¿Qué es la dialéctica?
Esta escuela de filosofía materialista
pasó de Inglaterra a Francia, para ser recogida y posteriormente desarrollada
por René Descartes (1596-1650) y sus seguidores. Estos materialistas franceses
no se limitaron a criticar la religión, sino que extendieron su crítica a todas
las instituciones e ideas. Se enfrentaron con estas cosas en el nombre de
la Razón y “armaron” a la naciente burguesía en su batalla
contra la monarquía. El nacimiento de la gran revolución burguesa de Francia de
1789-93 hizo de la filosofía materialista su credo. A diferencia de la
revolución inglesa de mediados del siglo XVII, la Revolución Francesa destruyó
completamente el viejo orden feudal.
Como Engels puso de relieve más
tarde:
Hoy sabemos que aquel Reino de la Razón
no era nada más que el Reino de la Burguesía idealizado, que la justicia eterna
encontró su realización en los tribunales de la burguesía, que la igualdad
desembocó en la igualdad burguesa ante la ley, que como uno de los derechos del
hombre más esenciales se proclamó la propiedad burguesa y que el Estado de la
Razón, el contrato social roussoniano, tomó vida, y sólo pudo cobrarla, como
república burguesa democrática. Los grandes pensadores del siglo XVIII,
exactamente igual que todos sus predecesores, no pudieron rebasar los límites
que les había puesto su propia época”.F. Engels, Anti-Dühring.
El defecto, a pesar de todo, de este
materialismo desde Bacon en adelante, era su rígida y mecánica interpretación
de la Naturaleza. No es accidental que la escuela materialista inglesa
floreciese en el siglo XVIII, cuando los descubrimientos de Isaac Newton
hicieron de la Mecánica la ciencia más avanzada e importante de su tiempo. En
palabras de Engels, "la limitación específica de este materialismo radica
en su falta de habilidad para comprender el universo como proceso como materia
sufriendo un ininterrumpido desarrollo histórico".
La Revolución Francesa tuvo un efecto
profundo en el mundo civilizado, al igual que luego lo tendría la Revolución
Rusa de 1917. Efectivamente, revolucionó el pensamiento en todos los campos,
político, filosófico, científico y artístico. El fermento de ideas que emergió
de esta revolución democrático burguesa, aseguró avances en las ciencias
naturales, la geología, la botánica, la química, así como en la economía
política.
Fue en ese periodo cuando se hizo una
crítica del punto de vista mecánico de estos materialistas. Un filósofo alemán,
Enmanuel Kant (l724-1804), fue el primero que rompió con la vieja mecánica,
con su descubrimiento de que la Tierra y el sistema solar habían llegado a ser
y que no habían existido eternamente. Lo mismo sucede con la geografía, la
geología, las plantas y los animales.
Estas revolucionarias ideas de Kant
fueron desarrolladas aún más por otro brillante pensador alemán, George Hegel
(1770-1831). Hegel era un filósofo idealista, que pensaba que el mundo podía
ser explicado como una manifestación o reflejo de una “mente universal” o
“idea”.
Hegel observaba el mundo, no como un
miembro activo de la sociedad y de la historia humana, sino como un filósofo,
observando los hechos desde fuera. Se situó en una posición por encima del
mundo, interpretando la historia del pensamiento, el mundo como
el mundo de las ideas, como un mundo ideal. Así, para Hegel, los
problemas y las contradicciones no se plantean en términos reales, sino en
términos de pensamiento, y por lo tanto sólo podían ser resueltos a través de
la evolución del pensamiento mismo. En vez de que las contradicciones en la sociedad
sean resueltas por la acción de los hombres, por la lucha de clases, la solución
para Hegel se encontraba en la cabeza del filósofo, en la idea
absoluta.
De todas maneras, Hegel reconoció los
errores y la cortedad del viejo punto de vista mecanicista. También reconoció
la falta de adecuación de la lógica formal y sentó las bases para una
concepción del mundo que podría explicar las contradicciones a través del
cambio y el movimiento.
A pesar de que Hegel redescubrió y
analizó las leyes del cambio y el movimiento, su idealismo ponía todas las
cosas en su cabeza. Esta era la lucha y la crítica que le hacían los jóvenes
hegelianos dirigidos por Ludwig Feuerbach (1804-1872), que intentó corregir
esta postura y colocar la filosofía con los pies en el suelo. Pero incluso
Feuerbach —“la mitad de abajo de él era materialista, la mitad de arriba
idealista” (Engels)— no fue capaz de limpiar totalmente el hegelianismo de su
concepción idealista. Este trabajo quedó para Marx y Engels, quienes fueron
capaces de quitar al método dialéctico el carácter místico que hasta entonces
tenía.
La Dialéctica hegeliana fue unida al
materialismo moderno para producir el entendimiento revolucionario que es el
materialismo dialéctico.
¿Qué es la dialéctica?
Hemos visto que el materialismo moderno
arranca de considerar que la materia es lo primario y que la mente o las ideas
son producto del cerebro.
Pero, ¿qué es el pensamiento dialéctico
o la Dialéctica?
“La dialéctica no es más que la ciencia
de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la
sociedad humana y del pensamiento”.Engels, Anti-Dühring.
El método dialéctico tenía ya una larga
existencia antes de que Marx y Engels lo desarrollasen científicamente como un
medio de comprender el desarrollo de la sociedad humana. Los griegos antiguos
produjeron algunos grandes pensadores dialécticos, entre los que están Platón,
Zenón de Elea y Aristóteles. Ya en el año 500 antes de nuestra era, Heraclito
adelantaba la idea de que “todas las cosas son y no son, porque todo fluye,
está cambiando constantemente, constantemente naciendo y muriendo. Es imposible
sumergirse dos veces en uno e idéntico rió”.
Esta frase contiene ya la concepción
fundamental de la Dialéctica, de que todo en la naturaleza está en un constante
estado de cambio y que este cambio se produce a través de una serie de
contradicciones.
“La gran idea cardinal de que el mundo
no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados y acabados, sino
como un conjunto de procesos, en el que la cosas que parecen estables, al
igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos, pasan por
una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de génesis y caducidad;
esta gran idea cardinal se halla ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia
habitual, que, expuesta así, en términos generales, apenas encuentra oposición.
Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra cosa es aplicarla a la realidad
concreta, en todos los campos sometidos a la investigación. (...) Para la
filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo
pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso
ininterrumpido del devenir y perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior,
cuyo mero reflejo en el cerebro pensante es esta misma filosofía”.
Engels, Ludwig Feuerbach y el
fin de la filosofía clásica alemana.
(CONTINUARÁ MAÑANA CON PARTE
3 DE 5).
Fuente: Fundación de
Estudios Socialistas Federico Engels. Extracto del Cuaderno de Formación
Marxista número 1. Materialismo Dialéctico.
https://fundacionfedericoengels.net/
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