15 de noviembre de 2021

MERCADO COMÚN, EL MENOS COMÚN DE LOS MERCADOS:

 

    Un terrible accidente en la autopista, dos camiones de considerable dimensión chocan frontalmente, uno venía de Alemania dirección a España y el otro el camino contrario dirección España procedencia Alemania.

     El destrozo es total, ambos conductores heridos, la carga desparramada sobre un gran trecho de carretera, miles de tomates manchan todo de rojo.

     Y después de poder asimilar tan dantesco paisaje y algo pasado el recuerdo de la breve visión del estado de los conductores, surge una pregunta.

     Direcciones opuestas con un mismo cargamento, tomates.

     Vacas sacrificadas, vides que se cortan, leche que se vierten como desecho, patatas que cruzan mares, pimientos que viajan kilómetros, pescados, cerdos y pollos de lejanas tierras y lo más curioso, si los pimientos y los pollos pudieran hablar, podrían saludarse al cruzarse durante el viaje y hablar de cómo es el lugar de donde vienen unos para que tengan conocimiento los que van.

     Aunque la producción cubra más del 100%, la obligación de consumo de producción ajena por unas series de cuotas de mercado, convenios de difícil entendimiento para un profano y no tan profano.

     Competencia leal y racional dicen, para dar oportunidad y solidaridad con otros países también nos cuentan, otras de las razones cubrir con producto en los momentos de barbecho por la estacionalidad parece ser la cuestión estrella pero....., si tomates eran en la misma estación climática tanto los de Alemania como los de España.

 

Los vendo a 50 y el súper al 250.

     El carburante, la mano de obra, empaquetado y distribución encarecen el producto nos cuentan y digo yo, pero si a mí me sirve igual la patata cultivada aquí al lado que la que viene de la India porqué tengo que cargar con esos gastos.

     Grandes supermercados acaparan producción a precios de ganga con presiones de capitalistas, dejando en manos de la importación a los pequeños para poder cubrir su mercado, grandes superficies que suman al coste final de venta al público toneladas de alimentos que cada día van al contenedor de orgánicos, tanto es el desperdicio, que ocultan tras cortinas de plástico, cruel realidad para esa parte de la humanidad que muere de hambre.

     Éste es el panorama de un país despensa del mundo que cubre el 30% de frutas y verduras, unos productos demandados y apreciados en todos los países menos el nuestro, que venden a precios de oro y otorgan tanto valor alimentario como sanitario llegando a vender en farmacias aceite de oliva.

     Gobiernos, administraciones, comunidades y ayuntamiento mirando hacia otro lado a saber los motivos, en vez de aportar a agricultores y ganaderos proporcionándoles asesoramiento, herramientas y ayudas para formar cooperativas colectivas y cercanas, donde unos pongan los productos, otros los envases y otros la distribución.

     En un mundo finito y limitado, mal hacemos desperdiciando sus frutos por eso el título de éste artículo que aunque profano es certero, pues no hay más "incomún" y menos solidario que éste mercado común desordenado y absurdo.

 

ESCRITO POR ROSARIO CONDE SÁNCHEZ.

Coordinadora Provincial de I.S. de Málaga y de la Comisión Permanente de I.S. de P.S.O.E. DE  ANDALUCÍA.

Agrupación Socialista de Torremolinos (Málaga). 

 


1 comentario: