12 de diciembre de 2018

DEBATE SOBRE LOS CHALECOS AMARILLOS Y LOS CDR.


Resultado de imagen de Redes Sociales 
No todo es basura en las redes, aunque cada vez encontramos más imbéciles y “fake news” interesadas por algunos de los bandos y bandas en litigio. Me dijo una vez un viejo filósofo que “lo importante no es solo saber, sino, dónde encontrar el verdadero saber”, así que rebuscando en FB el otro día me encontré un interesante debate, del cual recojo este extracto de uno de los que mejor me han parecido, sobre las luchas sociales en Francia,  Cataluña y el resto del planeta que se está convirtiendo en un auténtico polvorín, con el reciente altercado entre EEUU y China, que podría servir para incrementar las tensiones bélicas:

El debate se agudizó tras este primer breve comentario al que siguieron algunas respuestas de menor calado y luego llegó a elevarse hasta un grado muy interesante:

M. escribió:“ El factor subjetivo será clave para el desarrollo social, pero en la actualidad, éste se encuentra muy debilitado en relación a las condiciones objetivas. Una coordinación entre ambos factores acelerará el paso de una formación económica a otra más avanzada. Es en la sociedad socialista, cuando se hará posible desarrollar de manera planificada la vida social, si el pueblo se incorpora a edificar el socialismo, con organizaciones potentes, mediante la lucha firme por una democracia limpia y toma el control de la economía a favor de la clase trabajadora. Las condiciones objetivas no solo están maduras, sino que se están pudriendo, pero las actuales direcciones del movimiento obrero, por su bajo nivel de conocimientos políticos, sus egoísmos y la defensa de sus sillones, son incapaces de estar a la altura que las circunstancias requieren(…)

J. comenta: Las barricadas hechas con coches de particulares o sus incendios obedece a una exaltación piromaníaca que no garantiza ninguna revolución de éxito. Esa interpretación vale tanto para el París de 1968 como para el de 2018 y otras fechas intermedias de revueltas callejeras escénicamente muy llamativas pero con resultados de poco futuro aunque hicieran tambalear gobiernos. El problema práctico de esos colectivos exaltados que toman las calles para jugar a batallas campales olvidan lo esencial de toda revuelta: el control inteligente de los centros estratégicos de cada geografía: desde instituciones a peajes de la red viaria.

M. responde a J.: El método violento de incendiar coches, y destrozar mobiliario urbano, no es muy recomendable. Es propio del lumpen y de gente cabreada que no tiene una alternativa. Eso retrasa la toma de conciencia de clase, se convierte en algaradas inútiles, desarrolla la espiral de represión y da alas a la clase dominante para que justifique la intervención contundente (En Cataluña) y piensen en un dictador para acabar con esa espiral, como están haciendo ya agentes de la burguesía y lideres del PP, C`s y sobre todo Vox.

J. responde a M:  He venido observando desde hace muchos años el comportamiento de los manifestantes propensos a incendiar containers y romper escaparates y siempre me he quedado intrigado de dónde sacan alguna justificación para hacerlo. No me ando con chiquitas para exponer mi critica radical y tomarlos por lo que son: unos contrarrevolucionarios que confunden el fuego con la depuración social. El pirómano es un enfermo severamente empujado a la destrucción. Si encima encuentra un pretexto para hacerlo pasará ante algunos como un héroe de campaña. No negaré que retrospectiva e históricamente el cóctel molotov o la botella de gasolina con trapo quemando asomando por el cuello tuviera su valor como recurso autodefensivo. No es el caso. Raramente un cóctel incendiario llega a las filas de las policías o a sus vehículos, es empleado para quemar lo que salga al pasado en detrimento de los propios recursos ya que le show de la humareda tanto más incrementada con bengalas y gases lacrimógenos convierte el espacio en un ring de palos de ciegos. A falta de petate de arena en casa propia o de pista de senderismo donde ir a entrenarse y a sudar hay personal que utiliza las manifestaciones para sacar sus rabias y leches rancias. Al destruir propiedad privada lo más que consiguen es poner parte de la población en contra de las luchas reivindicativas. Es sumamente triste que la gente de los comercios tenga que proteger sus puertas y cristaleras por las hordas incivilizadas convocadas para la siguiente protesta. La crítica a las maneras es indispensable ya que el apoyo a un movimiento que quiera proteger su poder adquisitivo queda contrabalanceado por la desconfianza que genera por un comportamiento peligroso e incívico. Si los manifestantes quieren quemar algo que quemen comisarias pero no mobiliario urbano que es de todos. Tampoco sería algo para bendecir ya que toda infraestructura y equipamiento no tiene porque ser destruido sino reorientado y rehabilitado para otras funciones más importantes socialmente. El hecho es que las chusmas envalentonadas con sus fuegos destructivos sirve más para confirmar fuerzas de control del incivismo que no para proponer su disolución. Quiero creer que no es el sentir de la mayoría de manifestantes los que están por la suciedad urbana y la tensión escénica, pero basta un 1 por mil para que los 999 restantes pasen por cómplices.

J. responde a M.:   Las clases existen, existen las clases económicas y las clases de conductas. Existen clases de cultura y clases de luchas. Una clase es una agrupación de individuos dentro de una categoría que reúne un conjunto de características. En lo económico, la condición económica, poder adquisitivo y tipo de ubicación residencial son homologadores o factores de clasificación. Una vez estudiada y reconocida una clase socioeconómica no significa que toda la clase tenga unos mismos intereses. La denominación “intereses de clase” que tantas veces hemos empleado en los análisis de correlaciones de fuerzas es otra denominación a repasar. En una misma clase hay intereses diferentes y en pugna. En última instancia como sabemos, cada grupo queda especificado en el relato de todos y cada uno de sus miembros. Los conflictos de clases nunca han logrado esconder ni relativizar del todo los conflictos entre individuos.

M. responde a J.: Me gusta ese planteamiento de rechazo a los métodos violentos de los grupos sectarios, (que comparto), porque van a incendiar coches y hacer un daño inmenso al mobiiliario urbano, como estamos viendo ahora en el movimiento de Francia de los Gilets Jaunes que es en verdad un movimiento de 'tous ensemble' ('todos juntos'). Ese movimiento empezó de forma pacífica pero los grupos violentos lo pueden abortar. El sectarismo violento maleduca a las masas, que no dejan de ser masas, cuando necesitamos que se conviertan en clase trabajadora organizada, en clase para sí. El elemento crucial de lucha podría convertir este grito de rabia masiva en una fuerza para transformar a la sociedad, en líneas socialistas, pero necesitan un partido que tenga claro los objetivos. Una de las características del movimiento actual es que parece no tener líderes y, por lo tanto, nadie a quien el gobierno pueda convencer para que cancele la acción. Pero con una dirección socialista marxista, firme y organizada, Macron podría ser derrotado. Se podrían forzar convocar nuevas elecciones. Pero cualquier gobierno que se mantenga a cargo de una economía en la que las clases dominantes estén en gran medida en manos de propietarios privados y banqueros corruptos, volverá, una y otra vez, a hacer que los trabajadores y los pobres paguen por sus crisis recurrentes. Con un partido potente de izquierdas que llamase a la lucha pacífica y persistente, los comités de lucha de masas podrían convertirse en un gobierno de trabajadores y personas pobres. Podrían conseguir llevar a cabo un programa de todas las demandas del movimiento y que la toma de la propiedad pública de grandes bancos y principales empresas sean democráticas y estén al servicio del pueblo, pero eso solo podría consolidarse llevando a la práctica las consignas de 'Igualdad, libertad y fraternidad', que solamente con el cambio al socialismo podría ser posible. Pero esos movimientos, si se quedan en el plano nacionalista, al igual que ocurre con la lucha por la repùblica en Cataluña, serán descarrilados, porque ahora el sistema requiere una lucha Internacionalista, apoyada por la clase trabajadora de todos los países, que sigue madurando Solidariamente, pero debe vincularse la lucha inmediata por un salario mínimo, el restablecimiento de los impuestos sobre los archimillonarios, una inyección de miles de millones en educación, salud y medio ambiente con la lucha por el socialismo. Esto implica luchar por una sociedad que esté “planificada democrática y ecológicamente para satisfacer las necesidades de todos y no los beneficios de un puñado de corruptos burgueses y ladrones de guante blanco impuestos a la fuerza por las multinacionales, que es un método antidemocrático. Necesitamos luchar por una sociedad verdaderamente democrática, fraternal y tolerante, libre de guerras, pobreza, racismo y sexismo. Ese es el programa por el que merece la pena seguir luchando, de forma organizada, unida y pacíficamente, hasta conseguir tomar las direcciones de las izquierdas, luchando por un cambio que nos conduzca a un mundo mejor para toda la Humanidad. Salud, socialismo y república.


No hay comentarios:

Publicar un comentario