Este libro que comento, escrito por Federico Engels, lo leí
por primeva vez hace muchos años, allá por la clandestinidad, cuando como
sindicalista de UGT luchamos contra el régimen de la Dictadura.
Producía un gran impacto entre la juventud de la época y continúa siendo
uno de mis preferidos. Luego lo reeditó la Fundación de Estudios Socialistas
Federico Engels, que la creamos un grupo de socialistas marxistas en
el año 1987, como una ONG sin ánimo de lucro, pagando nuestras cuotas como
socios, para difundir y defender las ideas del materialismo dialéctico y ayudar
en la difusión de material sindical y político en la lucha por el socialismo,
editando y vendiendo libros y materiales de propaganda diversos.
Considero que ha sido y sigue siendo imprescindible para toda persona que
se reclame de izquierdas e intente comprender el desarrollo del materialismo
dialéctico, contemplado bajo el prisma del método marxista, que no es el
producto mágico acabado que nace de la mente de aquellos investigadores
sociales, sino que se sostiene en los conocimientos más avanzados de su época,
estudiando a fondo la economía política inglesa, inicio del desarrollo
industrial del capitalismo, la filosofía alemana y el socialismo francés de los
llamados utópicos.
Me lo trajo un amigo de mi pueblo que iba a Francia a hacer la vendimia y
posteriormente he leído otras ediciones, ya en la democracia, hace muchos años y la edición que publicó la
Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels, porque estaba agotado.
Los resultados de ventas siguen siendo sorprendentes, como se ha visto en
la Feria del Libro de Málaga 2024, celebrada desde el 28 de Abril al 5 de Mayo,
en la Caseta de la Fundación Federico Engels, instalada en el Paseo del Parque
Central, donde también se sigue vendiendo el libro “Rebelión Obrera en Tejas y
Ladrillos”, cuyo autor es el que suscribe.
Es admirable que unas ideas que han sido y siguen siendo permanentemente
atacadas, descalificadas, tergiversadas y enterradas por el enorme aparato de
la clase capitalista dominante y por una gran parte de los reformistas que se
llaman de izquierdas, pero que han abrazado el capitalismo como el único modelo
posible, están siendo en realidad reivindicadas de nuevo por la clase
trabajadora y la juventud que luchan por un mundo mejor, pero también por un
gran número de intelectuales que están demostrando en sus análisis que Marx y
Engels tenían razón, dado el agotamiento del modelo capitalista que es cada vez
más decadente y cruel, con sus guerras permanentes, sea la de Ucrania por la
Invasión de Rusia, sea contra el Pueblo Palestino, por los sionistas de Israel,
que condenamos y venimos pidiendo el ALTO EL FUEGO en muchos de nuestros
artículos.
Algunos de los más destacados representantes del “socialismo utópico”
fueron Robert Owen (Inglaterra), Saint Simon, Flora Tristán, Proudhon,
(Francia) a los que se les pueden sumar algunos líderes más radicales, como
Blanqui, Buonarroti, Babeuf y otros aunque todos utópicos.
En el “socialismo científico” destacan por su profundidad Engels y Marx,
que superaron con sus propuestas y análisis a los utópicos cuyas formulaciones
eran “idealistas” e irrealizables por utópicas, ya que no se basaban en un
“análisis científico de la sociedad capitalistas” y no podían explicar con qué
recursos económicos iban a disponer para llevar a cabo sus propuestas, que se
basaban en los falansterios y el cooperativismo.
El socialismo científico superó teóricamente al socialismo utópico porque
éste no presentaba en sus tesis prácticas cómo combatir al Capitalismo, aunque
Marx y Engels les reconocían la importancia de sus análisis críticos de la
realidad económica y política analizados durante la
industrialización.
Cuando hablamos de socialismo utópico se hace referencia a las formas de
socialismo concebidas antes de que Marx desarrollara su metodología y sus estudios
de El Capital y la Teoría del Valor, los utópicos no tenían en
cuenta la realidad de la lucha de clases, por lo que podríamos considerarlos en
realidad dentro del campo de reformismo donde permanecen.
La vitalidad y superioridad del análisis marxista se debe al método del
materialismo dialéctico con la aportación importante al movimiento obrero de
las obras de Marx y Engels. Éste definía a la filosofía materialista dialéctica
como “el estudio de las leyes más generales del desarrollo, la naturaleza, de
la sociedad humana y del pensamiento”.
Ese método dota al movimiento por la transformación social y la
construcción del socialismo, de un análisis científico de la sociedad, tomando
en cuenta las bases materiales, de cómo se organiza la sociedad para la
producción y distribución de los bienes, servicios y productos, que es en
realidad y en última instancia, lo que determina la llamada superestructura
social (Ideales, instituciones, aparato productivo, Estado, etc)
Aquellos
socialistas utópicos estaban horrorizados con las terribles condiciones de vida
que sufrían los pobres y la clase obrera que era fruto del desigual desarrollo
capitalista cuya dinámica permanece en la actualidad, al continuar
siendo la plusvalía el valor del trabajo que el burgués deja de pagar al
asalariado.
El socialismo
utópico era una buena idea, pero su método consistía y consiste únicamente en
la explicación del modelo para convencer a toda la sociedad, burgueses y
proletarios, de la benevolencia de sus ideales, pero rechazando la lucha entre
las clases y la necesidad de la toma del poder por la clase trabajadora, sobre
todo las finanzas, para llevar a cabo la planificación científica de la
sociedad bajo la democracia social plena.
Su método en
ese sentido no se diferencia mucho de los reformistas actuales, que siguen
insistiendo una vez y otra, pese a sus fracasos incluso cuando gobiernan, de
convencer o ablandar a la burguesía con elegantes discursos sobre la
necesidad de acabar con las injusticias sociales, pero con un gran reparo e
incluso miedo, a utilizar las luchas de la clase trabajadora contra ese modelo
injusto, con el objetivo de cambiar sus estructuras.
Pero hablemos
claro, los socialistas utópicos estaban muy por encima de estos actuales en sus
análisis y niveles de conocimiento que estos reformistas modernos, porque con
el trabajo y la literatura que nos legaron contribuyeron a que la clase obrera
fuese tomando conciencia, lo que equivale a dejar de ser una masa, o sea
“cambiando lo de masa en sí”, para reconocerse como “una clase para sí” y tener
claro la necesidad de derrotar al capitalismo.
En el campo de
la filosofía, Engels aplica y combina los análisis profundos que hizo de las
ciencias naturales, abandonando el misticismo e idealismo de los utópicos, para
analizar la política, la economía, la naturaleza y demás campos del
conocimiento, desde el punto de vista del método del materialismo dialéctico,
cuyas leyes fundamentales fueron sintetizadas por Hegel, aunque desde su punto
de vista idealista había llegado al culmen, pues explicaba el desarrollo de la
humanidad basado en el “espíritu humano del ser”.
Engels
siguiendo la filosofía de Marx, continúa dándole una base materialista a la
dialéctica, con lo cual consigue la potente herramienta del pensamiento humano,
fundamental para comprender la realidad concreta y sus cambios a los que se ve
sometida.
Marx y Engels
habían desarrollado la teoría del valor considerando y demostrando el punto
central de la explotación del Capitalista, la plusvalía: “los beneficios del
capitalista corresponden al trabajo no pagado al obrero”. Y contrapone a la
crítica moralista del sistema burgués de explotación, el análisis científico.
Explica que el
sistema de producción de mercancías en masa para el mercado capitalista es el
que genera la contradicción insalvable a la larga, entre, por una parte, “el
carácter social de la producción” y el “carácter privado de la apropiación”,
pues parte del fruto de ese trabajo social, se lo apropia el capitalista.
Mientras que
esos recursos se reinvierten o se ceba la burbuja del crédito y otros
artificios, la situación económica ha venido funcionando aunque con un reparto
muy desigual de la riqueza, hasta que la crisis aparece y llega la recesión,
una y otra vez, cada una de las cuales son más profundas y virulentas.
Las crisis
actúales del capitalismo, cada vez más profundas, con una aceleración de la
polarización entre ricos y pobres, ponen en evidencia para miles de millones de
personas atrapadas en la pobreza, el paro y la miseria, la necesidad de
transformar este modelo injusto. Para ello, la juventud y la clase
trabajadora necesitan armarse ideológicamente para defender el programa de
transición al socialismo.
De una manera
fácil y sencilla, Engels, explica de forma magistral la génesis del
materialismo dialéctico dejando claro cómo de las condiciones materiales del
sistema capitalista, va surgiendo la posibilidad y la necesidad de construir
una nueva sociedad sin clases, es decir, lo que llamamos el Socialismo
Científico, basado en la Democracia Participativa y Ética, que demasiadas veces se ha confundido con sus
sucedáneos, como son las teorías socio-liberales, las socialdemócratas, los socialistas,
los estalinistas, los eurocomunistas, los anarquistas y demás
tendencias.
Por ello es de
obligado cumplimiento para la clase trabajadora y la juventud
actual, la lectura de este libro, para comprender la vigencia de la
mayoría de sus tesis, guardando la distancia histórica, de recomendada lectura
para la formación de toda persona que se sienta de izquierda, con el objetivo
de elevar el nivel de conocimiento de la juventud y la clase trabajadora en
general.
El marxismo
explica que: La teoría es una guía para la acción política y el foco que
ilumina el camino por donde marcha la clase trabajadora para alcanzar la victoria
e iniciar la transformación socialista de la sociedad, porque tenemos que
reconocer que bajo el capitalismo no hay futuro para la humanidad.
JOSÉ MARTIN RODRIGUEZ.
COORDINADOR
DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
(*) Cualquier persona que
esté interesada en adquirir el libro mencionado, o cualquier otro, puede encontrarlo llamando al siguiente
teléfono móvil:
Fundación Federico Engels en Málaga.
Móvil: 659.38.22.70
Enviale este escrito a Pedro Sánchez, que tiene que ver este con la política que se practica. Salud Amigo.
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