HEGEL
Y SU DIALÉCTICA:
Hegel planteó el problema
brillantemente, pero le fue imposible resolverlo por sus prejuicios idealistas.
A pesar de su visión mística, la filosofía de Hegel ya aplicaba las más
importantes leyes de la Dialéctica.
A) TRANSICIÓN DE LA CANTIDAD A LA CALIDAD Y VICEVERSA.
“A pesar de toda posible lentitud, sea
cual fuere la continuidad progresiva, la transición de una forma de movimiento
a otra es siempre un salto, un cambio decisivo”.Engels, Anti-Dühring.
La idea de cambio y de evolución se
acepta hoy generalmente, pero las formas por las que los cambios se producen en
la naturaleza y en la sociedad sólo han sido explicadas por la Dialéctica
marxista. La visión, bastante común, de la evolución como desarrollo pacífico
e ininterrumpido es a la vez parcial y falsa. En política, es la teoría
gradualista del cambio social, la base teórica del reformismo.
Hegel desarrolló la idea de una línea
nodal en la que en un punto definido, los aumentos o disminuciones
puramente cuantitativos, dan lugar a un salto cualitativo: Por ejemplo en el
caso del agua calentándose, donde el punto de ebullición y de congelación son
los puntos donde bajo una presión normal el salto a un nuevo estado tiene
lugar y donde, por tanto, la cantidad se transforma en calidad.
Así, en el ejemplo citado, las
transformaciones del agua (líquido) a vapor (gas) o hielo (sólido) no
ocurre con una evaporación o congelación gradual, sino de repente, a una
determinada temperatura (0º, 100º). El efecto acumulativo de los numerosos
cambios de la velocidad de las moléculas produce eventualmente un cambio de
estado (cantidad en calidad).
Se pueden poner miles de ejemplos, de
todas las ramas de la ciencia, de la sociología e incluso de la vida cotidiana
(por ejemplo, el punto en el que al añadir más sal cambia la sopa de algo
exquisito en algo incomestible).
La línea nodal hegeliana de medir el
cambio y la ley de transición de cantidad en calidad y viceversa, son de esencial
importancia no sólo para la ciencia (donde como en otras leyes dialécticas, son
usadas inconscientemente por los científicos que no son conscientemente
dialécticos), sino sobre todo en un análisis dc la historia, de la sociedad y
del movimiento de la clase obrera.
B) UNIDAD Y LUCHA DE CONTRARIOS.
El sentido común metafísico
pretende por un lado eliminar la contradicción en el pensamiento y la
revolución en la evolución y, por otro, probar que todas las ideas y fuerzas
opuestas son mutuamente excluyentes. Pero encontramos, bajo un examen más
concienzudo, que “los dos polos de una contraposición, como positivo y
negativo, son tan inseparables el uno del otro como contrapuestos el uno al
otro, y que a pesar de toda su contraposición se interpenetran el uno al otro;
también descubrimos que causa y efecto son representaciones que no tienen
validez como tales, sino en la aplicación a cada caso particular, y que se
funden en cuanto contemplamos el caso particular en su conexión general con el
todo del mundo, y se disuelven en la concepción de la alteración universal, en
la cual las causas y los efectos cambian constantemente de lugar, y lo que
ahora o aquí es efecto, allí o entonces es causa, y viceversa”. (Engels, Anti-Dühring.).
“La dialéctica es la ciencia de las
concatenaciones, en contraste con la metafísica que trata los fenómenos
separados. La dialéctica pretende descubrir las incontables transiciones,
causas y efectos que actúan juntos en el universo. La primera tarea de un
análisis dialéctico es, por tanto, resaltar la necesaria conexión objetiva de
todos los aspectos, fuerzas, tendencias..., de la esfera dada de un fenómeno”.
Lenin, Apuntes Filosóficos.
La dialéctica se acerca a un fenómeno
dado desde el punto de vista de su desarrollo, su propio movimiento y vida:
cómo surge y cómo muere; considerando también las contradictorias tendencias y
aspectos internos de este fenómeno.
El movimiento es el modo de existencia
de todo el universo material. La energía y la materia son inseparables. Aún
más, el movimiento no nace de la nada, sino como manifestación de tensiones
internas que son inseparables no sólo de la vida, sino también de todas las
formas de la materia. El desarrollo y el cambio tienen lugar a través de
contradicciones internas. Así, el análisis dialéctico empieza descubriendo
mediante una investigación empírica las contradicciones que dan lugar al
desarrollo y al cambio.
Desde un punto de vista dialéctico todos
los polos opuestos son parciales e incluso inadecuados, incluyendo la
contradicción entre verdad y error. El marxismo no acepta la existencia de
ninguna verdad eterna. Todas las verdades y errores son relativos. Lo que es
verdad en un momento y en unas circunstancias, se vuelve falso en otro: verdad
y error pasan de ser uno a ser el otro.
En este sentido, el progreso del
conocimiento y la ciencia no se produce con la mera negación de teorías
incorrectas. Todas las teorías son relativas, abarcando un lado de la sociedad.
Al principio se les atribuye la validez y posibilidad de aplicación universal.
Es verdad. Pero, al cabo de cierto tiempo, se encuentran deficiencias
en la teoría: No es aplicable a todas las circunstancias, se encuentran excepciones
a la regla general. Estas excepciones tienen que ser explicadas y, de nuevo,
en otro momento, se desarrollan nuevas teorías que puedan abarcar también las
excepciones. Pero las nuevas teorías no sólo niegan las viejas, sino que las incorporan
a ellas mismas bajo una nueva forma.
Sólo podemos excluir las contradicciones
si miramos objetos faltos de vida, quietos o individualmente uno encima del
otro, es decir, metafísicamente. Pero tan pronto como consideramos las cosas
en su movimiento y cambio, en su vida, su interdependencia mutua y su
interacción, nos encontramos con una serie de contradicciones.
El movimiento mismo es una
contradicción. El cambio físico de un objeto de lugar sólo tiene sentido si
admitimos que ese cuerpo está en un lugar y al mismo tiempo en otro lugar.
Con la vida pasa lo mismo. Es una
contradicción entre “ser en cada momento uno mismo y otro diferente”
(Engels, Anti-Dühring).
El ser vivo absorbe constantemente
sustancias que le rodean, las asimila, y a la vez otras partes del cuerpo se
desintegran y son expulsadas del mismo. En el mundo de la naturaleza orgánica
ocurren también estas constantes transformaciones. Por ejemplo: una piedra se
va desintegrando bajo la presión de los elementos; como consecuencia de esto,
podemos decir que todas las cosas son constantemente ellas mismas y otras
distintas en el mismo momento.
Por esto, el deseo de eliminar las
contradicciones es el deseo de eliminar la realidad.
C) NEGACIÓN DE LA NEGACIÓN
“¿Qué es pues la negación de la
negación? Es una ley muy general, y por ello mismo de efectos muy amplios e
importantes, de desarrollo de la naturaleza, la historia y el pensamiento; una
ley que, como hemos visto, se manifiesta en el mundo animal y vegetal, en la
geología, en las matemáticas, en la historia, en la filosofía”. Engels, Anti-Dühring.
Esta ley, cuyo funcionamiento en la
naturaleza fue observado con mucha anterioridad a su redacción, fue elaborada
por primera vez y muy claramente por Hegel, quien dio un gran número de
ejemplos concretos, que se reiteran en Anti-Dühring.
La ley de la negación de la negación se
ocupa de la naturaleza del desarrollo a través de una serie de contradicciones
que aparentemente anulan, niegan una forma de existencia, un hecho o una teoría
anterior, para posteriormente a su vez, ser también negadas. El movimiento, el
cambio, el desarrollo... se mueven de
esta manera, a través de una serie ininterrumpida de negaciones.
De todas formas, la negación en un
sentido dialéctico no significa simplemente decir que no, porque en el estadio
anterior es a la vez vencida y preservada. Negación, en este sentido, es a la
vez un acto positivo y negativo.
Hegel da un ejemplo muy simple en su
libro Fenomenológica de la mente: “El capullo [de una flor]
desaparece cuando los pétalos florecen y podríamos decir que la forma original
es negada por la posterior; en el mismo sentido, cuando surge la fruta, la flor
(pétalos, estambres...) puede ser explicada como una falsa forma de la
existencia de la planta para que la fruta aparezca como su propia naturaleza
en lugar de la flor. Estas etapas no son meramente autodiferenciadas, sino que
se complementan las unas a las otras, siendo incompatibles las unas con las
otras. Pero la actividad incesante inherente a su propia naturaleza hace que
haya momentos de unidad orgánica en los que no simplemente se contradicen unas
a otras, sino que son tan necesarias como las otras; y esta necesaria igualdad
de todos los momentos, constituye por sí sola y, por tanto, la
vida del proceso global”.
En este proceso de autoanulación sin fin
—la desaparición de ciertas formas y la aparición de otras— un modelo que surge
frecuentemente parece ser una simple repetición de formas, sucesos y teorías
ya dejados atrás. Así, en una frase hecha, cuando dicen “la historia se repite
a sí misma”, los reaccionarios historiadores burgueses intentan probar que la
historia misma no es nada más qué una repetición del pasado sin ningún
sentido; es decir, que la historia es un círculo sin fin.
La Dialéctica, por el contrario, separa
dentro de esto que parecen repeticiones un desarrollo actual de lo inferior a
lo superior, una evolución en la cual una forma se puede repetir a si misma,
pero a un nivel superior, enriquecida por los desarrollos anteriores.
Esto se puede ver aún más claro en el
proceso de desarrollo de las ideas humanas. Hegel ya enseñaba como la filosofía
se desarrollaba a través de contradicciones: una escuela del pensamiento
negando la otra, pero absorbiendo simultáneamente las viejas teorías dentro de
su propio sistema de pensamiento.
Lo mismo pasa con el desarrollo de la
ciencia. Los alquimistas de la Edad Media intentaban encontrar la piedra
filosofal que podría cambiar, decían, los metales normales en oro.
Debido al bajo nivel de las fuerzas productivas, y a la falta de una verdadera
técnica, estos tempranos intentos de transmutación de los elementos eran en
realidad una fantasía utópica. Pero, en el proceso de estos vanos intentos, los
alquimistas descubrieron gran número de hechos válidos acerca del aparato
químico y experimental que más tarde sirvió de base a la química moderna.
Con el ascenso del capitalismo, la
industria y la técnica, la química llegó a ser una ciencia que rechazó estos
intentos locos de transmutación de los elementos, que de esta manera fueron
negados y rechazados. Sin embargo, todo lo que de válido y científico tenían
los descubrimientos de la vieja alquimia se guardaron en la nueva, que mantenía
que los elementos eran inmutables y no podían ser transformados el uno por el
otro.../…
(CONTINUARÁ MAÑANA CON PARTE
5 FINAL).
Fuente: Fundación de
Estudios Socialistas Federico Engels. Extracto del Cuaderno de Formación
Marxista número 1. Materialismo Dialéctico.
https://fundacionfedericoengels.net/
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