Por mucho que nos
mientan con su demagogia barata tanto el Presidente Rajoy como sus ministros,
sobre la llegada de la recuperación y la creación de empleo, sus cuatro años de
gobierno nos explican como un libro de matemáticas abierto, que todo es falso
porque su único objetivo ha sido beneficiar a la burguesía a costa de saquear a
los trabajadores y hundirnos en el paro, la miseria y la desesperación. Los banqueros ganan cada vez más mientras la
clase trabajadora y los pobres cargan con el fardo de la crisis.
En Andalucía, el paro
aumentó en octubre en 10.579 personas con
relación al mes anterior, alcanzando la cifra de 1.007.940 desempleados, sobre los 2.760.236 afiliados a la Seguridad Social, lo
que arroja un porcentaje de paro del
36,51 %. El paro en Málaga se ha incrementado en 4.039 personas, lo que representa un 38,17
% de los puestos de trabajo perdidos en
toda Andalucía. La provincia cuenta ya con 182.956 parados, según
los datos que publica el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, lo que
representa un incremento del 2,26 % sobre el mes anterior, debido sobre todo a la
expulsión de trabajadores del sector turístico por fin de temporada.
En Málaga se firmaron
en octubre un total de 62.696 contratos pero solamente 3.357 han sido
indefinidos y el número de ocupados con afiliación a la Seguridad Social ha caído en septiembre en 3.094 personas
quedando un total de cotizantes de 536.310.
Solo se notó un descenso del
desempleo en la construcción, con 750 parados menos quedando afiliados 114.451
trabajadores a ese sector.
Los afiliados a la
Seguridad Social a finales de 2011 cuando Rajoy ganó las elecciones eran 17.229.922 personas y
en octubre de 2015 hay 8.455 afiliados menos, ya que los datos del
Ministerio dan en ese último mes la cifra de 17.221.467 personas, luego como las matemáticas no mienten, con una
simple resta vemos que quién engaña es Rajoy porque hay menos personal
trabajando ahora que cuando él empezó. ¿Dónde está ese millón de puestos de trabajo
que dicen que han creado? ¿Se les olvida
quizás contabilizar los que han destruido?
La realidad es que el paro ha subido en octubre en 82.327 personas
quedando la cifra total de parados en 4.176.369 personas.
La clase trabajadora y
sobre todo la juventud y los mayores de 45 años que se han quedado descolgados, son utilizados como
carne de explotación por los empresarios, que están muy agradecidos al PP por
su reforma laboral que tantas ganancias les ha reportado. Rajoy se llena la boca de que su objetivo, (siempre
hacia el año 2020), es llegar a los 20 millones de afiliados a la Seguridad
Social, aunque la realidad, es que en toda la legislatura el nivel de afiliados
sigue casi al mismo nivel que cuando entraron al gobierno como ha quedado
demostrado más arriba con una simple resta.
Con la política
económica del PP se ha cometido un auténtico saqueo a la clase trabajadora, a
los autónomos y a la pequeña empresa, ofreciendo buenas oportunidades de
incremento de beneficios a los banqueros mafiosos y corruptos, que están
recuperando la tasa de ganancia como nunca en momentos de crisis, gracias a la
reforma laboral y los recortes que han permitido el empleo basura incluso por
debajo del miserable salario base de 648
euros al mes, totalmente insuficiente para una vida digna, por lo que muchos
trabajadores se matan a trabajar y son pobres de necesidad.
Los empresarios vienen
utilizando la facilidad de contratos temporales hasta por horas y minutos para
introducir un mayor grado de precariedad y reducir descaradamente las
plantillas y los salarios, aumentando el grado de explotación para conseguir
más plusvalías, tanto relativa como absoluta.
Han sustituido trabajadores fijos con cualificación y organización
sindical y derechos que fueron conquistados durante años de duras luchas, por
eventuales precarios, que dificulta la sindicalización y encima hay una
persecución sindical creciente, con más represión como la Ley Mordaza, que
merma fuerza y capacidad de lucha de la acción sindical, bajo amenaza de
despidos y sanciones arbitrarias.
La lógica consecuencia
dramática de esa precariedad, temporalidad e incremento de los ritmos, es, junto a la falta de preparación y
formación que ello conlleva, un aumento
desaforado de los accidentes laborales,
las muertes por negligencias, falta de seguridad y prevención, cebándose
sobre la juventud que sufren la mayoría de esos accidentes, que raras veces reciben
una condena judicial adecuada contra las deficiencias de la patronal, pues
algunas veces rayan en el asesinato consentido.
Esta situación no tiene
solución bajo el sistema capitalista, por lo que la lucha por un verdadero
programa socialista, como siempre venimos planteando por nuestra corriente
Izquierda Socialista es más necesaria que nunca. Junto con esa lucha política es preciso que
las cúpulas sindicales despierten de su letargo y planteen una batalla seria
saliendo a rechazar estas injusticias y luchar tomando las calles con
manifestaciones e incluso la Huelga General, para reivindicar soluciones
urgentes, como por ejemplo:
Reparto del trabajo
existente con reducción de la jornada laboral por ley a las 35 horas semanales,
sin reducción salarial. Prohibir las
horas extras mientras siga habiendo paro. Aumento de las plantillas con salario
base de 1.000 euros/mes y condiciones dignas. Un puesto de trabajo digno para cada persona
o un salario social universal para los necesitados que no dispongan de bienes o
ingresos suficientes. Jubilación a los
60 años con contrato de relevo obligatorio para que la juventud acceda al
trabajo. Supresión del empleo precario
porque a un empleo permanente debe corresponder un puesto de trabajo fijo, tras
el periodo de prueba que no debe ser superior a 15 días. A trabajos periódicos, un puesto de trabajo
fijo-discontinuo. A igual trabajo, igual salario, tanto para mujer como varón.
No a la discriminación.
Debemos exigir la
derogación de la contra-reforma laboral del PP y rechazar los ataques y los
recortes en gastos sociales, del medicamentazo, la congelación de las pensiones,
etc. Por un plan de reindustrialización desde el sector público tanto de las
comarcas como de sectores más deprimidos, rechazando las privatizaciones del
sector público e incluso reclamando la renacionalización de sectores
estratégicos como el energético, sanidad, educación y demás servicios
esenciales. Por un nuevo Estatuto de los
Trabajadores que anule las restricciones de los derechos sindicales y derogue
la contra-reforma del PP, con garantía
de los derechos de asociación, reunión, libre sindicación y organización,
petición, manifestación y huelga, sin ningún tipo de restricción como
corresponde a una sociedad democrática moderna, Etc. Etc…
La recesión capitalista
en la que estamos anclados demuestra que la burguesía no va a renunciar
voluntariamente a sus privilegios y beneficios, para que los trabajadores
podamos vivir mejor. No lo han hecho nunca ni lo van a hacer, por lo que
tenemos que organizarnos y unirnos para luchar por derrotar a la burguesía y el
20 D tenemos la oportunidad de barrerlo desde las urnas. El capitalismo es
injusto, corrupto, degenerado y decadente por su propia lógica de la codicia del lucro privado.
La riqueza que se
produce en las fábricas y en los tajos es el fruto del trabajo colectivo de la
clase trabajadora, mayoritaria en la sociedad, pero la propiedad de esos medios
de producción, que representan plusvalías acumuladas y arrancadas a la clase
obrera, las controlan los capitalistas
que se han hecho los amos de esos medios y solamente las utilizan
productivamente cuando les permite aumentar al máximo sus ganancias, pues en
caso contrario, prefieren cerrarlas, mientras invierten sus capitales con fines
especulativos. El bienestar de la
humanidad se estrella una y otra vez contra el muro de la propiedad privada de
la gran banca, las grandes empresas y los monopolios en manos de la clase
dominante. La concentración de esa propiedad privada y las fronteras nacionales
son las dos camisas de fuerza que impiden el desarrollo de las fuerzas
productivas.
Para solucionar el
paro, la explotación y la miseria sería necesario expropiar a esa minoría de
parásitos, empezando por el sector financiero bancario, los latifundios ociosos
y los monopolios, para colocar las palancas fundamentales de la economía bajo control
democrático de la sociedad en su conjunto. De esa forma se podría planificar
científica y democráticamente la sociedad, permitiendo a la mayoría de la
población ejercer de control y gestión de la producción, en una lucha
implacable contra la corrupción y los despilfarros en todos sus ámbitos, tanto
político, social, económico y cultural, creando las condiciones materiales para
un desarrollo equilibrado y armónico de las fuerzas productivas, para
garantizar una vida digna a toda la población y empezar a construir una
sociedad sin clases ni privilegiados, la verdadera sociedad democrática y socialista,
poniendo los recursos a disposición y
servicio del Bienestar de la Humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
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