El descontento del electorado francés con el
Gobierno de François Hollande, debido a su creciente impopularidad, se ha manifestado en esta segunda vuelta
celebrada ayer 30-3-14, con más nitidez de
hace una semana. Los resultados
obtenidos, con una alta abstención cercana al 37,3 % que ha penalizado a la
izquierda, expresan una clara derrota de la socialdemocracia. El giro a la derecha del Gobierno Hollande
que tras las elecciones renunció a sus promesas y giró a la derecha para
aplicar un recorte de 50.000 millones en gastos sociales, ha coronado el
proceso de derechización de la socialdemocracia confirmando que la política de
recortes no nace del desvarío de un gobierno de derechas sino que es una
exigencia del capitalismo europeo que arrastra a la socialdemocracia al
fracaso, al dejarla sin margen de maniobra.
La acuciante derechización del Gobierno del PSF
tiene unas enormes implicaciones políticas, pues puede ahondar la crisis de la
socialdemocracia poniendo en evidencia ante las masas europeas que no existe
ningún bloque, ni burgués ni socialdemócrata, que se oponga firmemente a los
recortes y la austeridad ordenada por la Dictadura de la Troika. Esta situación alimenta la conclusión de que
los cambios solamente podrán venir de la lucha, de la acción independiente y
contundente de las masas para hacer rectificar a los gobiernos o tumbarlos y
reemplazarlos por políticas genuinamente democráticas y socialistas, que antepongan los intereses de
los trabajadores por delante de los de banqueros, especuladores y corruptos.
Después de las primeras elecciones tras la vuelta
al poder, Hollande se despierta esta
mañana con una verdadera catástrofe de sus candidaturas municipales que
expresan que sus propuestas ambiguas de “reformismo sin reformas” no han
conseguido movilizar a los votantes de la izquierda en las grandes ciudades, y
el PSF sale hundido de las municipales de mitad de mandato, al perder ante la
derecha al menos 155 localidades de más de 9.000 habitantes. En las ciudades de
más de 100.000 habitantes, 10 de ellas pasan de manos de las izquierdas a las
de partidos de derechas.
Los efectos sociales de los recortes, aplicados
incluso por la Socialdemocracia, que hunde las esperanzas de los votantes de la
izquierda, están siendo devastadores en todo el continente europeo y uno de los
escasos triunfos que merece ser resaltado es el de Anne Hidalgo que consigue
ganar la Alcaldía de París, con un 54,50 % de los votos obtenidos, derrotando
limpiamente al candidato de la derechista UMP que consigue un 45,50 % de los
resultados.
En Francia la pobreza está por encima del 14 % de
la población, el mayor nivel desde 1997, la juventud está muy castigada por el
paro, existen bolsas de miseria en muchas ciudades y como consecuencia de esta situación de
penuria, existe cada vez más un descrédito generalizado de la política oficial
de las instituciones, una profunda crisis de credibilidad de la
socialdemocracia, una enorme y creciente polarización política y un incremento
de la lucha de clases. Al mismo tiempo, vemos un desplazamiento de sectores
cada vez mayores de la clase obrera y la juventud hacia posiciones más
radicalizadas, con una mayor derechización de los partidos burgueses y
socialdemócratas, que incluso aplican medidas abiertamente represivas, con la
utilización de lenguajes racistas descarados y el crecimiento muy peligroso de
la ultraderecha del Frente Nacional de Marine Le Pen.
Es posible que tras las elecciones próximas de
las europeas del 25 de mayo, se expresen todas esas tendencias más claramente y
más generalizadas en el conjunto de Europa, condenando, incluso con explosiones sociales y grandes
huelgas, las políticas de austeridad y
recortes que aplican todos los partidos gubernamentales, sean de derechas, sean
socialdemócratas, aumentando el voto a las opciones políticas más extremas.
Todas las encuestas de la burguesía destacan los
avances de estas tendencias, porque lo determinante va a ser la polarización
política, la radicalización hacia la izquierda, las protestas y las luchas que
se vienen dando y se profundizarán como vemos entre la juventud y la clase
trabajadora, porque en realidad el capitalismo se ha quedado sin paradigma y ha
arrastrado a la socialdemocracia a una gran crisis de credibilidad e ineficacia,
pues insiste erróneamente en seguir la lógica del capitalismo, sin atreverse a
proponer un verdadero programa de transición para salir de la recesión por la
izquierda.
Es una realidad incuestionable de que existe esa
tendencia claramente ascendente en la lucha de la clase trabajadora y entre la
juventud, independientemente de que se expresen de forma discontinua y
desigual, según circunstancias y momentos de distintos países. El rechazo a los
recortes y ataques de la burguesía y de la “socialdemocracia reformista sin
reformas” serán cada vez más claras y contundente, como hemos visto ahora en
Francia; alcanzarán cotas de radicalización y participación como en los años
30, debido a la ausencia de una dirección de la Izquierda a la altura de las
circunstancias, lo que exige un giro a la izquierda de la socialdemocracia,
hacia la defensa de un programa del genuino socialismo democrático, para evitar
este proceso de deterioro cada vez más dilatado y contradictorio que se está
dando, canalizando la enorme voluntad de lucha de los trabajadores, que están
dispuesto a batallar por otro modelo distinto al capitalismo, porque éste solo
ofrece paro, hambre, miseria y desolación en todos los países.
Cada vez está más claro que la Europa de los
Mercaderes, la Europa de la Dictadura de las Finanzas, la Europa del Capitalismo
de Casino, de desfalcos, saqueos, recortes, y corrupción ha fracasado, y por lo
tanto, tenemos que continuar la lucha por la Europa de los trabajadores, la Federación
Socialista Europea de los Pueblos, porque a pesar de todas las dificultades, la
única salida es confiar en las fuerzas de la clase trabajadora, en la capacidad
de organizarnos, de unirnos para conseguir cambiar, con la defensa y aplicación
de un genuino programa socialista, la
situación de este modelo agónico que representa el capitalismo y empezar a
construir un nuevo modelo de sociedad, democrática, socialista y solidaria,
donde se antepongan los derechos y necesidades de los seres humanos por delante
de la propiedad privada de las finanzas y ponernos a trabajar unidos con el objetivo de desarrollar
las fuerzas productivas para el bienestar de los trabajadores y nuestras
familias.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
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