12 de mayo de 2025

LOS RICOS SON CADA VEZ MÁS RICOS MIENTRAS LA POBREZA AUMENTA.

 

    Mientras más se permite la “liberalización de la economía” por los Capitalistas, más se llevan a cabo las mayores injusticias sociales y asistimos a menos actividades políticas, que significan en realidad una disminución de la “Democracia Participativa”  y un abandono de las luchas por la clase obrera ya que los trabajadores hablan de un modo casi unánime, de poca participación política en las luchas actuales, en relación a las potentes manifestaciones y luchas antifranquistas durante aquella Transición de 1978 que todavía está inacabada.  


     Aquella supuesta modernización de la economía española, que se inició bajo los auspicios del régimen de Felipe Gonzáles, que abandonó el Socialismo Cientifico de los fundadores del PSOE, Pablo Iglesias Posse, Largo Caballero y demás compañeros, quedándose el “felipismo” anclado en una Socialdemocracia que ahora está siendo derrotada en toda Europa, sin poder avanzar hacia la Democracia Participativa y Ética, ya que los sucesivos Gobiernos de izquierdas, como por ejemplo el actual PSOE-SUMAR, están teniendo dificultades para llevar a cabo los compromisos necesarios que el Partido promete y que las masas están necesitando.


     Como corriente de Opinión en el PSOE, como Izquierda Socialista de Málaga, defendemos un giro a la izquierda donde las asociaciones de vecinos, los sindicatos, los partidos políticos y las masas trabajadora en general vuelvan a fomentar acciones reivindicativas masivas, activando las Asambleas de Barrios y las luchas sociales, para debatir y reivindicar los asuntos públicos que nos están quitando.  


    Bajo los auspicios de la Socialdemocracia actual, la intervención del Partido en la sociedad civil, no está superando la intervención de las masas en las acciones de respuestas a los grupos de derecha y ultraderecha de PP y VOX,  que necesitan agitar una mano dura del Estado basado en la acción de las masas para contrarrestar las intervenciones de los Partidos de Derechas que están acobardando y minando las organizaciones sindicales y políticas, hasta conseguir la organización, la unidad y la fuerza de las izquierdas para derrotar a los Partidos de derechas que pretenden restaurar el franquismo.    


     Los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT, en cierto modo están muy pasivos por el Pacto con el Gobierno y han sido visto por muchos trabajadores que han sido sometidos por esos pactos políticos de los líderes, cosa que socava la militancia y afecta a la generación más jóven que están llegando a la mayoría de la edad políticas en un periodo de tanta corrupción masiva, que lo está impregnando todo, cuando los partidos y sindicatos de izquierdas tendrían que competir y luchar por seguridad en el empleo, un puesto de trabajo fijo,  vivienda, sanidad, educación y servicios sociales básicos para todas y todos, pero al no encontrarlo, expresan desconfianza general, cuando no una cierta repugnancia a los líderes de los sindicatos y a los partidos políticos, al tiempo que se centran en actividades privadas y no en la lucha social por sus derechos que nos están arrebatando.  


    Existe especialmente entre una minoría de activistas de sindicalistas y políticos, pero la hostilidad a la política actualmente, sobre todo de las izquierdas, sigue siendo creciente y refleja la brecha cada vez más profunda entre las élites políticas que dominan los Partidos, que deja una masa de clase trabajadora atomizada. 


     Es falso aquello de los economistas liberales, que dicen que un funcionamiento favorable del “mercado” se traduce en mayores niveles de vida y más libertad política, porque en realidad, las derechas avanzan porque las masas no participan y que no ven resultados concretos para resolver las cuestiones sociales. 


     Con la potenciación e intensificación de los Grandes Mercados, se crea una mayor dependencia de la familia, pero más inseguridad personal, movilidad social descendente e incluso menos autonomía personal. Es decir el “libre mercado” debilita la lucha social a la vez que fortalece el poder de las Grandes Empresas y los Potentes Monopolios, al mismo tiempo que disminuye el apego de la ciudadanía. 

 

      En cuanto a la estructura social actual que es la política de “libre mercado”, no solamente aumenta la brecha entre la clase burguesa y la clase trabajadora, sino incluso dentro de las mismas clases sociales, como autónomos y pymes contra Grandes Empresas. .  


    Por ejemplo, la diferencia de ingresos entre los trabajadores fijos y la juventud actual es la siguiente. El Salario Mínimo Interprofesional es en la actualidad de 1.184 euros brutos al mes en 14 pagas. Esto significa que un asalariado con contrato fijo a tiempo completo, debe percibir esa cantidad. En el caso de trabajadores eventuales o temporeros, el salario mínimo diario será de 56,08 euros. Sin contar los beneficios complementarios, como son las vacaciones, las pensiones, la cobertura sanitaria, etc. 


    Es decir, que al carecer la continuidad social firme, el mercado ha debilitado el nivel de organización social en su beneficio, por lo que, ante el temor al despido del obrero por el empresario, la mayoría de la clase trabajadora no se afilian a los sindicatos ni expresan sus opiniones en el puesto de trabajo, lo cual debilita la lucha social por un mundo mejor. 


    En la medida en que falta una continuidad laboral, se socavan las asociaciones sociales, el sindicalismo, los partidos se debilitan, porque el estar fuera del trabajo, o con al sueldo mínimo, la atomización social y el sentido de impotencia social, desaniman la participación en asociaciones de vecinos, tal como sus mayores hicieron en el pasado para restaurar la “Democracia Obrera”, superando el franquismo a base de luchas sociales muy potentes.  


    La sociedad actual está ahora basada en torno a grupos recreativos privados e informales, o en el Fútbol y otros deportes, muchos de cuyos dirigentes son más bien de derechas o extrema derecha, por lo que el crecimiento de asociaciones privadas, no tienen relación con las necesidades sociales profundas de la mayoría de la juventud. 


     Vemos como crecen las sectas y las entidades de consuelo, en el sentido clásico de las Iglesias, los relumbrantes y estridentes conciertos de Rock, que se parecen a sesiones de espiritismo, válvulas de escape para liberar emociones contenidas y otros métodos individualistas.  


   Algunos jóvenes que han podido satisfacer sus deseos de consumo y educación, con grandes sacrificios de sus padres para darles una carrera, parece que tienen poco empuje e iniciativa para cambiar su estatus. Más aún, cuando llegan a la edad adulta, no tienen un modelo político ni movimientos sociales que les atraiga para intentar cambiar esta podrida sociedad capitalista. Ni tampoco muchos padres les han provisto de un marco de referencia político para hacer frente a sus adversarios sociales y políticos de las derechas que crecen a placer, por lo que, muchos no entienden el impacto de la estrategia de los ultras, que empujan hacia el franquismo, que está recibiendo un impacto muy peligroso para la clase trabajadora. 


    Es una realidad que hay cada vez más bienes de consumo asequibles en los Mercados, pero la juventud que no tiene un trabajo continuo en el estilo de vida del “consumismo”, especialmente para adquirir los artículos de etiquetado caro, como vivienda, transporte, muebles, etc., aunque es cierto que ha aumentado la renta nacional, la participaciòn de la clase trabajadora en ella, ha disminuido globalmente y en particular, el porcentaje de salarios que corresponde a la juventud trabajadora, ha sido el que ha bajado más. El trabajo en la economía sumergida, con sueldo por debajo de un salario mínimo insuficiente, que ahora es de 1.184 euros al mes, como explicamos anteriormente o en los supuestos contratos de aprendizaje, la juventud y muchos trabajadores,  reciben salarios por debajo del nivel de subsistencia.  


     Los nuevos contratos laborales son temporales y la gran mayoría de los asalariados eventuales no se convierten en contrato fijo fácilmente. La liberación ha incrementado la diferencia entre obreros temporales y fijos aumentando los potenciales conflictos sociales entre fijos, eventuales y parados.  


      Los asalariados mayores tienen la tendencia a orientarse hacia términos más favorables para sus jubilaciones,  sin preocuparse por el hecho de que ellos no serán reemplazados por trabajadores más jóvenes. Parte de una generación se retira con salarios normales, mientras que las siguientes podrían quedar sin oficio ni beneficio, si no se corrige este modelo actual que nos afectará a todas y todos. 

     

     Muchos jóvenes insertos en un mundo de competencia, con poca ideología para luchar, sin conocer la memoria historia de lo que costó la lucha antifranquista de la clase trabajadora, son vulnerables a los mensajes nacionalistas, o incluso racistas e individualistas, por lo que culpan a los inmigrantes cuando no encuentran trabajo. 


      La política anti-inmigración que practican los Partidos de derechas, PP, VOX y demás grupos ultras, incitan a la juventud a culpar a los inmigrantes de la falta de empleo. Cuando en realidad, los inmigrantes no cierran las fábricas y las empresas, sino que son los capitalistas los que presentan cierres empresariales y despiden al personal cuando quieren.

 

     Existe un cierta contradicción entre la clase trabajadora de los pensionistas y la juventud actual, entre haberse criado entre un modelo creciente y ahora un futuro incierto y decadente como lo es el sistema capitalista, pues genera frustración social en la juventud trabajadora que, si no se orienta con una política de clase, más temprano o más tarde, podría llegar a potentes luchas. Esto explica que la mayoría de la clase trabajadora de distintas generaciones, se consideren víctimas pasivas más que protagonistas de los cambios necesarios a los que se tendrán que enfrentar, les guste  o no les agrade la lucha social.  


     En la actualidad, existe una desconexión entre el descontento de la clase trabajadora y la juventud, entre lo privado y lo público, con algunas excepciones en la política local y esto es comprensible, dada la estructura de decisión política aplicada donde se impone las políticas de “libre mercado”, que está fracasando estrepitosamente, acelerada por el modelo autoritario de la economía que intenta llevar a cabo Donald Trump. 


Aquella clase trabajadora de la mal llamada Transición de 1978, vivieron un período de una cultura política vibrante, luchando contra los restos del franquismo, en los barrios, formando sindicatos potentes y desempeñando un papel crucial a la hora de luchar por cambiar de forma importante las condiciones de trabajo y de vida de las masas luchadoras. 


     Se ha instalado claramente una corrupciòn política clientelar generalizada que forman parte de las noticias cotidianas en los potentes medios de producción de masas y ese declive de la falta de ética, desempeña un importante papel en el desgaste, el desinterés y la actividad política de una parte importante de la juventud, que está produciendo un desgaste del interés por la actividad política entre la juventud, reforzando la imagen de que la clase política solamente se apoyan a sí mismo. 


     Existe una falta de medios de comunicación de izquierdas alternativos y por tanto, la dominación de los Mass Media por la Patronal, que tienen recursos sobrados para financiar su propaganda, limitan el flujo de las fuentes de información críticas y alternativas que contrarresten a las derechas, que disponen de bastantes recursos. 


     Con la ayuda de los potentes “Mass Media”, que apoyan mayoritariamente a las poderosas cabezas políticas de las derechas, esas lindezas que, recibida en la mente de la clase trabajadora y la juventud, exacerban sus desprecios de la economía, se desconectan y termina por ignorar la verdadera actualidad, que no les ofrece un futuro digno, cayendo en la droga o cosas peores.


  La cultura “Democrática inicial”, se ha ido transformando en una cultura política autoritaria, principalmente por el comportamiento de la oposiciòn PP y VOX, donde una cultura política donde el núcleo reducido de esa clase política financiada por la clase burguesa, con la Banca, los Terratenientes, las Multinacionales y las grandes Empresas, hacen que se vuelva al sistema de la cultura autoritaria donde las minorías burguesas, ha marginado al grueso de la clase trabajadora.  


     El sistema elegido para lo que se suponía que iba a ser la modernización del Estado español en aquel inicio de la Transición de 1978 (el llamado “libre mercado” que ha fracasado a escala mundial), al final lo ocurrido es que ha debilitado los entendimiento entre la clase trabajadora y la clase política de izquierda,  ahora con el PSOE-SUMAR, que está siendo acosado permanentemente de malos modos por la derecha y la Extrema Derecha del PP, VOX y sus financiadores, que viene fortaleciendo las estructuras autoritarias, con el objetivo de restaurar el franquismo.


En la Unidad, la Organización y la lucha encontraremos el camino para la Victoria, porque bajo el capitalismo mafioso no hay futuro para la Humanidad.(*)  


COMISIÓN PERMANENTE. 

IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA. 

PSOE DE ANDALUCÍA.

(*) Te invitamos a unirte a la lucha en nuestra corriente Izquierda Socialista, para avanzar en la transformación de esta sociedad capitalista corrupta y decadente. Cualquier comentario o crítica serán bien recibidos y pueden enviarse a la siguiente dirección:      

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com








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