2 de noviembre de 2020

ENRIQUE TIERNO GALVÁN Y EL MARXISMO.

   


(Unificación P.S.P. – P.S.O.E.)

En Octubre de 1978, hace ahora en torno a 42 años,  en la Casa del Pueblo de Madrid, Enrique Tierno Galván, que fue Presidente de Honor del PSOE, pronunciaba una conferencia sobre Marx y Engels. Ésta se enmarcó en el desarrollo del debate interno en el seno del PSOE que culminaría con el abandono del marxismo por parte del mismo en el Congreso Extraordinario del PSOE del 28 de Septiembre de 1979, tras la derrota inicial de las tesis anti-marxistas de Felipe González en el XXVIII Congreso Federal. Por tanto, se trata de un mensaje directo de Tierno Galván a las posturas anti-marxistas de González y compañía.

 


En dicha conferencia, Tierno Galván expone, desde su punto de vista, la doble concepción del marxismo, como Filosofía Práctica y como Mito. Centrándonos en ésta última acepción, Tierno Galván considera básico el mantenimiento del mito marxista entre la clase obrera hasta que sea sustituído por otro de forma natural, al considerar que su peso como mito es tan importante como su peso como filosofía política. Podemos ver aquí un mensaje inequívoco a los partidarios del abandono del marxismo, defendiendo su mantenimiento, tanto por su mensaje revolucionario, como por su tradición histórica de lucha y su popularidad entre las masas trabajadoras.



Del mismo modo, Tierno Galván, en una segunda parte de su exposición, ataca la línea argumental que los anti-marxistas buscaban en Engels para romper con el Marxismo. Las tesis anti-marxistas veían en los últimos años de Engels un proceso de "revisionismo" del propio Marxismo, al exponer Engels la opción de la Vía Democrática para conseguir el Marxismo.

 

Engels, lo que realmente exponía era una realidad histórica que estaba experimentando en ese mismo momento: el avance de las ideas socialistas en Alemania a través del apoyo democrático y de la progresiva consecución de apoyos electorales. Por tanto, lo que cambia es de táctica. Frente a la idea de Marx y Engels, basada en el desarrollo de las Revoluciones de 1789 y 1830, de que en una revolución una minoría opresora es sustituida por una minoría oprimida a través del enfrentamiento violento, expone que existe otra táctica revolucionaria, la consecución progresiva del poder a través de las vías parlamentarias para, desde allí, emprender la transformación revolucionaria.



Engels pronto se da cuenta de que, desde posiciones socialdemócratas, se quiere ver, no un cambio de táctica marxista aplicada a un momento y un contexto concreto, sino una revisión del propio marxismo que aboga por la via puramente democrática de colaboración con el capitalismo. Convierten una táctica de lucha en un servilismo con el capital, que debilita la lucha obrera. Ante esta traición, el propio Engels expone sus ideas en una carta escrita a La Fargue el 3 de abril de 1895, donde expone:  “Yo sigo pensando lo que pensaba, pero mis ideas no pueden entenderse más que como una táctica coyuntural y no como una fórmula de colaboración con el Capitalismo”. Es decir, Engels argumenta su postura como una aplicación de la dialéctica marxista donde hay que adaptarse a las circunstancias y usarlas en favor de la revolución. Si en Alemania se estaba consiguiendo un camino parlamentario hacia el Socialismo, éste debía aprovecharse, del mismo modo que debía aprovecharse el camino revolucionario en otros lugares.



Tierno Galván concluye su intervención con un párrafo muy interesante, especialmente conociendo lo que ocurrió después con el PSOE y con la deriva ideológica hacia el capital que lo caracteriza:



[...] Y la lección es buena, porque demuestra que se puede y se debe ser marxista en la forma democrática, ya que nada vincula al marxismo con la dictadura. Cuando se entre a discutir siendo marxista cuál es la táctica a seguir, debe quedar claro que es imprescindible tomar en cuenta los condicionamientos de mercados y los condicionamientos industriales, sólo así se podrá aplicar una u otra práctica en forma adecuada a la realidad imperante. Y eso es lo que deben discutir los partidos socialistas. No si son marxistas o no, porque si son socialistas son marxistas y no cabe otra cosa.



El abandono del Marxismo por parte del PSOE es una traición a la lucha obrera y una renegación total a su carácter socialista, dando paso a su más que demostrada colaboración con el capital. Lo que Engels temía a finales del siglo XIX, la utilización de la izquierda y el socialismo como excusa de colaboración con el capital, tiene vigencia en estos días, donde el PSOE muestra a quién debe pleitesía con su Reforma Laboral y sus decisiones políticas ante la crisis.



Enrique Tierno Galván. Marx y Engels. Vida y obra de Marx y Engels. Enrique Tierno Galván; Helmut Elsner; Ignacio Sotelo; J.L.L. Aranguren; Carlos Paris; Elías Díaz; Fernando Claudín. Edi. Fundación Pablo Iglesias (1979): 1-13

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