El gobierno del compañero Zapatero tenía la posibilidad de enfrentarse a esta crisis defendiendo los intereses de los trabajadores. Finalmente, las presiones de la burguesía, la patronal y el capitalismo internacional han empujado al gobierno por otro camino, provocando un giro a la derecha que representa el ataque más grave contra los intereses de los trabajadores conocido desde la transición.
Con esas llamadas “reformas” lo que en realidad se está produciendo es una grave “contra-reforma laboral y democrática”, que van a dar al traste con todas las conquistas sociales y los avances que la clase trabajadora ha disfrutado en los últimos años.
Se está sometiendo el definido como “Estado Social y Democrático de Derecho” que se enumera en la Constitución, a las imposiciones de la economía capitalista, anteponiendo la “Ley del Lucro Privado” a los intereses de los trabajadores, lo que es una enorme contradicción en un partido que lleva las siglas de Socialista y Obrero.
Con esas medidas se reduce al trabajador al simple rango de una materia prima más, como siempre lo ha tratado el capitalismo, asumiendo nuestros dirigentes los mismos planteamientos de los defensores de las leyes del Capital, desapareciendo cualquier diferencia que pudiese existir en teoría, entre la sensibilidad “social-liberal” y la “socialdemócrata” en el seno de la Dirección, por lo que queda demostrado que cualquier gobierno bajo este sistema, si no le planta cara a ese modelo buscando la senda del socialismo, se convierte en un simple administrador de los intereses de los Poderosos, es decir, que la “socialdemocracia” ha sucumbido de nuevo ante el verdadero Poder, el económico.
Esos ataques contra las pensiones, contra los derechos sociales al recortar los presupuestos, que afectará a unas peores condiciones en los hospitales, en las escuelas, en la inversión pública en general, cuando la inversión privada está ejerciendo la “Huelga de Capitales”, como se demuestra por el derrumbe del índice de Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF), va a representar un enorme lastre a cualquier atisbo de recuperación de la economía.
Tanto el Plan de Ajuste como la Reforma Laboral no han caído del cielo. Ni han sido aprobados por el último Congreso del Partido, por mucha interpretación sesgada que se le quiera dar a la lectura de los textos que resultaron en aquellos procesos congresuales. Responde pues, a imperativos ajenos a la democracia partidaria del PSOE. Hablando todo lo claro que tenemos que ser, como corriente crítica, como Izquierda Socialista, la dirección del Partido se somete a las directrices de un sistema capitalista que no puede seguir existiendo más que en detrimento de la inmensa mayoría de la población, lo que demuestra el ejercicio de la Dictadura del Capital que se esconde bajo la amable apariencia de esta “democracia burguesa” corrupta y degenerada, que quiere funcionar bajo la presión y el chantaje como si fuese una “economía de casino dirigida por mafiosos” y encima se le tolera.
Ningún sistema social puede ser legítimo ni puede continuar basándose en esas falsas premisas de “democracia”, indefinidamente, pues la clase obrera ha detectado que vive bajo el totalitarismo económico del sistema capitalista. El margen que le dejan ahora a la clase trabajadora, bajo el dominio asfixiante de las multinacionales imperialistas, encabezadas por la Banca Mundial y el Fondo Monetario Internacional, desde donde provienen las órdenes, que emanan de Grupos antidemocráticos que se reúnen en secreto, como el Club Bilderberg y otros, es insignificante, si las direcciones renuncian a la “democracia participativa”, a la movilización y a la lucha organizada de clase contra clase, el margen que queda es lanzarlos a la lucha en defensa propia, porque el ataque está siendo brutal.
El sistema “democrático burgués” también elimina la información de las posiciones críticas socialistas, así como a los comunistas, anarquistas y otros altermundistas, donde se cuestiona el sistema, e incluso elimina la “censura” porque a todo periodista díscolo que no se someta voluntariamente al sistema, ni necesitan censurarlo, lo mandan directamente al paro por “motivos económicos”, lo meten en sus listas negras y queda anulado por los grandes medios de comunicación, que siguen ejerciendo un “férreo cerco mediático” a los que puedan plantear alternativas socialistas a este podrido sistema de los capitales.
Pero como dijo Anaxágoras, “Que la razón rija al mundo”, aunque en el capitalismo, ni filósofos, ni economistas, ni científicos, ni ningún otro ciudadano que pongan la contra al Poder, jamás se les reconocerá que llevan ni el más mínimo punto de razón. Ahora bien, el terremoto que estas medidas están produciendo entre la clase trabajadora, la juventud, los parados y las capas más desfavorecidas de la sociedad equivalen a un cambio drástico en la confianza que habían depositado en las siglas que representa el Partido Socialista Obrero Español, que históricamente ha sido reconocido como el primer partido de nuestra clase y que queda bastante en entredicho por el giro experimentado por el Gobierno, que ha sido apoyado por la mayoría del Comité Federal, despreciando a las bases, a las que no se les ha consultado, cuando existe una flagrante violación de los acuerdos adoptados en los congresos.
El malestar que se ha creado, afecta al interior del partido, pero asimismo a la clase trabajadora en su conjunto, empezando por los sindicatos y partidos de izquierdas dando la sensación de que estamos sentados sobre un polvorín y que las convulsiones sociales pueden estallar en cualquier momento, pues los sindicatos nacionalistas ELA y LAB, encabezan el rechazo a las medidas del Gobierno, convocando una huelga en Euskadi y Navarra para el 29 de Junio, a la que se suma “Euskadiko Langile Komisioak”, es decir CCOO-Euskadi, por lo que la huelga general estatal es un hecho, que está madurando por momentos y ha sido ya convocada por CCOO y UGT para el 29 de septiembre, coincidiendo con la Movilización General Continental, que convoca la Confederación Europea de Sindicatos (C.E.S.).
Existe un auténtico “Caos Imperial” del propio sistema capitalista planetario, que será agravado por estas medidas antisociales. Pero, mientras que los bancos, las industrias claves y los grandes distribuidores sigan en manos de esa ínfima minoría de ciudadanos, que manejan a su antojo y dicen al gobierno lo que tiene que hacer y éste obedezca, no será posible salir de la crisis en beneficio de los trabajadores. La crisis es reconocida ya como “estructural y cíclica” del capitalismo y la llamada crisis de liquidez es la “consecuencia”, que no la causa de esta crisis, porque “los ladrones no quieren prestar más a los propios ladrones”, ya que dinero hay de sobra, pero el capitalismo siempre quiere más.
Pero lo más grave de todo, es que cuando hablamos con compañeros del partido, sobre todo de la corriente oficial, insisten en una campaña generalizada orquestada por el Gobierno, que ha asumido el Partido acríticamente, violando asimismo los acuerdos del Congreso último, cuando comentamos con algunos compañeros la situación, dicen que no hay alternativa al capitalismo, que esta es la única política posible a aplicar y otros, nos dan la razón en privado, siendo críticos, pero no se atreven a plantearlo en público.
Los militantes socialistas de base quizás no estén de acuerdo con esas afirmaciones, pero nadie lo ha querido comprobar, pues el método es bien sencillo: En casos de cambios tan radicales hacia el liberalismo como los que aplica el gobierno, el partido tendría que haber consultado democráticamente con las bases, sacando a debate las medidas que se van a aplicar por Decreto. Sobre todo, los que seguro que rechazan esas afirmaciones es la clase trabajadora que va a ser la que pague los costos de la crisis que los capitalistas y su obsoleto modelo han provocado. La sociología moderna está preparada para detectar cual es la opinión pública en cada momento y poca publicidad se da al rechazo creado.
La clase obrera comprende a través de la práctica que no se les llama a votar para que sus representantes en el parlamento les consulten democráticamente y defiendan sus razones, sino para que éstos les hagan “entrar en razones”, lo cual es muy grave para esta “democracia burguesa” que queda desprestigiada ante cada vez más trabajadores y el pueblo que es muy inteligente, la mayoría sin tener la carrera de filosofía o ciencia, vuelven de nuevo, muchos quizás sin saberlo, a Anaxágoras y aplican su famosa frase: “Si me engañas una vez, tuya es la culpa, si me engañas dos, es mía”, y se inclinan hacia la abstención.
Con la política que se quiere aplicar la economía no se recuperará en el corto plazo, aumentará el paro a partir del otoño, las convulsiones sociales van a ser terribles, la pobreza se va a generalizar, las inversiones privadas continuarán en caída libre, los intereses sobre la deuda pública se están disparando, por lo que los bancos están ganando más dinero que antes de la crisis. Para el capitalismo ya no hay crisis, como eufóricamente informan los estrategas del Imperialismo desde Wall Street, porque EEUU empieza a crecer este año, pero están saliendo del agujero negro, a base de engordar otra nueva y peligrosa burbuja financiera.
Las bolsas si puede que se estén recuperando, pero eso no crea puestos de trabajo, porque los recursos siguen empleándose en la macro economía especulativa sin que tengan repercusiones concretas en la creación de puestos de trabajo. Y con la ventaja para la Patronal, del Decreto que se aplicará sobre la “Reforma Laboral”, que será similar en toda Europa, los trabajadores que no sean lo suficientemente rentables para los patronos, según el punto de vista del capitalismo, serán despedidos llanamente y sustituidos por otros con salarios más bajos, o seguirán cerrando empresas.
¿Es eso tolo lo que nos va a ofrecer la economía capitalista? ¿Es rentable para los ciudadanos en general que se le inyecte sangre al cadáver capitalista, cuando la circulación de la sangre está estancada? (es decir, los créditos bancarios a las empresas, autónomos y trabajadores).
Como conclusión, las masas observan con nerviosismo, preocupación y frustración que el Parlamentarismo burgués ha sido secuestrado por los grandes capitalistas, que teledirigen la política desde sus guaridas, que se sigue trabajando a las órdenes y en beneficio de los banqueros y especuladores, que ninguno de esos elementos paga en cárcel sus fechorías, como el pueblo espera, ni mucho menos devuelven lo robado, que la Judicatura es lenta y parece favorecer más a los ricos que a los pobres y ahora, encima, se nos pasa la factura a los de siempre, a la clase trabajadora. ¿Es esto Justo? ¿Es esto Socialismo?
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
17 de junio de 2010
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