(Recomendable leer antes Partes 1 al 4)
La religión y la revolución.-
(…) La
ausencia de bases materiales que permitieran la introducción de una sociedad
sin clases cambió poco a poco todo en su contrario. En esas condiciones la
dirección de la iglesia, empezando por los obispos ―los tesoreros―, presionados
por la clase dominante y el estado, poco a
poco, fue apartándose de las creencias comunistas
originales del movimiento. Ante la imposibilidad de derrotar a los cristianos
con represión, la clase dominante cambió de táctica. Cómo el emperador Constantino
consiguió corromper a las capas superiores de la iglesia se puede ver en el
siguiente pasaje sobre la historia de la primera iglesia. Eusebio
describe el concilio de Nicea celebrado en el año 325 d.c. y que estuvo
presidido por el propio emperador “como mensajero de Dios”, en estos términos:
“Las
circunstancias del banquete fueron tan espléndidas que son indescriptibles. Los
destacamentos de guardias y otras tropas rodearon la entrada del palacio con
sus espadas y entre éstos, los hombres de Dios entraron sin temor hasta los aposentos
imperiales más íntimos. Algunos fueron los propios compañeros de mesa del
emperador, otros se reclinaron en los sofás que estaban colocados a cada lado.
Se podría llegar a pensar que esta era una imagen del reino de Cristo, que era
un sueño y no una realidad”. (T. Ware. Whe Orthodox Church. P. 27. En la
edición inglesa).
“Estos métodos
les son muy familiares a los dirigentes socialdemócratas y sindicalistas de hoy
en día. Son precisamente los mismos métodos utilizados por el sistema para
atraer a los líderes reformistas del movimiento obrero a las ideas burguesas,
de esta forma los corrompen y el sistema los absorbe. Las cabezas del
movimiento son invitados a cenas y fiestas ostentosas donde se codean con los
ricos y los famosos. Desde el concilio de Nicea la iglesia ha sido la más firme
colaboradora de la riqueza, el privilegio y la opresión.
“Los primeros
cristianos se negaban a reconocer el estado o servir en el ejército. Después de
este concilio todo cambió. La iglesia se convertiría en uno de los principales
pilares del estado y perseguiría ferozmente a todos los que cuestionaban sus
nuevas doctrinas. Cuando Ario de Alejandría rechazó el credo niceno sus
seguidores (los arrianos) fueron pasados por la espada. Más de 3.000 cristianos
fueron asesinados por sus colegas cristianos ―más muertos que en tres siglos de
persecución romana―. Con estos medios la Iglesia de los pobres y los oprimidos
se transformó en el vehículo principal de su esclavización.
Cómo olvidar los
pecados... y hacer dinero.- Durante este período la
iglesia cristiana fue absorbida ―a través de sus capas superiores― por el
estado. En toda su historia posterior la iglesia se aprovechó de la debilidad
humana y el temor a la muerte para esclavizar la mente de los hombres y, en este
proceso, conseguir enorme poder y riquezas, algo que contrastaba absolutamente
con las enseñanzas del pobre rebelde Galileo en cuyo nombre pretendían hablar.
De ser un movimiento revolucionario de pobres y oprimidos, se convirtió en un
baluarte de la reacción y el portavoz de los ricos y poderosos ―una situación
que ha durado hasta la actualidad―.
La historia de
la iglesia es la completa y absoluta negación de sus primeras ideas, creencias
y tradiciones. Sobre la historia del papado de la Edad Media y el Renacimiento
―una crónica sin paralelo de infamia y crimen― se han escrito numerosos
volúmenes. Aquí nos limitaremos a un solo ejemplo que resume la verdadera
situación y demuestra cuál es el abismo que separa la verdadera situación con
los mitos hipócritas. En el año 1517 el Papa León X publicó la Taxa Camarae
destinada a vender indulgencias y salvar almas a cambio de una modesta suma de
dinero. No existía ningún crimen por vil que este fuese que no pudiera ser
absuelto. Entre sus 35 artículos podemos leer(…)
“1. El
eclesiástico que incurriere en pecado carnal, ya sea con monjas, ya con primas,
sobrinas o ahijadas suyas, ya, en fin, con otra mujer cualquiera, será
absuelto, mediante el pago de 67 libras, 12 sueldos.
2. Si el eclesiástico, además del pecado de
fornicación, pidiese ser absuelto del pecado contra natura o de bestialidad,
debe pagar 219 libras, 15 sueldos. Mas si sólo hubiese cometido pecado contra
natura con niños o con bestias y no con mujer, solamente pagará 131 libras, 15
sueldos.
3. El
sacerdote que desflorase a una virgen, pagará 2 libras, 8 sueldos.
4. La
religiosa que quisiera alcanzar la dignidad de abadesa después de haberse
entregado a uno o más hombres simultánea o sucesivamente, ya dentro, ya fuera
de su convento, pagará 131 libras, 15 sueldos.
5. Los
sacerdotes que quisieran vivir en concubinato con sus parientes, pagarán 76
libras, 1 sueldo.
6. Para todo
pecado de lujuria cometido por un laico, la absolución costará 27 libras, 1
sueldo; para los incestos se añadirán en conciencia 4 libras.
7. La mujer
adúltera que pida absolución para estar libre de todo proceso y tener amplias
dispensas para proseguir sus relaciones ilícitas, pagará al Papa 87 libras, 3
sueldos. En caso igual, el marido pagará igual suma; si hubiesen cometido
incestos con sus hijos añadirán en conciencia 6 libras.
8. La
absolución y la seguridad de no ser perseguidos por los crímenes de rapiña,
robo o incendio, costará a los culpables 131 libras, 7 sueldos.
9. La
absolución del simple asesinato cometido en la persona de un laico se fija en
15 libras, 4 sueldos, 3 dineros.
10. Si el
asesino hubiese dado muerte a dos o más hombres en un mismo día, pagará como si
hubiese asesinado a uno solo.
11. El marido
que diese malos tratos a su mujer, pagará en las cajas de la cancillería 3
libras, 4 sueldos; si la matase, pagará 17 libras, 15 sueldos, y si la hubiese
muerto para casarse con otra, pagará, además, 32 libras, 9 sueldos. Los que
hubieren auxiliado al marido a cometer el crimen serán absueltos mediante el
pago de 2 libras por cabeza.
12. El que
ahogase a un hijo suyo, pagará 17 libras, 15 sueldos (o sea 2 libras más que
por matar a un desconocido), y si lo mataren el padre y la madre con mutuo
consentimiento, pagarán 27 libras, 1 sueldo por la absolución.
13. La mujer que destruyese
a su propio hijo llevándole en sus entrañas y el padre que hubiese contribuido
a la perpetración del crimen, pagarán 17 libras, 15 sueldos cada uno. El que
facilitare el aborto de una criatura que no fuere su hijo, pagará 1 libra
menos.
14. El
asesinato de un hermano, una hermana, una madre o un padre, se pagarán 17
libras, 5 sueldos.
15. El que matase a un
obispo o prelado de jerarquía superior, pagará 131 libras, 14 sueldos, 6
dineros.
16. Si el matador
hubiese dado muerte a muchos sacerdotes en varias ocasiones, pagará 137 libras,
6 sueldos, por el primer asesinato, y la mitad por los siguientes”.
Pero más serios que el
asesinato, la violación o el infanticidio era el atroz crimen de la herejía, es
decir, mantener ideas diferentes a las de la iglesia oficial. Incluso si un
hereje se convertía, él o ella debía todavía pagar la suma de 269 libras, mientras
que el “el hijo de un hereje que hubiera sido quemado, ahorcado u otra forma de
ejecución, no podía ser rehabilitado excepto si pagaba 218 libras, 16 chelines
y 9 peniques”.
La lista continua con
fraude, contrabando, impago de las deudas, comer carne en días sagrados, hijos
bastardos de sacerdotes que deseen tomar los hábitos sagrados, e incluso
eunucos que deseen convertirse en sacerdotes (en el punto 33 se recoge que
estos tenían que pagar 310 libras y 16 chelines).
A pesar de esta lista cínica
de infamias, los historiadores católicos describen al Papa León X como el
protagonista del “más brillante y quizá el período más peligroso del
pontificado en la historia de la iglesia”. (Pepe Rodríguez. Mentiras
fundamentales de la iglesia católica. Barcelona. Ediciones B. Anexo.
pp.397-400).
La religión y la revolución.- En todos los
países a través de los siglos la iglesia se ha puesto al lado de los opresores
frente a los oprimidos. Los terratenientes ingleses trabajaban en estrecha
colaboración con los predicadores protestantes. En Francia, España e Italia,
los sacerdotes eran los servidores abyectos de los terratenientes y después de
los capitalistas. Sin embargo, frecuentemente las contradicciones de clase de
la sociedad se han expresado con el disfraz religioso, y esto no debe
sorprender a quien esté familiarizado con el materialismo histórico.
Con relación a
este tema Trotsky escribía lo siguiente: “Las ideas religiosas, como las demás,
nacen en el terreno de las condiciones materiales de la vida, es decir, ante
todo en el de los antagonismos de las clases, sólo poco a poco se abren un
camino, sobreviven, por razón del conservadurismo, a las necesidades que las
han engendrado y no desaparecen sino a consecuencia de choques y trastornos
serios”. (Trotsky. ¿Adonde va Inglaterra?. Argentina. El Yunque editora. 1974.
p. 192).
En diferentes
períodos, diferentes religiones, iglesias y sectas han
jugado papeles diferentes, que, en última instancia, reflejaban
intereses de clase diferentes y antagónicos. Los primeros movimientos de la
gran rebelión contra el feudalismo fueron desafíos al poder y la autoridad de
la iglesia católica romana, y encontraron eco entre las masas. Un historiador
católico dice que “el espíritu revolucionario de odio hacia la Iglesia y el
clero se apoderó de las masas en varias zonas de Alemania... El grito ‘¡muerte
a los curas!’ que antes se murmuraba en secreto ahora era una consigna
habitual”. (Citado por W. Manchester. A
world Lit only by Flame. P. 161. En la edición inglesa).
Las primeras
explosiones sociales como la protagonizada por los lolardos en Inglaterra y las
husitas en Alemania prepararon el camino para la reforma de Lutero. En todos
estos movimientos existió una tendencia comunista que recordaba las primeras
tradiciones de la iglesia y en todos los casos esta tendencia fue reprimida
brutalmente. Durante la rebelión campesina de Inglaterra en 1381, el cronista
Froissart narra las actividades de un movimiento de disidentes encabezado por
John Ball, precursor de ideas comunistas con un disfraz bíblico como se puede
ver en sus famosas palabras:
“Cuando Adán labraba y Eva
hilaba. ¿Quién era entonces el patrón?” En el período de ascenso de la
burguesía, la religión protestante reflejaba la rebelión de la
naciente burguesía contra el decadente feudalismo. Sin duda aquí jugó un papel
progresista. El protestantismo nació dividido en el siglo XVI. En la agitación
de estos tiempos turbulentos, surgieron nuevas sectas que representaban las
ideas y aspiraciones de diferentes clases y subclases. Anabaptistas, menonitas,
bohemios, congregacionalistas, presbiterianos, unitarios...
El sector de izquierdas representaba una tendencia
claramente comunista, como era el caso de Thomas Müntzer y los anabaptistas en
Alemania. Müntzer, un antiguo luterano, rompió con Lutero y animó a los
campesinos a levantarse contra el orden existente. A pesar de sus actividades
revolucionarias Lutero era hostil al movimiento revolucionario de los
campesinos alemanes, aunque sus enseñanzas les habían inspirado para entrar en
acción. Lutero animó a la aristocracia a aplastar violentamente el movimiento y
se hizo. Los príncipes ‘cristianos’ asesinaron a casi 100.000 campesinos. Sólo
en Sajonia asesinaron a cinco mil hombres. Liberaron aproximadamente a trescientos
sólo después de que sus mujeres aceptaran dar una paliza a dos sacerdotes
acusados de fomentar la rebelión. El propio Müntzer fue torturado y degollado.
Las actividades de la
sagrada Inquisición ―la gestapo de la contrarreforma― es bien conocida y no
merece más comentarios.
En los Países Bajos ocupados
por los españoles era un crimen capital tener la Biblia en casa. Los acusados
de herejías eran quemados vivos, aunque si confesaban y se arrepentían, la
Inquisición mostraba misericordia: los decapitaba y a las mujeres se las
quemaba vivas. Menos conocidas son las actividades de los protestantes para
sofocar la disidencia, Calvino ―que creó una dictadura teocrática en Génova―,
quemó vivo a Miguel Servet cuando estaba a punto de descubrir la circulación
sanguínea. Servet pidió misericordia ―no por su vida― sino porque quería ser
decapitado. La petición fue denegada y estuvo en la hoguera durante hora y
media.(…)
(Continuará mañana con la parte 4 de 6)
“Extractos del
libro “Marxismo y Religión”.
Editado por la “Fundación de
Estudios Socialistas “ Federico Engels”.
Información:
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y 914.28.38.70
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