Abordamos la cuarta semana de DEBATE ABIERTO y siguiendo el CRONOGRAMA previsto desde el inicio del proceso, presentamos las propuestas de la documentación que sometemos a la consideración, debate y votación por los afiliados y simpatizantes que quieran intervenir, en la Asamblea de Izquierda Socialista de Málaga, convocada para el próximo viernes 28 de este mes de junio.
Para
facilitar la participación hemos dividido el material aportado en tres partes
que iremos publicando:
Parte
1) Propuesta de Resolución Política
que publicamos hoy 23 de Junio, aportada por la Coordinadora Provincial de
Málaga.
Parte
2) Tesis A.1 a A.9 del documento “PROPUESTAPARA
EL DEBATE, LA REFLEXIÓN Y LA UNIDAD EN LA ACCIÓN”, que ha venido siendo
debatido y al que se le han presentado 5 enmiendas a debatir, que publicaremos
mañana 24-6.
Parte
3) Tesis 1 a la 32 donde se presentan las Propuestas Programáticas ordenadas
correlativamente, con la incorporación de
las enmiendas a discusión, que publicaremos el martes 25-6.
PROPUESTA DE RESOLUCIÓN POLÍTICA QUE
SE PRESENTARÁ A LA ASAMBLEA
EXTRAORDINARIA DE I.S DE MÁLAGA DEL 28-6-19.
El
triunfo del compañero Pedro Sánchez en las primarias del PSOE y sobre todo su
rescate por la militancia del partido tras el dramático golpe de su
derrocamiento en aquel Comité Federal inolvidable, reflejó claramente la
necesidad del giro a la izquierda que las bases y amplios sectores del
movimiento socialista estaban reclamando.
Tras el
triunfo abrumador de Pedro Sánchez que representaba la consolidación de la
Corriente Socialdemócrata (C.S.D.) frente a la Corriente Socio/Liberal,
(C.S.L.) (aunque no declarada),
encabezada por Susana Días y apoyada por los que se ha dado en llamar
las “Baronías”, se comenzó la labor
propia de “costureras y remendones” para coser los girones que se habían
producido y tender puentes, intentando cerrar las fracturas abiertas, para
evitar la posibilidad de una escisión prematura que podría producirse desde
Andalucía.
Esa
posición de fuerza de la C.S.L. ejercida y continuada por Susana Díaz ha
frustrado el prometido giro a la izquierda de la C.S.D. dirigida por Pedro
Sánchez que la militancia socialista reclamaba y que había sido causa de la
victoria conseguida por el Secretario General que se consolidó como Presidente
del Gobierno.
El mensaje
que nuestro Secretario General mandó en
los primeros momentos, parecía confirmar
que defendía un PSOE fuerte y vigoroso contra la clase dominante, con aquel “No es NO”, que tanto le costó, pero que
dejaba claro su liderazgo, tanto a la
oposición del ala derecha definida como C.S.L. como a la Corriente Izquierda
Socialista (C.I.S.) que venía ejerciendo
una débil oposición por la izquierda,
aunque prestando un valioso “apoyo crítico” en la controversia entre las dos
corrientes anteriores.
La caída
de Rajoy (P.P.) por la célebre Moción de Censura, había sido recibida por
amplios y diversos sectores con alegría y alivio, tras los duros años de la
crisis de un Gobierno rodeado de corrupción como es el PP, condenado a título
lucrativo por los Tribunales de Justicia.
La
derecha conservadora no entendió nunca cómo fue posible unificar a las fuerzas
parlamentarias tan diversas que produjeron la derrota de Rajoy, pero la mayoría
de la clase trabajadora lo entendía perfectamente, dada la política de recortes
y austeridad aplicada por el PP, que
tanto daño causó a la clase trabajadora y las capas medias, eliminando derechos
sociales y empobreciendo la vida de las masas alcanzando una cota de
Desigualdad nunca antes vista en nuestro país.
Desde
un análisis de clase debe entenderse que se pusiese en discusión que aquella
política inmovilista y tancredista aplicada por Rajoy y su equipo, que tanto
favorecía a la burguesía, cometiera el
error de “judicializar” el conflicto catalán, que ha fomentado el independentismo y crispado al pueblo,
a la juventud y a la clase trabajadora
catalana, en defensa del derecho a decidir y la república.
Esa
intransigencia del PP y su nula capacidad para el diálogo, representó un enconamiento de la “política
españolista”, contra la “política catalanista”, en líneas nacionales, ocultando
la realidad de la lucha entre las clases y expresando la difícil situación a la
que se estaba llegando tras más de 40
años de esta “pseudodemocracia burguesa”.
Una clase ultraconservadora que se ha
consolidado y configurado a partir de la opresión de la clase trabajadora y los
pueblos, resurgiendo ahora el “neofranquismo del Trifachito”, encubado en los
nidales del PP y que han negado una y otra vez la capacidad de diálogo político
para explorar una salida.
Los
problemas principales a los que nos enfrentamos y que es preciso intentar
resolver siguen siendo: Las Cuestiones Sociales y los Conflictos Territoriales.
Con
preocupación de la población vimos cómo se abrió un peligroso proceso con la llamada
“guerra de las banderas y los lazos” que, junto con las luchas reivindicativas,
radicalizaron las posiciones que se expresaban distorsionadas en los
términos “nacionalistas”. Pero también y
a pesar de todo eso es preciso reconocer las numerosas movilizaciones y luchas
sectoriales, no solo en Cataluña, sino en todo el Estado que involucraban a
millones de personas en los distintos territorios.
El
ambiente social estaba alcanzando una alta temperatura debiendo reconocerse que
las causas más importantes de las acciones y luchas que representaban esos cambios
repentinos, espontáneos unos, persistentes y bruscos otros, que tenían un alto componente social y
afectaban a las superestructuras del sistema capitalista era el agotamiento del
llamado por algunos “régimen del 78”.
Crecía
el malestar causado por la podredumbre del capitalismo mafioso alimentado por
sus políticos afectados y los empresarios afines, que eran colaboradores
necesarios, junto con la Banca, de tanta corrupción, que empezaron a estallar
por las disputas entre miembros que manejaban las “Cloacas del Estado” , que
habían amparando y facilitado los desfalcos, las mordidas y la corrupción,
ocultando la lista de los evasores fiscales de los capitalistas, tapadas por el
Gobierno aunque conocidas y detectadas por la llamada “policía política” al
servicio del PP, para beneficio de la cúpula del PP, sus amos los banqueros y
la clase dominante a los cuales sirven.
Volviendo
a las tensiones de las tres corrientes internas del PSOE, todavía no se ha
resuelto el problema, porque existen
otros componentes internos, como las camarillas, las mesas camillas, los
burócratas apesebrados, los métodos de presión de los poderes fácticos y demás
problemas que solamente podrán ser resueltos, en un Congreso, sobre todo en
Andalucía, donde existe un gran malestar y falta de sincronía entre la política
Federal y la Autonómica.
Algunos
sectores del Partido en esta CCAA han solicitado dimisiones y se habla
claramente de la necesidad de un Congreso democrático y con tiempo suficiente
para un debate a fondo y devolver el poder a las bases sin presiones del
llamado “aparato”, que hablemos claro, nadie sabe lo que es, pero todos lo
adivinamos.
El
pacto de las 6 Diputaciones Provinciales andaluzas entre Susana Díaz y Pedro
Sánchez, cerrado entre Cornejo y Cerdán
con autorización de ambos líderes, ha sido muy contestado por las bases y la
prensa estatal. Lo ven como un triunfo de Susana que mantiene el pulso a cambio
de una aparente integración de algunos “sanchistas” consiguiendo la C.S.L.
retener intacto el aparato de poder orgánico que es su fuente de apoyos que
facilitará su reelección, a costa de la permanencia de algunos cargos que han
fracasado en las últimas elecciones en sus demarcaciones y que deberían haber
dimitido.
Ese
próximo Congreso del PSOE de Andalucía,
quizás se niegue todavía a reflejar los cambios necesarios e inevitables
que han debido producirse ya y que reclaman
las bases del Partido y de los votantes, porque existe una aparente
contradicción, entre el abandono de la militancia de afiliados y votantes en
las elecciones andaluzas, comparado con
el repunte de los votantes apoyando la promesa de giro a la izquierda de
la corriente encabezada por el compañero Pedro Sánchez que merece un análisis a fondo.
Los cambios y el hartazgo del lento
giro hacia la derecha, desde que Felipe González renovó el Partido, negándose a
gestionar el programa marxista aprobado en el 28 Congreso, encarnado
actualmente ese giro en el grupo de las baronías liderada ahora por el “susanismo” y ese sector no declarado que
actúa como C.S.L. reconvertido
en un grupo de presión externo con desprecio a los cauces democráticos
internos, desde el estruendoso “Golpe a Pedro en el Comité Federal”.
Con las
actuaciones y declaraciones en los medios de comunicación a algunos estrategas
del Partido les parecía muy promisorio y fácil alcanzar sus objetivos pero se precipitaron, pues los procesos se hallan apenas en sus
inicios aunque siguen existiendo maniobras extrañas en el interno con el
intento de secuestro y desprecio de las
corrientes C.S.D. y sobre todo a la
C.I.S. en Andalucía, por parte de la C.S.L. que se opone al “sanchismo” desde el ala moderada criticando
y negándose a que se pacte con Unidas Podemos y otras organizaciones como les
reclaman permanentemente muchos sectores desde la Izquierda.
La militancia entiende cada vez
mejor que si no conseguimos derrotar a esa burocracia que domina el llamado
“aparato del Partido”, el próximo Congreso será como los anteriores, un
Congreso manejado por los burócratas al servicio del susanismo en Andalucía y
sus baronías, contra el sanchismo, al que les exigen también que elimine a la
“mosca cojonera” que ellos piensan que es Izquierda Socialista, que mantiene
posiciones del socialismo marxista, cuya
Asamblea General Federal lleva secuestrada cerca de tres años.
Pero una burocracia pusilánime,
perturbada, asustada, que hace tiempo abandonó la ideología, el programa y los
métodos del genuino socialismo de los fundadores del PSOE, tienen ahora un
único objetivo: Conservar sus sillones.
Probablemente el “susanismo” y su sector de la C.S.L. desde el punto de
vista organizativo, podría mantener sus posiciones, que desde hace tiempo
dejaron de defender el socialismo genuino, trasmutando en una especie de “andalucismo progresista”,
que vinieron aplicando en sintonía con el “capitalismo recortador”, cuando
gobernaron con Ciudadanos, despreciando a Izquierda Unida.
Pero hay más, porque ese próximo
Congreso seguramente hará un balance amplio de lo que ellos llaman “victorias”
sobre sus adversarios, “internos y externos” y porque se vanaglorian de sus
triunfos en la gestión del modelo actual capitalista, pero con pocos avances
hacia el verdadero socialismo, como demostraron las urnas, enmendadas algo por
los comicios posteriores donde se remonta por el empuje de la nueva dirección
Federal y el peligro de las derechas, subiendo la participación en las urnas.
Pero precisamente debido a esos
nulos logros sociales podríamos afirmar sin vacilación, que, incluso en caso de
que ganasen ese Congreso los partidarios del C.S.L., podría representar el
último de esa corriente no declarada del susanismo, que solamente podría
salvarse si se consolida en un Congreso limpio, donde se aparten los
perdedores, oportunistas y los quemados.
Las bases siempre están más a la
izquierda que las direcciones y seguimos luchando por el giro a la izquierda
que prometió Pedro Sánchez y su C.S.D. que aunque nos parece insuficiente y por
ello le dimos un apoyo crítico, exigimos que se abran los cauces democrático
para un debate limpio.
No lo
pedimos solo desde la C.I.S. sino otros grupos opositores en Andalucía y en
otras Federaciones, porque si el aparato Andaluz del PSOE consigue imponerse,
aplicando los métodos burocráticos empleados hasta ahora por la C.S.L. del
susanismo, controlando los censos e impidiendo la democracia interna plena, la
situación podría ir a peor. Para evitar problemas tenemos que jugar limpio, un debate abierto, sin avales ni impedimentos, abandonando las
batallas personalistas y basándonos en propuestas documentadas que es tarea del
Federal y la C.S.D. que representa Pedro
Sánchez, porque la batalla será durísima
y hablemos claro, debiera haber claridad y limpieza porque Susana Díaz quiere el sillón de Pedro
Sánchez.
Esa lucha interna, con el abandono
de los principios y el programa socialista, sin ideología definida, sin un
proyecto claro, sería el broche de oro de esa corriente escorada a la derecha
en el Partido como es la C.S.L. que prefiere pactos con las derechas y rechaza
los de las izquierdas. Podría acelerar si ganasen, la desintegración del PSOE
como ha venido ocurriendo en toda Europa por la persistente política de
preferir pactos contra natura con las derechas, aunque en las campañas se
pregona que “somos las izquierda”, pero luego se desprecia el entendimiento con
las izquierdas, sean sindicales, sociales o políticas, internas o externas, lo
que resulta difícil de entender por los votantes de izquierdas.
Si se
inicia ese proceso de desintegración sería tanto más acelerado cuanto mayores
hayan sido las batallas internas entre la corriente “susanista” que se orienta
a los pactos moderados con las derechas, aunque esos se reclamen de
Centro-Derecha un día, pero pacten con Vox al día siguiente, cuando las bases
reclaman y esperan el giro a la izquierda, como se cantaba con fuerza ante el triunfo de
Pedro Sánchez en calle Ferraz: “¡¡Con Rivera no¡¡””
Este análisis debería provocar un
gran debate en la Dirección del Partido, planteándose por el Federal desde las
bases, pues debe abrirse la posibilidad de restaurar la democracia interna, muy
devaluada, sobre todo con el descabezamiento de la C.I.S. cuya Asamblea aplazada
dura ya cerca de 3 años, pero también para todos los demás, para que las bases
puedan expresarse tal como se sienten y esa recuperación del método
democrático, con tiempo suficiente para escucharnos unos a otros, como venimos
haciendo desde “Izquierda Socialista de Andalucía” con el debate por un
programa claro, articulado si hace falta por las corrientes que se declaren o
estén declaradas, pero con una aplicación limpia de los reglamentos, que es
cómo podríamos fortalecer a nuestro Partido Socialista.
El camino para la recuperación y el
fortalecimiento, en pro de la unificación interna del Partido, pasa por un
limpio proceso similar al de la PROPUESTA
PARA EL DEBATE, LA REFLEXIÓN Y LA UNIDAD EN LA ACCIÓN, que hemos
venido realizando durante un mes en la corriente izquierda Socialista de
Málaga, con la aportación del documento base que proponemos, que aportamos al final de este análisis,
porque solo con un método democrático abierto y con el objetivo de fortalecer las
estructuras internas con tenacidad y ética, devolviendo la palabra a la
militancia para la acción política y convencer a la clase trabajadora, a la que
el PSOE se debe históricamente, con un trabajo tenaz, tanto en el plano teórico
que se ha tenido abandonado, como asimismo el programático y organizativo,
podremos evitar la catástrofe del divisionismo y las derrotas, que se podrían
producir, porque las derechas “neofranquistas” están al acecho y no solamente
en nuestro país, sino también se fortalecen en Europa, por lo que solo desde un
programa de izquierda y ganando la mayoría en las urnas y en las calles,
podríamos frenarles. (…)
(Mañana
publicaremos la Parte 2 de 3)
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