La Cristiandad celebra cada Domingo de Ramos como inicio de la Semana Santa, donde se representa la
entrada en Jerusalén montado en su “Pollinica” (Una borriquita) y la posterior Pasión y Muerte
de Aquel que dio su vida por los pobres y en defensa de la libertad del pueblo
hebreo del yugo del decadente Imperio Romano que lo tenía oprimido,
a la vez que criticaba la corrupción y tergiversación que el Gran Sanedrín
venía cometiendo contra “LA LEY” basada en las “Sagradas Escrituras”.
Actualmente sigue la
controversia si esa historia, leyenda, mito o religión se ajusta a la realidad,
si Cristo era en verdad hijo de Dios, o solo un Profeta, o como reclaman
algunos agnósticos y ateos, era uno de los cientos de miles, sino millones de
personas que fueron masacradas por el Imperio Romano en connivencia con el
Sanedrín.
Además, cada vez más
personas ponen en duda que con el cristianismo sea posible un verdadero cambio,
sin una lucha firme y decidida contra los actuales “Mercaderes Capitalistas que
profanan el Templo”, que niegan la justicia, que no respetan los Derechos
Civiles, que impiden la PAZ entre los seres humanos, siendo incapaces de
implantar un modelo digno basándose en esa “caridad hipócrita” que
practican las Jerarquías de la inmensa mayoría de los que se llaman ellos
mismos seguidores de Cristo pero que desprecian “al prójimo”, olvidando a los
que actualmente son sacrificados en el ARA del lucro privado de los
imperialismo belicosos, al igual que fueron crucificados en la
antigüedad, como todavía recuerdan en Roma “La Via Apia”, que sigue siendo
conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas donde
colgaban en la cruz masivamente a miles y miles de personas,
precisamente por luchar por la liberación de su pueblo, contra el
sanguinario Imperio Romano, contra el corrupto Sanedrín, por rebelarse
contras las injusticias, contra los Mercaderes del Templo y por defender
con firmeza a los oprimidos, a los más necesitados, pobres, enfermos y
niños.
En todo el planeta, los
cristianos celebran sus fiestas, manipuladas por el capitalismo, con gran
ardor consumista y cada vez menos fe en la religión que profesan. Nos
bombardean insistentemente con la propaganda para animarnos al consumo como
forma desesperada para intentar cebar el pistón de los mecanismos del sistema
de producción, para ver si la locomotora se pone en marcha y podemos salir de
esta agobiante situación de recesión económica, pero mediante la forma que lo
están intentando, tanto ahora como durante los últimos siglos, haciendo a
los ricos más ricos y a los pobres más y más pobres, los resultados son
difíciles de alcanzar.
Eso no tiene nada que ver
con el cristianismo y sí mucho con una superstición infantilista ciega. La
mayoría de las personas no quieren saber lo que ES el cristianismo ni tampoco
lo que no ES. Además, el Vaticano sigue vetando y condenando la “Teología de la
Liberación” que surgió como respuesta y lucha a favor del pobre, siendo
repudiada por considerar que “utiliza el análisis marxista para conocer mejor
la realidad e intentar cambiarla”. Existe una “alienación mental
colectiva” de la que la mayoría de la sociedad está contagiada.
Igualmente existe una mezcla
grosera de los mensajes de PAZ, de deseos de un mundo mejor, de una forma
metafísica, pero la realidad es que la Paz, sin Respeto al ser humano, a la
Democracia, a los pueblos, a los Derechos Civiles y al planeta Tierra, es decir,
sin Justicia para la humanidad es una tarea ardua difícil. A
continuación ofrecemos un fragmento de una crítica de libro elaborada por el
compañero Jordi sobre la obra “Origenes y Fundamentos del
Cristianismo”, (Kautsty), que invitamos a cualquier ciudadano a conocer.
(Ver nota al final).
“El texto adentra al lector
en el mundo Antiguo pero de un modo completamente opuesto a la monotonía y
superficialidad dominante en los manuales académicos sobre historia de Roma.
Antes de explicar el origen y la evolución del movimiento cristiano el libro
hace un profundo repaso sobre las bases sociales y económicas del Imperio
Romano. Al tratar la sociedad romana de un modo vivo, con sus contradicciones,
en su origen y en su decadencia, inevitablemente el lector encontrará
paralelismos sorprendentes con la actual situación del capitalismo y en
particular del imperialismo estadounidense.
Es interesante como Kautsky
señala que, mucho antes de que las contradicciones económicas hicieran
insostenible el sistema de dominación esclavista, el ambiente de decadencia y
desmoralización había arraigado profundamente en la clase dominante, afectando
a sus decisiones y comportamiento. En su conjunto esta obra es una profunda
aplicación del materialismo histórico. Algunos pasajes incluso evocan la idea
de la revolución permanente.
Antigüedad,
cristianismo y lucha de clases.-
El libro sumerge el lector a
la Antigüedad y también a la lucha de clases. Al final de la República la
sociedad romana presenta "inmensas oposiciones sociales, muchos odios de
clase y mucha lucha de clases, insurrecciones y guerras civiles, un deseo
ilimitado de una vida diferente y mejor, así como la abolición del orden social
existente". Ésta fue la atmósfera en la que se generó el cristianismo, el
mayor movimiento de los oprimidos de la historia de la humanidad.
El cristianismo, en sus
orígenes, era un movimiento basado en la “comunidad de bienes” y predicaba un
odio salvaje contra el rico, una especia de “comunismo primitivo”. Es
interesante remarcar, a modo de ejemplo, el evangelio de Lucas en el que el
rico va el infierno y el pobre al seno de Abraham, no porque el primero sea un
pecador y el último un justo (...). El rico es condenado por la simple razón de
que es rico". Kautsky hace numerosas e interesantísimas citas de textos
cristianos en este sentido. En algunos de ellos Cristo aparece como una figura
bastante alejada del personaje sumiso siempre dispuesto a ofrecer la otra
mejilla: "Fuego vine a traer a la tierra: ¡y qué quiero, si ya está encendido!
(...) ¿Pensáis que he venido a la tierra a dar paz? No; sino disensión (...) No
he venido a traer paz, sino espadas". (Sin comentarios).
El libro establece un punto
de inflexión en el amplio movimiento de lucha contra la opresión romana: la
destrucción de Jerusalén, el foco de resistencia más activo, en el año 69 d.C.
Los dos siglos anteriores fueron de grandes y crecientes esperanzas en la
revolución, mientras el Estado romano, inestable y desgarrado por conflictos
internos, parecía que iba a derrumbarse en cualquier momento. La destrucción de
Jerusalén destruyó también las expectativas de cambios profundos y abrió un
periodo de estabilización del Imperio Romano, hechos que tuvieron un efecto en
la comunidad cristiana. El cristianismo fue perdiendo su carácter rebelde hasta
convertirse en una religión que predicaba la resignación y la creencia en un
mundo mejor... en los cielos.
Dice Kautsky: "...sería
difícil encontrar alguna otra religión tan rica en contradicciones y en
suposiciones irrazonables como la cristiana porque difícilmente otra religión
surgió de elementos tan asombrosamente diferentes: el cristianismo fue
transmitido por el judaísmo a los romanos; por los proletarios a los gobernante
del mundo; por una organización comunista a una organización formada para la
explotación de todas las clases".
Efectivamente, la religión
cristiana acabó siendo un instrumento en manos de los opresores. Es muy
interesante la descripción detallada que hace el libro del proceso interno de
degeneración del movimiento cristiano, donde el control de las finanzas y de un
aparato cada vez más desarrollado acaba en manos de una casta privilegiada y
totalmente divorciada de los principios que dieron origen al movimiento.
Como ya es conocido, Kautsky
también acabó traicionando al marxismo y al movimiento obrero de la forma más
vergonzosa. Lenin y Trotsky se emplearon a fondo en rebatir sus sofisticadas y
perniciosas manipulaciones. Eso no quita para nada el valor del libro.
El cristianismo debe su
grandeza al poderoso impulso de las masas oprimidas contra la división de la
sociedad entre ricos y pobres, pero se desarrolló en una fase de la humanidad
en la que no había condiciones materiales para el igualitarismo. El movimiento
fue usurpado por la clase dominante, que hasta hoy utiliza la religión como un
modo de castrar y hacer inocuas las aspiraciones de las masas de un mundo
mejor. Queremos un mundo mejor en la tierra, no en los cielos. Este texto es
imprescindible para elevar la crítica a la religión al nivel que merece.../…
(CONTINUARÁ MAÑANA CON PARTE
2)
(Extracto del
Libro “Orígenes y Fundamentos del Cristianismo”. Puede
ser adquirido en “Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels”).
Información: Teléfono:
914.280.397 y 914.28.38.70
POR EMAIL: Para
contactar, recibir información o hacerse socio
contactar@fundacionfedericoengels.org
para información y envíos de libros
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