricamente, pero que ahora debemos ganarnos también a las
capas medias empobrecidas por la crisis, porque el movimiento socialista
siempre buscará una salida y es mejor que tengamos un partido que sea capaz de
dirigir los procesos porque de lo contrario, las masas en acción inventarán la
forma de dotarse de otra herramienta que les sirva a sus intereses .
Ante este amplio análisis y las
propuestas de mejoras y regeneración tanto del régimen interno como sobre el
programa, con el que pretendemos avanzar hacia un mayor grado de democracia
participativa y horizontal, que proponemos a la dirección de nuestro Partido y
a toda la militancia, cabe esperar diversas respuestas, pero sintetizando
pueden resumirse en tres:
a) Que sea tomada en consideración por los
órganos competentes y acometan las cuestiones de forma seria para el próximo
Congreso, con tiempo y forma suficiente para debatir desde las bases y tomar
las decisiones que libremente surjan con el fin de tomar las medidas más
adecuadas para tal fin regenerativo.
b) Que se haga caso omiso, como se ha hecho
en otras ocasiones, para estudiar a fondo estas cuestiones de régimen interno
democrático y programático.
c) Que se pudiese adoptar por parte de la
Dirección algún tipo de represalia para continuar obstaculizando el
funcionamiento participativo de nuestra corriente Izquierda Socialista, lo cual
sería abundar en los errores detectados.
(.../...Continuará mañana con la Parte 3): Propuesta desde la izquierda que aportamos al debate.
Nota:
La Coordinadora Provincial de Izquierda Socialista de Málaga-PSOE. A , ha iniciado este debate aportando esta documentaciòn, remitiendo el texto completo a la militancia de la corriente en Málaga, según el censo que disponemos actualmente.
Si alguna persona que haya presentado la solicitud de adhesiòn últimamente o simpatizante que esté interesad@ en hacerlo, podrán participar aportando las enmiendas, para lo cual, soliciten el documento completo al correo de abajo y se les remitirá con carácter de urgencia.
Además, cualquier comentario o crítica de los simpatizantes y afiliados socialistas serán bien recibidas.
Fraternales saludos socialistas.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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