7 de abril de 2022

SOCIALISMO Y RELIGIÓN ANTE LA SEMANA SANTA. (Parte 1)

 

1.- Introducción.

2.- Los orígenes de la Cristiandad.

3.- La Cristiandad y el Comuismo.

4.- ¿Cómo olvidar los pecados… y hacer dinero?

5.- La Religión y la Revolución.


1.- INTRODUCCIÓN.

La cristiandad se sumerge durante los próximos días -  del 10 al 17 de Abril -   en su Semana Santa donde se conmemora la pasión y muerte de Aquel Nazareno que según cuenta la historia, murió a manos del Poder Imperialista de Roma en colaboración con el Gran Sanedrín, por defender a su pueblo, principalmente a los más pobres. 

Toda persona de buena voluntad, creyentes, agnósticos o ateos,  dicen desear que nuestro prójimo disfrute de una vida digna, pero el modelo de acumulación capitalista lo impide, pese a existir suficiente capital y bienes producidos para la erradicación de la miseria sobre el planeta Tierra. 

Las religiones existen desde épocas muy remotas y filósofos de todos los tiempos, mucho antes del cristianismo, debatían sobre la existencia de los “dioses”, entre ellos Epicuro de Samos (341 años a.C.), que ya planteaba en su “Trilema”,  lo que a muchas personas les hace reflexionar sobre este interesante asunto, sean creyentes, ateos o agnósticos, a los que les invitamos a leer este artículo, que comienzan con esas interrogantes que se planteaba Epicuro:   

 ““¿Dioses? Tal vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen, ni se ocupan ni se preocupan de nosotros” …/… “¿Es que Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente. ¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y desea hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?”

Sobre estas cuestiones religiosa volvemos a publicar un extracto (*) que tuvo una buena repercusión en su día,  donde se analiza la religión desde un enfoque laico,  con la propuesta de dar a conocer un punto de vista más próximo a la Iglesia de los pobres, ahora que están vigentes algunas propuestas del Papa Francisco, que ruega por la “Paz en el mundo”,  “lamenta la guerra sacrílega en Ucrania y pide ayudar a todos los refugiados”, que consideramos puede servir para profundizar en las reflexiones que cualquier ciudadano quiera realizar en estos días donde se conmemora en toda Cristiandad el asesinato de aquel valeroso Nazareno, condenado por el Imperio Romano y el Sanedrín, por defender a su pueblo y a los pobres.   

Aunque estas fechas adquieren cada vez más un relieve pagano, mercantilista y consumista,  secuestrados por el capitalismo del que cuesta trabajo zafarse bajo este sistema injusto de reparto dominado por los “mercados” que significa en realidad la “Dictadura Financiera Mafiosa del Gran Capital”, que ofrece la guerra como alternativa.

Vemos en estos momentos el exterminio de seres humanos, con esa gran masacre y destrucción en Ucrania,  invadida y ataca sin piedad, donde asesinan al pueblo por orden de Putin, jefe y dictador de Rusia, que en su pugna por la Hegemonía mundial con la OTAN, nos están llevando a una verdadera catástrofe: pero entremos en materia, con el siguiente Extracto del Documento mencionado anteriormente (*):   

 

““Camilo Torres, antiguo sacerdote colombiano, dijo una vez: “He colgado  el  hábito de sacerdote para convertirme en un verdadero sacerdote. El deber de todo católico es ser un revolucionario; el deber de todo revolucionario es llevar adelante la revolución.

El católico que no es un revolucionario vive en pecado mortal”. Para muchos cristianos eso puede parecer una contradicción, pero si lees este trabajo hasta el final, quizás no lo veas tan descabellado, por tanto, he aquí un extracto del análisis marxista sobre la cuestión de la religión:

 

2.- Los orígenes de la cristiandad.-

”El papel de la religión en la sociedad ha cambiado muchas veces a lo largo de los siglos. Es importante comprender el origen de la evolución histórica de las grandes religiones. Originalmente, la cristiandad y el islam eran movimientos revolucionarios de pobres y oprimidos.

“”Tomemos el ejemplo de la cristiandad. Hace aproximadamente dos mil años los primeros cristianos organizaron un movimiento de masas formado por los sectores más pobres y oprimidos de la sociedad. Como escribía Engels. “La historia de los primeros cristianos tiene notables puntos de semejanza con el movimiento de la clase obrera moderna... Ambos son perseguidos y hostigados, sus seguidores son despreciados y son objeto de leyes exclusivas, los primeros como enemigos de la raza humana y los últimos como enemigos del estado, de la religión, la familia y el orden social. Y a pesar de toda la persecución, de ser espoleados por ello, ambos salen hacia delante victoriosos”.(…)

”Los primeros cristianos eran comunistas y esto se puede ver con claridad al leer los Hechos de los Apóstoles. El propio Jesucristo andaba entre los pobres y desposeídos y con frecuencia atacaba a los ricos. No es casualidad que su primer acto al entrar en Jerusalén fuera atacar a los cambistas del templo. También dijo que sería “más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico entrara en el reino de dios”. (Lucas, 18-24). Los primeros cristianos tomaron partido por los pobres contra los ricos y poderosos.

”En la epístola de Santiago podemos leer: “Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense porque les han venido encima desgracias. Los gusanos se han metido en sus reservas y la polilla se come sus vestidos; su oro y su plata se han oxidado. El óxido se levanta como acusador contra ustedes y como un fuego les devora las carnes. ¿Cómo han atesorado, si ya eran los últimos tiempos?”

“”“Por el salario de los trabajadores que cosecharon sus campos se han puesto a gritar, pues ustedes no les pagaron; las quejas de los segadores ya habían llegado a los oídos del Señor de los ejércitos. Han conocido sólo lujo y placeres en este mundo, y lo pasaron muy bien, mientras otros eran asesinados. Condenaron y mataron al inocente, pues ¿ cómo podía defenderse ?” (Santiago, 5-1). Esta es la voz de la lucha de clases, sin “sis” y sin “peros”. La Biblia está llena de estas expresiones.

“El comunismo de los primeros cristianos también era palpable en sus comunidades donde toda la riqueza era un bien común. Aquel que deseara unirse a una comunidad cristina primero debía dar todas sus pertenencias mundanas. En los Hechos de los Apóstoles podemos leer: ““Acudían asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la convivencia [koinonia, es similar a comunismo], a la fracción del pan y a las oraciones... Todos los que habían creído vivían unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno””. (Hechos de los Apóstoles, 2-42).

Y de nuevo: ““La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común... Entre ellos ninguno sufría necesidad, pues los que poseían campos o casas los vendían, traían el dinero y lo depositaban a los pies de los apóstoles, que lo repartían según las necesidades de cada uno””.  (Hechos de los Apóstoles, 4-32).

Evidentemente este comunismo tenía un carácter ingenuo y primitivo. Es un reflejo de los hombres y mujeres de su tiempo, que eran personas con gran coraje que no temieron sacrificar su vida en la lucha contra el monstruoso estado esclavista romano.

Pero este comunismo de los primeros cristianos estaba aún en un nivel muy primitivo, comunal (reparto de la comida, ropa, etc.,) y no un comunismo real basado en la propiedad colectiva de los medios de producción. Al carecer de una comprensión científica del desarrollo de la sociedad, los primeros cristianos, a pesar de su tremendo espíritu revolucionario y heroísmo, eran incapaces de materializar sus ideales. Su comunismo tenía un carácter utópico y estaba condenado al fracaso.


3.- La cristiandad y el comunismo.

En los primeros años de la iglesia sus representantes continuaron haciéndose eco de las ideas originales del movimiento ―comunistas―. San Clemente escribió: ““El uso de todas las cosas que se encuentran en este mundo deberían ser comunes para todos los hombres. Sólo la iniquidad más manifiesta nos hace decir al otro, ‘Esto me pertenece, tanto como a ti’. De aquí el origen de la discusión entre los hombres””.

Esta observación es correcta y demuestra claramente que el origen de la lucha de clases (“la discusión entre los hombres”) se encuentra en la existencia de la propiedad privada. La eliminación de la discusión entre los hombres presupone la abolición de la propiedad privada.

San Basilio el Grande planteó una idea similar: “¿Qué es eso que llamas ‘tuyo’? ¿Por qué es tuyo? ¿De quién lo has recibido?  Hablas y actúas como aquel que en una ocasión fue temprano al teatro y tomó posesión de los asientos destinados al público restante, creía que por llegar antes podía prohibir a las otras personas que se sentasen, pretendía arrogarse para él el uso exclusivo de una propiedad destinada al uso común. Y esta es precisamente la forma de actuar del rico””.

Lo mismo dice San Gregorio: “Por lo tanto, si alguien desea convertirse en el amo de toda la riqueza, poseerla y excluir a sus hermanos, incluso a la tercera o cuarta generación, tal desgraciado no es un hermano sino un  tirano bárbaro y cruel, una bestia feroz cuya boca siempre está abierta dispuesta a devorar para su uso personal la comida de los otros compañeros”.

Y según San Ambrosio: “La naturaleza suministra su riqueza a todos los hombres en común. Dios ha creado todas las cosas para que todos los seres vivientes las gocen en común, y para que la tierra se convierta en una posesión común a todos. La propia naturaleza es la que ha creado el derecho de la comunidad, y es la usurpación injusta la que ha creado el derecho a la propiedad privada”.

San Gregorio el grande continúa: “La tierra en la que han nacido es común a todos, y por lo tanto el fruto de la tierra pertenece a todos sin distinción”. Y San Crisóstomo añade: “El rico es un ladrón”.

Estas líneas bastan para ilustrar las raíces revolucionarias de la cristiandad en su primera época. Los primeros cristianos estaban dispuestos a resistir las torturas más horribles para defender su fe, desafiar al estado, a la clase dominante y morir en la arena.

La causa de tan feroz persecución era que este movimiento de los pobres y desposeídos representaba una seria amenaza para el orden existente. Pero ninguno de estos métodos represivos consiguió aplastar al movimiento que resurgía con nuevas fuerzas de la sangre de sus mártires.

No obstante, la ausencia de bases materiales que permitieran la introducción de una sociedad sin clases cambió poco a poco todo en su contrario. En esas condiciones la dirección de la iglesia, empezando por los obispos ―los tesoreros―, presionados por la clase dominante y el estado,  poco a poco,  fue  apartándose de las creencias comunistas originales del movimiento.

Ante la imposibilidad de derrotar a los cristianos con represión, la clase dominante cambió de táctica. Cómo el emperador Constantino consiguió corromper a las capas superiores de la iglesia se puede ver en el siguiente pasaje sobre la historia de la primera iglesia.  Eusebio describe el concilio de Nicea celebrado en el año 325 d.c. y que estuvo presidido por el propio emperador “como mensajero de Dios”, en estos términos:

““Las circunstancias del banquete fueron tan espléndidas que son indescriptibles. Los destacamentos de guardias y otras tropas rodearon la entrada del palacio con sus espadas y entre éstos, los hombres de Dios entraron sin temor hasta los aposentos imperiales más íntimos. Algunos fueron los propios compañeros de mesa del emperador, otros se reclinaron en los sofás que estaban colocados a cada lado. Se podría llegar a pensar que esta era una imagen del reino de Cristo, que era un sueño y no una realidad””. (T. Ware. Whe Orthodox Church. P. 27. En la edición inglesa).

Estos métodos les son muy familiares a los dirigentes socialdemócratas y sindicalistas de hoy en día. Son precisamente los mismos métodos utilizados por el sistema para atraer a los líderes reformistas del movimiento obrero a las ideas burguesas, de esta forma los corrompen y el sistema los absorbe.

Las cabezas del movimiento son invitados a cenas y fiestas ostentosas donde se codean con los ricos y los famosos. Desde el concilio de Nicea la iglesia ha sido la más firme colaboradora de la riqueza, el privilegio y la opresión.

Los primeros cristianos se negaban a reconocer el estado o servir en el ejército. Después de este concilio todo cambió. La iglesia se convertiría en uno de los principales pilares del estado y perseguiría ferozmente a todos los que cuestionaban sus nuevas doctrinas.

Cuando Ario de Alejandría rechazó el credo niceno sus seguidores (los arrianos) fueron pasados por la espada. Más de 3.000 cristianos fueron asesinados por sus colegas cristianos ―más muertos que en tres siglos de persecución romana―. Con estos medios la Iglesia de los pobres y los oprimidos se transformó en el vehículo principal de su esclavización.

 


4.- Cómo olvidar los pecados... y hacer dinero.

Durante este período la iglesia cristiana fue absorbida ―a través de sus capas superiores― por el estado. En toda su historia posterior la iglesia se aprovechó de la debilidad humana y el temor a la muerte para esclavizar la mente de los hombres y, en este proceso, conseguir enorme poder y riquezas, algo que contrastaba absolutamente con las enseñanzas del pobre rebelde Galileo en cuyo nombre pretendían hablar. De ser un movimiento revolucionario de pobres y oprimidos, se convirtió en un baluarte de la reacción y el portavoz de los ricos y poderosos ―una situación que ha durado hasta la actualidad―.

La historia de la iglesia es la completa y absoluta negación de sus primeras ideas, creencias y tradiciones. Sobre la historia del papado de la Edad Media y el Renacimiento ―una crónica sin paralelo de infamia y crimen― se han escrito numerosos volúmenes. Aquí nos limitaremos a un solo ejemplo que resume la verdadera situación y demuestra cuál es el abismo que separa la verdadera situación con los mitos hipócritas.

En el año 1517 el Papa León X publicó la Taxa Camarae destinada a vender indulgencias y salvar almas a cambio de una modesta suma de dinero. No existía ningún crimen por vil que este fuese que no pudiera ser absuelto. Entre sus 35 artículos podemos leer.

“1. El eclesiástico que incurriere en pecado carnal, ya sea con monjas, ya con primas, sobrinas o ahijadas suyas, ya, en fin, con otra mujer cualquiera, será absuelto, mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.

2. Si el eclesiástico, además del pecado de fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad, debe pagar 219 libras, 15 sueldos. Mas si sólo hubiese cometido pecado contra natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15 sueldos.

3. El sacerdote que desflorase a una virgen, pagará 2 libras, 8 sueldos.

4. La religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera de su convento, pagará 131 libras, 15 sueldos.

5. Los sacerdotes que quisieran vivir en concubinato con sus parientes, pagarán 76 libras, 1 sueldo.

6. Para todo pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, 1 sueldo; para los incestos se añadirán en conciencia 4 libras.

7. La mujer adúltera que pida absolución para estar libre de todo proceso y tener amplias dispensas para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras, 3 sueldos. En caso igual, el marido pagará igual suma; si hubiesen cometido incestos con sus hijos añadirán en conciencia 6 libras.

8. La absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña, robo o incendio, costará a los culpables 131 libras, 7 sueldos.

9. La absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en 15 libras, 4 sueldos, 3 dineros.

10. Si el asesino hubiese dado muerte a dos o más hombres en un mismo día, pagará como si hubiese asesinado a uno solo.

11. El marido que diese malos tratos a su mujer, pagará en las cajas de la cancillería 3 libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos, y si la hubiese muerto para casarse con otra, pagará, además, 32 libras, 9 sueldos. Los que hubieren auxiliado al marido a cometer el crimen serán absueltos mediante el pago de 2 libras por cabeza.

12. El que ahogase a un hijo suyo, pagará 17 libras, 15 sueldos (o sea 2 libras más que por matar a un desconocido), y si lo mataren el padre y la madre con mutuo consentimiento, pagarán 27 libras, 1 sueldo por la absolución.

13. La mujer que destruyese a su propio hijo llevándole en sus entrañas y el padre que hubiese contribuido a la perpetración del crimen, pagarán 17 libras, 15 sueldos cada uno. El que facilitare el aborto de una criatura que no fuere su hijo, pagará 1 libra menos.

14. El asesinato de un hermano, una hermana, una madre o un padre, se pagarán 17 libras, 5 sueldos.

15.El que matase a un obispo o prelado de jerarquía superior, pagará 131 libras, 14 sueldos, 6 dineros.

16.Si el matador hubiese dado muerte a muchos sacerdotes en varias ocasiones, pagará 137 libras, 6 sueldos, por el primer asesinato, y la mitad por los siguientes”.

 

Pero más serios que el asesinato, la violación o el infanticidio era el atroz crimen de la herejía, es decir, mantener ideas diferentes a las de la iglesia oficial. Incluso si un hereje se convertía, él o ella debía todavía pagar la suma de 269 libras, mientras que el “el hijo de un hereje que hubiera sido quemado, ahorcado u otra forma de ejecución, no podía ser rehabilitado excepto si pagaba 218 libras, 16 chelines y 9 peniques”. (19).

La lista continua con fraude, contrabando, impago de las deudas, comer carne en días sagrados, hijos bastardos de sacerdotes que deseen tomar los hábitos sagrados, e incluso eunucos que deseen convertirse en sacerdotes (en el punto 33 se recoge que estos tenían que pagar 310 libras y 16 chelines).

A pesar de esta lista cínica de infamias, los historiadores católicos describen al Papa León X como el protagonista del “más brillante y quizá el período más peligroso del pontificado en la historia de la iglesia”. (Pepe Rodríguez. Mentiras fundamentales de la iglesia católica. Barcelona. Ediciones B. Anexo. pp.397-400).

 


5.- La religión y la revolución.

En todos los países a través de los siglos la iglesia se ha puesto al lado de los opresores frente a los oprimidos. Los terratenientes ingleses trabajaban en estrecha colaboración con los predicadores protestantes. En Francia, España e Italia, los sacerdotes eran los servidores abyectos de los terratenientes y después de los capitalistas.

Sin embargo, frecuentemente las contradicciones de clase de la sociedad se han expresado con el disfraz religioso, y esto no debe sorprender a quien esté familiarizado con el materialismo histórico.

Con relación a este tema Trotsky escribía lo siguiente: “”Las ideas religiosas, como las demás, nacen en el terreno de las condiciones materiales de la vida, es decir, ante todo en el de los antagonismos de las clases, sólo poco a poco se abren un camino, sobreviven, por razón del conservadurismo, a las necesidades que las han engendrado y no desaparecen sino a consecuencia de choques y trastornos serios”. (Trotsky. ¿Adonde va Inglaterra?. Argentina. El Yunque editora. 1974. p. 192).

En diferentes períodos, diferentes religiones, iglesias y sectas han jugado  papeles diferentes, que, en última instancia, reflejaban intereses de clase diferentes y antagónicos.

Los primeros movimientos de la gran rebelión contra el feudalismo fueron desafíos al poder y la autoridad de la iglesia católica romana, y encontraron eco entre las masas.

Un historiador católico dice que “”el espíritu revolucionario de odio hacia la Iglesia y el clero se apoderó de las masas en varias zonas de Alemania... El grito ‘¡muerte a los curas!’ que antes se murmuraba en secreto ahora era una consigna habitual”. (Citado por W. Manchester. A world Lit only by Flame. P. 161. En la edición inglesa).

Las primeras explosiones sociales como la protagonizada por los lolardos en Inglaterra y las husitas en Alemania prepararon el camino para la reforma de Lutero. En todos estos movimientos existió una tendencia comunista que recordaba las primeras tradiciones de la iglesia y en todos los casos esta tendencia fue reprimida brutalmente. Durante las rebelión campesina de Inglaterra en 1381, el cronista Froissart narra las actividades de un movimiento de disidentes encabezado por John Ball, precursor de ideas comunistas con un disfraz bíblico como se puede ver en sus famosas palabras: “Cuando Adán labraba y Eva hilaba. ¿Quién era entonces el patrón?””…/…

Continuará mañana con la parte 2)

6.- La Iglesia y el socialismo. (*)

7.- La Iglesia en la actualidad.


     (*) Fuente: Extractos del libro “Marxismo y Religión”.
     (*) Editado por la Fundación de Estudios Socialistas “Federico Engels”.


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