Existe en la izquierda una enorme cantidad de grupos sectarios y oportunistas que se reclaman del socialismo en todas sus variantes, pero la mayoría de ellos, están dirigidos por compañeros que desconocen, han olvidado o han tergiversado el método, las ideas, la estrategia y la táctica que puede conducir a la clase trabajadora a la toma del poder y construir una nueva sociedad genuinamente socialista, como alternativa global al sistema capitalista.
La burguesía insiste en la muerte del marxismo, pero para
algunas corrientes críticas, el materialismo dialéctico representa una herencia
preciosa que debemos seguir desarrollando a la vez que animamos a los
jóvenes y a la clase trabajadora en general a que lean a los clásicos, no como un dogma, sino
como una guía para la acción y la comprensión.
Es necesario reconocer que debido a las desviaciones del
estalinismo y a la deriva hacia la derecha del reformismo
socialdemócrata, los verdaderos socialistas marxistas, quedaron
prácticamente aislados en pequeños grupos diseminados, siendo atacados
principalmente por el capitalismo, pero también por el estalinismo y la
socialdemocracia.
Remontándonos en la historia se observa que terminada la II
Guerra Mundial, salieron fortalecidas las corrientes estalinistas y en cierta
medida la II Internacional socialdemócrata también, pues ante el miedo de la
burguesía a la revolución, infiltró y
utilizó a los dirigentes reformistas para que actuasen de cortafuego,
otorgando algunas mejoras a los trabajadores para contrarrestar los
avances que experimentaba la URSS que se había convertido en un polo de
atracción para los obreros del mundo.
Pero ni los estrategas del estalinismo ni los reformistas
socialdemócratas fueron capaces de comprender los acontecimientos internos y
las luchas sociales que el proceso histórico hizo imparables e inevitables,
incrementándose el desarrollo de los Estados “estalinizados” en el Este de
Europa, que se convirtieron en estados bonapartistas obreros deformados y
degenerados, que la burguesía empezó a llamar del “socialismo real”, cuando en
realidad se estaba dando desde hacía años una contrarrevolución que caminaba
hacia el capitalismo, si no se producía una revolución política donde los
trabajadores interviniesen implantando el control obrero y la planificación
democrática, pero el proceso se produjo a la inversa asumiendo la burocracia
corrupta el modelo capitalista del que estaban más cercano.
Mucho antes de esa implosión, las
revoluciones que ocurrieron posteriormente a 1944 con los acontecimientos de
Grecia, las Revoluciones en China y Cuba, junto con otros cambios
similares que se estaban dando en otras zonas e incluso en el Mayo francés del
68, no fueron previstas por ninguna fuerza política con garantías de llevarlas
a buen puerto, por la incapacidad burocrática de sus direcciones y su sumisión
al capitalismo, en el abrazo del oso que representó la guerra fría, donde los
estalinistas y los socialdemócratas negaban la posibilidad de avanzar al
verdadero Socialismo Científico, basado en la Democracia Participativa y Ética
desarrollando la autogestión de los recursos productivos.
La confirmación más clara de la bancarrota de la dirección
estalinista se dio en la Revolución de los
claveles de Portugal, donde el Partido Comunista Portugués, que tuvo todo el poder en sus manos, fue
incapaz de desarrollar un plan que concediese el poder y la autogestión de las
empresas a los trabajadores, y colaboraron en deshacer la reforma agraria
que se había llevado a cabo en la práctica por las propias masas de los
campesinos y jornaleros, y con la participación activa de la dirección
del PCP procedieron a la devolución de los latifundios y de las empresas a los
capitalistas.
En los textos de los clásicos del marxismo la interrelación
entre el llamado factor subjetivo y los factores objetivos ocupan bastantes
libros. Una de las principales conclusiones es la necesidad de una
Internacional marxista, debido a la disolución de la I Internacional de Marx y
Bakunin, al sometimiento de la II a sus burguesías respectivas aprobando
los créditos de guerra y la práctica disolución de la III Internacional sometida
al nacionalismo Gran Ruso por Stalin, y al abandono del “internacionalismo
proletario”, que hace comprender a la clase trabajadora que está a merced
de direcciones endebles y desconfían de sus dirigentes porque han conseguido
llevarles a una derrota tras otra.
El abandono de la teoría, del método dialéctico, que es el mejor
que puede ayudarnos a clarificar las contradicciones que se producen en el
proceso de lucha para alcanzar la transformación social, supuso un
verdadero desastre y un drama angustioso para las masas bajo la bota del
imperialismo capitalista.
El capitalismo mundial, en esta fase imperialista multinacional
que hemos sufrido más aceleradamente durante las últimas décadas, ha desarrollado todo su potencial y
posibilidades que quedaban como sistema progresista, no solamente en los países
desarrollados, sino en todo el planeta por la expansión total de los mercados
en la llamada “globalización”, que dialécticamente ha tocado sus límites.
El aumento de la producción alcanzó antes de la crisis de
2008, las cotas más altas jamás
conseguidas por ningún otro sistema, creando productos nuevos que superaban en
su fase de capitalización bursátil, al menos 10 veces el valor del
Producto Interior Bruto Mundial, superando los 500 BILLONES de dólares.
Debido a la elasticidad de los créditos e hipotecas, incluso a
dos vidas, los capitalistas consiguieron artificialmente que el sistema
liberal burgués tuviese una aparente y relativa estabilidad, lo que, por
una parte fortaleció a la burguesía que acumuló enormes beneficios en el
proceso de concentración acelerada del capital, y por otra, jugó el
papel de crear falsas ilusiones en los trabajadores, que alentados por las
direcciones reformistas, tragaron el anzuelo de la lógica del capitalismo que
empezó a decir que se había llegado al fin de la historia y que el capitalismo
había superado las crisis cíclicas, lo cual se ha demostrado un craso error,
como así habían previsto los analistas marxistas que aplicaban correctamente el
materialismo dialéctico como el mejor método de análisis de la realidad.
La descomposición de los países más empobrecidos y la
aceleración de la carrera bélica en Ucrania, en Palestina y en otras
zonas, indica que la revolución colonial
inacabada se sigue manifestando tomando formas peculiares y con maneras
distorsionadas, que se debe fundamentalmente a la correlación de fuerzas que
ejercen los problemas sociales que no pueden ser resueltos por las burguesías
respectivas, ni por métodos dictatoriales ni por métodos democráticos, ni por
métodos bélicos, lo que confirma la Teoría de la Revolución Permanente, que
algunos mal interpretaron como “automática”, que era una tergiversación de esa
teoría.
La problemática social que debe ser abordada, como la
cuestión agraria de los latifundios y de la producción industrial, son
necesidades urgentes que no pueden ser resueltas, por lo que se necesita
proceder a la transformación de la sociedad,
ya que no pueden ser abordadas a favor de los ciudadanos
bajo líneas de propiedad privada capitalista…/…
(Continuará con la Parte 2 el próximo día 1 de Julio en este
mismo blog). _
COMISIÓN
PERMANENTE:
IZQUIERDA
SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE
ANDALUCIA.
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
(1)
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remitirla al correo de arriba y si alguien quiere recibir el documento
completo, puede solicitarlo a ese mismo correo y se le remitirá
gratuitamente, poniendo en asunto: MANIFIESTO
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