La contundente victoria de CiU –62 escaños, gana 14, a seis escaños de la mayoría absoluta–abre un escenario que se completara con las elecciones municipales (y en 13 autonomías) del 29 de mayo, y las generales posteriores.
Lo primero que hay que señalar como probable es que CiU gobernará, lógicamente, en solitario. No sólo porque el resultado se lo permite, sino precisamente en función de las siguientes citas electorales. Desde luego, hasta saber quién gobernará el Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo. Pero quizá hasta saber quién gobernará en el conjunto de España.
Podría aplicar también la famosa geometría variable. Por ejemplo, temas educativos con el PSC, temas económicos con el PP, temas filosoberanistas con ERC.
En segundo lugar está el PSC ( 28 escaños, pierde nueve). Hay que señalar que, antes que cualquier otro factor, el problema ha sido la crisis económica. Si ésta afecta a cualquier gobierno, ¿cómo no va a afectar a quien gobierna los principales ayuntamientos, la Generalitat y el gobierno de la nación?
Ahora bien, hay un segundo factor que merece la pena considerar. Y es la relativa contradicción entre la defensa de la gestión realizada y la afirmación de la no repetición del tripartito.
Por mucho que se diga que la nueva posición de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), con la exigencia de un referéndum independentista lo hacía imposible, el caso es que la no mención de ninguna otra posibilidad que no fuera la de gobernar en solitario con apoyos puntuales más bien parecía difuminar cualquier posibilidad real de gobierno, dadas las encuestas que se iban conociendo.
Un tercer factor, no despreciable, han sido las tensiones entre un sector dentro del PSC más favorable a soltar amarras con el PSOE (exigencia de grupo propio en el Parlamento español, por ejemplo) y un sector, por ahora mayoritario, partidario de mantener, el statu quo. En mi opinión, para restablecer lo antes posible el papel de "gran partido de Cataluña" que ha tenido el PSC la primera tarea es restablecer de forma creíble el equilibrio y el acuerdo entre estas dos almas internas; la tarea, con las municipales a menos de seis meses, resulta urgente.
Especialmente preocupante resulta la situación en el Ayuntamiento de Barcelona, donde el PSC pierde en todos los distritos menos uno y saca menos de la mitad de los votos de CiU.
La renuncia de Montilla a ser candidato en el próximo Congreso del PSC abre la puerta a una sucesión que debe incluir, a mi juicio, el factor integrador al que me refería, en el congreso previsto para octubre de 2011.
El PP (18 escaños, sube cuatro) obtiene un buen resultado, el mejor en escaños y pasa a ser tercera fuerza superando a ERC. Habría que anali- zar con más cuidado si se debe a fac- tores específicos (su deriva xenófoba, digamos) o, como parece más probable, al desgaste de los gobiernos (español y catalán) por la crisis o enfado con el tripartito.
ERC (diez escaños, pierde once, más de la mitad del grupo parlamentario) obtiene el peor resultado. La causa más probable son los bandazos. La defenestración de Carod Rovira, el candidato en 2006, también ha podido influir. La irrupción de SI (Solidaridad Independentista) y el resultado nada desdeñable de Reagrupamiento, también independentista encabezado por Joan Carreteró, hace más difícil la recuperación electoral. ERC es un partido asambleario y, seguramente, el éxito de Laporta, líder de SI, se entenderá como una necesidad de actitudes más radicales.
Pero fue Carod-Rovira quien, al rechazar la pintada que apareció en su casa en 2006 ("CiU + ERC = CAT"), propició la integración que supuso el segundo tripartito: el que una persona nacida en Iznájar (Córdoba) fuera presidente de le Generalitat.
Inicitiva per Cataluña obtiene un resultado no bueno (diez escaños, pierde dos) pero, comparativamente, mejor que el de PSC y ERC. La buena campaña de Joan Herrera y su solvente defensa de la gestión del tripartito han jugado a su favor.
Ciutadans obtiene tres escaños, no mal resultado teniendo en cuenta las escisiones habidas en esta formación y la competición en este mismo espacio de UPyD, el partido de Rosa Diez, que obtiene un resultado ridículo (0,17%).
Otro resultado preocupante es el de PxC, la plataforma xenófoba de Josep Anglada, aunque al final no confirmaron un escaño que bailó durante toda la noche.
Es pronto para saber qué consecuencias tendrá el resultado en la política nacional. Para el PSOE confirma todas las alarmas, pero, paradójicamente, quizás el día a día parlamentario puede ser algo más fácil. O no, veremos qué actitud adopta CiU: si se decanta por el soberanismo podría contar con 76 diputados en el Parlamento de Cataluña; 80 si opta por algún tipo de acuerdo con el PP. Cualquier opción dificultaría acuerdos con el PSOE en Madrid, por lo que, de nuevo a corto plazo, prudencia y geometría variable pueden ser la opción elegida por CiU.
Juan Antonio Barrio.
Diputado en el Congreso.
Portavoz Federal de IS-PSOE
12 de diciembre de 2010
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