Comunicamos a nuestros lectores,
adheridos y simpatizantes que a partir del día de hoy el Área de Comunicación
de Izquierda Socialista de Málaga que administra este blog, nos tomaremos unas semanas de descanso.
Como habíamos informado ayer, dejamos
abajo la Parte final del artículo seleccionado que ha alcanzado el primer
puesto en el ranking de lectores y esperamos continuar lo antes posible
nuestras actividades.
Saludos
socialistas.
Área
de Comunicación.
EUROPA CAMINA HACIA EL ABISMO:
Debido a las profundas contradicciones que el capitalismo ha ido
acumulando, la situación en Europa está cambiando y nos enfrentamos a un nuevo
periodo de levantamientos, luchas, insurrecciones y procesos
moleculares de cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las
masas en cada uno de sus países que no pueden superar la recesión capitalista
en la que hemos entrado.
Esta recesión mundial está siendo mucho más profunda que las crisis vividas después de los años 70, de características similares a la llamada “crisis del petróleo de 1974/75”, que fue otra crisis de largo alcance, pero ésta muy profunda y de onda larga también. El desempleo de masas apareció simultáneamente en todos los países, y no es un detalle coyuntural, ha sido para quedarse largo tiempo porque es de carácter estructural y permanente, enlazando con una recesión que es prácticamente universal afectando de lleno a los países industrialmente más desarrollados que descargan sus consecuencias sobre los más atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y catástrofes alimentarias en los países empobrecidos y castigados por las guerras, que huyen despavoridos buscando una vida mejor.
La tasa de ganancias se derrumbó en todos esos países decreciendo
fulminantemente las inversiones tanto privadas como públicas. Junto a ello han
colapsado las ilusiones en el enriquecimiento permanente de todos y ha
conseguido que a los capitalistas les duela la cabeza tras la orgía de
abultadas ganancias que habían venido obteniendo durante el largo auge capitalista
del periodo anterior a la crisis de 2007/08.
En la actualidad la burguesía ha entrado en pánico y los capitalistas
tienen más miedo que nunca porque ven un futuro bastante negro, debido a la
desfavorable correlación de fuerzas en el tablero mundial para sus intereses,
porque comprenden la agonía del capitalismo y el inicio del resurgir del
movimiento sindical y de las izquierdas con el potencial aplastante que la
clase obrera mundial representa.
Uno de los factores clave del desarrollo de esas movilizaciones que buscan
desesperadamente una transformación social profunda es la desmoralización de la
propia clase dominante. En los países claves del capitalismo han aparecido
fisuras, enfrentamientos y divisiones en el seno de las burguesías respectivas.
Así que muchos capitalistas miran con terror los procesos tan delicados que estamos viviendo tanto en esas zonas calientes como en el resto del mundo. Incluso el país capitalista más poderoso como los EEUU, que pensaban que podría disfrutar de siglos de dominación mundial, cuando cayó el muro de Berlín, considerándose los gendarmes de planeta, están ahora igual de desmoralizados que todos los demás, porque ni China ni Europa pueden tomar el relevo como locomotora que les saque del atolladero de esta brutal recesión económica en que se encuentra el sistema.
Las derrotas en guerras monstruosas como las de Irak, Afganistán, Siria… a pesar de gastar la increíble cantidad de más
de 3 billones de dólares en armas y ayudar a reconstruir gobiernos títeres, a
pesar de todos los adelantos de los mejores ingenios diabólicos, a pesar del
empleo de armas bacteriológicas y químicas, a pesar de tirar toneladas de
bombas, la mayor cantidad de material bélico utilizado nunca antes incluyendo
la II Guerra mundial, el imperialismo norteamericano ha tenido que retirarse
derrotado, aunque no lo quieran admitir, lo que es otra contrariedad más para
el imperialismo que comprende con estupor que las socorridas guerras de rapiña,
por primeva vez en su historia han dejado de ser rentables.
Influyen también otros factores como razones principales para explicar esa
derrota, como es la resistencia a tanta matanza, por el pueblo árabe y también
del norteamericano, a tanto gasto bélico cuando los salarios y el nivel de vida
de la clase trabajadora venía deteriorándose durante los 40 últimos años y las
reformas prometidas en mejoras en Sanidad, Educación y asistencia social no
aparecían por ninguna parte, siendo bloqueadas por el reaccionario Partido
Republicano permanentemente.
La desmoralización de las bases del ejército estadounidense hacía difícil
mantener esa pesada maquinaria bélica de ocupación, pues las familias de los
soldados estaban formando asociaciones de protesta y exigían la repatriación de
los jóvenes para que no dejasen su vida en tierras lejanas con el objetivo de
defender los intereses de los capitalistas. El apoyo a los dos grandes
partidos, Demócrata y Republicano, se estaba empezando a desmoronar y existe la
posibilidad de que pronto aparezca una tercera fuerza de izquierdas, que recoja
las necesidades de los sindicatos y la clase trabajadora, expresada en algunos
movimientos sociales, donde el pueblo se manifiesta contra la nefasta política
de Trump y delante de los Bancos con
enormes protestas, diciendo eso de somos el 99 % y ellos el 1 %, desconfiando
cada vez más del sistema bipartidista que es visto como el ala derecha y el ala
izquierda del mismo buitre carroñero que se alimenta de los cadáveres de los
que mueren en esas cruentas guerras.
La clase capitalista estadounidense, siendo la más poderosa del mundo es
también la más ignorante de todas las burguesías y quiere seguir demostrando a
los sectores más xenófobos, patrioteros e histéricos de la burguesía, que tienen un enorme poder militar y
económico. Pero en realidad, la clase dominante más inteligente y los
estrategas más conscientes comprenden que por ese camino no pueden seguir, con
tanto chantaje, esa chulería provocativa y el avasallamiento constante a los
demás pueblos, y sobre todo al mundo árabe. No deberían continuar, pero el
enfrentamiento entre el sector llamado de los “halcones” con el llamado de las
“palomas” va a proseguir en aumento y las luchas intestinas se agravarán,
porque en realidad se han quedado sin paradigma correcto a aplicar.
El proceso de desarrollo de la revolución que estalló en la primavera árabe
hace unos años, no podemos considerarlo más que como un ensayo general de los
acontecimientos similares que se darán, más temprano o más tarde, en los países
del descompuesto viejo continente, cuyo fracaso de la utopía reaccionaria de
construir la “Europa de los Mercaderes” es ya una realidad patente asumida por
una mayoría como vemos el inminente caos del Brexit, que representa un desgarro
para Europa.
Esto fue predicho hace tiempo por muchos de los analistas marxistas que
predecían que antes de que se realice el sueño utópico y reaccionaria de una
superpotencia europea unida, que disfrutase de una integración económica,
monetaria y sobre todo Política, lo que representaría un solo Estado para hacer
frente a los EEUU, la crisis estructural de sobreproducción inevitable bajo el
capitalismo estallaría, como así currió, y debido a la propia crisis y a la
recesión posterior, todos esos estados desiguales y con intereses muy
contradictorios, experimentarían convulsiones y agitaciones sociales terribles,
dado que el capitalismo no puede dar soluciones duraderas a las cuestiones
sociales ni territoriales.
El sometimiento de todos los gobiernos y su parálisis total ante el
chantaje y la dictadura financiera impuesta por el FMI y la Banca Mundial, a
las órdenes directas de los poderes fácticos imperialistas, es rechazado cada
vez con más fuerza por la mayoría de los ciudadanos, que ven con horror que la
pantomima de la democracia burguesa se ha convertido en una verdadera farsa, al
remover gobiernos que han sido votados por el pueblo y quieren sustituirlos por
los llamados eufemísticamente “Tecnocráticos”, que son verdaderos títeres de
Golman Sachs , la potencia financiera que domina el sistema; Las masas
entienden cada vez con más claridad que la cuestión de los déficits es un robo
descarado de los ricos para que los pobres paguemos sus orgías y sus
atesoramientos en paraísos fiscales.
En toda Europa la clase trabajadora es mil veces más fuerte que antes de la
II Guerra Mundial y la burguesía, aunque aparenta fortaleza, en realidad es
mucho más débil en número y fuerza, porque en el fondo está mantenida sobre dos
muletas, como son la socialdemocracia y los reformistas de izquierdas, que si
dejaran de apoyarla y pasaran a defender un programa socialista genuino, de
transición al socialismo, en unidad, organizadamente y mediante acciones de
masas, la burguesía caería como una fruta madura. La correlación de fuerzas
entre los capitalistas y la clase trabajadora es mucho más favorable a éste
último bloque.
La clase asalariada, tanto en número, cohesión social y sobre todo, al
papel directo y primordial que tiene en la producción, es en realidad la clase
dominante, pero necesita que una dirección firme e inteligente se lo haga
saber, ofreciéndoles el camino para el triunfo marcando claramente que la
alternativa es el genuino socialismo, con una democracia completa, en los
planos económico, político, social y cultural.
Algunos estrategas de la burguesía, los más ultras y neofascistas, hablando
de golpes de estado, cuando la clase trabajadora ha venido luchando contra la
“dictadura financiera” y aconsejaban jugársela todo a una carta para aplastar a
los trabajadores, (La noticia saltó desde lejos, como si la CIA lo hubiese
detectado) pero otros burgueses más inteligentes les han hecho desistir, ante
el terrible panorama revolucionario que se les podría abrir ante sus pies, lo
que en si mismo representaba una verdadera catástrofe y un verdadero colapso
del capitalismo, no obstante, seguirán esperando una situación más favorable,
pues quizás no la encuentren como ellos quisieran en el corto plazo. Eso revela
la incapacidad y el nerviosismo de la clase dominante para trazar un plan viable
que resuelva los problemas económicos y las cuestiones sociales al mismo
tiempo.
La burguesía comete un error al evaluar a la clase trabajadora por sus
dirigentes sindicales, que se encuentran paralizados para la acción,
confundiéndolos con las bases, que están expectantes y pueden saltar a la lucha
por cualquier accidente. La Patronal interpreta que existe un cierto reflujo en
el movimiento obrero y en realidad, estamos en los inicios de la recuperación
de las luchas entre las clases que empiezan un ciclo ascendente, después de un
largo periodo de semi-reacción.
El colapso del capitalismo que se produjo en Grecia, Portugal, Italia y el Estado
español, países que en términos económicos podemos afirmar que están
intervenidos por los grandes Truts financieros imperialistas, abre un nuevo
periodo en la historia de Europa que afectará a todo el mundo, en cuanto llegue
el próximo colapso por la crisis estructural pròxima.
La previsión de algunos estrategas sobre el surgimiento de una oleada
revolucionaria similar a la de los años 30, se está en realidad confirmando con
los potentes movimientos de la clase trabajadora, tanto en el mundo árabe como
en países de Europa y Latinoamérica, lo cual, debido a la simultaneidad que se
contempla con la ayuda de los modernos medios de información y comunicación, las repercusiones de las movilizaciones
en cadena traspasarán fronteras y serán contagiosas e imparables.
En las primeras décadas del siglo XX, el descarrilamiento de los procesos revolucionarios por parte de los reformistas o de los estalinistas en toda Europa occidental, pusieron las bases políticas para la recuperación económica, después de sangrientas guerras, lo que llevó posteriormente, una vez derrotado el nazi-fascismo, a una recuperación y consolidación de la economía, tanto en los países capitalistas como en los estalinistas.
Ambos modelos económicos alcanzaron una recuperación al nivel más alto posible, de conformidad con sus estructuras internas, pero una vez se demostró la inviabilidad del sistema de bonapartismo proletario estaliniano con la caída del muro de Berlín, y agotada la fase del auge del capitalismo de las tres décadas posteriores, hemos entrado en un nuevo período que representa el comienzo del crepúsculo del capitalismo mundial y muchos estrategas coinciden que es urgente buscar una salida alternativa, que no puede caber dentro del modelo actual de capitalismo mafioso de casino, sino que debe recoger los valores del auténtico socialismo, con democracia, planificación, participación, autogestión, con aplicación de los nuevos descubrimientos, la robótica y las nuevas tecnologías, para poner los frutos del trabajo que ya se realiza socialmente al servicio de la Humanidad y bajo su propio control social, democráticamente ejercido, para evitar los robos, la explotación y los despilfarros.
Algunos interesados y mercenarios del capital siguen insistiendo que el socialismo es una utopía, pero nosotros lo vemos como una necesidad, porque a pesar del auge y en cierta medida, como expresión de la crisis estructural de sobreproducción, la vitalidad del capitalismo mundial sigue disminuyendo, lo que expresa la gran contradicción de que sobran mercancías, en bases capitalistas, cuando tantas personas tienen necesidades alimenticias que podrían ser satisfechas, podrían vivir en casas confortables, tener un trabajo decente y bien remunerado, así como disfrutar de una buena calidad de vida, con un ocio cultural y no embrutecedor, pudiendo acceder, en caso de adversidad o enfermedad, a un salario social universal y a una jubilación digna.
La cuestión del Cambio Climático y el constante deterioro del Medio Ambiente, con escándalos permanentes de contaminación atmosférica, la decadencia de la moral burguesa, la rebelión de la juventud que exige un puesto de trabajo, el giro a la izquierda de los estudiantes con protestas masivas por los recortes en los presupuestos de Educación, y las movilizaciones de los trabajadores de la Sanidad, los pensionistas, el feminismo, el ecologísmo y de otras ramas, son también factores que expresan la necesidad de cambios estructurales de fondo, pues dichos factores son indicadores de la crisis de esta sociedad burguesa que ha llegado a sus límites desafiando la existencia misma del modelo capitalista, que se encuentra obsoleto, agotado y senil.
Estamos abocados a una recesión profunda y universal, que sacudirá los
cimientos del propio modelo capitalista demostrando su incapacidad de proseguir
desarrollando las fuerzas productivas. La plaga del paro masivo en la mayoría
de los países y la recesión están manteniendo hasta cierto punto controlada la
inflación, pero en cuanto ésta empiece a repuntar, y lo hará debido a las
potentes inyecciones recibidas en el torrente sanguíneo de la economía bancaria
capitalista, el sistema se verá atrapado entre el paro y la inflación que
provocará violentas oleadas de agitaciones sociales, luchas, levantamientos,
huelgas y protestas masivas.
El despertar de la conciencia del movimiento obrero, que está iniciando su recuperación, a pesar de la superioridad técnica y militar de la burguesía, que se sigue preparando para la represión, hará inservible todos los artilugios que quiera emplear, porque la necesidad y el hambre es superior a todos los obstáculos que siempre ha querido poner en frente la clase dominante. Una vez que las masas se pongan en movimiento y se doten de un programa adecuado para marchar resueltamente en pro del socialismo y con una firme dirección que saldrá desde las mismas entrañas de la lucha del movimiento obrero, todo lo que hagan por sofocar los anhelos de las masas de lograr un cambio radical que abra el camino para un mundo mejor, será inútil para la burguesía.
Sumamente significativo es que la potencia imperialista más fuerte, los Estados Unidos, y los países más débiles como los del cuerno de África, se encuentren en un callejón sin salida, la potencia fundamental especulando con los alimentos, para su acaparamiento en grandes almacenes, que provocan las consiguiente subidas artificiales de los precios y los otros, con hambrunas terribles por falta de una migaja de pan que llevarse a la boca. Algunos pueden tacharnos de “demagógicos” cuando comentamos estas cuestiones, pero nosotros deberemos llamarlos simplemente “asesinos” si nos quieren impedir que digamos nuestras verdades.
Pero nuestras críticas no deben ir solamente al sistema capitalista, que
aunque Pablo Iglesias Posse decía que “el
capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora”,
que es cierto, algo tienen que ver también los errores de las direcciones
sindicales y políticas de las organizaciones de la izquierda, que están
obligadas a aprender de la historia para corregir el rumbo. Porque si el
capitalismo sigue todavía vigente en Europa, se debe fundamentalmente al
pesimismo, pusilanimidad, cobardía, ceguera y estupidez absoluta, junto con la
falta de perspectivas, táctica correcta, ideales limpios y estrategia adecuada
y correcta de las direcciones de la izquierda, cuya autocritica asumimos con la
alícuota pequeña parte que nos corresponda, como corriente crítica minoritaria
que somos.
Asimismo es preciso reconocer que las bases, los votantes, nunca pueden ser culpadas de los errores,
corrupciones, desviaciones y demás desaguisados que cometan las direcciones.
Hablando claro, la confusión y desorientación de los dirigentes sindicales y
políticos, han conseguido que las masas pierdan confianza en ellos, pues se han
elevado por encima de la clase acercándose al modelo burgués y algunos de ellos
miran a los trabajadores con un cierto despotismo e incluso desprecio, le temen
a las Asamblea de base porque no quieren escuchar las críticas y por tanto,
insisten en seguir buscando compromisos con la burguesía, para continuar siendo
vistos como grandes “hombres de Estado” que algunos se creen.
Los propios estrategas de la burguesía comprenden mejor que ellos el periodo al que nos enfrentamos, debido a las contradicciones latentes en las profundidades del movimiento obrero, que está sufriendo un acoso terrible, con pérdidas de derechos y niveles de vida que nos retrotrae a tiempos de la posguerra. La pequeña burguesía está deprimida y tienen malos presentimientos ante los futuros problemas sociales, huelgas, protestas, enfrentamientos y convulsiones que se va a dar entre los trabajadores y el capital de todos los países.
Muchos autónomos y pequeños empresarios están sufriendo un proceso de
proletarización y están llegando a la conclusión que para ellos tampoco el
capitalismo ofrece salidas, por lo que, más temprano o más tarde, estarían
dispuesto a seguir a una dirección potente de izquierdas que surja del
movimiento obrero y les ofrezca un futuro con más garantías de las que les da
su propio modelo capitalista que les ha llevado a la ruina.
Las contradicciones se han ido acumulando durante las últimas décadas y una
de las más peligrosas de resolver es la que existe entre el poder de la clase
obrera y la inservible política de las direcciones sindicales y políticas
actuales, porque éstas no se quieren dar cuenta de las posibilidades objetivas
que se están dando para poder apartar al capitalismo de la escena de la
historia y empezar a construir el socialismo, pero estas tareas que son las
clásicas para las que fueron fundadas estas organizaciones de clase pondrían
una vez más a prueba a las organizaciones tradicionales de la clase obrera, que
si no giran a la izquierda y asumen el nuevo rumbo que los trabajadores les
exigen como necesidades imperiosas, serían cambiadas en el fragor de la batalla
o serían llevadas a la derrota. Debemos tener confianza en la clase obrera,
pues como decía un clásico marxista, “Desde dentro de sus filas, entre los
mejores luchadores de la clase obrera y la juventud, saldrán las fuerzas
dirigentes del genuino SOCIALISMO, porque fuera de las organizaciones de masas,
no se creará nada que pueda resistir la fuerza del tiempo”.
Conclusiones: De la I Internacional surgieron las fuerzas de la II, que mediante las presiones históricas, y sus contradicciones económicas expresadas en la dialéctica económico-social, se escindió y surgió más tarde la III Internacional, que asimismo fue degenerada por los seguidores del estalinismo dirigidos por el propio Stalin, en una lucha feroz para evitar que surgiera con fuerzas la IV que estaba en embrión y fue abortada y laminada por el capitalismo y los procesos históricos del estalinismo. De los polvos de todas esas “estrellas”, de donde cabe resaltar tantos trabajadores heroicos y comprometidos con la noble causa del socialismo, que fueron la mayoría de luchadores anónimos que dieron su vida por la causa del socialismo buscando un mundo mejor en armonía para todos, y también a causa de los errores de esa pléyades de “jefecillos” que dirigían al movimiento obrero y que “estrellaron” una y otra vez a los trabajadores contra los muros intransigentes del capitalismo y sus defensores, debemos RECONSTRUIR un nuevo movimiento socialista fuerte y vigoroso, que traspase fronteras, que esté a la altura de las circunstancias en los momentos álgidos a los que la clase trabajadora se verá forzada a enfrentarse, porque bajo el capitalismo no hay salida para la Humanidad.
Para ello debemos combatir democrática y dialécticamente los errores del Oportunismo y del Sectarismo, debemos continuar la lucha, tanto en el plano teórico con un debate compañero, como en la acción de masas para continuar organizándonos, en pro de una fuerte unidad, a la vez que preparamos y nos dotamos de cuadros firmes, que sean elegidos y en su caso revocados por las bases democráticamente, para avanzar en la lucha y pasar a la ofensiva que nos permita rechazar los ataques de la burguesía y abrirnos el camino para construir otro modelo de sociedad, porque otro mundo no solamente es posible sino que es más necesario que nunca, pero siempre que está orientado hacia el genuino socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.PSOE-A
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