7 de mayo de 2021

(Parte 5 final). SOBRE EL MATERIALISMO DIALÉCTICO.

  

Algo sobre la Física.

 El siglo XX ha contemplado la revolución de la ciencia y de la técnica con el descubrimiento de la física nuclear, por medio de la cual, hoy en día, un elemento puede ser transformado en otro. De hecho, teóricamente, sería posible transfor­mar el cobre en oro en la actualidad, pero el proceso sería tan caro que no sé po­dría justificar económicamente.... Así, este particular proceso parece haber dado una vuelta completa:

 A.- Transmutación de elementos.

B.- No transmutación de elementos.

C.- Transmutación de elementos.

 Pero la refutación es sólo aparente. En realidad, la ciencia moderna, que en un sentido ha vuelto a la idea de los antiguos alquimistas, incluye dentro de sí misma todos los enormes descubrimientos de los siglos XVIII y XIX en todo lo referente a la ciencia. Así, una generación se apoya en las espaldas de otra. Ideas que apa­rentemente han sido desacreditadas o negadas hacen su reaparición, pero a un ni­vel superior, enriquecidas por las nuevas experiencias y descubrimientos.

 La dialéctica se basa en el determinismo. Aparentes accidentes nacen sólo como resultado de una más profunda necesidad.

 Historiadores superficiales han escrito que la I Guerra Mundial fue causada por el asesinato del príncipe Francisco José I en Sarajevo. Para un mar­xista este suceso fue un accidente histórico, en el sentido de que este suceso casual sirvió de pretexto o catalizador para el conflicto mundial, que ya se había hecho inevitable por las contradicciones económicas, políticas y militares del imperialis­mo. Si el asesino hubiese errado o si el príncipe nunca hubiera nacido, la guerra habría tenido lugar también sobre la base de cualquier otro pretexto diplomático. La necesidad se hubiera expresado a través de un accidente diferente.

 Todo lo que existe, existe por necesidad. Pero, de la misma forma, todo lo que existe está condenado a perecer, a ser transformado en otra cosa. Así, lo que es necesario en un momento y lugar se hace innecesario en otro. Todas las cosas con­tienen su opuesto, que está destinado a sustituirle y negarle. Esto es válido tanto para las cosas vivientes individuales, como para las sociedades.

 Todo tipo de sociedad humana existe porque es necesaria en el momento dado en que se impone: 

“Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relacio­nes de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propo­ne siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las co­sas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos se están gestando las condiciones materiales para su realización”.

 Marx, Prefacio de la Contribución a la Crítica de la Economía Política.

 La esclavitud, en su momento, representó un enorme paso adelante con respec­to a la barbarie. Era un estadio necesario en el desarrollo de las fuerzas producti­vas, de la cultura y de la sociedad humana. Como Hegel planteaba: “No es tanto desde la esclavitud, como a través de la misma, como el hombre se hizo libre”.

 De la misma forma, el capitalismo era, en un principio, necesario y un estadio progresivo en la sociedad humana. Pero, al igual que la esclavitud, el comunismo primitivo y el feudalismo, el capitalismo hace tiempo que ha dejado de represen­tar un sistema social progresista y necesario. Se ha basado en las profundas con­tradicciones que llevaba en sí y está condenado a ser vencido por las nacientes fuerzas del socialismo, representadas por el proletariado moderno. La propiedad pri­vada de los medios de producción y el Estado nacional, los puntos básicos de la sociedad capitalista que en su momento significaron un gran paso adelante, en la actualidad sólo sirven para impedir el desarrollo de las fuerzas productivas amenazan todos los avances hechos durante siglos por el desarrollo de la sociedad humana.

 El capitalismo, hoy, es un sistema totalmente degenerado y decrépito que debe ser superado y reemplazado por su opuesto, el socialismo, si la cultura humana quiere sobrevivir.

 El marxismo es determinista, pero no fatalista, porque la superación de las contradicciones en la sociedad sólo puede ser alcanzada por los hombres y mujeres que luchen conscientemente por la transformación de la sociedad. Esta lucha de clases no está predeterminada. Que tenga éxito, depende de muchos factores y una clase progresista y en ascenso, como es el proletariado, tiene muchas ventajas sobre las viejas y decrépitas fuerzas de la reacción. Pero, en última instancia, el resultado debe depender de cuál de los dos bandos, tiene la más firme determinación, la mejor organización y la más especializada y resuelta dirección. La filosofía marxista es, por tanto, una guía para la acción.

 “Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diversas maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo” (Marx, Tesis sobre Feuerbach).

 La victoria del socialismo marcará un estadio nuevo y cualitativamente diferen­te de la historia humana. Para ser más exactos, marcará el fin de la prehistoria de la raza humana y el inicio de la verdadera historia.

Por otro lado, el socialismo representa una vuelta a la más antigua forma de sociedad humana —el comunismo tribal— pero a un nivel muy superior, basado en los enormes avances de miles de años, que es lo que ha durado la sociedad divi­dida en clases. La economía de la superabundancia hará posible la planificación socialista de la industria, de la ciencia y de la técnica desarrolladas por el capita­lismo en todo el mundo. Esto, a su vez, hará de una vez y para siempre que la distinción entre el trabajo manual y el intelectual, entre la ciudad y el campo, ca­rezcan de sentido y que la lucha de clases bárbara y sin sentido acabe, permitiendo al fin a la raza humana dedicar sus fuerzas a la conquista de la naturaleza; es de­cir, y usando la famosa frase de Engels:

La humanidad saltará del reino de la necesidad al reino de la libertad.

 Fuente:  Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels.  Extracto del Cuaderno de Formación Marxista número 1. Sobre el Materialismo Dialéctico.

https://fundacionfedericoengels.net/

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