9 de abril de 2012

CAPITALISMO Y ENERGÍA NUCLEAR.

Los acontecimientos en la planta nuclear de Fukushima I en Japón han intensificado el debate internacional acerca del uso de la energía nuclear. Actualmente existen en todo el mundo 443 reactores funcionando en 32 países, y están en construcción otros 50 reactores más en 13 países, entre ellos China con 14 en construcción. China planea construir 50 reactores en las dos próximas décadas.

Estados Unidos produce el 20% de su electricidad con 104 reactores, pero no es todo según el Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) existe en el país 30 solicitudes en proceso de autorización. Y sin embargo, "Estados Unidos con solo usar tres decimos porcentuales de su superficie para extraer energía del sol por el método de Concentración Solar podría cubrir toda la demanda de energía eléctrica del país (...) cálculos hechos en los ’80 por el ingeniero Roland Hulstrom.", cita de mi anterior artículo La contaminación ambiental, el cambio climático y la Revolución Socialista. Es una muestra del absurdo del sistema capitalista.

En el sitio web laverdad.es en un artículo titulado La situación de la energía nuclear, salta a la vista un importante dato, a continuación la cita"(...) Para poder atender toda la demanda mundial energética de los próximos años, habría que construir 4.500 plantas en todo el mundo,lo que sería inviable por problemas de seguridad y de tratamiento de residuos..." . Por otro lado existe un potencial enorme, citando mi anterior artículo decía lo siguiente "La tierra es bañada por una energía equivalente a 6000 veces la capacidad eléctrica mundial según estudios de la NASA, realmente es un potencial infinito." .

Es bien conocido el enorme peligro que representa la contaminación radioactiva para los seres humanos, todo ser vivo y el conjunto del planeta. El hombre ahora mismo no dispone de la tecnología para dominar la energía nuclear. Además bajo el capitalismo no se puede justificar bajo ningún concepto el desarrollo de la energía nuclear. El capitalismo es caos, anarquía, nada se planifica y todo gira en torno al mantenimiento y aumento de las tasas de beneficios de los burgueses.

En el mundo por la pobreza como consecuencia directa del capitalismo mueren 8 millones de personas mientras especulan con los alimentos en las bolsas de valores, es decir en el mercado financiero internacional. Los mismos capitalistas que sembraron pánico con lo del virus H1N1 tan solo para subir las acciones en la bolsa de valores de una corporación, es decir para generar ganancías. ¿En manos de quién está la responsabilidad del diseño, instalación y la dirección de las plantas nucleares? En manos de burgueses o de gobiernos burgueses o cuando mucho socialdemócratas. Eso bajo la responsabilidad de esa gentuza es un auténtico peligro.

Los mismos que especulan con los precios de los alimentos condenando a la barbarie a millones y millones de seres humanos, los que planifican y hacen las guerras, los que deciden pasar la factura de la crisis a los trabajadores, los que planifican golpes de estados y dictaduras, en otras palabras de la burguesía internacional, seríamos completos idiotas si pensaramos que ellos pondrían semejantes plantas bajo el control de los trabajadores, o que por tratarse de energía nuclear los burgueses serían un poco más responsables. Obviamente queda esa tecnología en manos de la clase dominante ¡en manos de nadie más! Bajo el sistema capitalista el movimiento obrero y los revolucionarios debemos oponernos al desarrollo de la energía nuclear. Ahora se habla públicamente en el caso de Fukushima a las condiciones en que someten a los trabajadores de dichas plantas.

Por ejemplo El Mar de Irlanda sufre de una enorme contaminación radioactiva por la planta Sellafield que procesa material nuclear. "La planta de Sellafield vierte unos 8 millones de litros de desechos radiactivos cada día en el Mar de Irlanda. Este mar presenta uno de los índices de contaminación radiactiva más altos del planeta. Los niveles de contaminación en el área alrededor de Sellafield son superiores a los de la zona de exclusión de Chernobyl. La leucemia infantil es unas diez veces más frecuente en la zona que en el resto del Reino Unido. En dos pequeños pueblos del Estrecho de Menai (norte de Gales) se han detectado 43 casos de cáncer infantil, lo que supone 15 veces más que la media británica." , continua "El centro de La Hague vierte anualmente cientos de miles de metros cúbicos de desechos radiactivos en el Canal de la Mancha.

La contaminación se extiende por el Mar del Norte y se puede medir incluso en el Océano Glacial Ártico. El riesgo de padecer leucemia infantil es en las cercanías del centro tres veces superior a la media de Francia."
(Wikipedia, http://es.wikipedia.org/wiki/Abandono_de_la_energ%C3%ADa_nuclear#Medio_ambiente_y_salud).
¿Quién responde por los daños? Y sin embargo se continúa con lo mismo. Bajo el capitalismo no es existe ninguna garantía de nada.

Con una economía planificada y controlada por los trabajadores al nivel mundial sería posible hacer un plan en las zonas más cálidas del planeta construir centrales para extraer energía del sol (6000 mil veces la capacidad eléctrica mundial según la NASA) y distribuirla a diferentes regiones combinándola con energía eólica, la energía de mareas y oleaje, etc. Pero esto es imposible bajo el capitalismo. Incluso bajo el socialismo se tendrían que estudiar muchos aspectos antes de continuar con el desarrollo de la energía nuclear, ya que la ciencia en manos de las masas y al servicio del conjunto de la sociedad tendría la capacidad de perfeccionar efectivamente la energía solar y otras renovables, al mismo tiempo las pondría en un nivel hasta ahora desconocido, sin necesidad de poner en riesgo la salud y la vida de la población. Como el nivel que existe ahora era desconocido hace 400 o 500 años.

La impotencia del capitalismo

Se habla casi a diario de los obstáculos para el pleno desarrollo de la energía solar. Tales como la falta de materia prima como es el silicio de calidad solar, una total mentira, asi como los elevados costes de su fabricación, lugares con pocos dias de sol, etc, y de las otras formas de producción renovable. La causa real es el capitalismo. Mientras se habla de alto coste en su fabricación resulta que es más rentable enviar gigantes montañas de dinero público a los capitalistas.

En el artículo titulado: La crisis del capitalismo mundial y las tareas de los marxistas (por Juan Ignacio Ramos y Bárbara Areal) podemos leer lo siguiente "Los planes de salvamento público orientados al estímulo de la demanda y sobre todo al rescate del sistema financiero - una nacionalización general de las deudas bancarias bajo presupuestos capitalistas- , han supuesto la inyección, en poco más de tres años, de 20 billones de dólares en las economías de EEUU, Japón, China y la UE ¡Prácticamente un tercio del PIB mundial! No obstante, y a pesar de un desembolso de ayudas públicas sin parangón en la historia del capitalismo, incluyendo los periodos de reconstrucción posteriores a las dos guerras mundiales, la crisis no sólo no ha sido conjurada, sino que nuevos desequilibrios han irrumpido en la escena introduciendo más incertidumbre respecto a las perspectivas para la recuperación. La explosión de deuda pública soberana, la bancarrota de las economías más débiles de Europa, la crisis del euro o el fracaso de la coordinación de la política económica de las grandes potencias mundiales, por citar algunas, han puesto de manifiesto que la utilización del Estado para salvar la economía de mercado ha cosechado resultados limitados, y en muchos casos adversos. Ello prueba la profundidad de la crisis y las enormes dificultades estructurales que encuentra la clase dominante para salir del pantano."

¡En solo tres años se han dado a los capitalistas 20 billones de dólares! ¡Para ellos eso si es rentable! Dinero que por supuesto sales de los bolsillos de los trabajadores. Primero la crisis económica sigue su camino sin que esa montaña de dinero pueda detenerla, las perspectivas económicas siguen siendo pesimistas. Por otro lado surgen como es obvio la quiebra de los estados y ahí es donde vienen los planes de ajustes o de austeridad, que no es otra cosa que pasar la factura a los trabajadores. Entre otras muchas cosas afecta a la enseñanza. Recortes que significan menos profesores, trabajadores, recursos, becas y un largo ect., en fin más precariedad en la enseñanza. Bajo este contexto se produce el estancamiento de la ciencia en general. Al mismo tiempo se excluye a las masas de la educación haciéndola cada vez más selectiva y elitizada. Como en Estados Unidos donde se cierran numerosos centros de educación y salud para al mismo tiempo aprobar el presupuesto militar más grande que se conoce en dicho país. Se puede generar energía eléctrica sin depender del combustible fósil y al mismo tiempo no usar la energía nuclear, el transporte del material radiactivo sigue siendo uno de los grandes problemas, trenes que cruzan grandes ciudades ¡Aquí no vale un mínimo error! Errores que pueden costar la salud e incluso la vida de millones de personas.

Las calamidades que hoy viven las masas, el riesgo de la energía nuclear y la destrucción de nuestro único planeta refleja la crisis profunda a la que el capitalismo ha sumido al conjunto del globo en todos los aspectos. Solamente acabando con la propiedad privada de los medios de producción y la camisa de fuerza de estado burgués, poniendo todo bajo el control de los trabajadores y de las masas es posible reorganizar todo. Mejorando y masificando la educación, garantizando todas las herramientas para la producción de conocimiento se allanará el camino a nuevos y gigantescos avances de la ciencia en todos los aspectos. Hace 400 años no se pensaba volar en avión, comunicarse en tiempo real sin importar el lugar por medio de una computadora o telefonía celular, construir una base espacial, entre muchas cosas, pues bien la producción de conocimiento y todos los recursos existentes en manos de las masas ya no serviría para los fines de enriquecimiento de pequeños grupos sociales en el marco de la economía capitalista sino que estaría subornidana a las necesidades del conjunto de la población, por lo cual se conseguiría avances científicos hasta ahora impensables. Por ello el movimiento obrero debe oponerse al uso de esta tecnología, y grande es la responsabilidad de la dirección de la clase obrera no solo para esto sino para acabar con el capitalismo en todo el mundo.

JOSÉ A. HERNANDEZ.

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