INTRODUCCIÓN. (*)
Los estrategas del capitalismo y sus voceros tratan de
convencernos de que su sistema es el mejor y el único posible, pero cada día
somos más los trabajadores que pensamos que solo una transformación de esta
podrida sociedad capitalista para avanzar al socialismo, podrá asegurar un futuro digno para la
humanidad eliminando la explotación y la corrupción.
Las ideas socialistas no son
algo abstracto ni una utopía como insisten en afirmar, sino que es una
necesidad para las clases menos favorecidas y se va concretando en el
incremento de la conciencia, en el proceso de polarización en el que hemos
entrado, donde millones de trabajadores de todo el mundo y sobre todo la
juventud a la que les han robado el futuro como hemos visto en el Estado español,
más temprano o más tarde, prepararán una
rebelión social rechazando la ofensiva
desatada por el PP que, en sus años de ataques constantes al nivel de vida y
las condiciones de trabajo de los más pobres, desde que Rajoy accedió al
gobierno, han sido incapaces de resolver los dos problemas principales, el
social y el territorial y solo se dedican a imponer la agenda de recortes y
austeridad que tanto daño ha causado a la juventud y a la clase
trabajadora.
Hemos entrado en una nueva
época desde que vimos los primeros compases de las luchas desde el 15M, pasando
por la lucha contra los desahucios de la PAH, las Mareas verdes, rojas
amarillas, negras y de todos los colores, las Marchas de la Dignidad, las
grandes oleadas de Huelgas en la Educación impulsadas por el S.E. y demás
organizaciones del sector contra la nefasta LOMCE que expulsó a muchos
estudiantes pobres por recortes de becas etc.. todo ello claros ejemplos de la
decisión de luchar que se ven forzados a tomar
millones de trabajadores y jóvenes en defensa de lo público, por una
enseñanza, sanidad, servicios sociales, pensiones, dependencia, movimiento
feminista contra la opresión y la
violencia machista, lucha contra el Cambio Climático y demás movilizaciones,
algunas aplazadas por el solapamiento de la crisis territorial y la lucha por
la República del pueblo de Cataluña, que dista mucho de ser resuelta. Todo esto demuestra que el modelo capitalista
está enfermo, es injusto e incapaz de resolver los problemas que se le acumulan
y está atrapado en la gran charca de la corrupción e inmerso en una crisis
global, económica, política, social y cultural.
LA LENTA AGONÍA DEL CAPITALISMO.
Los problemas fundamentales
que presenta el capitalismo monopolista en su fase imperialista, que ha entrado
en una fase de estancamiento agónico después del colapso de la crisis de
2007/08, se reduce a dos cuestiones fundamentales: a) La creciente
concentración de la propiedad privada de los grandes medios de producción que
agudiza la brecha de la desigualdad y b) los conflictos por las fronteras
nacionales, que impiden un desarrollo de las fuerzas productivas.
Las llamadas “Siete Hermanas
de la Industria Petrolera”, son potentes multinacionales de la energía,
armamentísticas y financieras que acaparan y controlan a las 200 o 300 multinacionales
que manejan a la Banca mundial y someten a enormes territorios, a las grandes
fábricas industriales, a los grandes almacenes de distribución, a la producción
de nuevas tecnologías, la robótica, las redes sociales, los medios de comunicación,
etc. Sus propietarios son cada vez un número más pequeño de la población los
que toman decisiones encaminadas exclusivamente a incrementar sus beneficios
privados en detrimento de los miles de millones de trabajadores y pobres del
planeta, no dudando en declarar guerras sangrientas para mantener o incrementar
sus posiciones hegemónicas y beneficios.
Por ejemplo, existen
estudios donde se demuestra que entre el 3% y el 5% de la población mundial son
los amos de casi todo el patrimonio empresarial y controlan enormes
territorios. Eso indica que la inmensa mayoría de los pueblos no forman parte
de esa concentración de propiedades capitalistas ni tienen ninguna participación
en las decisiones, por lo que, bajo el capitalismo, la llamada “Democracia” es
una verdadera falacia. “Las ocho personas más ricas del mundo, todos hombres,
acumulan en sus carteras más riqueza que la mitad de la población del mundo más
pobre, unos 3.600 millones de personas”. (Fuente: (htp://www.bbc.com/mundo/notcias-38632955)).
Un sistema que permite que
un reducido número de personas controlen y sigan acumulando riquezas en ese
polo de los archi-millonarios, apropiándose de las plusvalías que genera la
producción de mercancías y servicios del mundo del trabajo, es completamente injusto, porque la gente
necesita para su supervivencia productos básicos que el sistema les niega
porque el pobre no puede acceder al mercado si no tiene recursos. Continúa la tendencia al monopolio y la
concentración y la van a seguir utilizando y controlando para hacer funcionar
ese modelo en beneficio de esa minoría y desprecian limpiamente lo que le
ocurra al resto de la población. No existe ninguna justificación ética para que
esto tenga que continuar así.
Porque a largo plazo, eso
significa una receta acabada para que una sociedad que produce para ese 3% con
tendencia a acabar en manos del 1%, continúen nadando en la abundancia, el
despilfarro y la corrupción, mientras que la mayoría se empobrece cada vez más,
ahogándose en el paro creciente, la miseria y la desolación de las guerras que
destruyen y matan a personas inocentes, mientras que los magnates que las
provocan se frotan las manos con sus ganancias, cuando los conflictos son
provocados por esos mismos imperialistas en su pugna mundial por la hegemonía
del poder y en defensa del beneficio privado.
El socialismo plantea que
ese modelo capitalista es completamente injusto y fundamentalmente antidemocrático.
La alternativa es el socialismo democrático para democratizar y poner las grandes
palancas de las finanzas, la producción y distribución al servicio y bajo el
control social, que con las nuevas tecnología, a través de la Democracia
Electrónica, eso sería perfectamente posible. Para ello necesitamos un Gobierno
de los trabajadores que elimine el secreto bancario y de Estado y a la vez que democratice la gestión
de las empresas, introduciendo mecanismos de autogestión y control, tanto del
sector público en su totalidad, como en el sector privado empezando por las 200
compañías que son las palancas fundamentales y más necesarias para el
incremento de la producción.
Con el nivel tecnológico
alcanzado, la democracia electrónica sería perfectamente posible y las
decisiones y los controles sociales serian tomados por la mayoría y en beneficio
de la mayoría que son las clases trabajadoras y populares, con protección y
derechos de las minorías, pues toda la población gozaría de igualdad en los
derechos civiles y servicios integrales, siendo el ser humano el dueño de sí
mismo y de su propio destino, con el único límite al Derecho de los demás.
Las relaciones sociales
estarían basadas en la Igualdad, la Solidaridad y la Libertad a la hora de la
toma de decisiones y de la aplicación de los acuerdos adoptados, que se
llevarían a cabo siempre atendiendo antes el bien común para eliminar los
privilegios individuales y de clase.
Al avanzar hacia una
sociedad genuinamente socialista mediante la práctica permanente de la
verdadera democracia para resolver conflictos y contradicciones, utilizaríamos
siempre el voto como el más civilizado método para resolver las controversias a
todos los niveles, evitando los conflictos violentos que desembocan en
guerras.
Engels dijo que “El
socialismo será el paso de la humanidad del reino de la necesidad al reino de
la libertad”. Pero el genuino socialismo no cabe dentro del capitalismo, porque
necesita una democracia social sana como el cuerpo el oxigeno, para poder
desarrollar mediante métodos científicos y democráticos la planificación de los
recursos materiales y económicos, que están cautivos y ociosos por el
capitalismo. Eso representa un completo despilfarro estando desaprovechados
para el uso social, con lo cual, mediante su liberación para la actividad
colectiva del bien común, la clase trabajadora, las capas medias y los sectores
más empobrecidos podrían alcanzar en poco tempo un nivel de vida digno poniendo
el rumbo hacia el socialismo bajo una completa democracia sana.
El trabajo es la fuente de
todo valor y por tanto, el Derecho al Trabajo debe estar garantizado por el
Estado bajo un Gobierno de los trabajadores. Sería posible aplicar la
reducción y redistribución de la jornada
laboral. Haciendo el cómputo anual distribuido si es necesario en 10 meses para
repartir el trabajo como bien escaso hasta acabar con el desempleo
inmediato. Esa sería la forma más
urgente con la cual se incrementaría el nivel de vida y bienestar de toda la
humanidad, dado el enorme auge que alcanzaría la producción mecanizada, utilizando
la robótica y los nuevos descubrimientos científicos en un breve plazo de años.
Es posible acabar con el problema de la
vivienda para atender a los “sin techo”, porque todo ser humano tiene derecho a
tener una casa donde vivir dignamente. Debe garantizarse un nivel de educación total desde la infancia, pero
cambiando el modelo porque sería más rentable para la sociedad socialista
educar a los niños para la cooperación y no para la competitividad como plantea el capitalismo. La competición
sería propia para la educación física,
el deporte y el ocio.
La Sanidad Pública se
marcaría el objetivo de curar y erradicar las enfermedades a través de financiar
la investigación científica con recursos suficientes. El ser humano evolucionaría hacia la completa
emancipación una vez liberados de las presiones de la necesidad y así todas y
todos podríamos dedicar el tempo libre a nuestro desarrollo personal integral, mejorando nuestra personalidad psíquica e
intelectualmente, dedicando parte de nuestra actividad a un ocio cultural y
recreativo: música, arte, literatura, ciencia, filosofía, en un proceso integral, ocupándonos de la
ayuda mutua de unos seres a otros para vivir una vida digna como seres humanos.
CRÍTICA A LA “GUERRA DE LAS BANDERAS”.
En la guerra de las
banderas, entre el bloque independentista catalanista y el bloque constitucionalista
españolista, se desató una virulenta controversia, inundando las redes, con acusaciones de uno y otro lado,
tratándose ambos bandos de fascistas unos a otros. La preocupación por la violencia está revelando
una confusión popular de qué significa realmente el fascismo, que requiere un
análisis mucho más profundo que no se puede terminar en este comentario, sino
que invitamos a todas las corrientes políticas, sindicales y sociales a
profundizar en el debate de forma democrática, sin exageraciones ni insultos.
Las tensiones vividas han
exasperado la cuestión y las explicaciones populares, a menudo se han expresado
como comparaciones ideológicas o psicológicas superficiales entre figuras como
Rajoy o Puigdemont, comparándolos con figuras históricas como Franco, Hitler o
Mussolini. Ese tipo de calentamiento en el debate han pintado a cualquier político
de derechas como un fascista lo que provoca a menudo, con una utilización no correcta, un terror
que amilana a los ciudadanos y cumple el
objetivo de mantenernos alejados de participar en la acciones civiles, no
votando a ningún partido ante el miedo a la polarización y el enfrentamiento y
el desprecio a la acción política que refuerza a la reacción.
El fascismo se puede
entender para comprenderlo mejor, sino es como un movimiento social y no por
actitudes individuales de tal o cual persona y sobre todo, no solamente
haciendo una lista de paralelismos de rasgos psicológicos de ciertos
elementos. El análisis marxista aborda
la cuestión con seriedad, como lo hacía en los años 30 cuando el fascismo
estaba en su apogeo. Las economías
capitalistas habían entrado en una crisis muy profunda y principalmente en
Alemania e Italia, donde de la descomposición del capitalismo, surgió el nazi-fascismo.
Tras aquella crisis tan
profunda que desencadenó la Guerra Mundial, produciendo convulsiones sociales y
estallidos revolucionarios masivos la lucha obrera se agudizó. A pesar de que la clase obrera sufrió una
serie de derrotas, el sistema capitalista era incapaz de resolver y dar una
salida a la crisis económica que deterioró la situación social, con paro y
pobreza crecientes. Por tal motivo, la
cuestión de la Revolución Social, se planteaba con fuerza en el contexto de la
llamada Gran Depresión agudizada
posteriormente tras el estallido de crisis por el derrumbe de las bolsas en 1929.
Existen diversas definiciones
del fascismo, entre otras, que el
“fascismo es el capitalismo químicamente puro” y aprovechando el déficit de las
direcciones de las izquierdas y su división, los movimientos fascistas de
Mussolini, Hitler y Franco desarrollaron movimientos masivos cuyo propósito era
liquidar físicamente a todas las organizaciones de la clase trabajadora para
salvar al capitalismo ahogando en sangre al movimiento obrero y
derrotándolo. El fascismo se apoyaba en
la arruinada clase media desesperada por la crisis y en la recluta del
lumpen/proletariado y sirvió a los intereses de las grandes empresas, con
matones de camisas pardas y los sicarios pistoleros “rompe huelgas”, haciéndoles el trabajo sucio a los
capitalistas que éstos eran incapaces de hacer,
pero si financiar.
El nazi-fascismo solo puede
triunfar como fuerza de masas y necesita por tanto aplastar a las
organizaciones de la clase trabajadora, comprando a sus dirigentes y amedrentando o destruyendo a las masas de izquierdas de la
clase obrera. Es preciso reconocer que la situación actual no es la misma que
la de 1930. Si esos dirigentes acusados
de fascistas, como Rajoy, Rivera, Puigdemont y otros, (Hoy
Vox y su PPandilla) fuesen realmente dirigentes de un fascismo
genuino con matones y pistoleros, la izquierda sindical y política no estaría
organizada y no podría protestar públicamente, aunque sus dirigentes están algo dormidos y no practican su cometido,
como es utilizar los Derechos Civiles para
exigir nuestras reivindicaciones con fuerza, pero muchos colectivos
minoritarios sí lo hacen, aunque de forma atomizada.
No sabemos si Rajoy hubiese
tenido suficiente apoyo de masas en la población para haber aplicado el Artículo
155, si hubiese existido un potente movimiento de masas reivindicando a su vez
la República en el resto del Estado,
pues actuó de forma burocrática, judicializando la política, rechazando
el diálogo y utilizando en exceso a la Policía, los Mossos d’Escuadra y la
Guardia Civil, que no es en concreto equivalente a un “ejército de
paramilitares” de camisas pardas o falangistas delatores y sanguinarios, para
aplastar a la oposición de izquierdas, pero que para una Democracia Sana, se
han excedido en la represión como pudo ver toda Europa el 1-O. En
realidad, el movimiento social en Catalunya comenzó como una
reivindicación “nacionalista” evolucionada hacia el separatismo, pero no es una
lucha frontal de la “clase trabajadora contra el Estado burgués”…/…
(Continuará mañana con la
Parte 2)
(*) Esta parte 1) es
un breve extracto de Memoria Política aprobada en la IV Asamblea Territorial de
I.S. de Andalucía (17/3/18), que ponemos a disposición de cualquier persona que
quiera recibirla en su totalidad. Pedirla
gratuitamente al correo de abajo poniendo en Asunto: “Memoria IV Asamblea”.
LA MEMORIA COMPLETA CONTIENE:
1) Acta de la
Asamblea.
2) Informe de la
Comisión Permanente.
3) Documento
presentado por IS PSOE MÁLAGA.
4) Documento
presentado por IS PSOE JAÉN.
5) Documento
presentado por IS PSOE HUELVA.
6) Documento
presentado por IS PSOE CÁDIZ.
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