17 de abril de 2017

EL ASALARIADO “ALIENADO”(*).


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En esta sociedad capitalista cada vez más desigual, la clase trabajadora asalariada se encuentra “alienada” de su propio potencial humano, es decir, “enajenada” y a veces  no se reconoce en su condición de explotado y oprimido pero la situación está cambiando.  En su puesto de trabajo, el asalariado cada vez se encuentra menos realizado como ser humano, quedando reducido a jugar el papel de bestia de carga, una parte más de la maquinaria del aparato de producción de la burguesía.  La conciencia sufre periodos largos de entumecimiento y el resultado es que vemos una masa de personas incapaces de expresar sus capacidades humanas específicas; la mayoría de las masas se encuentran “alienadas mentalmente”, pero hemos entrado en una nueva época donde se esperan cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de la clase trabajadora y la juventud.

El asalariado no trabaja para sí mismo, sino para un capitalista que le paga un salario de subsistencia, cada vez más menguado,  a cambio de utilizar su fuerza de trabajo para sacarle el máximo rendimiento.  La plusvalía es la parte del salario que genere el trabajador  y que se apropia el empresario como beneficio.  El trabajador “alienado” no comprende que el  pago de un salario significa que la actividad productiva pertenece al capitalista, porque  piensa que tiene un Derecho (en abstracto) respecto a su actividad y,  a veces,  lo asume como normal.   Al asumir la lógica del sistema capitalista, el asalariado acepta que su actividad productiva se reduce únicamente a ganar el dinero que recibe que apenas le alcanza para sobrevivir, hasta que toma conciencia de clase.  Cuando toma conciencia de la realidad, empieza su lucha por la liberación.

Los asalariados están “alienados”, no solamente respecto a las actividades productivas, sino también del objeto de su actividad: El producto que elabora o el servicio que presta no pertenece al trabajador  que le alquila su fuerza de trabajo al patrón, por lo cual no puede utilizarlo a su voluntad para satisfacer sus necesidades vitales directamente, sino cuando luego es puesto en el mercado.  Como el proceso de producción está dirigido por el capitalista, éste suele usarlo  vendiéndolo para obtener beneficio.  Ford dijo aquella famosa frase” “Yo no fabrico automóviles, yo fabrico dinero”.  El asalariado no tiene una noción correcta del valor de lo que produce y mucho menos en las inmensas cadenas de producción.  

Bajo el capitalismo, los asalariados están “alienados” a veces, de sus propios compañeros de trabajo.  El capitalista se encarga de destruir la cooperación natural del ser humano, produciendo y favoreciendo una sensación de soledad del asalariado, para evitar lo más posible la formación de sindicatos y organizaciones políticas y sociales que puedan hacerle frente de forma colectiva en sus exigencias y reivindicaciones, o luchar contra las injusticias que la patronal comete.  Además, el capitalista planifica el enfrentamiento de unos trabajadores contra otros, para detectar a quién le saca más productividad, les hace trabajar más rápido implantando horas extras, destajos y ritmos de trabajo cronometrados y generando una hostilidad entre los propios asalariados que rompe el compañerismo en el centro de trabajo.

Si estudiamos la teoría marxista de la “alienación mental del obrero”, vemos que es la interpretación ideológica del concepto psicológico y sociológico de una “enajenación mental transitoria”, considerando que el trabajador, desde el punto de vista del patrón capitalista, no es una persona en sí misma para éste, sino un capítulo más de costo, como mano de obra en el proceso de producción que es representado por su equivalente económico. El trabajador asalariado es una “máquina” más para el patrón,  determinada por la cantidad de dinero que rinde, al utilizar la mano de obra para la multiplicación del rendimiento, pero NO es  “solo una “maquina más”, es la única que produce plusvalía.

Marx asumió una fuerte influencia filosófica de Epicuro; tomó un tema revelador para su tesis doctoral: “El materialismo de Epicuro” y aplicó ese término de “alienación” al materialismo en concepto de “explotación del proletariado” en relación con la propiedad privada de  los medios de producción.   Denominó  “alienación” a las distorsiones que causa la estructura de la sociedad capitalista en la naturaleza humana y en la percepción mental del asalariado,  que se siente ajeno en su puesto de trabajo, siendo ese modelo el causante de tal “enajenación” bajo la sociedad capitalista.  Marx profundizó en sus análisis demostrando que las estructuras del modelo del capitalismo es el que causa tal alienación, pero eso nunca lo aceptarán los defensores del capitalismo,  sus ideólogos y tecnócratas mercenarios.

El desarrollo de la sociedad capitalista, con la tendencia al monopolio,  incluidos los grandes medios de comunicación al servicio de los intereses imperialistas, complican, distorsionan o censuran “sibilinamente” los análisis de los mecanismos sociales de “alienación”, con campañas permanentes de intoxicación ideológica, en defensa del “liberalismo ideológico ultra”, que es la semilla de la reacción que prepara la “mente de las masas”, para que asuman, sin darse cuenta, el peligro que representa este modelo capitalista, corrupto, decadente y degenerado en manos de los que en el fondo, como Trump, Le Pen y demás caterva,  también se encuentran “alienados” por la obsesión de acumular riquezas,  pero son en realidad  un peligro con sus disputas bélicas y sus intentos de hacer girar hacia atrás la rueda de la historia implantando el “nacionalismo económico”, que podría poner en riesgo la viabilidad del planeta Tierra, en su tozuda pugna por una hegemonía individualista que será casi imposible de implantar. 

Marx no inventó la lucha de clases como algunos ignorantes nos quieren hacer creer, sino que la investigó y trazó las ideas, las propuestas programáticas, la táctica, el método y la estrategia global para superarlas intentando convencer, mediante la ciencia y la filosofía del materialismo dialéctico como bases fundamentales de su modelo, que la clase trabajadora debe formarse pero combatiendo cualquier elemento de sectarismo y ultraizquierdismo. Al mismo tiempo, luchando socialmente con “¡honradez y firmeza¡” contra los peligros de la adaptación oportunista de las direcciones de izquierdas al sistema burgués, cuando asumen su lógica de explotación y corrupción.

Todos los organismos nacen, crecen se desarrollan y mueren; unos son de corta vida y otros de larga duración. Los partidos de izquierdas también sufren esa decrepitud y cuando solo quedan veteranos de forma mayoritaria dirigiéndolos y cometiendo errores y torpezas aislados de sus votantes,  pueden acabar en la bancarrota, como le está ocurriendo en la actualidad a la socialdemocracia, que le salen competidores jóvenes y la historia demuestra que aquellos que saben captar a la juventud para incorporarla a sus filas, tienen el futuro en sus manos, por lo que, si el PSOE no consigue el giro a la izquierda que espera la clase trabajadora y la juventud, su situación  crítica se podría agravar.

La ciencia conoce la viabilidad teórica de un modelo alternativo al capitalismo, que debe ser mediante la socialización de las grandes palancas de la economía llevada a la práctica,  pero eso va a depender en última instancia de la capacidad de los asalariados y de sus direcciones políticas, sindicales y sociales de unirnos organizadamente para desarrollar un potente movimiento vivo y democrático de la clase trabajadora, la juventud, las capas medias y los sectores menos favorecidos,  en defensa de un verdadero programa genuinamente socialista,  que sirva para derrotar a las derechas y conquiste el futuro empujando una lucha firme hacia adelante para potenciar las fuerzas que logren la victoria contra el capitalismo y sus reaccionarios defensores, como la forma de poder avanzar hacia la transformación  de la sociedad, porque otro mundo es posible y además, más necesario que nunca, pero con el Socialismo.

José Martín Rodriguez.
Área de Comunicación.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE. A

(*) Según Marx, en la sociedad capitalista, los trabajadores sufren una “alienación” ya que no se consideran como seres humanos, sino como mano de obra que se representa como un  costo más. La persona asalariada se vuelve utilizable y desechable como una máquina obsoleta, según el papel que el capitalista le asigna para extraer la plusvalía,(parte del salario no pagado),  que representa su explotación y el beneficio para el capitalista. 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 


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