22 de febrero de 2010

NO A LA CONTRA-REFORMA LABORAL.

Se llama “reformismo” a cada una de las tendencias o doctrinas que procuran el cambio y las mejoras graduables de una situación política, social, religiosa, etc., pero al “reformismo” que empeora la situación social no puede llamarse “reforma”, sino más bien “Contra-Reforma” que es todo movimiento político, religioso o intelectual que va destinado a combatir las reformas alcanzadas.

Permítasenos analizar lo que casi todas las fuerzas polìticas y sindicales se empeñan en llamar la “Reforma Laboral”. El intento de salir de la grave recesión económica en la que se encuentra el capitalismo a escala global a través de inyectar en las finanzas, después del colapso de 2007, en torno a 20 billones de dólares del sector público para salvar a la Banca privada mundial, (cargando de deudas a los Estados, cuyos abultados déficit alcanzan en algunos países la friolera del 150% del PIB), se está convirtiendo en un estrepitoso fracaso y necesitan pasar a un ataque de incipiente Estado de Bienestar al que se empeñan en llamar “reforma”.

Como los resultados de esas medidas están siendo bastante escasos, el imperialismo ha preparado su reunión económica en la Cumbre de DAVOS, convocando a los gobiernos para impartirles sus criterios que mejor les convenga para la defensa de los intereses de las grandes fortunas porque toda persona medianamente informada sabe quienes son los poderes que conforman y dominan esas reuniones, que no son otros que la Trilateral y del Club Bilderberg, es decir, la crema y nata de los empresarios archimillonarios que exigen a sus “administradores” que pasen a presentar y aplicar con urgencia los planes de ataques contra los intereses de la clase trabajadora, que ellos imponen y que son los que más rápidamente pueden restaurar la tasa de beneficios del capital, es decir, las medidas que interesan a las finanzas del imperialismo, aunque cautamente maquillados bajo el eufemismo de “medidas de austeridad para salvar las pensiones y fomentar el empleo”.

El gobierno dirigido por el compañero Rodríguez Zapatero ha empezado a ceder ante las presiones y las exigencias de la burguesía, asumiendo los planteamientos de esa “contra-reforma laboral” donde se tendrían que tomar medidas para descargar los efectos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. En realidad, la situación es muy delicada, pues la Deuda Pública está cercana al 70 %, el Déficit Público ronda el 12 % y el paro se sigue disparando alcanzando ya los cuatro millones y medio de personas. Esto indica que si se quiere salir de la crisis con medidas “liberales” confiando exclusivamente en las inversiones capitalistas, el proceso será largo y penoso. Como demuestra la situación de semi-bancarrota de algunos países como Grecia, los activos tóxicos y la falsificación de contabilidades incluso de algunas naciones es una práctica tan habitual que no podemos descartar sorpresas en el próximo futuro.

Seguidamente pasamos a efectuar un breve análisis del llamado “Plan de austeridad” que pretende el Gobierno. El recorte que se pone sobre la mesa tiene tres ejes fundamentales: a) Un recorte drástico del gasto público en torno a los 50.000 millones de euros. b) Una contra-reforma laboral que recorta derechos adquiridos y facilita totalmente el despido. C) Un ataque a las pensiones bajo el plan de la Jubilación a los 67 años.

Los sindicatos han acusado el golpe y tanto UGT como CCOO han declararon que eso sienta las bases para una negociación de “recortes de derechos”, viéndose presionados por sus bases y teniendo que llegar a plantear movilizaciones, habiéndose convocado ya manifestaciones provinciales el próximo día 24 de este mes, aunque, por otra parte, y contradictoriamente, al mismo tiempo han llegado a un acuerdo que congela los salarios y algunas medidas menores.

El secretario general de CCOO en Andalucía, declaró que la postura del sindicato sobre la reforma laboral está muy distante de la de los empresarios y considera la propuesta como “un campo absolutamente lleno de minas (…) (Periódico La Opinión de Málaga 18-2-10). Por otra parte, el Secretario General de UGT Andalucía, declaró en Granada, según noticias de Europapres.es (18-2-10) que “su sindicato no descarta emprender cualquier medida, incluida la convocatoria de una Huelga General, si el Gobierno decide reformar el sistema público de pensiones sin el consenso de todos los agentes sociales”.

En cuanto a la posición de la parte económica, la Patronal ha saludado la propuesta declarando que “el documento tiene contenido y va en la buena dirección”, lo que indica que de principio les favorece pero exigen mucho más, incluso intentan que el acuerdo contemple la modificación de la Legislación Laboral y el Estatuto del Trabajador a su favor.

El despido es ya libre como está demostrado. Los 45 días por año de servicio que todavía permanece, es en caso de despido “sin causa justificada”, es decir, cuando es una cacicada de la patronal para quitarse de en medio sobre todo a los sindicalistas molestos que exigen los derechos de la plantilla o cuando despiden a trabajadores con antigüedad, para contratar a un joven por cuyo contrato consiguen subvenciones, lo que les sale muy rentable. El despido disciplinario es gratis para la Patronal y el despido objetivo es de 20 días por año y se produce por causas “económicas, técnicas, organizativas y de producción”. En este tipo de despido que es donde se plantea en la propuesta lo que sigue: “Es obligado abrir una reflexión sobre si no resultaría más eficiente para el funcionamiento de nuestro mercado de trabajo, reforzar y racionalizar, como señala la letra del Estatuto de los Trabajadores, el principio de causalidad del despido mediante una más clara distinción entre despidos disciplinarios y despidos económicos y, particularmente, la diferenciación entre el carácter procedente e improcedente de estos últimos”.

Eso representará un abaratamiento del despido. Facilita al empresario más aún si cabe el poder despedir sin problemas, dejándolo al criterio de la patronal, que quiere también anular la Jurisdicción Laboral, para que no intervenga la Magistratura ni la Autoridad Laboral. Si se negocia en esa dirección, que es lo que puede ocurrir si los sindicatos no se plantan seriamente, se dejarán sin protección a los trabajadores perdiéndose muchos derechos adquiridos y conquistados con las luchas.

Una cuestión muy grave es el intento de recortar el Derecho a la Negociación Colectiva. En una situación de crisis general de la economía, con el azote del paro, el miedo a perder el puesto de trabajo y la ofensiva que está llevando a cabo la Patronal contra los trabajadores, la negociación colectiva es un instrumento ganado con mucho esfuerzo, luchas y sacrificios de la clase trabajadora, que nos sirve para reforzar la unidad del movimiento obrero, si se utiliza democráticamente y no burocráticamente como es utilizada desde hace un tiempo por algunos sindicatos.

El Plan que ha puesto el gobierno sobre la mesa facilita la petición que viene planteando desde hace un tiempo la Patronal de cambiar el modelo de negociación, cuyo texto dice: “La negociación colectiva presenta problemas en España desde hace años, como son, sumariamente, los siguientes: la atomización de la negociación colectiva; la deficiente articulación entre los diferentes niveles de negociación – convenios sectoriales, territoriales y de empresa – (…) Las medidas de flexibilidad interna negociada entre las empresas y los representantes de los trabajadores para mejorar la adaptabilidad, la movilidad y la productividad deberían ser el terreno a explorar para encontrar los equilibrios indispensables”.

Con las medidas anteriores se sientan las bases para cargarse totalmente la negociación colectiva y pasar directamente a negociar en el plano personal o como máximo a convenios de empresa. Eso es como desmantelar a medio plazo los sindicatos, debilitar las posiciones de los trabajadores, va en dirección de un ataque gravísimo a los salarios, que se tendrían que negociar a la baja por cada trabajador y es a su vez un recorte a los Derechos Sindicales, por lo que algunos juristas interpretan que pudiesen tener incluso rasgos anti-constitucionales. Representaría unas relaciones laborales a la carta a favor del empresario e instauraría todavía mucho más claramente la Dictadura patronal legalizando sus planes, de lo que ya viene practicándose por parte de cada vez más empresarios de forma abusiva e ilegal con unos procedimientos que violentan las relaciones laborales normales.

Amparándose en la crisis, infinidad de empresarios se han subido al carro de realizar cualquier tipo de atropellos en contra de los derechos laborales, despidiendo sin ton ni son, bajo chantajes y amenazas, violando las más elementales normas de convivencia democrática y rechazando el diálogo en muchos casos con los propios representantes de los trabajadores. La debilidad invita a la agresión. La política de las cúpulas sindicales de estar entretenidos con Pactos sobre Pactos, sin contenidos válidos para nuestra clase, que es como mirar para otro lado, sólo está consiguiendo servir en bandeja a la patronal nuevos retrocesos en nuestros salarios y en nuestras condiciones de trabajo.

El documento presentado dice también que quiere “penalizar los contratos temporales” y perseguir el fraude, que dicho así, puede parecer positivo, PERO, (y esto es lo que tiene de malo para los trabajadores) al mismo tiempo fortalece las Empresa de Trabajo Temporal y prácticamente les otorga el control del INEM, lo que representan el inicio de la privatización de los Servicios de Empleo.

Otro de los ataques es la propuesta de un contrato con menos garantías. La patronal exige contratos parciales muy flexibles, reforzar las inspecciones contra los trabajadores que estén de baja por Incapacidad Laboral transitoria y accidentes, mandándoles a trabajar sin terminar de curar, unos ERES temporales de suspensión rápida y encima que no sean revisados por la Autoridad Laboral, todas esas medidas son perjudiciales para el trabajador y muy beneficiosas para el empresario.

Esta Contra-Reforma laboral es inaceptable para la clase obrera. Son recortes brutales que por sí sólo merecen una respuesta de lucha y movilizaciones que no descarte la Huelga General para echarlos atrás. Los trabajadores no tenemos ninguna culpa de la crisis de la economía capitalista y no tenemos por qué pagarla. Echar la culpa y la carga de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores es una tremenda INJUSTICIA.

Lo que hay detrás de todo esto, en verdad, es que se quiere ocultar la responsabilidad de los auténticos culpables de la crisis, que son los capitalistas, especuladores, banqueros, ladrones, corruptos y su política liberal de rapiña que es la que hay que combatir. Las medidas últimas anunciadas de ampliar la edad de jubilación hasta los 67 años prolongando también los años de cotización para adquirir derechos, producirán un recorte de las pensiones futuras lo que demuestra que hace falta la lucha para que se puedan adoptar medidas en beneficio de las familias trabajadoras, como pueden ser aumentar los impuestos a los ricos y a las grandes empresas, atacar a la corrupción y a la economía sumergida que según algunos técnicos, a través de medidas concretas con fuertes sanciones a los empresarios que defraudan e incautaciones de las bolsas de fraude, se podrían recaudar en torno a los 180.000 millones de euros con planes detallados, a través de incrementar las plantillas de Inspectores de Hacienda, con lo que se obtendrían los recursos suficientes, de inmediato, para atender las necesidades sociales y garantizar las pensiones futuras.

Lo que se necesita es hacer frente por parte del Gobierno a la ofensiva del PP, de los empresarios, desde la defensa firme de los puestos de trabajo, de los salarios y de las condiciones de vida de nuestra clase, como corresponde a un gobierno de izquierdas apoyado por un partido como el PSOE que es el partido que pertenece y vota la clase trabajadora.

Los ciudadanos están reclamando un verdadero cambio de modelo de sociedad, como empezó a decir al principio el Gobierno del compañero Rodríguez Zapatero y que fue asumido y saludado como muy positivo por el Partido Socialista, Izquierda Unida y otras fuerzas de izquierdas, tanto sindicales como políticas. Tenemos que reorganizarnos mucho mejor, unirnos y exigir un giro a la izquierda, reivindicando que para crear empleo hace falta un auténtico programa socialista sacando el dinero de donde está escondido, rechazando los pactos con el PP que exige 180 grados, lo que equivaldría a que el PSOE asumiese el programa político de la “eterna derecha montaraz”, cuestión que tenemos que rechazar de plano.

Ahora más que nunca es necesario un gobierno PSOE-IU y demás partidos de izquierdas, para avanzar hacia una salida en beneficio de los trabajadores, con la aplicación de un programa verdaderamente socialista, que sea consensuado por los sindicatos de clase UGT y CCOO para que ayuden a llevarlo a la práctica por lo que tenemos que seguir planteando como alternativa la nacionalización de la Banca, los monopolios y los grandes latifundios, para planificar científicamente los recursos, tener disponibilidad de liquidez para poder financiar el Plan, facilitando créditos baratos por parte de una Banca Estatal Pública, para colocar a todo el mundo en un puesto de trabajo productivo y gestionar democráticamente las empresas bajo control de la clase trabajadora, con el objetivo de poner las plusvalías al servicio de la Humanidad, empezando por los trabajadores más pobres.

La mejor forma de salir de la crisis es produciendo más y repartiendo con justicia el fruto del trabajo. Estas medidas “abrirían las amplias alamedas” que nos pudiesen conducir al verdadero Socialismo por el que merece la pena luchar, como eran las aspiraciones de los fundadores del PSOE, que tenían como objetivo la construcción de una nueva sociedad socialista de “seres humanos libres, justos, honrados e inteligentes”, y la clase trabajadora tenemos que unirnos y organizarnos cada vez mejor porque esos ideales han dejado de ser ya una Utopía, como algunos nos quieres hacer creer, y en los momentos actuales de terrible recesión, se han convertido en una necesidad imperiosa para los trabajadores del mundo. Estamos ante un verdadero dilema: O socialismo o barbarie. El trabajo humano, fuente de todo valor nos garantiza que “Otro mundo es posible, pero con el verdadero Socialismo”. La lucha social es lo único que sirve y nos hará avanzar en la difícil tarea de construir un mundo mejor.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

Is-psoe.malaga@terra.es

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