8 de abril de 2010

LA FARSA DE “FALANGE” CONTRA EL JUEZ GARZÓN.

Pablo Iglesias dijo alguna vez, seguramente recordando la frase de Marx, que la historia suele repetirse, primero como tragedia y luego como farsa, y que lo segundo anuncia la clausura de un ciclo histórico. La Falange acaba de celebrar su triunfo sobre la izquierda, (una verdadera farsa) representada contra el Juez Garzón, que para ellos es un “rojo peligroso”, al sentar a este juez en el banquillo por atreverse a investigar los crímenes del franquismo. Los restos del fascismo no se dan por vencidos porque también cuentan con apoyos en el interior del PP y en algunos sectores de ultraderecha, incrustados en el mismo aparato judicial, amparados política y económicamente por los “Poderes Fácticos” que apoyaron el golpe de estado de Franco (Lo que representó una tragedia que costó más de un millón de muertos).


Existen ciertos indicios que tendrían que ser investigados por la Fiscalía, sobre la probable connivencia de la ultraderecha, la derecha del PP y el aparato judicial porque existe una querella presentada contra Garzón que tiene una clara vinculación con la trama de corrupción del Caso Gûrtel que en sus 50.000 folios demuestra el grado de corrupción que salpica a cientos de imputados miembros del PP. Existe un interés político en que prospere ese proceso porque los estrategas del PP han marcado el plan de ruta de deterioro de Zapatero, atacando a la izquierda en todos sus flancos y con todos los mecanismos posibles, incluso utilizando a la extrema derecha para arrancarle trozos a la democracia y desprestigiarla. (¿Qué tramas negras se estarán fraguando?)

La “derecha tardo franquista” no le perdona a Garzón haberse declarado competente para poder investigar los asesinatos y las desapariciones que ocurrieron durante la Dictadura de Franco. Los chantajes del aparato militar que forzó la componenda de la “Transición”, que nunca hizo una verdadera reforma en el aparato judicial, permiten esas “barbaridades anti-democráticas”, pues aunque las querellas han sido admitidas por el Tribunal Supremo, lo que esto demuestra es que el Poder Judicial es todavía un coto de la derecha y la mayoría de sus miembros tienen ideología ancladas en el antiguo régimen. ¿Piensa alguien que en Alemania se pudiese dar que un Nazi siente en el banquillo de los acusados a un Juez?


Existe una supuesta independencia de la Justicia, frase con la que insistentemente se viene intentando tapar los enormes errores y contradicciones que están ocurriendo a la hora de impartir justicia. Cabría preguntarse sobre qué significa eso de la Independencia: ¿Independencia de quién?, ¿De la Democracia Parlamentaria? ¿De la Derecha? ¿De al Izquierda? ¿De la burguesía capitalista? ¿De la clase trabajadora? Vemos cómo se procede a la hora de fijar las fianzas. A un corrupto ladrón que ha desfalcado cientos de millones se le ponen fianzas que en una semana les cuesta poco aportar, porque representan un ínfimo porcentaje de las fortunas amasadas, que son expoliados al pueblo. A un pequeño ladrón se le ponen fianzas que la mayoría de las veces no puede aportar. Las cárceles están llenas de “ladrones pobres” pero pocos “ladrones ricos” se ven y cuando entran, tienen enormes privilegios. ¿Es eso independencia de la justicia, o más bien está al servicio de los Ricos y Poderosos?

Tenemos que ser autocríticos y reconocer que un gobierno de izquierdas como es el PSOE debería admitir los errores que sobre el asunto de la Justicia se vienen cometiendo. En vez de combatir abiertamente la relación abierta entre las fuerzas más reaccionarias incrustadas en el aparato judicial, en aras de ese consenso con la derecha del PP, más bien la ha fortalecido. Como ejemplo pondremos una decisión muy criticada, tomada por el sector más progresista, al renovar el Consejo General del Poder Judicial, donde hubo acuerdo entre el PP y el PSOE. Se nombró a un ultra conservador convicto y confeso como Presidente del Poder Judicial, lo que fue muy criticado por la izquierda y aplaudido por las derechas. Se nombró vicepresidente al Consejero de Justicia de la Generalitat Valenciana lo que era entregarle el control del Poder Judicial al Partido Popular, que es el partido perdedor, cuando le correspondía al PSOE, partido ganador. Esos polvos han traído estos lodos y es preciso reconocer los errores tal cual han sido.

Los errores políticos son muy importantes porque si no se reconocen y se rectifican, iremos de mal en peor, ya que como estamos observando, a cada ataque furibundo de Rajoy, el compañero Zapatero le pone la otra mejilla, le tiende la mano y le ofrece pacto sobre pacto que envalentonan tanto al PP como a sus afines de la extrema derecha. El Gobierno, para calmar a la derecha está ofreciendo síntomas de debilidad, siendo obligado a ceder en varios campos, lo que es utilizado por la derecha para desprestigiar al PSOE y azuzar a las fuerzas de la reacción que se ven fortalecidas de forma peligrosa.

El aparato judicial, si queremos ser precisos y buscar la verdad, vemos que en ninguna parte es totalmente independiente, ya que representa uno de los mecanismos principales para la defensa de la clase dominante. Su forma de actuar nunca puede ser totalmente “objetiva” porque está compuesto por “sujetos” que se deben bien a su ideología, bien a su religión, bien a sus intereses de clase por lo que nunca va a actuar para derrocar al sistema que los mantiene. Creer en eso es como pensar que los capitalistas, que tienen el poder sobre la economía, van a ceder dicho poder de forma voluntaria a los trabajadores. En política, el negar la lucha entre las clases es un error tremendo que pasa sus facturas casi siempre a los más débiles.

De todas formas, tiene enorme importancia las distintas sensibilidades que existen en el propio seno del Poder Judicial, por lo que hay que decirlo alto y claro. La Judicatura, se niegue o no, siempre estará politizada y su negación es una aberración. No querer reconocer los enfrentamientos que ha venido sufriendo en los últimos años, que reflejan el grado de polarización política alcanzado y las tensiones sufridas en su seno es no admitir estar uno en su “sano juicio”.

Tenemos que seguir defendiendo, por supuesto, con firmeza y honradez, como decía Pablo Iglesias, las reivindicaciones transicionales que mejoren la Justicia, como la depuración de los elementos fascistas que existen dentro del propio aparato judicial, pues esos planteamientos ultra-conservadores son incompatibles con un comportamiento “democrático”- También defendemos la más amplia libertad de organización sindical y política en el seno de la Judicatura, al igual que en los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

Si no luchamos por ello y lo conseguimos, democráticamente pero con acciones políticas concretas en el Parlamento y a través de medidas eficaces de Gobierno, sin nos escudarnos en falsas “independencias y neutralidades”, ofreciendo esos consensos que representan una dejación de las obligaciones y mandatos obtenidos a través de las urnas, que tienen que estar por encima de cualquier órgano que opere fuera del Parlamento, tanto en lo económico, en lo político, en lo social, como en la Justicia, para defender dignamente a la ciudadanía, significará en la práctica, dejar el poder político a las organizaciones de la derecha, sin que hayan sido refrendadas por las urnas, lo que les permitirá perfeccionar sus aparatos para usar las fuerzas contra los intereses de los trabajadores y sus organizaciones de izquierdas, tanto sindicales como políticas.

AREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MALAGA-PSOE.A

Is-psoe.malaga@terra.es

1 comentario:

  1. Pueden ver el Discurso completo de Carlos Jiménez Villarejo en defensa del juez Garzón en:

    http://www.youtube.com/watch?v=LACPaIVnOOU

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