27 de abril de 2022

EL MODELO CAPITALISTA, CORROÍDO POR LA CORRUPCIÒN Y LAS GUERRAS, NO TIENE FUTURO.

 

El sistema capitalista actual, totalmente podrido y carcomido por la corrupción y las desigualdades sociales, a largo plazo no tiene salida, a menos que se considere que estemos dispuestos a sufrir una agonía prolongada de la clase trabajadora y los sectores empobrecidos y no luchemos con  firmeza por la transformación socialista de la sociedad.

Necesitamos una vanguardia que asuma la tarea de reorganizar a las masas, para poder derrotar la deriva hacia el “neonazifascismo” que está provocando la Guerra en Ucrania, exigiendo el Alto el Fuego y la PAZ, o será necesario prepararse para largos años, si no décadas, de guerras, insurrecciones, con algunos intervalos de treguas, nuevas guerras y nuevas insurrecciones, si antes no explota en cualquiera de esos conflictos la temida III Guerra Mundial Atómica.

Los partidos de izquierda que aspiren a la transformación social, tendrán que apoyarse en perspectivas, tácticas, métodos, estrategias y teorías correctas para llevarlas a la acción, mediante la Ciencia y la Educación,  para derrotar y sustituir a la mediocridad política dominante de oportunistas, carreristas,  corruptos y asesinos.  

Durante el proceso histórico en el que hemos entrado, se darán suficientes oportunidades y posibilidades de probar a todos los partidos de izquierdas actuales, acumular experiencia y madurar e incluso formando otros nuevos que sin duda podrán surgir, para lo cual, la defensa de la Democracia será fundamental.

Ante los inevitables cambios bruscos y repentinos, es una necesidad histórica la vinculación entre las direcciones sindicales y políticas de la izquierda con la vanguardia que se moviliza en las calles, los centros trabajo y los centros de estudio. Este vínculo será el paso inicial para garantizar una correlación de fuerzas favorable en las luchas venideras.

Aunque es cierto que ese difícil problema histórico no se podrá resolver de ninguna forma, hasta que se conforme el Partido para la transformación Socialista que convenza y ponga en marca a la mayoría del proletariado con carácter internacionalista, porque los “nacionalismo significan a la larga más guerras” y derivan hacia el fascismo.  

Es de gran importancia el problema de los ritmos y los intervalos, pero eso no altera la perspectiva histórica general de la orientación política que tiene que ser adecuada, porque la conclusión teórica es simple, pero preciso es llevar hacia adelante la tarea organizativa y educativa para formar una vanguardia que multiplique la energía de las izquierdas por diez o por cien.

La guerra en Ucrania muestra el fracaso de la diplomacia de rapiña que se da entre las potencias imperialistas.  Los principales agentes de este conflicto, como son Vladimir Putin y la OTAN, se niegan a reconocer su responsabilidad de los asesinatos y brutalidades  cometidas como Políticos dirigentes, tanto ahora como en guerras anteriores, buscando justificar sus conclusiones pesimistas, que se refieren a las consecuencias tristes de los efectos de esas guerras, con sus matanzas y destrozos.

Mencionemos las palabras del Presidente Zelenski que quiso hacer un paralelismo entre la masacre de Gernika en la Guerra Civil tras el golpe de Estado de los franquistas, con el apoyo de Hitler y Mussolini, cuyas lecciones están vivas en el movimiento de la lucha de clases de todo el mundo, cuando aquello era el combate de las potencias bélicas mundiales del Nazifascismo contra una República Democrática elegida por el pueblo trabajador y los campesinos explotados.

Las condiciones de la guerra actual de Rusia invadiendo Ucrania difieren profundamente a la anteriormente mencionada que tuvo lugar en suelo español, pues no es una guerra entre clases, sino que se trata de una pugna Inter/imperialista, no declarada formalmente, entre EEUU/Europa por un lado y Rusia/China por el otro bando.

Existen pues, razones más que suficientes para suponer que esta vez la defensa de los obreros, como clase y los ejércitos en combate, no están delimitadas habiendo sido el ataque de la invasión rápida y decisiva, que venía siendo anunciada por EEUU de antemano y Putin cumplió su amenaza impidiendo a ambas potencias la negociación diplomática, que se ha venido manteniendo sin llegar a un Alto el Fuego, mientras había negociaciones.

Por otra parte, la Segunda Internacional, que no está disuelta que se sepa y la O.I.T. que sigue “sin funcionar”, no han abierto la boca en defensa de la clase trabajadora, ni de las masas obreras de Ucrania,  ni las de Rusia, ni las de ninguna parte, convirtiéndose junto a la ONU y demás Organismos Supranacionales, en compinches útiles de la OTAN al servicio de EEUU.  

La clase obrera que creía seriamente que la  II Guerra Mundial sería la última, observa con horror que las matanzas continúan ahora en la propia Europa  y,  al igual que en todas las guerras anteriores, los soldados se ven obligados a  “dejarse matar” para defender su “patria”, sufriendo una nueva carnicería, mientras el Complejo Militar Industrial y las Multinacionales de la Energía, se frotan las manos vendiendo armas a todos los países, que les reportan obscenas ganancias.

La esperanza de un mundo mejor, el terror a la muerte de sus seres queridos y mucho más es lo que permite a los soldados y milicias activas soportar la guerra que dura ya más de dos meses, pues han perdido las ilusiones pacifistas y democráticas que eran el señuelo que le mostraban los que les alentaban a entrar en Europa invitando al Gobierno de Ucrania.

Una vez y otra, los pueblos siguen sufriendo las guerras sin creer más en ellas, sin esperar de ellas nada más que termine pronto,  ocurriendo eso, tanto en los Estados Totalitarios como en los llamados Democráticos.

Retumban todavía en los oídos de pocos supervivientes,  las bombas y las metrallas  de aquella Guerra contra la República desatada por Franco, con el apoyo financiero de la Banca, el Clero y los militares traidores.

Tanto antes como ahora, vemos con horror  los  centenares de miles de niños refugiados que salen de Ucrania, al igual que tuvieron que marchar al exilio, también huyendo de la guerra desatada por los fascistas,  exiliándose  con sus abuelos o padres pero muchos solos y los que quedaron aquí,  iban a la escuela, las pocas que existían,  donde se les inculcaban las falsas consignas de patrioterismo y rezos de la enseñanza de libros religiosos que  siguen prostituyendo algunos creyentes, existiendo disputas entre la Iglesias Ortodoxa de Ucrania y el Patriarcado de Moscú, así como otros credos como el Cristianismo, el Judaismo, el Islamismo, etc. que dicen querer la PAZ, pero no se conoce con certeza si apoyan o no la guerra y los genocidios, porque, o no se atreven a hablar o están censurados, al igual que los sindicatos y partidos de izquierdas.

Más temprano o más tarde, los ahora aplastados y acribillados por el peso de la maquinaria bélica de Putin y de la OTAN que está inmersa en las batallas sin declarar la guerra a Rusia, tanto los supervivientes como sus hijos, se rebelarán con toda legitimidad y plenitud, cuando el hambre, la miseria y el destrozo de las muertes, impulsen a las masas trabajadoras a ponerse abiertamente contra sus propios Gobiernos, cuando comprendan que les han llevado al matadero para cambiar sangre humana por territorios y beneficios. 

Eso de Socialismo o Barbarie,  se vino pregonando durante decenas de años por algunos dirigentes del movimiento obrero internacional, afirmando que el carácter absolutamente reaccionario, saqueador, putrefacto y de rapiña del capitalismo/imperialista moderno,  además de sacrificar cientos de miles de vidas en esos genocidios, también destruyen la incipiente Democracia, el Reformismo y el Pacifismo, impidiendo que se desarrolle la necesidad candente y prioritaria que tiene la clase trabajadora y los pobres de encontrar una salida justa y segura al desastre causado, retardando una vez más el proceso para la Transformación Socialista de esta caduca sociedad capitalista.

No se trata ya de garantizar solo un desarrollo económico armonioso tan necesario en todo el mundo, afligido bajo la amenaza del Cambio Climático y las Armas Nucleares, se trata de salvar a la propia Humanidad del Suicidio Colectivo al que las guerras nos abocan, por el ansia de poder y riquezas de unos cuantos Milmillonarios que dominan las finanzas y el Poder mundial.

Precisamente se trata de la agudeza de los problemas históricos los que están haciendo temblar los cimientos de las estructuras del sistema Capitalista/Imperialista, que ha arrastrado a su servicio, no solamente a los Partidos de derechas y neofascistas, sino incluso a muchos de los que se consideraban ellos mismos de izquierdas y defensores de las clases trabajadoras y la PAZ.

Pero la dialéctica siempre operará, más temprano o más tarde, y todo se podrá tornar en su contrario, pues el verdadero partido para la Transformación Social, no son los líderes actuales, que se comportan como cretinos parlamentarios, sino que se encuentran como una potente reserva inagotable de sus fuerzas, en la toma de conciencia de las masas que saltarán a la acción, pidiendo justicia,  pues ese es el producto de una necesidad histórica inexorable.

Como que tras la noche viene el día, a la oscura situación de guerra y amargura actual para las clases menos favorecidas, le seguirá un número creciente de trabajadores y trabajadoras que darán paso a la lucha  militante y especialmente, por ser una generación muy preparada en conocimientos tecnológicos, intentarán poner en práctica sus infinitas ventajas sobre los actuales dirigentes, que han sido incapaces de evitar la guerra, pero la PAZ y la Democracia será una realidad y el objetivo a alcanzar,  esperemos que más pronto que tarde.  

La clase trabajadora tiene memoria y sabe que somos los legítimos herederos de las anteriores generaciones, que fueron derrotadas por la brutalidad del capitalismo y sus guerras, pero también asimilarán las tradiciones de los anteriores intentos de avanzar hacia la República y el Socialismo Científico, que junto con una Democracia Participativa, Ética y Solidaria, tenemos por delante un mundo entero que ganar.

Debemos entender una vez más que la guerra desarrolla enormemente el proceso de toma de conciencia de las masas, tanto en los aspectos social,  político, económico y ético.

Los objetivos de ayer, que parecían que nunca los alcanzaríamos, cuando lo observábamos a décadas de distancia, los podríamos alcanzar si nos organizamos y luchamos por ellos, para construir un mundo mejor y más justo.  

Los proyectos programáticos actuales, que se apoyaban en las condiciones habituales en épocas de PAZ, inevitablemente han saltado por los aires por la propia dinámica a las que nos arrastrarán las consecuencias de la guerra en toda Europa y el mundo

Las propuestas de Programas Alternativos (*) que planteábamos la corriente Izquierda Socialista de Málaga, que hace solo unos meses parecían utópicos, ahora son más necesarios que nunca, porque ha quedado demostrado, que esos “presuntuosos intelectuales burgueses” que pensaban saberlo todo y que no han visto el proceso más allá de sus propias narices, serán tomados en cuenta por las masas, en el proceso de movilizaciones que se tendrán que dar por las pésimas condiciones de vida a la que estamos siendo arrastrados e incluso lucharán por la conquista del Poder.  

En la medida en que comiencen las luchas sociales inevitables, por el deterioro de la economía, algunos oportunistas tratarán una vez más de “reformar el capitalismo”, ofreciendo de nuevo el “capitalismo de rostro humano”, pero las masas comprenderán que eso no ha existido ni nunca existirá mientras que la Banca y las grandes palancas de la economía estén al servicio de los Capitalistas y sus mafias.

Debemos construir sobre cimientos sólidos, apoyados en la filosofía del materialismo dialéctico que nos proporciona la historia,  una vanguardia basada en las corrientes más avanzadas como la que proponemos en nuestra “Declaración Política” (*), para intentar sacar de la pobreza más profunda hasta los países más atrasado.

La guerra destruye estructuras, ferrocarriles, viviendas, fábricas, minas y sigue asesinando a cientos de miles de vidas humanas, pero no podrá destruir la Ciencia, la Tecnología y la Capacidad Creativa de la clase trabajadora, pues después de reorganizarnos y conseguir derrotar a los capitalistas, a base de potenciar las fuerzas del trabajo, superando las injusticias del régimen burgués y reorganizando la producción, con el objetivo de satisfacer las necesidades humanas, como plantea el socialismo y no para beneficio de las familias de Multimillonarios que se llevan las plusvalías que roban a los asalariados.

No solo podremos y debemos colaborar todas y todos juntos en restaurar todo lo destruido, sino que nos pondremos a la tarea de trabajar conjunta y solidariamente, para restaurar las condiciones materiales y culturales hasta conseguir un gran florecimiento del  internacionalismo,  avanzando hacia un nuevo modelo económico,  basándonos en el trabajo conjunto de la Ciencia y la Ecología, junto a la unidad de las organizaciones en potentes y firmes luchas sociales del movimiento de los trabajadores, tanto manuales como intelectuales, objetivo a conseguir para iniciar la construcción de un mundo mejor para toda la Humanidad, donde toda persona tenga el derecho a poder vivir dignamente.

COMISIÒN PERMANENTE.

IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.

PSOE DE ANDALUCIA.

(*) Si todavía no conoces la Declaración Política que estamos debatiendo y quieres participar, que contiene una propuesta de “Programa Mínimo Necesario”, te invitamos a pedir el documento gratuitamente al correo de abajo:

Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

 

 

 

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