El
sistema capitalista actual, totalmente podrido y carcomido por la corrupción y
las desigualdades sociales, a largo plazo no tiene salida, a menos que se
considere que estemos dispuestos a sufrir una agonía prolongada de la clase
trabajadora y los sectores empobrecidos y no luchemos con firmeza por la transformación socialista de
la sociedad.
Necesitamos
una vanguardia que asuma la tarea de reorganizar a las masas, para poder
derrotar la deriva hacia el “neonazifascismo” que está provocando la Guerra en
Ucrania, exigiendo el Alto el Fuego y la PAZ, o será necesario prepararse para
largos años, si no décadas, de guerras, insurrecciones, con algunos intervalos
de treguas, nuevas guerras y nuevas insurrecciones, si antes no explota en
cualquiera de esos conflictos la temida III Guerra Mundial Atómica.
Los
partidos de izquierda que aspiren a la transformación social, tendrán que apoyarse
en perspectivas, tácticas, métodos, estrategias y teorías correctas para llevarlas
a la acción, mediante la Ciencia y la Educación, para derrotar y sustituir a la mediocridad política
dominante de oportunistas, carreristas, corruptos y asesinos.
Durante
el proceso histórico en el que hemos entrado, se darán suficientes oportunidades
y posibilidades de probar a todos los partidos de izquierdas actuales, acumular
experiencia y madurar e incluso formando otros nuevos que sin duda podrán
surgir, para lo cual, la defensa de la Democracia será fundamental.
Ante
los inevitables cambios bruscos y repentinos, es una necesidad histórica la
vinculación entre las direcciones sindicales y políticas de la izquierda con la
vanguardia que se moviliza en las calles, los centros trabajo y los centros de
estudio. Este vínculo será el paso inicial para garantizar una correlación de
fuerzas favorable en las luchas venideras.
Aunque
es cierto que ese difícil problema histórico no se podrá resolver de ninguna
forma, hasta que se conforme el Partido para la transformación Socialista que
convenza y ponga en marca a la mayoría del proletariado con carácter
internacionalista, porque los “nacionalismo significan a la larga más guerras”
y derivan hacia el fascismo.
Es
de gran importancia el problema de los ritmos y los intervalos, pero eso no
altera la perspectiva histórica general de la orientación política que tiene
que ser adecuada, porque la conclusión teórica es simple, pero preciso es
llevar hacia adelante la tarea organizativa y educativa para formar una
vanguardia que multiplique la energía de las izquierdas por diez o por cien.
La
guerra en Ucrania muestra el fracaso de la diplomacia de rapiña que se da entre
las potencias imperialistas. Los
principales agentes de este conflicto, como son Vladimir Putin y la OTAN, se
niegan a reconocer su responsabilidad de los asesinatos y brutalidades cometidas como Políticos dirigentes, tanto ahora
como en guerras anteriores, buscando justificar sus conclusiones pesimistas,
que se refieren a las consecuencias tristes de los efectos de esas guerras, con
sus matanzas y destrozos.
Mencionemos
las palabras del Presidente Zelenski que quiso hacer un paralelismo entre la
masacre de Gernika en la Guerra Civil tras el golpe de Estado de los
franquistas, con el apoyo de Hitler y Mussolini, cuyas lecciones están vivas en
el movimiento de la lucha de clases de todo el mundo, cuando aquello era el
combate de las potencias bélicas mundiales del Nazifascismo contra una
República Democrática elegida por el pueblo trabajador y los campesinos
explotados.
Las
condiciones de la guerra actual de Rusia invadiendo Ucrania difieren
profundamente a la anteriormente mencionada que tuvo lugar en suelo español,
pues no es una guerra entre clases, sino que se trata de una pugna Inter/imperialista,
no declarada formalmente, entre EEUU/Europa por un lado y Rusia/China por el otro
bando.
Existen
pues, razones más que suficientes para suponer que esta vez la defensa de los
obreros, como clase y los ejércitos en combate, no están delimitadas habiendo
sido el ataque de la invasión rápida y decisiva, que venía siendo anunciada por
EEUU de antemano y Putin cumplió su amenaza impidiendo a ambas potencias la
negociación diplomática, que se ha venido manteniendo sin llegar a un Alto el
Fuego, mientras había negociaciones.
Por
otra parte, la Segunda Internacional, que no está disuelta que se sepa y la
O.I.T. que sigue “sin funcionar”, no han abierto la boca en defensa de la clase
trabajadora, ni de las masas obreras de Ucrania, ni las de Rusia, ni las de ninguna parte,
convirtiéndose junto a la ONU y demás Organismos Supranacionales, en compinches
útiles de la OTAN al servicio de EEUU.
La
clase obrera que creía seriamente que la II Guerra Mundial sería la última, observa con
horror que las matanzas continúan ahora en la propia Europa y, al
igual que en todas las guerras anteriores, los soldados se ven obligados a “dejarse matar” para defender su “patria”, sufriendo
una nueva carnicería, mientras el Complejo Militar Industrial y las Multinacionales
de la Energía, se frotan las manos vendiendo armas a todos los países, que les
reportan obscenas ganancias.
La
esperanza de un mundo mejor, el terror a la muerte de sus seres queridos y mucho
más es lo que permite a los soldados y milicias activas soportar la guerra que
dura ya más de dos meses, pues han perdido las ilusiones pacifistas y
democráticas que eran el señuelo que le mostraban los que les alentaban a
entrar en Europa invitando al Gobierno de Ucrania.
Una
vez y otra, los pueblos siguen sufriendo las guerras sin creer más en ellas,
sin esperar de ellas nada más que termine pronto, ocurriendo eso, tanto en los Estados
Totalitarios como en los llamados Democráticos.
Retumban
todavía en los oídos de pocos supervivientes, las bombas y las metrallas de aquella Guerra contra la República
desatada por Franco, con el apoyo financiero de la Banca, el Clero y los
militares traidores.
Tanto
antes como ahora, vemos con horror los centenares de miles de niños refugiados que
salen de Ucrania, al igual que tuvieron que marchar al exilio, también huyendo
de la guerra desatada por los fascistas, exiliándose con sus abuelos o padres pero muchos solos y
los que quedaron aquí, iban a la
escuela, las pocas que existían, donde
se les inculcaban las falsas consignas de patrioterismo y rezos de la enseñanza
de libros religiosos que siguen
prostituyendo algunos creyentes, existiendo disputas entre la Iglesias Ortodoxa
de Ucrania y el Patriarcado de Moscú, así como otros credos como el Cristianismo,
el Judaismo, el Islamismo, etc. que dicen querer la PAZ, pero no se conoce con
certeza si apoyan o no la guerra y los genocidios, porque, o no se atreven a
hablar o están censurados, al igual que los sindicatos y partidos de
izquierdas.
Más
temprano o más tarde, los ahora aplastados y acribillados por el peso de la
maquinaria bélica de Putin y de la OTAN que está inmersa en las batallas sin
declarar la guerra a Rusia, tanto los supervivientes como sus hijos, se
rebelarán con toda legitimidad y plenitud, cuando el hambre, la miseria y el
destrozo de las muertes, impulsen a las masas trabajadoras a ponerse
abiertamente contra sus propios Gobiernos, cuando comprendan que les han
llevado al matadero para cambiar sangre humana por territorios y beneficios.
Eso
de Socialismo o Barbarie, se vino
pregonando durante decenas de años por algunos dirigentes del movimiento obrero
internacional, afirmando que el carácter absolutamente reaccionario, saqueador,
putrefacto y de rapiña del capitalismo/imperialista moderno, además de sacrificar cientos de miles de vidas
en esos genocidios, también destruyen la incipiente Democracia, el Reformismo y
el Pacifismo, impidiendo que se desarrolle la necesidad candente y prioritaria
que tiene la clase trabajadora y los pobres de encontrar una salida justa y
segura al desastre causado, retardando una vez más el proceso para la
Transformación Socialista de esta caduca sociedad capitalista.
No
se trata ya de garantizar solo un desarrollo económico armonioso tan necesario
en todo el mundo, afligido bajo la amenaza del Cambio Climático y las Armas
Nucleares, se trata de salvar a la propia Humanidad del Suicidio Colectivo al
que las guerras nos abocan, por el ansia de poder y riquezas de unos cuantos
Milmillonarios que dominan las finanzas y el Poder mundial.
Precisamente
se trata de la agudeza de los problemas históricos los que están haciendo temblar
los cimientos de las estructuras del sistema Capitalista/Imperialista, que ha
arrastrado a su servicio, no solamente a los Partidos de derechas y
neofascistas, sino incluso a muchos de los que se consideraban ellos mismos de
izquierdas y defensores de las clases trabajadoras y la PAZ.
Pero
la dialéctica siempre operará, más temprano o más tarde, y todo se podrá tornar
en su contrario, pues el verdadero partido para la Transformación Social, no
son los líderes actuales, que se comportan como cretinos parlamentarios, sino
que se encuentran como una potente reserva inagotable de sus fuerzas, en la
toma de conciencia de las masas que saltarán a la acción, pidiendo justicia, pues ese es el producto de una necesidad
histórica inexorable.
Como
que tras la noche viene el día, a la oscura situación de guerra y amargura
actual para las clases menos favorecidas, le seguirá un número creciente de
trabajadores y trabajadoras que darán paso a la lucha militante y especialmente, por ser una
generación muy preparada en conocimientos tecnológicos, intentarán poner en práctica
sus infinitas ventajas sobre los actuales dirigentes, que han sido incapaces de
evitar la guerra, pero la PAZ y la Democracia será una realidad y el objetivo a
alcanzar, esperemos que más pronto que
tarde.
La
clase trabajadora tiene memoria y sabe que somos los legítimos herederos de las
anteriores generaciones, que fueron derrotadas por la brutalidad del capitalismo
y sus guerras, pero también asimilarán las tradiciones de los anteriores
intentos de avanzar hacia la República y el Socialismo Científico, que junto
con una Democracia Participativa, Ética y Solidaria, tenemos por delante un
mundo entero que ganar.
Debemos
entender una vez más que la guerra desarrolla enormemente el proceso de toma de
conciencia de las masas, tanto en los aspectos social, político, económico y ético.
Los
objetivos de ayer, que parecían que nunca los alcanzaríamos, cuando lo observábamos
a décadas de distancia, los podríamos alcanzar si nos organizamos y luchamos
por ellos, para construir un mundo mejor y más justo.
Los
proyectos programáticos actuales, que se apoyaban en las condiciones habituales
en épocas de PAZ, inevitablemente han saltado por los aires por la propia
dinámica a las que nos arrastrarán las consecuencias de la guerra en toda
Europa y el mundo
Las
propuestas de Programas Alternativos (*) que planteábamos la corriente
Izquierda Socialista de Málaga, que hace solo unos meses parecían utópicos,
ahora son más necesarios que nunca, porque ha quedado demostrado, que esos “presuntuosos
intelectuales burgueses” que pensaban saberlo todo y que no han visto el
proceso más allá de sus propias narices, serán tomados en cuenta por las masas,
en el proceso de movilizaciones que se tendrán que dar por las pésimas
condiciones de vida a la que estamos siendo arrastrados e incluso lucharán por
la conquista del Poder.
En
la medida en que comiencen las luchas sociales inevitables, por el deterioro de
la economía, algunos oportunistas tratarán una vez más de “reformar el
capitalismo”, ofreciendo de nuevo el “capitalismo de rostro humano”, pero las
masas comprenderán que eso no ha existido ni nunca existirá mientras que la
Banca y las grandes palancas de la economía estén al servicio de los
Capitalistas y sus mafias.
Debemos
construir sobre cimientos sólidos, apoyados en la filosofía del materialismo
dialéctico que nos proporciona la historia, una vanguardia basada en las corrientes más
avanzadas como la que proponemos en nuestra “Declaración Política” (*), para
intentar sacar de la pobreza más profunda hasta los países más atrasado.
La
guerra destruye estructuras, ferrocarriles, viviendas, fábricas, minas y sigue asesinando
a cientos de miles de vidas humanas, pero no podrá destruir la Ciencia, la
Tecnología y la Capacidad Creativa de la clase trabajadora, pues después de
reorganizarnos y conseguir derrotar a los capitalistas, a base de potenciar las
fuerzas del trabajo, superando las injusticias del régimen burgués y reorganizando
la producción, con el objetivo de satisfacer las necesidades humanas, como plantea
el socialismo y no para beneficio de las familias de Multimillonarios que se
llevan las plusvalías que roban a los asalariados.
No
solo podremos y debemos colaborar todas y todos juntos en restaurar todo lo
destruido, sino que nos pondremos a la tarea de trabajar conjunta y
solidariamente, para restaurar las condiciones materiales y culturales hasta
conseguir un gran florecimiento del internacionalismo, avanzando hacia un nuevo modelo económico, basándonos en el trabajo conjunto de la
Ciencia y la Ecología, junto a la unidad de las organizaciones en potentes y
firmes luchas sociales del movimiento de los trabajadores, tanto manuales como
intelectuales, objetivo a conseguir para iniciar la construcción de un mundo
mejor para toda la Humanidad, donde toda persona tenga el derecho a poder vivir
dignamente.
COMISIÒN PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
(*) Si todavía no conoces la Declaración Política que estamos debatiendo y
quieres participar, que contiene una propuesta de “Programa Mínimo Necesario”,
te invitamos a pedir el documento gratuitamente al correo de abajo:
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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