¿Qué es la filosofía?
En todos los momentos de la historia
humana, los hombres elaboraron algo así como un cuadro del mundo y señalaron
también el lugar que el hombre ocupaba en ese cuadro. Es decir, desarrollaron
una filosofía. Las piezas que se usan para construir ese cuadro se obtienen
observando la naturaleza y por medio de la generalización de las experiencias
diarias.
Algunos hombres piensan que no necesitan
una filosofía, ni siquiera una concepción del mundo. Pese a todo, en la
práctica todo el mundo tiene una filosofía, incluso cuando ésta no se expresa
conscientemente. La gente que vive según el sentido común, en realidad piensa
siguiendo la ideología dominante. Marx dijo una vez que las ideas dominantes en
una sociedad son las de la clase dominante. Para mantener y justificar esta
dominación, la clase dominante se sirve de todos los medios a su alcance para
evitar que el trabajador sea consciente de su situación:
La escuela, la televisión, la Iglesia y
la prensa son usados para propagar la ideología de esta clase dominante e
impulsar al trabajador a la aceptación de este sistema como la forma más
natural y permanente de sociedad.
Al carecer de una filosofía socialista
consciente, los trabajadores se encuentran influidos inconscientemente por la
filosofía capitalista. En todo momento dentro de una sociedad dividida en
clases, la clase revolucionaria en ascenso tiene que luchar por una nueva
concepción del mundo, atacando a la vieja filosofía que justifica y defiende
el viejo orden de cosas, si quiere ver convertida en realidad su intención de
cambiar la sociedad.
IDEALISMO Y MATERIALISMO
A lo largo de la historia de la
Filosofía vemos cómo podemos situar a los filósofos en dos campos: en uno los
idealistas y en el otro los materialistas.
La idea común del idealismo (es decir,
continuidad en la persecución de unos ideales) y materialismo (desagradable
egoísmo y preocupación por tener dinero), no tienen nada que ver con el
idealismo filosófico y el materialismo filosófico.
Muchos grandes pensadores del pasado
fueron idealistas, como por ejemplo Platón y Hegel. Esta escuela de
pensamiento concibe la naturaleza y la historia como un reflejo de las ideas o
del espíritu. La teoría de que el hombre y todas las cosas materiales fueron
creadas por un espíritu divino, es un concepto básico del idealismo.
Esta concepción es expresada de muchas
maneras, si bien se basa en que las ideas gobiernan el desarrollo del mundo
material. La historia se explica como la historia del pensamiento;los
actos de los hombres son vistos como resultado de pensamientos abstractos y no
de las necesidades materiales del hombre. Hegel fue un poco más lejos, aún
siendo un idealista convencido, e hizo de los pensamientos una Idea independiente
que existía, para él; fuera del cerebro e independiente del mundo material. La
materia era simplemente un reflejo de esta Idea. La religión
es parte y parcela del idealismo filosófico.
En el otro lado, los filósofos materialistas
han defendido que el mundo material es real y que la naturaleza o materia es lo
primario. La mente o las ideas son un producto del cerebro. El cerebro y, por
lo tanto las ideas, surgen en un cierto momento del desarrollo de la materia.
Las piedras angulares del Materialismo
son:
a) El mundo material, conocido por los
hombres a través de los sentidos y explorado por la ciencia, es real. El
desarrollo del mundo se debe a sus propias leyes naturales, sin ninguna
relación con lo sobrenatural.
b) Sólo hay un mundo, el material. El
pensamiento es un producto de la materia (del cerebro) sin el que no puede
haber ideas con existencia propia. Por tanto, las mentes o las ideas no pueden
existir aisladas de la materia. “Para mí —decía Marx— la idea no es nada más
que el mundo material reflejado en la mente humana y transformado en forma de
pensamiento”. Y en otro sitio “el ser social determina la conciencia”.
Los idealistas ven la conciencia, el
pensamiento, como algo externo y opuesto a la materia, a la naturaleza. Esta
oposición es algo totalmente falso y artificial. Hay una estrecha correlación
entre las leyes del pensamiento y las leyes de la naturaleza, porque las
primeras siguen y reflejan las segundas. El pensamiento no puede arrancar sus
categorías de si mismo, sino solamente del mundo exterior. Incluso los
pensamientos que nos parecen más abstractos se derivan, de hecho, de la
observación del mundo material.
Una ciencia en apariencia abstracta como
son las matemáticas puras tiene, en última instancia, su origen en la realidad
material y no en una invención del cerebro. El niño en la escuela,
secretamente, cuenta sus dedos materiales bajo un pupitre material antes
de resolver un abstracto problema aritmético. Haciendo esto, está recreando los
orígenes de las matemáticas. Nos basamos en el sistema decimal porque tenemos
diez dedos. Los números romanos se basaban, en un principio, en la
representación de los dedos.
En palabras de Lenin “la materia
actuando sobre nuestros órganos sensitivos produce sensaciones. Las sensaciones
dependen del cerebro, de los nervios, de la retina..., es decir, son el supremo
producto de la materia”.
La persona es parte de la naturaleza y
desarrolla sus ideas en interacción con el resto del mundo. Los procesos
mentales son en efecto reales, pero no son algo absoluto, al margen de la
naturaleza. Se les debe estudiar en las circunstancias materiales y sociales
en las que surgen. “Los fantasmas formados en el cerebro humano —afirmaba
Marx— son necesariamente sublimaciones de su proceso material de vida”. Más
tarde concluía: “Moral, Religión, Metafísica, todo el resto de la ideología y
sus correspondientes formas de conciencia, no sostienen su apariencia de
independencia. No tienen historia, ni desarrollo; pero los hombres, desarrollando
su producción material y sus relaciones materiales, alteran paralelamente su
existencia real, su forma de pensar y el producto de ésta. La vida no es
determinada por la conciencia, sino la conciencia por la vida”.
LOS ORÍGENES DEL MATERIALISMO
“El lugar de nacimiento de todo el
materialismo moderno —escribía Engels— desde el siglo XVII en adelante, es
Inglaterra”.
En esa época, la vieja aristocracia
feudal y la monarquía empezaron a ser combatidas por las clases medias recién
aparecidas. El bastión del feudalismo era la Iglesia Católica de Roma, que
proporcionaba una justificación divina para la monarquía y las instituciones
feudales. Estas, por tanto, tenían que ser liquidadas antes de que el
feudalismo pudiera ser abatido. La burguesía en ascenso se enfrentó con las
viejas ideas y los conceptos divinos sobre los que el viejo orden se
basaba.
“Paralelamente con el ascenso de las
clases medias, vino un gran renacimiento de la ciencia: La Astronomía, la
Mecánica, la Física, la Anatomía, la Fisiología, fueron cultivadas de nuevo. Y
la burguesía para el desarrollo de su producción industrial, requería una
ciencia que investigase las propiedades físicas de los objetos naturales y los
modos de acción de las fuerzas de la naturaleza. Hasta entonces la ciencia no
había sido otra cosa que la servidora de la Iglesia, no se le había permitido
ir más allá de los límites que la fe determinaba y, precisamente por esto, no
había habido de ninguna manera una ciencia. (En el siglo XVII, Galileo demostró
el carácter verdadero de la teoría de Copérnico de que la tierra y los otros
planetas giraban alrededor del Sol. Los profesores de aquella época
ridiculizaron esas ideas y usaron el poder del Índice y de la Inquisición
contra Galileo para forzarle a retractarse de su teoría). La ciencia se rebeló
contra la Iglesia; la burguesía no podía hacer nada sin la ciencia y, por lo
tanto, tenía que unírsele en la rebelión”. F. Engels.
Fue en esa época cuando Francis Bacon
(1561-1626) desarrolló sus revolucionarias ideas sobre el materialismo. Según
él, los sentidos eran infalibles y, a la vez, la fuente de todo conocimiento.
Toda ciencia se basa en la experiencia —nos dice— consiste en someter el dato
concreto a un método racional de investigación: Inducción, análisis,
comparación, observación y experimentación.
Quedó, de todas maneras, para Tomas
Hobbes (1588-1679) el continuar y desarrollar el materialismo de Bacon, dentro
de un sistema. Hobbes se dio cuenta de que las ideas y los conceptos eran sólo
un reflejo del mundo material y que “es imposible separar el pensamiento de la
materia sobre la que se piensa”. Más tarde, el pensador inglés John Locke
(1632-1704) certificó con pruebas este materialismo..../...
(CONTINUARÁ MAÑANA CON PARTE 2 DE 5).
Fuente:
Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels. Extracto del Cuaderno de Formación Marxista
número 1. Materialismo Dialéctico.
https://fundacionfedericoengels.net/
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