Vamos a hablar hoy sobre las grandes empresas, los monopolios y los banqueros que presionan a sus asalariados para que trabajen con jornadas abusivas.
Tenemos miles de cosas que decir sobre
este modelo económico de capitalismo mafioso y decadente y también de la economía de guerra a la que
nos han llevado, como la invasión de Ucrania, el genocidio de Palestina y otros
lugares en conflictos bélicos latentes, debido a la lucha de los cuatro mayores
grupos imperialistas como son EEUU, Rusia, China y Europa que son los
principales, por lo que no nos cansaremos de repetir: ¡Ni guerras ni Mafias¡ ¡¡Corrupción: Tolerancia CERO’’¡¡
La
escalada de la guerra en Oriente Medio azuzada por EEUU, con la obligación de
gastos de guerra, nos tiene que llevar a hablar de los impuestos, con el
derroche que con el sistema tributario se está produciendo, que más tarde o
temprano serán todos los ciudadanos los que tendremos que ser obligados a pagar
esa carrera bélica que nos imponen los ricos.
Informes recientes han explicado que las
corporaciones que financian a sus partidos utilizan una nueva táctica para
lograr que la clase trabajadora se enfrenten a la amenaza de perder sus puestos
de trabajo, empresas muy potentes que han acabado con el “Liberalismo”, porque
practican ya el régimen del Monopolio aunque todavía se llamen “Neoliberales” o
incluso “Anarcoliberales”, para así seguir robando las Plusvalías a la
ciudadanía, diciendo que son demócratas y así es como funciona ese sistema
capitalista donde el desprecio y la represión al asalariado, por el Patrón, ha
sido y es permanente.
El despido del asalariado les resulta
barato pues amenazan a los trabajadores que la empresa va mal y se avecinan problemas,
informando a los sindicatos que hay que recortar plantillas, contándoles
mentiras que emplean los Gerentes, que tienen decidido quiénes serán los
primeros despedidos, que por regla general, dependerá de su antigüedad, haciendo llegar a los
asalariados que se indignan con la maniobra, cuando saben que esas potentes
empresas obtienen enormes ganancias con la explotación de las plusvalías a la
clase trabajadora.
Lo que está en jugo ahí no es solo la
clase trabajadora asalariada de esas empresas sino incluso, los propios cuadros
intermedios que son utilizados por la Patronal para hacer ese juego sucio, pero
vayamos paso a paso.
Eso se viene aplicando en muchas
empresas: la clase trabajadora sabe, cómo están organizándose en los
sindicatos, que ya no pueden continuar sufriendo mermas relativas permanentes de
sus salarios, por los aumentos del Índice de Precios al Consumo constantes, que
es otra forma más de robar al asalariado, sino lo que pueden sufrir aquellos que
sean despedidos, que eso es lo que significan esas maniobras de la Patronal
cuando empiezan los bulos sobre el peligro de cierres y despidos, por lo que
los asalariados tenemos que afiliarnos en masa a los sindicatos y prepararnos
para defendernos.
El nivel de toma de conciencia se
acelera en las luchas sociales y la clase trabajadora despierta comprendiendo
que no solo son máquinas para producir plusvalías que se la apropia el
empresario explotador, que nos ve solo como una herramienta más, para rendirles
grandes beneficios a sus accionistas, sin tener en cuenta que somos padres y
madres con hijos que tenemos que alimentar.
La clase trabajadora empieza a comprender
que somos miembros de una comunidad que podemos y queremos ser activos sindical
y políticamente, en las Asociaciones de Vecinos y Partidos políticos, es decir,
que debemos y queremos cumplir como ciudadanos libres y de pleno derecho para
ponernos de pie y luchar juntos por un mundo mejor, más igualitario y más
humano, para poder construir una nueva sociedad donde quepa toda la humanidad.
Los asalariados se movilizan porque saben
que tienen que luchar en defensa de sus derechos, para avanzar hacia un mundo
más equilibrado, tanto en los centros de trabajo como en la sociedad que
tenemos que luchar hasta cambiar este modelo actual corrupto.
Una de las razones más potentes por las que
tenemos que luchar los asalariados, es sobre todo contra los despidos, para
conservar nuestros puestos de trabajo que tienen que ser fijos y bien
remunerados para poder vivir dignamente de unos salarios decentes, sin tener
que buscar varios empleos, o continuar siendo robados con horas extras
excesivas y no pagadas o mal pagadas.
La contradicción principal del sistema
capitalista estriba en que, mientras que la producción, históricamente ha
adquirido un avance social, la apropiación de la Plusvalía es de forma
individual y la brecha entre Ricos y Pobres sigue creciendo bajo el
Capitalismo.
La lucha entre las clases, según la
filosofía del materialismo dialéctico, es el motor del desarrollo histórico. En
última instancia se puede reducir a la lucha por la apropiación de la
plusvalía.
La Gran Burguesía que controla la
mayoría de los medios e instrumentos de producción capitalista, que roban al
asalariado el plus/producto que generan los asalariados, se enfrenta a la
resistencia de los trabajadores en lucha, que disputan por ceder la menor parte
de la Plusvalía que el Patrón quieren arrebatarle.
El capitalista ha alcanzado
diferentes maneras de incrementar la Plusvalía, por ejemplo, incrementando la “Plusvalía
Absoluta”, prolongando la jornada de trabajo, lo que se ha convertido en un
abuso semi/consentido.
En los inicios del desarrollo del
Capitalismo, como explica el marxismo, los procesos de acumulación se
desarrollaban de una forma incluso muy violenta, a través de la expropiación de
la masa campesina, que se fue transformando en la mano de obra industrial del
proletariado, incorporando esa mano de obra al proceso productivo de la
industria en unas condiciones de explotación brutal.
Eran habituales en aquella época de semi/esclavitud,
una jornada laboral, que alcanzaba incluso las 16 horas, no solo para el varón,
sino también para la mujer e incluso la infancia y muchos Patronos están volviendo
de nuevo a ese modelo explotador descarado.
Para la burguesía, en la práctica, la
muerte de miles de sus proletarios, en condiciones laborales extremas y
brutales no suponía ningún problema moral de conciencia, porque la Iglesia
siempre les apoyó y tenían una abundante materia de explotación para reponer a
los que no les servían.
Si nos paramos a echar una mirada a la
situación actual que se está creando en el mundo, la burguesía está llevando a
cabo una amplia ofensiva para prolongar la jornada laboral, como hemos
explicado anteriormente.
Actualmente, el empleo precario junto al
desarrollo de las nuevas tecnologías, está permitiendo disponer del horario del
asalariado a voluntad del Patrón, extendiendo la jornada a placer, con lo cual,
incrementa la ganancia explotando al obrero.
También utiliza el burgués otras formas
de incrementar la tasa de plusvalía que roba al asalariado y que el capitalista
se apropia: Esto es lo que se conoce como “Plusvalía Relativa”.
Eso resulta de reducir el tiempo de
trabajo necesario para la producción de una mercancía dada, a través de la
incorporación de tecnología y a su vez, de un incremento de los ritmos de
trabajo.
Esa forma de incrementar la Plusvalía, es
muy conocida por millones de obreros de todo el mundo, especialmente aquellos
incorporados a las nuevas tecnologías, en la producción industrial masiva.
Las enfermedades laborales, el estrés, el
agotamiento, la ansiedad, son producidas por esos ritmos infernales a la que es
sometida la clase trabajadora, que es ya un norma habitual en numerosas
empresas, sustituyendo al trabajador
cuando está agotado, por otro más joven, como desechaban antes un buey cuando no podía arrastrar el
yugo o la carreta.
Continuando con la Plusvalía, ésta se
descompone en Ganancia, Interés y Renta del Suelo. Es preciso aclarar que la
Plusvalía no es igual a beneficio, pues, de esa Plusvalía que retiene el Capitalista
del obrero, tiene que descontar una serie de gastos que desembocan en el
proceso productivo y/o comercial de las mercancías o bienes elaborados.
Pero para el Capitalista, lo importante
es conocer la tasa de Plusvalía neta que ha obtenido en el proceso de
producción, pues de ahí sacará la Ganancia y conocerá el grado de rentabilidad
que ha obtenido de la fuerza de trabajo, que es la que produce realmente todo el
beneficio y ganancias.
La Tasa de Plusvalía, se puede considerar
pues, como la relación entre el incremento del Capital que aparece al final del
proceso de producción (Plusvalía) y el Capital Variable que la produce.
El problema así planteado es el conflicto
fundamental de intereses entre la clase trabajadora y la Patronal, que lo que
quiere de nosotros, como mano de obra, es utilizarnos solo como una herramienta
más que les genera beneficios.
Entendiendo esto, podemos comprender el porqué
la Patronal siempre está amenazando y presionando a la clase trabajadora,
directa o indirectamente, presionándonos cada vez más, para incrementar el
grado de explotación, mientras que el asalariado, lógicamente busca lo
contrario: Esta es la lógica de la lucha entre las clases, entre Capital y
Trabajo, entre Patronal y Asalariado, que niega la burguesía y sus agentes mercenarios
al servicio del capitalista.
(1)
Las Tesis anteriores
quedan ampliadas en el documento base completo que pueden solicitarse al correo
de abajo y se remitirá gratuitamente, poniendo en asunto:
MANIFIESTO.
COMISIÓN PERMANENTE:
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
Gracias por vuestra colaboración y saludos Socialistas.
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