2 de junio de 2010

¿SE PROFUNDIZARÁ LA RECESIÓN?

Con una economía en recesión como telón de fondo, el resto de los aspectos tienen una distinta resonancia a los años dorados del período de auge anterior a la crisis, en los que todos creían que el crecimiento y una relativa estabilidad política y social iban a durar indefinidamente.

Esta brutal recesión ha agudizado de forma dramática la urgencia de la burguesía de exigir y emprender un furibundo ataque a la clase obrera.

Los enormes recursos destinados a la salvación de la banca y a restaurar la tasa de beneficios de los capitalistas, la pérdida de beneficios de los empresarios y la situación de bancarrota en la que se encuentran algunos estados, lleva a la burguesía a la necesidad de hacer recaer sobre los trabajadores el peso de la recesión, cuando ellos son los únicos responsables, como defensores del modelo caduco del libre mercado.

Una de las más importantes contradicciones de la situación, es que a la vez que estas medidas drásticas de ataques se hacen más apremiantes para la burguesía, que tienen a los ricachones totalmente en pánico, tal cual se expresa por la histeria de sus representantes políticos liderados por Don Mariano Rajoy(P.P.) así como las oscilaciones en las cotizaciones bursátiles de todo el mundo, las condiciones objetivas y subjetivas para poder emprender esas medidas radicales frontalmente contra la clase obrera y la juventud, pueden traer enormes convulsiones sociales, estando ya en el orden del día la Huelga General Política contra el Plan de Austeridad aplicado por el Gobierno.

Según Comisiones Obreras informa en un comunicado, “el plan de ajuste adoptado por el Gobierno, que incluye un recorte de la inversión pública, lastrará la recuperación, acarreará mayor desigualdad y generará más paro”.

Declara asimismo CC.OO. que para salir de la crisis "son necesarias la reforma del sistema financiero, una fiscalidad progresiva donde pague más el que más tiene, la lucha contra el fraude fiscal y la economía sumergida y una política industrial, energética y educativa que garantice un cambio de patrón de crecimiento".
Ese sindicato concluyó que, "si el Gobierno continúa persistiendo en estas medidas, no queda otra salida que ampliar y generalizar las movilizaciones”.

Según informó Europa Press, (22-5-10) sobre la posición de U.G.T. “En declaraciones a los periodistas en Córdoba, Méndez manifestó que ayer, con la aprobación por parte del Gobierno de estas medidas, "ha cambiado de carril y nos preocupa de manera extraordinaria porque el escenario político ha cambiado y no va en la dirección que pensamos para luchar contra la crisis económica".

En su opinión, esa decisión del Gobierno es "injusta, no va a servir para resolver los problemas económicos del país, puede traer como consecuencia que se retrase la recuperación de la economía y que no sólo no se reduzca el paro, sino que incluso aumente el déficit".

Por ello, manifestó que no están de acuerdo "con ese modelo de luchar contra la crisis económica porque gravita sobre los empleados públicos, los jubilados, etc. y pone en jaque el futuro del país porque recorta las inversiones públicas".

El Sindicato de Estudiantes ha enviado una carta abierta a UGT y CCOO diciendo: “Desde el Sindicato de Estudiantes nos dirigimos nuevamente a vosotros con motivo del anuncio por parte del gobierno del mayor ataque contra la clase trabajadora de los últimos años. Los máximos dirigentes del PSOE han roto por la vía de los hechos con el discurso que habían pretendido sostener en defensa del gasto social y el compromiso de que, a pesar de la crisis, no tomarían medidas contra los más débiles. Este giro ha supuesto un verdadero jarro de agua fría para todos los que, con nuestra movilización masiva, desalojamos al Partido Popular y aupamos a un gobierno de izquierdas que prometió desarrollar una política social en beneficio de la mayoría”.(…) En otros de sus párrafos finales dicen: “Nos ponemos a vuestra disposición para promover e impulsar todas las acciones necesarias para organizar esta huelga general. Estamos convencidos de que en este momento crítico, en el que la atención de millones de familias trabajadoras y, por supuesto de los jóvenes, está puesta sobre UGT y CCOO, sabréis corresponder a este sentir general. Como la historia del movimiento obrero atestigua, sólo con la lucha defenderemos las conquistas que nos pretenden arrebatar y lograremos avanzar hacia una vida mejor.”

Ese es el ambiente que ya se palpa en los sindicatos más representativos, tanto de la clase obrera como de la juventud, pero también entre la clase dominante, tanto la Patronal como el PP, observamos un ambiente en el que vemos mezclados un alto grado de impaciencia por llevar esos ataques hasta los huesos de la clase obrera, a la vez de un terrible temor por las consecuencias sociales, de convulsiones y levantamientos, que estas medidas pudiesen tener.

La burguesía más inteligente todavía apuesta por el gobierno actual para que le haga el trabajo sucio, pero otros elementos menos inteligentes, sobre todo la cúpula del PP, están ansiosos de arrinconar a Zapatero para llegar a la Moncloa.

Esas ansias desaforadas de poder, junto con la implicación más que probable de altos cargos del PP en la trama Gürtel de la corrupción, podrían dar al traste con el liderazgo de Rajoy, cuando es más que evidente que existen al menos tres candidatos en pugna para sustituirle.


El esquema inicial del Presidente Rodríguez Zapatero, que repitió una y mil veces hasta la saciedad, que no iba a tomar medidas que pudiesen perjudicar los intereses de los trabajadores y las capas más desfavorecidas de la sociedad, ha saltado por los aires, lo que pone en peligro la tan buscada Paz Social.

Incluso desde el punto de vista de la clase dominante, la patronal hubiese preferido hacer las cosas bien para ellos, es decir, con la implicación de los dirigentes sindicales, pero la recesión se ha precipitado y ante el escenario de conflictividad generalizada a la que está enfrentado el país, la derecha y la patronal exigen al Gobierno que imponga la “contra-reforma laboral” vía Decreto Ley, porque se dan cuenta que el Pacto Social está agotado.

El altísimo grado de precariedad laboral, donde un 88 % tienen contratos precarios, ha permitido que la Patronal efectúe despidos sencillamente sin renovar el contrato.

Han utilizado asimismo el clima de miedo que para los asalariados representaba la crisis ante el temor de ir al paro, cuando ante la pasividad de la defensa del empleo, mediante la lucha y la solidaridad, se notaba una vergonzosa connivencia de muchos dirigentes sindicales con los empresarios que ha dejado incluso a muchos delegados sindicales a los pies de los caballos.

De hecho, un 90 % de los EREs presentados han sido previamente pactados con los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO sin ni siquiera dar la batalla de la acción sindical.

La gravedad de la recesión hace que esas medidas iniciales del Plan de Ajuste aprobado, hayan sido completamente insuficientes.

La burguesía exige cambios profundos para poder afrontar la situación de debacle económica en las mejores condiciones posibles frente a sus competidores y preservar al máximo sus niveles de ganancias.

Todos los estados ponen sus esperanzas en exportar más y gastar menos, cuando a su vez están cayendo los ingresos fiscales.

La desaparición de mecanismos como la devaluación competitiva de la moneda, cuando en Europa existe la moneda única, hace imposible utilizar por los Estados ese recurso que se utilizaba profusamente en las anteriores crisis.

Desde el punto de vista de la burguesía, la única manera que ven de evitar un profundo declive del capitalismo español es trastocando profundamente las relaciones laborales y recortando las conquistas sociales que para ellos, son excesivas, porque perjudica y aminora la tasa de ganancias.


Este ha sido uno de los puntos fundamentales que el Gobierno de Rodríguez Zapatero no ha podido soslayar y ha tenido que optar, como indicaba nuestra corriente en un reciente documento, que tendría el dilema de apostar a favor de los “unos o de los otros” y abordando la cruda realidad de salvar al capital, ha optado por la defensa de los intereses del Imperialismo, o sea los “otros”, atacando a los trabajadores que somos los “unos”, o sea mayoritariamente sus votantes.

Es decir, hablando claro, que pretende salvar a los Banqueros y capitalistas antes de defender a ultranza los intereses de la clase trabajadora y los pobres, como de palabra y por escrito se había comprometido.

Cuando un poder económico extralegal, indica a un Presidente, que se supone que es el máximo representante de la soberanía popular, lo que debe hacer, y ese Gobierno cede ante las presiones, entonces queda demostrado que el auténtico soberano es la Dictadura de los Capitales que actúa por fuera de los cauces democráticos.

Esa claudicación representa un giro a la derecha en la política gubernamental, decidiendo la aplicación clara de un programa liberal, contrario a los principios del socialismo.

Todo el discurso de Rodríguez Zapatero que se resistía a reconocer la gravedad de la situación desde el principio, primero negando la crisis, luego apostando por “brotes verdes” y al final cediendo ante la imposición de “los mercados”, esa cosa extraña, esa “mano invisible de Adam Smith” que manda hasta en los gobiernos, ha hecho saltar por los aires sus posiciones.

El empeño de la palabra dada de seguir defendiendo una política “para los más desfavorecidos” se ha demostrado un choque brutal y una enorme frustración para la clase trabajadora como así lo reconocen las masas que, según las expectativas electorales, hunden al PSOE más de 9 puntos con respecto al PP en las expectativas de votos.

Los sindicatos se han visto forzados a ponerse en acción anunciando protestas enormes que llevan el mismo camino que la clase trabajadora en Grecia, empezando por la Huelga General de empleados públicos para el 8 de Junio próximo que podría ser el inicio de una Huelga General Estatal.

Cuando los sindicatos han empezado a examinar la verdadera situación social, han encontrado millones de “razones” para luchar, cuando antes las negaban, porque no entendían la realidad y ni siquiera la querían examinar a fondo.

Las cifras que se barajan de la verdadera situación social son escalofriantes a la vez que muy reveladores y extremadamente intolerables: De los 8.200.000 pensionistas el 68 % cobran pensiones por debajo del salario mínimo interprofesional.

Desde 2008 más de 2.500.000 trabajadores han perdido sus empleos. Más de 4.600.000 trabajadores están parados y los jóvenes soportan una tasa del 40 % de paro, 15 puntos más que la media europea.

Hay más de 1.300.000 parados que ya no perciben ninguna prestación y cerca de 300.000 malviven con menos de 500 euros al mes.

El despido es barato, además de libre porque más de 4 millones de asalariados están bajo contrato y sus despidos, o son gratis, o tienen una indemnización de 8 días por año.

De los 17 millones y pico de ocupados, 11 millones son mileuristas con rentas salariales en torno a los 9.000 euros al año.

Globalmente, las rentas salariales han caído el triple que las rentas del capital.

Entre las Cajas de ahorros y los 7 grandes bancos se embolsaron en 2009 unos beneficios de más de 19.000 millones de euros.

La economía sumergida aumenta, estando ya según algunos cálculos entre el 25% y el 35 % del PIB.

Unilateralmente la patronal ha venido ejerciendo tal presión que se han congelado los salarios, e incluso han retrocedido en muchos sectores, por el estancamiento de la negociación colectiva.

Han recortado derechos sociales y laborales a la vez que hay un ataque muy peligroso a las libertades, tanto sindicales, de reunión, de manifestación y de Huelga.

Cabría suponer que el compañero Rodríguez Zapatero haya sido mal asesorado por la pléyade de asesores, aduladores y arribistas superlativamente bien pagados, por los que ha estado rodeado, en cuyo caso, ya tarda en despedirlos a todos ante el fracaso de tales nefastos asesoramientos, rectificar y pedir disculpas a la militancia socialista y al pueblo en general.

Pero, si esos colaboradores necesarios que tan enorme engaño a los ciudadanos han causado, empezando por el desprecio a las condiciones de vida de pensionistas, enfermos dependientes, trabajadores públicos, mujeres en cinta y demás ciudadanos que se ven atacados y ellos continúan en sus puestos como si nada hubiese pasado, (y encima tienen la osadía de seguir considerándose socialistas) entonces, con el debido respeto, si todo sigue igual, cometiéndose los mismos errores, el compañero Zapatero no es que quiera rectificar, sino que se empecina en dejar de cumplir las resoluciones del último Congreso del Partido, a la vez que se desdice de su palabra empeñada.

En ese caso el Comité Federal tendría que fomentar un debate a fondo sobre qué modelo de sociedad está dispuesto el Partido a defender y cuál es el programa más adecuado para el momento actual, incluso contemplando la necesidad de Convocar un Congreso Extraordinario de Emergencia, si es que la dirección plantea cambiar de línea política abrazando el “liberalismo”, pero que se diga claramente a los afiliados y a los votantes.

Porque en momentos de viraje político, es un Congreso el que tiene que deliberar democráticamente de forma clara, para entre todos, tanto por los social-liberales, los socialdemócratas, como los socialistas, discutamos si el Partido debe apostar por un programa “liberal”, “socialdemócrata”, o por uno “socialista”, teniendo en cuenta que los experimentos de las “Terceras Vías, “han fracasado rotundamente en todos los países, cuyo ejemplo último es la catástrofe electoral del “Nuevo Laborismo” británico y el colapso del sistema cuya responsabilidad es de las direcciones que han venido apostando por el “liberalismo”, cuyo modelo ha colapsado.

Para la clase trabajadora no sería admisible que se siguiese defendiendo un modelo liberal como el actual del Plan de Ajuste, donde los responsables de la crisis, que son los Banqueros, especuladores y capitalistas quieren irse de rositas, haciendo pagar los efectos de esta colosal estafa de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores.

La tarea del PSOE, si quiere seguir siendo el primer partido de la izquierda, debe consistir en trabajar en una mejor organización para convertirse en la auténtica dirección de la vanguardia de la clase obrera para encuadrarla en nuestras filas, con el objetivo de movilizar unificadamente a los trabajadores que es el sector más homogéneo y mayoritario de la sociedad, para poder arrastrar tras de sí a los sectores más heterogéneos de la pequeña burguesía, los autónomos y el resto de los oprimidos ofreciendo luchar por un programa auténticamente socialista. De no hacerlo así, le estaremos dejando el camino libre a la derecha económica y a la derecha política del PP para que los capitalistas apliquen su verdadero programa, que será bastante reaccionario atacando a los derechos y conquistas de los trabajadores, recortando los servicios sociales hasta los huesos.

Por tanto, la mejor salida a la crisis tiene que ser la defensa a ultranza de un programa auténticamente socialista, que con el apoyo de la unidad en la acción de todos los partidos y sindicatos de izquierdas, seamos capaces de poner a todo el mundo a trabajar, con el objetivo de TRABAJAR TODOS Y REPARTIR MEJOR.

A su vez, es muy recomendable que llevemos a cabo una lucha firme contra la especulación, la corrupción y la explotación, para lo que es imprescindible la nacionalización de la Banca, de los latifundios y los monopolios, para poder planificar la economía, y ejercer democráticamente un control obrero de la administración pública para poner los recursos a disposición de la producción y ésta al servicio de la Humanidad, porque en bases capitalistas no hay futuro. Para ello, la lucha es lo único que sirve. ¡La lucha hasta conseguir la democracia económica, política, social y cultural tiene que continuar hasta poner las bases para la construcción del socialismo y mandar al capitalismo al basurero de la historia¡

PEPE MARTIN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
Is-psoe.malaga@terra.es

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