31 de marzo de 2025

LLAMAMIENTO A LA UNIDAD Y LA LUCHA SOCIAL.

   

Desde la Izquierda Socialista de Málaga, como corriente de opinión estatutaria del PSOE seguimos levantando la voz con un discurso claro(*), en defensa de un programa de transición socialista, que conecte con el sentimiento de lucha y necesidades de la clase trabajadora, la juventud, los parados, los pensionistas, el feminismo, el ecologismo y demás fuerzas sociales que están expresando en las calles y plazas la necesidad de mejoras sociales urgentes en Sanidad, Educación y demás Servicios Sociales básicos, porque consideramos que otro mundo mejor es posible y necesario.

El Partido Socialista Obrero Español, ha pertenecido y pertenece históricamente a millones de asalariados y sectores más empobrecidos por el capitalismo mafioso de casino y es el momento de continuar dando un paso al frente para la reorganización, planteando la unidad en la acción con la clase trabajadora y las capas medias empobrecidas, con un compromiso claro de cambiar este modelo injusto que es el capitalismo, exigiendo más democracia interna en el Partido para girar hacia la izquierda en defensa de un programa genuinamente socialista. 

Debemos tener claro que nuestro propósito es poner siempre la defensa de los  intereses de los pobres y la clase trabajadora por delante del lucro privado de banqueros y multinacionales que están siendo infiltrados por potentes grupos mafiosos, ya que las izquierdas divididas y enfrentadas, no podremos cambiar este modelo de capitalismo agónico, si no nos preparamos y luchamos contra los Partidos PP, VOX y algunos grupos ultras en formación,  financiados por los capitalistas,  que son reaccionarios y representan un peligro,  ya que defienden la restauración del franquismo,   por lo que necesitamos ser muchos más fuertes en militantes y avanzar hacia la unidad en la acción y las luchas sociales por nuestros intereses como clase trabajadora.

Por tanto, una vez más hacemos un llamamiento a la reorganización y a la lucha por lo que, si te consideras de izquierdas y si todavía no estás organizado,  te pedimos que te unas a nuestra corriente para luchar con nosotros y las demás fuerzas sociales, políticas y sindicales para avanzar hacia la  transformación socialista de la sociedad, porque otro mundo mejor es posible, pero con el Socialismo Científico para avanzar y conquistar una Democracia Participativa y Ética, ya que la Democracia Burguesa que tenemos, está totalmente podrida y bajo el capitalismo no hay futuro para la humanidad.

 ¡¡EN LA UNIDAD, LA ORGANIZACIÓN Y LA LUCHA ENCONTRAREMOS LA VICTORIA¡¡


COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCÍA. 


(*) Esperamos tu respuesta y cualquier aportación, comentario o crítica, serán siempre bien recibidos y puedes enviarlo al correo siguiente: 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 

    




27 de marzo de 2025

LAS CONDICIONES OBJETIVAS PARA LUCHAS SOCIALES SE ACELERAN.

   


    Están madurando de forma acelerada las condiciones objetivas para una transición de fase de las movilizaciones de masas, que romperían con el período de paz social impuesta por los sindicatos de masas, la patronal y el gobierno, porque las luchas sociales de sectores claves, como la Enseñanza, la Sanidad, la Educación y demás servicios sociales, indican que la clase trabajadora se está impacientando.

    Si se llegase a una coordinación de las luchas, los cambios bruscos y repentinos de la toma de conciencia de las masas se harían visibles, porque el impulso de los Cambios Necesarios no vienen nunca de arriba, sino desde abajo, de la presión social que las masas indignadas sean capaces de llevar a cabo frente a la ofensiva permanente de las derechas y su patronal.

    Si la patronal quiere seguir aplicando su política de austeridad, de salarios de miseria, que representa robar a los pobres para dárselo a los banqueros y ricachones que nos están saqueando, los estallidos sociales serán inevitables. 

     Comprendemos que el capitalismo no es una cosa eterna ni un “factor económico” que siempre ha existido, aunque nos lo quieran vender así los defensores de este sistema y los estrategas de la clase dominante. 

    El capitalismo es más bien una relación social de producción. Es parte de la plusvalía acumulada que se valoriza (se acrecienta),  explotando trabajo ajeno. 

    Se convierte en dinero que se independiza,  cobra vida y se vuelve un sujeto autónomo, sanguinario y cruel, ejerciendo su poder de mando sobre la clase trabajadora. 

    El capital que no se invierte en producción real es trabajo muerto y pretérito que vuelve a la vida oprimiendo al trabajo vivo de la clase trabajadora. Se convierte en una sanguijuela que se alimenta del beneficio que es la parte de la plusvalía que el patrón    le roba al asalariado. 

    En el debate en cuestión, se analiza el concepto de Plusvalía que es la parte del valor que genera el asalariado cuando utiliza la fuerza de trabajo alquilada por el patrón, cuya parte que retiene el capitalista y éste llama ganancia empresarial o beneficio. 

    También se analiza que la “fuerza de trabajo” es asimismo una particular mercancía cuyo valor de cambio, es decir el salario, es  menor del valor que incorpora al producto o servicio el esfuerzo del trabajador. 

    La plusvalía es la diferencia entre el salario que el patrón paga al asalariado y la parte del valor que cada obrero, manual o intelectual, incorpora a la mercancía o servicio. 

    Tanto la maquinaria como las materias primas utilizadas, transfieren solamente valor al nuevo producto, pero no lo aumenta en la formación del precio de venta, que puede coincidir o no con el valor de producción. 

    Si como ocurre normalmente el valor incorporado es superior al precio de venta, el capitalista retiene el beneficio (plusvalía).  Si coinciden precio y valor,  el capitalista no obtiene ganancias y si por la competencia cae por debajo, entonces se produce la crisis, hablando en magnitudes sociales y económicas amplias. 

     Durante el tiempo de trabajo, el asalariado crea un valor para cubrir tanto su salario como un excedente que es lo que se llama PLUSVALÍA que es la parte que se apropia el capitalista y que éste llama cuota de ganancia o beneficio. 

    El tiempo empleado en crear su salario es el “tiempo de trabajo necesario” para reproducirse como mano de obra y el trabajo excedente que produce la acumulación capitalista se llama plusvalor o plusvalía.  

    El Salario es pues,  el valor de cambio o precio de la fuerza de trabajo que aporta el obrero.  Durante el tiempo que éste trabaja para el capitalista, produce una determinada magnitud de valor y parte de ese valor generado se le devuelve en concepto de salario, directo o diferido, que ahora están siendo atacados y reducidos por la Patronal.  El resto del valor se lo apropia el capitalista, que corresponde a la plusvalía como antes hemos aclarado. 

    En realidad la magnitud del salario está determinada por diversos factores, entre ellos el valor de los medios de subsistencia del asalariado y su familia, lo que equivale al precio de aquellos bienes y servicios que el asalariado debe consumir para poder sobrevivir.  

    En momentos de crisis y recesiones, el mundo del capital ataca todavía con más virulencia y saña  al mundo del trabajo para defender con uñas y dientes, a veces con métodos bélicos, con guerras, genocidios y destrucciones, como viene ocurriendo con el conflicto en Ucrania por la invasión de ese país por Putin, o la carnicería contra el pueblo de Palestina por Israel, que incluso forman esas guerras para incrementar sus tasas de ganancias, arrebatando a los asalariados incluso la parte del salario diferido y  conquistado con históricas luchas sociales, como la sanidad, la educación, las pensiones y demás derechos sociales, empujando a los trabajadores hacia situaciones de paro, miseria y  barbarie, si la clase trabajadora no lucha denodadamente por mantenerlos. 


     Continuaremos con esta actividad formativas tan necesaria para entender lo mejor posible la situación social, económica y política, así como la necesidad para prepararnos en mejores condiciones para defendernos e incluso pasar a la ofensiva como clase trabajadora haciendo frente a los ataques que la burguesía está llevando a cabo contra nuestra clase, pues todas las grandes empresas y monopolios son en realidad agentes declarados del imperialismo y trabajan por tanto, al servicio del Capital para defender la tasa de ganancias de los capitalistas, favoreciendo a los banqueros y despreciando a los asalariados que siguen siendo explotados. 


COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCÍA. 

(*) Cualquier aportación, comentario o crítica, serán siempre bien recibidos y pueden enviarlo al correo siguiente: 

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com 



24 de marzo de 2025

EL DESPLOME DE LA ECONOMÍA MUNDIAL SERÁ INEVITABLE.

 


     El colapso del sistema financiero mundial es un hecho de tal magnitud, con tantas repercusiones en el plano económico, político, social, ecológico  y militar, que es difícil predecir todas sus consecuencias que todavía pueden presentarse, aunque el aparato de propaganda de la burguesía quieren hacernos creer que todo irá bien, pero como clase trabajadora, tenemos la necesidad de luchar para evitar la catástrofe a la que nos lleva el capitalismo. 


    La realidad concreta es que la economía del conjunto del planeta se encuentra al borde del abismo, precipitándose hacia la recesión más profunda desde la Segunda Guerra Mundial. Ese colapso económico está desvelando el auténtico funcionamiento de la llamada "democracia  burguesa”, que en realidad es la dictadura del gran capital aplicada con firmeza por los cuatro bloques del sistema, como son China y Rusia por una parte y EEUU y Europa por otro, aunque este último bloque tiene grandes dificultades desde la llegada de Donald Trump  a la Casa Blanca, con su Gobierno de Grandes Capitalistas. 


      Ese modelo de tendencia despótica y Bonapartista en la que el Gobierno de EEUU está formado, con individuos de las élites que dominan la economía con sus potentes Monopolios del que extraen enormes plusvalías de sus asalariados, velan por los intereses de la clase dominante, continúan conspirando para que los costes de esta brutal recesión que se avecina la paguemos las familias trabajadoras de todo el mundo, metiéndonos impunemente la mano en los bolsillos de la ciudadanía,  lo que representa robar a los más pobres para acumular las ganancias de los ricos banqueros y especuladores que son los auténticos responsables de las guerras y de las recesiones 


     Toda la caterva de analistas liberales, con los miles de asesores económicos del mundo de las finanzas que cobran enormes fortunas, han conseguido con sus errores y directrices enfocadas a favor del lucro privado de los capitalistas, que la mayoría de los bancos de inversión, aseguradoras y cajas de ahorros puedan terminar en la bancarrota o podrían ser colocados al borde de la suspensión de pagos. 


      Para constatar algo semejante hay que remontarse al crac de 1929. Para evitar un colapso, el gobierno de EEUU obligó a todas las naciones a realizar una gigantesca operación de rescate, inyectando dinero público para salvar la economía privada, que no evitó el desplome de los mercados durante todo el mes de septiembre de 2007 y 2008.


    Ese tremendo desplome como era inevitable en una economía globalizada y con unos mercados financieros integrados a una escala nunca vista, debemos entenderlos como los efectos de la crisis cíclica estructural del sistema capitalista y no la causa. 


     Las causas fundamentales de las crisis cíclicas, son la apropiación individual de las plusvalías que ejerce la propiedad privada de los grandes medios de producción, las fronteras nacionales, la acumulación de riqueza en un polo y el empobrecimiento generalizado de las masas en el otro polo,  el recurso al crédito de forma especulativa, entre otras que son las contradicciones insalvables del capitalismo y los activos tóxicos de enormes masas de capital fiduciario, que contagian  también a los mercados financieros de Europa y resto del mundo, que sigue siendo un lastre que nos arrastra hacia el precipicio.  


     En la recesión anterior, en el primer año de la crisis, hasta septiembre de 2008, la administración norteamericana había gastado más de 900.000 millones de dólares en rescates y apoyos al sistema financiero que se les venía abajo. Los resultados para la recuperación fueron más bien escasos.  A esta cantidad descomunal se sumaron las inyecciones de liquidez en el mercado interbancario por parte de la Reserva Federal de EEUU (FED), el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra o el Banco Central de Japón, que habían superado generosamente el billón de euros. Según algunos cálculos,  ese terrible agujero negro se tragó en torno a 20 billones de dólares. 


     Todas estas aportaciones de capital no consiguieron ni restaurar la confianza ni evitar el estrangulamiento del crédito después de más de cinco años.  Por un lado, las montañas de deudas bancarias y empresariales acumuladas en estos años de orgía especulativa fueron muy difíciles de recuperar en un momento en que la economía real, productiva, se deslizaba  con fuerza hacia la depresión, la guerra comercial y de divisas. 


      Luego vimos una contradicción más, porque mientras las carreras de armamentos con sus amenazas bélicas, produjeron los conflictos recientes, hasta llegar a la invasión de Ucrania por orden de Putin y la terrible masacre de la guerra de Israel contra el pueblo Palestino, que incluso  con la amenaza nuclear entre los contendientes,  junto con las guerras de Siria, Afganistán, Oriente Medio, Mali, Centro de África, etc, se enconan, la recesión se recrudece y la  economía real sigue lanzando a los trabajadores al paro, con la destrucción de países y el genocidio de niños, mujeres y hombres. 


    Está claro que refinanciar la deuda de empresas en dificultades, y de los propios Estados al borde de la bancarrota,  cuyas expectativas  de negocio iban hacia abajo, no es una operación muy rentable. Éste es el caso de todas las grandes multinacionales de la construcción y las inmobiliarias cuyos activos se devaluaron a un ritmo de vértigo y sus valores se derrumbaron en la bolsa. 


     Al mismo tiempo los grandes bancos de todo el mundo, que quedaron anclados en el apalancamiento generalizado de las últimas décadas. Sus pasivos aumentaron y la capacidad de obtener liquidez en el mercado interbancario menguó,  porque nadie se fía de nadie. El atesoramiento de enormes sumas en Paraísos Fiscales drenaron la recuperación y los ladrones no se fían de los ladrones, porque se conocen y podría volver a suceder. 


     Los valores bursátiles de las empresas financieras, bancos de inversión, bancos comerciales, inmobiliarias, constructoras, eléctricas, telecomunicaciones, aeronáuticas, automoción, o sea el conjunto de la economía, se han construido sobre una montaña de créditos que fueron impagables muchos de ellos, mientras los beneficios de los más ricos, seguían creciendo.


    El frenazo de la economía productiva, el descenso en las ventas, el crecimiento del desempleo y de la morosidad y, por supuesto, el crac financiero, supuso un brusco punto y final a la festival de ganancias. Tan sólo en un año (de agosto de 2007 a septiembre de 2008), las bolsas mundiales perdieron el 22% de su valor, una caída equivalente a 12,4 billones de dólares. Si se suma el desplome acumulado en septiembre la pérdida se acerca a los quince billones. 


    En las bolsas estadounidenses se volatilizaron billones de dólares, valorados en esa fecha en  una cantidad que superó el PIB de toda la América Latina y el Caribe juntos. Por más que intenten transmitir confianza, el sistema capitalista estaba inmerso en un crac de proporciones difícilmente cuantificables, que puede que se repita en la nueva recesión en la que podemos entrar.


    En aquella época, tras el derrumbe provocado por el colapso del estalinismo en la URSS y en Europa del Este, la euforia de la burguesía mundial era colosal y se frotaban las manos de contentos. Intoxicados por sus éxitos aparentes, los imperialistas norteamericanos se lanzaron en tromba para imponer su doctrina en todos los rincones del mundo: globalización, liberalización económica, privatizaciones, desregulación de los mercados financieros, saqueo de los países pobres, extensión de la precariedad laboral y aumento de la explotación, caída de los salarios, intervenciones militares con “guerras preventivas contra el terrorismo", que eran organizadas como una mentira colosal y asesina por el despreciado “complejo bélico” a través de su mercenario aparato de propaganda burguesa.


    Luego utilizaron el aparato de propaganda burgués, para intentar contrarrestar la “depresión de la población” y en un contexto semejante, los "teóricos" de la economía y la sociología burguesas se apresuraron a decretar el fin de todas las crisis y de la historia; los políticos y los gobernadores de los bancos centrales  hablaban sin recato de un "círculo virtuoso" de crecimiento sin fin; y los premios Nobel de economía eran contratados por los grandes bancos de inversión para que aplicaran sus fórmulas matemáticas al negocio del dinero. 


    La OCDE en su documento de Perspectivas Económicas Mundiales de 1999 afirmaba: "Estamos en el umbral de una atractiva oportunidad: la posibilidad de un sostenido y largo boom de la economía mundial que se prolongará en las primeras décadas del próximo milenio” (...) “Una confluencia de factores podrían unirse para propulsar importantes mejoras en la capacidad de creación de riqueza y bienestar a escala mundial...".


    Han transcurrido poco más de 25 años desde ese informe, un suspiro en la historia de la lucha de clases, y todas las expectativas se han transformado violentamente en su contrario arrasando con todas las certezas que parecían inexpugnables y barriendo la confianza de la clase dominante.

  

     El pesimismo y la incertidumbre vuelven otra vez, no solamente entre la juventud y los pobres del mundo, que ven cómo nos siguen robando el futuro, sino incluso entre los estrategas de la clase dominante que se han  quedado sin un modelo claro para salir del atolladero, porque en realidad, bajo el capitalismo corrupto y mafioso no hay salida para la humanidad. 

 

    En medio de aquella euforia,  los defensores del materialismo dialéctico denunciamos las enormes contradicciones que el boom económico estaba creando en los cimientos del sistema. Nuestros análisis eran considerados con desprecio y altanería por los burgueses pero también por los “sabihondos social-liberales·,  que marchaban coaligados con los “socialdemócratas”, hipnotizados por los magníficos "resultados" de las cuentas de beneficios, que vergonzosamente cedieron ante las presiones de la burguesía y comenzaron las contra-reformas.  


    También éramos criticados por algunos “marxistas estalinianos”, que todavía pululan por los intersticios del movimiento obrero, esos escépticos desmoralizados que se impresionaron por los brillos del boom y que achacaban a los trabajadores de su "bajo nivel de conciencia".  Los hechos han respondido con claridad a todos estos elementos que abandonaron un punto de vista de clase, abandonando el socialismo, el comunismo e incluso el anarquismo. 


      Por otra parte, desde 1945 hasta 1970 los países capitalistas avanzados, especialmente EEUU y Europa Occidental, registraron tasas de crecimiento asombrosas, impulsando un desarrollo espectacular de las fuerzas productivas, del comercio mundial y de la división internacional del trabajo sin parangón en ningún otro periodo de la historia del capitalismo.


     El motor de este crecimiento fue, sin lugar a dudas, las grandes inversiones en capital que hicieron aparecer nuevas ramas de la producción y multiplicaron la capacidad de crear manufacturas en masa. La extracción de las plusvalías, tanto relativas como absolutas fue en aumento, haciendo crecer vertiginosamente la tasa de ganancia  de los grandes capitalistas, estancando los niveles salariales a la baja a la vez que se alargaban las hipotecas hasta dos vidas laborales y más.   


      A diferencia de lo que plantean ahora los defensores de la "regulación", no fue la intervención del Estado en la economía lo que movió el sistema hacia adelante, sino la reinversión masiva en el proceso productivo de la plusvalía acumulada y la especulación. 


    Pero esta fase de ascenso también fue liquidada por las contradicciones insalvables del capitalismo, dando paso a la recesión de los años setenta y sus consecuencias revolucionarias en todo el mundo, secundada por aquella segunda crisis de onda larga que comenzó en 2007/2008 en EEUU con el colapso de la economía.


     El descrédito de las teorías keynesianas, teorías que por otro lado no ponían en riesgo la propiedad capitalista, fueron reemplazadas por las viejas ideas del “liberalismo y el monetarismo”, para salir de la primera gran ola, pero esta segunda fase no ha respondido a las medidas, ni a las keynesianas ni a las liberales.  


     Aunque no disponemos de espacio para analizar en detalle la historia  económica de estos últimos años, un hecho sobresalía por encima de todos. En contraste con los años dorados de la posguerra, la rentabilidad que ofrecía la inversión productiva durante las últimas  décadas se hacía cada vez menos atractiva para el capital, abandonando las inversiones productivas y dedicándose masivamente a la especulación  salvaje.  


    A pesar de la aparición de mercados como China, que atrajeron fuertes inversiones occidentales y suavizaron los efectos negativos de la recesión del sudeste asiático a mediados de los años noventa, la acumulación chocaba con los límites de un mercado mundial que reflejaba la tendencia a la sobreproducción.


    El fortalecimiento de China como potencia exportadora de manufacturas baratas agudizaba esta tendencia y lo que en un principio fue un respiro, dialécticamente ahora se convierte en su contrario, sobre todo, forzando a los BRICS a tomar medidas en busca de un nuevo polo, incluso con las nuevas monedas, como el Bitcoin y  las Criptomonedas que perdieron éstas más de 120.000 millones de $ en 2 días,  que están desatando “la guerra de las divisas” que es similar a una guerra comercial aguda, como la declarada ahora por Donald Trump y su asesor financiero Elon Musk, con su ataque con los “Aranceles a placer”, lo que se puede repetir la sobre-acumulación de capitales fortaleciendo los movimientos ascendente hacia la especulación, que podría forzar una desregulación absoluta del mercado financiero.


     De nuevo el capitalismo camina hacia la catástrofe porque el paro, la miseria y las guerras se extienden como una mancha de aceite, por lo que es preciso preguntarse si esta sinrazón es necesaria.  


    El capitalismo se está convirtiendo en inviable y solo se explican esas sinrazones como consecuencia de la miopía y pusilanimidad de los dirigentes de las principales fuerzas políticas y sindicales de las izquierdas y el agotamiento de este sistema capitalista decrépito, corrupto, senil y reaccionario, que  basa su política en someter a los trabajadores a una brutal dictadura de un puñado de banqueros y multinacionales que se dedican a la especulación en vez de a la inversión productiva y en crear puestos de trabajo.


    Pero la clase trabajadora está entendiendo ya en la dura escuela de la lucha social, que es una necesidad el volver a levantar con fuerzas la bandera de la lucha por el genuino Socialismo Científico (*), ejercida desde abajo hacia arriba,  donde se contemple un programa que contenga medidas como la expropiación de los banqueros corruptos,  de los monopolios explotadores,  de los latifundios ociosos, de los estafadores, especuladores y mafiosos,  que son todos defensores de la dictadura financiera, por lo que, como clase trabajadora, debemos luchar por poner la economía democrática y científicamente planificada bajo control y al servicio de la clase trabajadora porque somos la “mayoría” democrática de la sociedad y es injusto que controlen la minoría de los Capitalistas que son la “minoría” del conjunto de la sociedad y encima se llevan las plusvalías que produce la clase trabajadora. 

  

     Con esas palancas fundamentales de la economía, bajo control de la clase obrera, sería totalmente posible utilizar toda la capacidad productiva de la sociedad para crear riqueza y poner a toda la fuerza obrera a trabajar.  


    En una situación así, con una verdadera democracia, la auténtica democracia obrera y socialista, toda la situación de penuria y crisis, de apatía y desgana, de depresión y frustración, se transformaría en su contrario, porque se lograría suprimir la lacra del paro y de la falta de futuro que agobia a la juventud y a la clase trabajadora.


    A través de la planificación socialista de la producción, bajo control social  y democrático para evitar la corrupción y el despilfarro, en una economía socializada sería factible reorganizar e incrementar la producción global, incluso reduciendo la jornada laboral, para repartir el trabajo como el bien fundamental, sin recortar los salarios, permitiendo a la población participar activamente en la gestión y el control de la economía y la vida social, en la política, en los sindicatos, en los movimientos ciudadanos, en la cultura, etc, que dejarían de ser cotos privados de una minoría de privilegiados para ser compartidos de forma rotativa e igualitaria por el pueblo trabajador organizado y activo, eliminando los monopolios del poder de esa minoría de corruptos que nos han llevado a la situación actual en la que no encuentran salida.


     Ni técnica ni científicamente existe ningún impedimento para garantizar todos los Derechos Civiles a todos los ciudadanos, empezando por el trabajo, una vivienda digna decente y asequible, una Enseñanza y una Sanidad Públicas y gratuitas y unos servicios sociales universales con un salario justo y también uno social de subsistencia para los impedidos y enfermos.  


    Los ideales del socialismo genuino, se encargan de silenciarlo los grandes medios de comunicación al servicio de la burguesía porque están cautivos y censurados para la clase trabajadora y los trabajadores que luchamos por ese verdadero socialismo, que por supuesto, no cabe dentro del capitalismo mafioso de casino que es preciso derrotar y superar, poniendo en su lugar valores éticos y medidas “anti-fraude y anti-corrupción”, con TOLERANCIA  CERO, con con una amplia firmeza ejercida por la democracia de los trabajadores. 

 

     El socialismo es ya una necesidad para la humanidad,  pero no puede venir otorgado por los poderosos, sino que debe ser una conquista social  producto de la acción organizada y unitaria de las masas de la clase trabajadora, en una  lucha masiva y no violenta, de forma consciente, en defensa de un programa que represente una verdadera transformación de la sociedad.


    Nuestra corriente Izquierda Socialista ha venido defendiendo durante años estas ideas socialistas, esa táctica unitaria y esa estrategia global,  basadas en el análisis y el programa del  socialismo marxista que nos legaron Pablo Iglesias Posse y los fundadores del socialismo histórico, por lo que hacemos un llamamiento a la juventud y a la clase trabajadora en general, para que nos activemos y luchemos en pro de la unidad, en los sindicatos y partidos de izquierdas, codo a codo con el resto de organizaciones sociales, en el movimiento de las mareas, en el ecologismo,  entre los estudiantes y la juventud, en los sindicatos y demás colectivos sociales, del feminismo y otros,  para participar todos juntos en la tarea más importante que merece ser llevada a cabo. 


Invitamos a la juventud y la clase trabajadora en general a que se organize en nuestra corriente Izquierda Socialista, o en otras, para avanzar en la transformación socialista de la sociedad, porque otro mundo tiene que ser posible, pero basado en el Socialismo Científico y la Democracia Participativa y Ética(*) porque bajo el capitalismo no hay futuro para la Humanidad. 


COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA. 

PSOE DE ANDALUCÍA.  


(*) Cualquier aportación, crítica o comentario, serán siempre bien recibidos y pueden enviarlo al correo siguiente:  

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com



20 de marzo de 2025

Parte 2 final): LOS AMOS DEL SISTEMA CAPITALISTA.

  

(Recomendable leer primero la Parte 1) anterior publicada el lunes 17/3). 


  …/…Nadie puede negar que estas controversias entre Liberales, Socialdemócratas y Nazi/fascistas ha sacado a relucir a algunos grupos ultras y otros de marcado carácter Bonapartista. Ha habido apoyos de otros grupos de Europa, donde existen organizaciones neonazis y nacionalistas de diversos pelajes. Esto explica que sí existe una cierta capa preocupante de elementos que pueden denominarse como  “fuerzas de ultra-derecha”.        

     Esos elementos podrían ser utilizados por la burguesía,  en el próximo futuro para que jugaran un papel “paramilitar” similar al  de los falangistas en el golpe de Franco. Pero por ahora, a pesar de estar envalentonados con su fraseología ultra y por la impunidad de que disfrutan en sus provocadoras acciones de defensa del golpismo franquista, siguen siendo extremadamente débiles, aunque el PP mira en estos temas para otro lado, lo que demuestra una complicidad bastante hipócrita pues, continúa  descaradamente con su “entente-cordiale” con VoX, en bastantes Comunidades Autónomas. 

    En Europa donde la extrema derecha está más organizada contando con un peso real en las confrontaciones electorales últimas, algunos  partidos de extrema derecha están cortando los lazos con el “neonazi-fascismo violento” como el caso concreto del Frente Nacional (FN)  de Marine Le Pen, que repudió al fascista de su padre moderando su partido, pero no debemos confiarnos mucho,  pues podría tratarse de una táctica para ganar votos. 

    Todo eso representa un peligro para la clase trabajadora, los oprimidos, parados, inmigrantes y otras minorías menos favorecidas.  Los pequeños grupúsculos “neonazis-fascistas” no tienen fuerzas todavía para tomar el poder, pero están intimidando a colectivos que luchan de forma pacífica y democrática, atacando a manifestantes y huelguistas de forma violenta, como hemos visto ya en algunas ocasiones. 

     Continuando el análisis de este nuevo fenómeno, existen diferencias entre la extrema derecha actual y el fascismo clásico. El proceso de Polarización, Radicalización y Politización que representa la nueva época en la que hemos entrado, al menos entre los Partidos del arco parlamentario incluidos el PP, VOX y algunos minoritarios, niegan identificarse abiertamente con el término fascista o neonazi, e incluso como habitualmente dicen,  se consideran Conservadores o Liberales.   

     Las fuerzas que se identificaron con la llamada “ultraderecha”, como por ejemplo Vox (alineándose y alabando a Donald Trump), quieren prepararse para las próximas elecciones. Existen maniobras como  los que cambian sus estatutos y se presentan como “Liberales”, que intentan diluirse como un giro a la derecha, pero para cerrarle el paso a la politización de ese ala más radical y ganar votos. 

     No todos los elementos bajo la etiqueta de “extrema derecha”, muchos de ellos camuflados, pueden ser  catalogados como “nazi-fascistas”, porque sus electores los abandonarían y tienen que hacer equilibrios para poder mantenerse y presentarse como políticos “respetables y honorables”, por lo que muchos que son “nazis”,  no pueden presentarse como un movimiento fascista coherente. 

      Los llamados “populismos”, cuyas acusaciones mutuas entre ambos grupos a “derecha e izquierda”, representan una campaña permanente de la confusión alimentada por ambos bandos, al ocultar sus programas respectivos y no querer aparecer ninguno de ellos  nítidamente en defensa de la clase a la que representan.     

     Hemos escuchado vergonzosamente a gente del PP diciendo que representan a los trabajadores, mientras que partidos de masas, como PSOE, SUMAR, PODEMOS, ERC y otros,  mantienen posiciones ambiguas al querer disputar el voto desde la izquierda hasta el centro izquierda. 

    También están creciendo fuera de los partidos parlamentarios, los movimientos libertarios, feministas, ecologistas, animalistas y demás “…istas”, reuniéndose y pretendiendo de forma ilusa,  construir nuevos partidos de masas. 

    Esos fenómenos se dan principalmente en los campus universitarios, donde se forman grupúsculos, recayendo mayormente sobre estudiantes de familias acomodadas, que defienden las “libertades personales”, como ultraliberales que son y otros grupos sindicales o políticos similares, que tienen como misión desactivar y amenazar a “grupos de estudiantes de izquierdas” que se reclaman del “socialismo, comunismo o anarquismo”. 

   Estas radicalizaciones y politizaciones están llevando a luchas internas dentro del movimiento estudiantil, aunque todos tienen que reconocer que el movimiento juvenil más potente y consolidado es el Sindicato de Estudiantes.  

En momentos como los actuales debemos insistir que es necesario la defensa de la Libertad de Expresión y demás Derechos Civiles.  Pero si bien hay una capa de liberales  que adoptan una defensa de la libertad de expresión a cualquier coste, también hay una capa en el movimiento antifascista que toma la actitud de lucha con la idea de “ninguna plataforma para los fascistas” cayendo en el error de utilizar la violencia que hace que las masas se aparten de la lucha.   

El socialismo siempre ha reivindicado movimientos de masas para impedir que los fascistas y otros grupos de extrema derecha utilicen plataformas públicas que emplean para movilizar e incitar a ataques racistas, antisindicales y antisociales. Pero la batalla contra la extrema derecha tiene que ser el producto de la lucha de masas y no pedir solo que se refuerce el aparato del Estado Burgués, que luego podría ser utilizado contra los trabajadores. Cuando se han aprobado legislaciones  reaccionarias siempre se han utilizado también para reprimir a sindicatos, organizaciones y partidos políticos de izquierdas.

     Para el Socialismo Científico y la Democracia Participativa y Ética,  no hay nada automático sobre una posición de “dejarles sin plataformas”, incluso al lidiar con grupos explícitamente fascistas. Debemos rechazar que un Estado que se dice Democrático, pueda financiar a grupos de extrema derecha o a colectivos culturales que siguen sin condenar explícitamente el Golpe de Franco y los nazi-fascismos, para evitar su expansión y poder derrotarles democráticamente antes de que consigan una posición sólida. 

     Un Gobierno verdaderamente democrático debería haber intervenido ya para frenarles con una legislación que impida el proselitismo de la violencia nazi-fascista, porque esos elementos, sin violencia no son nada,  pero representan una perturbación para la Democracia y el Socialismo. 

      Esta lucha por las Libertades Democráticas no la podemos conseguir artificialmente, especialmente donde ya han llegado a un público que necesita ser alejado de este veneno,  previamente a través de un debate político en profundidad.  Hemos visto este problema en Francia y otros países de Europa, donde partidos semi-fascistas han obtenido conquistas electorales. 

    Los grupos semi-fascistas encubiertos o mezclados con gamberros que pululan con financiación de algunos Clubs de Fútbol, están siendo tolerados por el sistema, pues todos los conocemos y padecemos, pero el PP y su pandilla no hacen nada por desactivarlos, porque algunos de ellos tienen las mismas ideas que VOX y  otros partidos de la ultraderecha. Tampoco el Gobierno PSOE-SUMAR ha tomado la decisión firme de desactivar a esos grupos “neo-nazi-fascistas-franquistas”, que tendrían que disolverlos pues son un peligro para la Democracia. 

Esto significaba que allá donde los medios de comunicación capitalistas usan voceros afines a esa extrema derecha, como en Radio, TV o prensa y muchas veces dan cobertura o alientan a esos grupos “extremistas”, que les  sirven de altavoz para resaltar sus antidemocráticos comportamientos e idearios, que  deben ser combatidos con firmeza por las organizaciones de izquierdas.   

Vemos cómo combinan esas tácticas apropiadas que explican hasta dónde las fuerzas de la extrema derecha hayan podido desarrollar una base real, financiadas a través de pagos importantes de campañas publicitarias de marcas importantes, propiedad de los grandes magnates que manejan enormes fortunas y chanchullos. 

     Es desde esas cavernas mediáticas donde la derecha extrema se está extendiendo más allá de pequeños circulitos de forofos deportivos y amenazan ya con echar raíces más profundas que refleja la completa desesperación de sectores “ultraconservadores” de grandes capitalistas y capas medias que se preparan ante la gravedad de la crisis capitalista que se prolongará y que anuncian sus estrategas que podría sufrir una recaída ya que los factores económicos en macroeconomía,  empiezan a sufrir una desaceleración en los últimos meses sobre todo, en muchos países de Europa. 

     La situación que se nos plantea a todas las izquierdas es precisamente desenmascarar la falsa idea de perseguir a esas minorías solamente desde el Parlamento. Lo necesario es una lucha unificada de la clase trabajadora haciendo un llamamiento a todos los  asalariados, parados y oprimidos contra el  capitalismo, hasta derrotar a las derechas  democráticamente mediante las luchas masivas y los votos en las urnas.

  Necesitamos un movimiento amplio que por supuesto debe estar acompañado de movilizaciones encaminadas hacia la preparación de una Huelga General, en defensa de un verdadero programa Socialista para el giro a la Izquierda y también para enfrentar y prevenir los ataques físicos que la extrema derecha está llevando a cabo contra los sectores más desfavorecidos, la clase trabajadora e incluso capas medias empobrecidas por la crisis.  

     Es la mejor forma de que el núcleo duro neofascista de la extrema derecha pueda quedarse aislado y así podría ser derrotado. La lucha contra el fascismo y la extrema derecha es mayoritariamente una lucha política para frenar y desactivar a esos grupúsculos y partidos que no son democráticos y emplean la violencia.  

     El crecimiento de la extrema derecha no es solo un peligro ideológico, que necesita la acción de masas para frenarlos porque es una amenaza física para millones de trabajadores, por lo cual, ante futuras confrontaciones electorales, la cuestión de la violencia y la autodefensa deben ser debatidas y explicadas a las masas trabajadoras.  

    Algunas escaramuzas de grupúsculos con banderas “preconstitucionales” hostigando a manifestantes que pacíficamente reivindican sus derechos, han sido insultados con amenazas de violencia física, lo que nos tienen que alertar de la necesidad de ampliar este debate para profundizar sobre el rol de la violencia que empieza a surgir en la extrema derecha, que todavía no es un peligro “fascista” inminente, pero que podría llegar a cristalizar, si no se explica y frena a tiempo. 

El Socialismo Democrático defiende totalmente el derecho de la clase trabajadora asalariada y los sectores de parados y juventud oprimidos a defendernos contra ese peligro latente. 

La resistencia más efectiva contra la Derecha será la unidad y organización en partidos y sindicatos de masas de las izquierdas. Enfrentarse físicamente a esos elementos “cuasi-fascistas” de la extrema derecha, va a ser cada vez una necesidad más imperiosa, pero limitarse individualmente o en pequeños grupos a peleas callejeras implica no afrontar la extensa lucha a la que nos estamos enfrentando. 

     Necesitamos defendernos no sólo frente a los fascistas, también frente a las políticas de desigualdad del PP, VOX y a los abusos de los grandes empresarios y sus políticas que producen paro miseria y desesperación, fomentando la escalada de represión policial, que es lo único que contempla la clase dominante como propuestas alternativas. 

    Necesitamos reconstruir la capacidad unitaria y organizativa del movimiento social para utilizar la huelga de masas, y a su vez, debatir y preparar un Programa Alternativo para el Giro a la Izquierda.  El objetivo debe ser la superación del Capitalismo y por un Estado Federal, Laico, Republicano, Socialista, Plurinacional, Democrático, Cooperativo y Solidario entre todos los pueblos, para transformar la sociedad en un plano de igualdad, cooperación y apoyo mutuo. 


     Para ello tenemos que afiliarnos y potenciar a los sindicatos y partidos de izquierdas y orientarnos hacia la Unidad para enfrentarnos a esos elementos antidemocráticos, para derrotar a PP, VOX y sus financiadores por lo que ellos representan como defensores de la clase corrupta de los millonarios que los financian  y luchar no solamente sindical y  políticamente contra las derechas,  sino también arrancarles el poder económico en manos de esos capitalistas corruptos que provocan la desigualdad y la desesperación agudizando las contradicciones,  que están permitiendo que crezca esa extrema derecha que si no la derrotamos a tiempo nos puede llevar a la catástrofe. Solo con la organización, la unidad y la lucha por un mundo mejor, alcanzaremos la victoria.  


COMISIÓN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCÍA. 


(*) Cualquier aportación, comentario o crítica, serán siempre bien recibidos y pueden enviarlo al correo siguiente: 


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