30 de diciembre de 2009

SOBRE EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LOS PROBLEMAS MEDIO AMBIENTALES DE LA CONTAMINACIÓN(PARTE II).

En un informe presentado ante la ONU sobre el cambio climático en el año 2007, que fue elaborado por un amplio equipo de 2.500 científicos de 130 países del planeta, llegaban a la conclusión contundente que para el año 2030 la temperatura media aumentará entre 1,8º y 4º. Eso provocará la desaparición de los glaciares árticos y disminuirán gravemente los antárticos con los efectos, entre otros de elevar el nivel de los mares entre 28 y 43 centímetros. Se producirán muchas más inundaciones y zonas amplias de la Tierra se volverán inhabitables. Habrá olas de calor mayores que las del 2003 que dejó a miles de muertos y proliferarán las catástrofes promovidas por tormentas tropicales. El agua se evaporará mucho más rápido, con lo que bajará el caudal de los ríos provocando que la energía producida sea bastante menor, problema que intensificará la crisis energética.


Es motivo de gran preocupación el calentamiento global del planeta debido a los efectos perniciosos sobre la salud humana y la economía. Para el 83 % de los ciudadanos españoles el cambio climático es un problema “muy serio” y sólo el 2 % considera que se ha exagerado, según una encuesta reciente. Los informes indican que muchas especies se verán forzadas a emigrar de su hábitat natural o se extinguirán debido a las condiciones cambiantes. Conforme el clima se haga más cálido, la evaporación se incrementará, lo que causará un aumento de las precipitaciones lluviosas y se acelerará la erosión.

Muchos de los ecosistemas más preciosos de la Tierra están sufriendo daños que amenazan de forma importante su integridad. La selva tropical disminuye constantemente su extensión al ser talada y quemada, sin la aplicación de planes de repoblación forestal. Los bosques templados se encuentran enfermos en grandes áreas de todo el mundo. Muchos suelos están en peligro de desertización por la excesiva erosión y su mal uso. Estas y otras realidades de nuestro planeta son fenómenos lo suficientemente serios y graves como para alertar a la sociedad humana a que nos organicemos y luchemos para exigir que se pongan los medios necesarios para frenar el deterioro.

Algunos científicos liberales atribuyen, de manera clara y tajante, el calentamiento global a lo que ellos denominan, de forma ambigua, “acción del hombre”, por ejemplo, dicen que la degradación del medio ambiente es culpa de nuestro desaforado consumismo, que cada uno de nosotros consume demasiado, que es necesario reducir el consumo para proteger el medio ambiente. Ese método de análisis está impregnado de la ideología de la clase dominante, pues responsabiliza a los individuos y redime al sistema capitalista. Cierto es que el consumo de los individuos es un problema relativo, pero el consumo del sistema capitalista, del militarismo, del despilfarro de los recursos, de la lógica de la acumulación capitalista y el atesoramiento de bienes cada vez en menos manos es un problema absolutamente mayor.


En realidad, la destrucción del medio ambiente es la consecuencia de las políticas antisociales y contaminantes de la clase burguesa dominante que con el actual modo de producción causan graves emisiones de gases de las industrias, del automóvil, medios de transporte en general, sistemas de refrigeración, es decir, efectos de la dinámica impuesta a la sociedad por parte de un puñado de monopolios internacionales, que están fuera del control democrático de las poblaciones afectadas, por lo que, aún siendo posible el reducir de inmediato la emisión de gases, el efecto acumulativo de los últimos decenios ha llegado a ser tan grave que apenas se producirá un alivio visible en la situación. Por lo que, en lugar de pregonar la auto-limitación individual, es necesario llamar a la organización para luchar contra el sistema y construir un mundo mejor.


La atmósfera que rodea a la Tierra es una capa relativamente fina de unos 100 kilómetros de espesor compuesta de nitrógeno (78%), oxígeno (20,9%), y argón (0,90 %). Esos tres gases forman casi todo el aire que respiramos, más del 99,95 %. El 0,05% de gases restantes son de gran importancia para la vida en la Tierra y entre ellos están los gases de efecto invernadero. El planeta Tierra acumula vida en una estrecha capa de tierra, agua y aire, y de ello depende la existencia de todos los organismos vivos. Controla la cantidad de O2 y CO2 en la atmósfera, su temperatura, la cantidad de agua y su ciclo, etc. Si se produce un desequilibrio en estas cantidades, toda la vida podría desaparecer.


El Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) de la ONU advirtió que nos enfrentamos en el siglo XXI a los mayores desafíos de toda la historia. Si no se adoptan medidas urgentes, se producirá un incremento tal de las temperaturas, que dejarán a millones de personas en la hambruna y desaparecerán más del 30% de las especies. El informe final indica que los efectos del calentamiento de la Tierra serán abruptos o irreversibles y lo que hagamos en los próximos dos o tres años determinará nuestro futuro. Los informes publicados por el IPCC establecen que “España padecerá un incremento de las lluvias torrenciales, más olas de calor, un aumento de la salinidad del mar y nevadas penos copiosas”.


El nivel de CO2 actual en la atmósfera es ya de 380 partes por millón, principalmente por quema de hidrocarburos. Estados Unidos de Norteamérica, con menos del 5 % de la población mundial emite el 25 % del dióxido de carbono. Se calcula que existe un umbral (de temperatura, o de contenido de CO2 en la atmósfera) más allá del cual nada de lo que hagamos podrá evitar que la Tierra llegue irreversiblemente a un nuevo estado de calentamiento. Aunque dejáramos de inmediato de agredir a la Tierra, tardaría más de mil años en recuperarse. Extraemos energía cientos de veces más rápido de lo que la Tierra puede reponerla en forma natural. En su búsqueda de rentabilidad a corto plazo, los capitalistas han sacrificado la estabilidad a largo plazo...

Continuará.../...

Próxima publicación: LAS MULTINACIONALES CAPITALISTAS BUSCAN SACAR MÁS BENEFICIOS PARA UNOS POCOS.

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