…/… (Continuación de parte 1)
.../... Estamos ante la expectativa
de si se va a moderar el conflicto territorial en su gran tensión y hostilidad
alcanzadas, alimentado por el potente aparato de comunicación del Estado
burgués que ha disfrutado de un impresionante altavoz incluso con repercusiones
en toda Europa y el resto del mundo. Al
menos por el momento habrá que esperar a comprobar si se forma un “Govern
Catalá” que baje la tensión, o la
aumente o incluso si desembocará en nuevas elecciones, dado lo fraccionado y
polarizado que ha quedado el arco del “Parlament de Catalunya”.
Nadie puede negar que esa
“guerra de banderas” ha sacado a relucir a algunos grupúsculos semi/fascistas y
otros de marcado carácter nazi-fascistas. Ha habido apoyos de otros grupos de
Europa, donde existen organizaciones neonazis y nacionalistas de diversos
pelajes. Esto explica que sí existe una cierta capa preocupante de elementos
que pueden denominarse como “fuerzas de extrema derecha”. Esos elementos, si no
gana pronto una Partido o Coalición de izquierdas que les corte el paso, podrían ser utilizados en el próximo futuro
para que jugaran el papel “paramilitar” de los falangistas en el golpe de
Franco.
Pero por ahora, a pesar de
estar envalentonados con sus frases de “a por ellos” y por la impunidad de que
disfrutan en sus “provocadoras acciones” de defensa del golpismo franquista,
siguen siendo extremadamente débiles, aunque el Gobierno de Rajoy mira en estos
temas para otro lado, lo que demuestra una “hipócrita” complicidad.
En Europa donde la extrema
derecha está más organizada contando con un peso real en las confrontaciones
electorales últimas, muchos partidos de extrema derecha están cortando los
lazos con el “neonazi-fascismo violento” como el caso concreto del Frente
Nacional (FN) de Marine Le Pen, que ha
repudiado al fascista de su padre moderando su partido, pero no debemos confiarnos
mucho pues podría tratarse de una táctica para ganar votos.
Es difícil que en Francia se
pudiese repetir en estos momentos la experiencia alemana de 1933, pero el auge
de las derechas Sí representa un peligro para la clase trabajadora, los
oprimidos, parados, inmigrantes y otras minorías menos favorecidas. Los pequeños grupúsculos “neonazis-fascistas”
no tienen fuerzas para tomar el poder, pero están intimidando a colectivos que
luchan de forma pacífica y democrática,
atacando a manifestantes y huelguistas de forma violenta, como hemos
visto ya en algunas ocasiones.
Continuando el análisis de
este nuevo fenómeno, existen diferencias entre la extrema derecha actual y el
fascismo clásico. El proceso de Polarización, Radicalización y Politización que
representa la nueva época en la que hemos entrado, al menos entre los Partidos
del arco parlamentario incluidos el PP y C’s, niegan identificarse abiertamente
con el término fascista o neonazi, e incluso como habitualmente dicen, se consideran Conservadores o Liberales. Las fuerzas que se identificaron con la
llamada “extrema derecha”, como por ejemplo VoX y participan en las recientes
elecciones.
Maniobras como las de C’s
que se consideraban hasta hace poco “Socialdemócratas”, cambian sus estatutos y
se presentan como “Liberales”, que es ciertamente un giro a la derecha, pero
para cerrarle el paso a la politización de ese ala más radical y ganar
votos. No todos los elementos bajo la
etiqueta de “extrema derecha”, muchos de ellos camuflados, pueden ser catalogados como “nazi-fascistas”, porque sus
electores los abandonarían y tienen que hacer equilibrios para poder mantenerse
y presentarse como políticos “respetables y honorables”, por lo que muchos que
lo son, no pueden presentarse como un movimiento fascista coherente.
Los llamados “populismos”,
cuyas acusaciones mutuas entre ambos grupos a “derecha e izquierda”, representa
una campaña permanente de la confusión alimentada por ambos bandos, al ocultar
sus programas respectivos y no querer aparecer ninguno de ellos nítidamente en defensa de la clase a la que
representan. Hemos escuchado vergonzosamente a gente del PP diciendo que
representan a los trabajadores, mientras que partidos de masas, como PSOE, UP,
ERC y otros, mantienen posiciones
ambiguas al querer disputarse el voto desde la izquierda hasta el centro
izquierda. También están creciendo fuera de los partidos parlamentarios, los
movimientos libertarios, feministas, ecologistas, animalistas y demás “…istas”,
reuniéndose cuatro y un cabo y pretendiendo ilúsamente construir un nuevo partido
de masas.
Esos fenómenos se dan
principalmente en los campus universitarios, donde se forman grupúsculos,
recayendo mayormente sobre estudiantes de familias acomodadas, que defienden
las “libertades personales”, como ultraliberales que son y otros grupos
sindicales o políticos similares, que tienen como misión desactivar y amenazar
a “grupos de estudiantes de izquierdas” que se reclaman del “socialismo,
comunismo o anarquismo”. Estas radicalizaciones y politizaciones están llevando
a luchas internas dentro del movimiento estudiantil, aunque todos tienen que reconocer
que el movimiento juvenil más potente y consolidado es el Sindicato de
Estudiantes.
En momentos como los
actuales debemos insistir que es necesario defender de la Libertad de Expresión
y demás Derechos Civiles. Pero si bien
hay una capa de liberales que adoptan
una defensa de la libertad de expresión a cualquier coste, también hay una capa
en el movimiento antifascista que toma la actitud de lucha con la idea de
“ninguna plataforma para los fascistas” cayendo en el error de utilizar la violencia
que hace que las masas se aparten de la lucha.
El socialismo siempre ha
reivindicado movimientos de masas para impedir que los fascistas y otros grupos
de extrema derecha utilicen plataformas públicas para movilizar e incitar a
ataques racistas, antisindicales y antisociales. Pero la batalla contra la
extrema derecha tiene que ser el producto de la lucha de masas y no pedir que
se refuerce el aparato del Estado Burgués, que luego podría ser utilizado
contra los trabajadores. Cuando se han aprobado legislaciones reaccionarias siempre se han utilizado
también para reprimir a sindicatos, organizaciones y partidos políticos de
izquierdas.
Para el socialismo marxista y
democrático no hay nada automático sobre una posición de “dejarles sin
plataformas”, incluso al lidiar con grupos explícitamente fascistas. Debemos
rechazar que un Estado que se dice Democrático, pueda financiar a grupos de
extrema derecha o a colectivos culturales que siguen sin condenar
explícitamente el Golpe de Franco y los nazi-fascismos, para evitar su
expansión y poder derrotarles democráticamente antes de que consigan una
posición sólida. Un Gobierno verdaderamente democrático debería haber
intervenido ya para castigarles con una legislación que impida el proselitismo
de la violencia nazi-fascista, porque esos elementos, sin violencia no son
nada, pero representan una perturbación
para la Democracia y el Socialismo.
Esta lucha por las
Libertades Democráticas no la podemos conseguir artificialmente, especialmente
donde ya han llegado a un público que necesita ser alejado de este veneno, previamente a través de un debate político en
profundidad. Hemos visto este problema
en Francia y otros países de Europa, donde partidos semi-fascistas han obtenido
conquistas electorales. Los grupos semi-fascistas encubiertos o mezclados con
gamberros que pululan con financiación de algunos Clubs de Fútbol, están siendo
tolerados por el sistema, pues todos los conocemos y padecemos, pero el PP y
su pandilla no hacen nada por desactivarlos, porque algunos de ellos tienen el
carnet del PP, de C’s o de otros partidos de la derecha extrema.
Esto significaba que allá
donde los medios de comunicación capitalistas usan voceros afines a esa extrema
derecha, como en Radio, TV o prensa y muchas veces dan cobertura o alientan a
esos grupos de “extremistas” sirviéndoles de altavoz para resaltar sus antidemocráticos
comportamientos e idearios, deben ser combatidos democráticamente. Vemos cómo combinan esas tácticas apropiadas
que explican hasta dónde las fuerzas de la extrema derecha hayan podido
desarrollar una base real, financiadas a través de pagos importantes de campañas
publicitarias de marcas importantes, propiedad de los grandes magnates que
manejan enormes fortunas y chanchullos en los citados Clubs Deportivos.
Es desde esas cavernas
mediáticas donde la derecha extrema se está extendiendo más allá de pequeños
circulitos de forofos deportivos y amenazan ya con echar raíces más profundas
que refleja la completa desesperación de sectores “ultraconservadores” de
grandes capitalistas y capas medias que se preparan ante la gravedad de la
crisis capitalista que se prolonga durante más de diez años y que anuncian sus
estrategas que podría sufrir una recaída ya que los factores económicos en
macro economía, empiezan a sufrir una
desaceleración en los últimos trimestres.
La situación que se nos
plantea a todas las izquierdas es precisamente desenmascarar la falsa idea de
que perseguir a esas minorías por parte de un Gobierno de Derechas que les son
afines, podría resolver los problemas. Lo necesario es una lucha unificada de
la clase trabajadora haciendo un llamamiento a todos los asalariados, parados y oprimidos contra
el capitalismo para derrotarles democráticamente
mediante las luchas masivas y los votos.
Necesitamos un movimiento amplio que por supuesto debe estar acompañado
de movilizaciones encaminadas hacia la preparación de una Huelga General, en
defensa de un verdadero programa Social para el Cambio y también para enfrentar
y prevenir los ataques físicos que la extrema derecha está llevando a cabo
contra los sectores más desfavorecidos, la clase trabajadora e incluso capas
medias empobrecidas por la crisis. Es la
mejor forma de que el corazón neofascista de la extrema derecha pueda quedarse
aislado y así podría ser derrotado. La lucha contra el fascismo y la extrema
derecha es mayoritariamente una lucha política para frenarles y desactivarles.
El crecimiento de la extrema
derecha no es solo un peligro ideológico, que necesita la acción de masas para
frenarles porque es una amenaza física para millones de trabajadores, por lo
cual, ante futuras confrontaciones electorales, la cuestión de la violencia y
la autodefensa deben ser debatidas y explicadas a las masas trabajadoras. Algunas escaramuzas de grupúsculos con
banderas preconstitucionales hostigando a manifestantes que pacíficamente
reivindican en Cataluña en otras zonas, una República, con amenazas de
violencia física, nos tienen que alertar de la necesidad de ampliar este debate
para profundizar sobre el rol de la violencia que empieza a surgir en la
extrema derecha, que todavía no es un peligro “fascista” pero que podría llegar
a cristalizar, si no se explica y frena a tempo.
El Socialismo Democrático
defiende totalmente el derecho de la clase trabajadora asalariada y los
sectores de parados y juventud oprimidos a defendernos contra ese peligro
latente. La resistencia más efectiva contra la Derecha será la unidad y
organización en partidos y sindicatos de masas de las izquierdas. Enfrentarse físicamente
a esos elementos cuasi-fascistas de la extrema derecha, va a ser cada vez una
necesidad más imperiosa, pero limitarse individualmente o en pequeños grupos a
peleas callejeras implica no afrontar la extensa lucha a la que nos estamos
enfrentando.
Necesitamos defendernos no
sólo frente a los fascistas, también frente a las políticas de desigualdad del
PP y a los abusos de los grandes empresarios y sus políticas que producen paro
miseria y desesperación, fomentando la escalada de represión policial, que es
lo único que contempla la clase dominante como propuestas alternativas. Necesitamos reconstruir la capacidad unitaria
y organizativa del movimiento social para utilizar la huelga de masas, y a su
vez, debatir y preparar un Programa Alternativo. El objetivo debe ser la
superación del Capitalismo y por un Estado Federal, Laico, Republicano,
Socialista, Plurinacional, Democrático, Cooperativo y Solidario entre todos los
pueblos, para transformar la sociedad en un plano de igualdad, cooperación y
apoyo mutuo.
Para ello tenemos que afiliarnos
a sindicatos y partidos de izquierdas y orientarnos hacia la Unidad para
enfrentarnos a esos elementos antidemocráticos, para derrotar al PP, y lo que
ellos representan como defensores de la clase corrupta de los millonarios que
los financian y luchar no solo sindical
y políticamente contra las derechas sino
también arrancarles el poder económico en manos de esos capitalistas corruptos
que provocan la desigualdad y la desesperación agudizando las
contradicciones, que están permitiendo
que crezca esa extrema derecha que si no la derrotamos a tempo nos pueden
llevar a la catástrofe.
CAMINO HACIA EL SOCIALISMO.
El socialismo plantea que
ese modelo capitalista es completamente injusto y fundamentalmente antidemocrático.
La alternativa es el socialismo democrático para democratizar y poner las
grandes palancas de las finanzas, la producción y distribución al servicio y
bajo el control social, que con las nuevas tecnología, a través de la
Democracia Electrónica, eso sería perfectamente posible. Para ello necesitamos
un Gobierno de los trabajadores que elimine el secreto bancario y de Estado y a la vez que democratice la gestión
de las empresas, introduciendo mecanismos de autogestión y control, tanto del
sector público en su totalidad, como en el sector privado empezando por las 200
compañías que son las palancas fundamentales y más necesarias para el
incremento de la producción.
Con el nivel tecnológico
alcanzado, la democracia electrónica sería perfectamente posible y las
decisiones y los controles sociales serian tomados por la mayoría y en beneficio
de la mayoría que son las clases trabajadoras y populares, con protección y
derechos de las minorías, pues toda la población gozaría de igualdad en los
derechos civiles y servicios integrales, siendo el ser humano el dueño de sí
mismo y de su propio destino, con el único límite al Derecho de los demás.
Las relaciones sociales
estarían basadas en la Igualdad, la Solidaridad y la Libertad a la hora de la
toma de decisiones y de la aplicación de los acuerdos adoptados, que se
llevarían a cabo siempre atendiendo antes el bien común para eliminar los
privilegios individuales y de clase.
Al avanzar hacia una
sociedad genuinamente socialista mediante la práctica permanente de la
verdadera democracia para resolver conflictos y contradicciones, utilizaríamos
siempre el voto como el más civilizado método para resolver las controversias a
todos los niveles, evitando los conflictos violentos que desembocan en
guerras…/…
(Continuará mañana con la
parte 3 final…)
(*) Esta parte 2) es un breve
extracto de Memoria Política aprobada en la IV Asamblea Territorial de I.S. de
Andalucía (17/3/18), que ponemos a disposición de cualquier persona que quiera
recibirla en su totalidad. Puede pedirla
gratuitamente al correo de abajo poniendo en Asunto: “Memoria IV Asamblea”.
LA MEMORIA COMPLETA CONTIENE:
1) Acta de la
Asamblea.
2) Informe de la
Comisión Permanente.
3) Documento
presentado por IS PSOE MÁLAGA.
4) Documento
presentado por IS PSOE JAÉN.
5) Documento
presentado por IS PSOE HUELVA.
6) Documento
presentado por IS PSOE CÁDIZ.
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