(Recomendable
leer antes la parte 1 anterior)
Continuamos este
estudio en estas fechas en que la cristiandad celebra su Semana Santa
donde se conmemora la pasión y muerte de Aquel Nazareno que cuenta la historia
que murió a manos del Poder Imperialista de Roma en colaboración con el Gran
Sanedrín, por defender a los pobres y luchar por la emancipación de su pueblo
de la esclavitud.
Aunque estas fechas han
venido derivando y adquiriendo un relieve pagano, mercantilista y consumista,
atrapados en ese capitalismo del que no podrá zafarse bajo este sistema injusto
de reparto dominado por los “mercados” que en realidad operan como una
“Dictadura Financiera Mafiosa del Gran Capital”.
Cualquier persona de buena
voluntad, sea creyente, agnóstico o ateo, desea que nuestro prójimo
disfrute de una vida digna, pero el modelo de acumulación capitalista lo impide,
pese a existir suficiente capital y bienes producidos para la erradicación del
hambre y la miseria sobre el planeta Tierra. ¿Por qué existe tanta
maldad? ¿Por qué existe tanta pobreza? ¿Por qué existen tantas
guerras?
Los filósofos
de la antigüedad ya se venían haciendo esas interrogaciones. Dudamos que muchos
como tú que has comenzado a leer estos textos, puedas
concluirlos hasta el final, aunque te animamos a insistir. Si eres
creyentes, cuando veas la palabra “comunismo” quizás dejarás de interesarte. Si
eres ateo, como esto trata de la “Cristiandad”, quizás no te interese este tema
y si eres agnóstico, por tu “eclecticismo” y apatía tampoco encontrarás tiempo
suficiente para llegar al final del texto que es amplio.
O quizás todo
lo contrario, que seas de los pocos que está ansioso, visto los
temas a tratar, de examinarlos en su totalidad e incluso criticarlo
si te apetece, cuya crítica será bien recibida.
Cualquier
persona tiene ese derecho de intentar profundizar en el
debate, buscando la respuesta a esas preguntas, pero en verdad, se lee poco,
sobre todo cuando las cosas son profundas y contradictorias.
En la
corriente de opinión Izquierda Socialista-PSOE, convivimos tanto creyentes,
como agnósticos y ateos. De acuerdo con lo que indican nuestras normas internas
de funcionamiento:
“(…)En
esta corriente admitimos la coexistencia de opiniones diferentes y hasta
divergentes siempre que vayan encaminadas a la lucha por el socialismo
y contra el sistema burgués y tengan
como objetivo combatir a la derecha y al sistema capitalista, corrupto,
degenerado y senil, desde posiciones de la izquierda.
“Consideramos
que la diversidad de voces enriquece el debate político. Rechazamos la
confrontación y los ataques personales que puedan generar situaciones
insultantes o enfrentamientos ajenos a la lucha política.(…)”, por lo que
invitamos a toda persona interesada en una alternativa a la falta de ética que
observamos en este modelo liberal de capitalismo mafioso, a leer las siguientes
líneas y debatir, con libertad plena sobre tan delicadas cuestiones
contradictorias.
Para los que
quieran leer, publicamos este trabajo en 6 apartados para hacerlo
más ameno, donde se analiza la cuestión de la religión desde
un enfoque laico, con la propuesta de dar a
conocer un punto de vista más próximo a la Iglesia de los pobres,
como propuso en su inicio de mandato con sus propuestas del Papa
Franciso, Latinoamericano y jesuita él y que parecía progresista.
Puede que la
Curia Vaticana lo tenga atenazado, pero consideramos pueden servir para
profundizar en las reflexiones que todo ciudadano quiera realizar en estos días
donde se conmemora en la Cristiandad, la pasión y muerte de
Jesús, condenado por el Imperio Romano y por el Sanedrín.
Pero entremos
en materia con las siguientes interrogantes que nos plantea el filósofo
Epicuro:
“¿Es que
Dios quiere prevenir la maldad, pero no es capaz? Entonces no es omnipotente.
¿Es capaz, pero no desea hacerlo? Entonces es malévolo. ¿Es capaz y desea
hacerlo? ¿De dónde surge entonces la maldad? ¿Es que no es capaz ni desea
hacerlo? ¿Entonces por qué llamarlo Dios?” (Epicuro). (*)
“¿Dioses? Tal
vez los haya. Ni lo afirmo ni lo niego, porque no lo sé ni tengo medios para
saberlo. Pero sé, porque esto me lo enseña diariamente la vida, que si existen,
ni se ocupan ni se preocupan de nosotros”. (Epicuro) (*)
Tomemos
un extracto del documento “Marxismo y Religión” (**), recordando algunas
palabras de Camilo Torres Restrepo:
(…)
“Camilo Torres (***), antiguo sacerdote colombiano, dijo una vez: “He
colgado el hábito de sacerdote para convertirme en un
verdadero sacerdote. El deber de todo católico es ser un revolucionario; el
deber de todo revolucionario es llevar adelante la revolución. El católico que
no es un revolucionario vive en pecado mortal”. Para muchos cristianos eso
puede parecer una contradicción, pero si lees este trabajo hasta el final,
quizás no lo veas tan descabellado, por tanto, he aquí un extracto del análisis
basado en la filosofía materialista dialéctica, sobre la cuestión de la
religión:
(…) Los orígenes de la cristiandad.-
El papel de la
religión en la sociedad ha cambiado muchas veces a lo largo de los siglos. Es
importante comprender el origen de la evolución histórica de las grandes
religiones. Originalmente, la cristiandad y el islam eran movimientos
revolucionarios de pobres y oprimidos. Tomemos el ejemplo de la
cristiandad.
Hace
aproximadamente dos mil años los primeros cristianos organizaron un movimiento
de masas formado por los sectores más pobres y oprimidos de la sociedad. Como
escribía Engels. “La historia de los primeros cristianos tiene notables puntos
de semejanza con el movimiento de la clase obrera moderna...
Ambos son perseguidos
y hostigados, sus seguidores son despreciados y son objeto de leyes exclusivas,
los primeros como enemigos de la raza humana y los últimos como enemigos del
estado, de la religión, la familia y el orden social. Y a pesar de toda la
persecución, de ser espoleados por ello, ambos salen hacia delante
victoriosos”.(…)
Los primeros
cristianos eran comunistas y esto se puede ver con claridad al leer los Hechos
de los Apóstoles. El propio Jesucristo andaba entre los pobres y desposeídos y
con frecuencia atacaba a los ricos. No es casualidad que su primer acto al
entrar en Jerusalén fuera atacar a los cambistas del templo.
También dijo
que sería “más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un
rico entrara en el reino de dios”. (Lucas, 18-24). Los primeros cristianos
tomaron partido por los pobres contra los ricos y poderosos.
En la epístola
de Santiago podemos leer: “Ahora les toca a los ricos: lloren y laméntense
porque les han venido encima desgracias. Los gusanos se han metido en sus
reservas y la polilla se come sus vestidos; su oro y su plata se han oxidado.
El óxido se levanta como acusador contra ustedes y como un fuego les devora las
carnes. ¿Cómo han atesorado, si ya eran los últimos tiempos?
El salario de
los trabajadores que cosecharon sus campos se ha puesto a gritar, pues ustedes
no les pagaron; las quejas de los segadores ya habían llegado a los oídos del
Señor de los ejércitos. Han conocido sólo lujo y placeres en este mundo, y lo
pasaron muy bien, mientras otros eran asesinados. Condenaron y mataron al
inocente, pues ¿cómo podía defenderse?” (Santiago, 5-1). Esta es la voz de la
lucha de clases, sin “sis” y sin “peros”. La Biblia está llena de estas
expresiones.
El comunismo
de los primeros cristianos también era palpable en sus comunidades donde toda
la riqueza era un bien común. Aquel que deseara unirse a una comunidad cristina
primero debía dar todas sus pertenencias mundanas.
En los Hechos
de los Apóstoles podemos leer: “Acudían asiduamente a la enseñanza de los
apóstoles, a la convivencia [koinonia, es similar a comunismo], a la
fracción del pan y a las oraciones... Todos los que habían creído vivían
unidos; compartían todo cuanto tenían, vendían sus bienes y propiedades y
repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno”.
(Hechos de los Apóstoles, 2-42).
Y de nuevo:
“La multitud de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie
consideraba como propios sus bienes, sino que todo lo tenían en común... Entre
ellos ninguno sufría necesidad, pues los que poseían campos o casas los
vendían, traían el dinero y lo depositaban a los pies de los apóstoles, que lo
repartían según las necesidades de cada uno”. (Hechos de los Apóstoles, 4-32).
Evidentemente
este comunismo tenía un carácter ingenuo y primitivo. Es un reflejo de los
hombres y mujeres de su tiempo, que eran personas con gran coraje que no
temieron sacrificar su vida en la lucha contra el monstruoso estado esclavista
romano.
Pero este
comunismo de los primeros cristianos estaba aún en un nivel muy primitivo,
comunal (reparto de la comida, ropa, etc.,) y no un comunismo real basado en la
propiedad colectiva de los medios de producción.
Al carecer de
una comprensión científica del desarrollo de la sociedad, los primeros cristianos,
a pesar de su tremendo espíritu revolucionario y heroísmo, eran incapaces de
materializar sus ideales. Su comunismo tenía un carácter utópico y estaba
condenado al fracaso.
La cristiandad y el comunismo.-
En los
primeros años de la iglesia sus representantes continuaron haciéndose eco de
las ideas originales del movimiento ―comunistas―. San Clemente escribió: “El
uso de todas las cosas que se encuentran en este mundo deberían ser comunes
para todos los hombres. Sólo la iniquidad más manifiesta nos hace decir al
otro, ‘Esto me pertenece, tanto como a ti’. De aquí el origen de la discusión
entre los hombres”.
Esta
observación es correcta y demuestra claramente que el origen de la lucha de
clases (“la discusión entre los hombres”) se encuentra en la existencia de la
propiedad privada. La eliminación de la discusión entre los hombres presupone
la abolición de la propiedad privada.
San Basilio el
Grande planteó una idea similar: “¿Qué es eso que llamas ‘tuyo’? ¿Por qué es
tuyo? ¿De quién lo has recibido? Hablas y actúas como aquel que en
una ocasión fue temprano al teatro y tomó posesión de los asientos destinados
al público restante, creía que por llegar antes podía prohibir a las otras
personas que se sentasen, pretendía arrogarse para él, el uso exclusivo
de una propiedad destinada al uso común. Y esta es precisamente la forma de
actuar del rico”.
Lo mismo dice
San Gregorio: “Por lo tanto, si alguien desea convertirse en el amo de toda la
riqueza, poseerla y excluir a sus hermanos, incluso a la tercera o cuarta
generación, tal desgraciado no es un hermano sino un tirano bárbaro y cruel,
una bestia feroz cuya boca siempre está abierta dispuesta a devorar para su uso
personal la comida de los otros compañeros”.
Y según San
Ambrosio: “La naturaleza suministra su riqueza a todos los hombres en común.
Dios ha creado todas las cosas para que todos los seres vivientes las gocen en
común, y para que la tierra se convierta en una posesión común a todos. La
propia naturaleza es la que ha creado el derecho de la comunidad, y es la
usurpación injusta la que ha creado el derecho a la propiedad privada”.
San Gregorio
el grande continúa: “La tierra en la que han nacido es común a todos, y por lo
tanto el fruto de la tierra pertenece a todos sin distinción”. Y San Crisóstomo
añade: “El rico es un ladrón”.
Estas líneas
bastan para ilustrar las raíces revolucionarias de la cristiandad en su primera
época. Los primeros cristianos estaban dispuestos a resistir las torturas más horribles
para defender su fe, desafiar al estado, a la clase dominante y morir en la
arena.
La causa de
tan feroz persecución era que este movimiento de los pobres y desposeídos
representaba una seria amenaza para el orden existente. Pero ninguno de estos
métodos represivos consiguió aplastar al movimiento que resurgía con nuevas
fuerzas de la sangre de sus mártires (…)
(Continuará
mañana con la parte 3 de 6).
“Extractos
del libro “Marxismo y Religión”.
Editado
por la “Fundación
de Estudios Socialistas “ Federico Engels”.
Información: Teléfono:
914.280.397 y 914.28.38.70
POR EMAIL: Para contactar, recibir
información o hacerse socio
contactar@fundacionfedericoengels.org
para información y envíos de libros
libreria@fundacionfedericoengels.org
(*) Heráclito de Éfeso.
Filósofo griego conocido también como “El Oscuro de Éfeso”. Nació en el año 540
a.C. y falleció hacia el 480 a.C.
(**) Extractos
del libro Marxismo y Religión. Editado por la Fundación de Estudios socialistas
Federico Engels.
(***) Camilo Torres
Restrepo. Colombiano nacido en Bogotá.(3/2/1929. Murió en Santander (Colombia)
15-2-1966). Sacerdote católico pionero de la Teología de la
Liberación. Fue cofundador de la primera facultad de Sociología en
Latinoamérica y miembro del grupo guerrillero Ejército de Liberación Nacional
llegando a Comandante en Jefe entre 1960 y 1966.
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