Históricamente cualquier abuso en grado extraordinario o imposición de un Poder, motivado en la fuerza o superioridad y en contra de la mayoría ciudadana, se puede convertir en una tiranía, con un dominio excesivo de la voluntad de la minoría contra la mayoría. Desde el punto de vista del Derecho, esto sería una corrupción política.(también existen las corrupciones económicas, corrupción de menores, etc.) A través de las organizaciones, sobre todo en las Administraciones Públicas se ejercen prácticas consistentes en la utilización de los medios y las funciones de aquellas en provecho de sus gestores, bien de índole económico como político o social, que a veces puede dar la impresión de que son hasta cierto punto toleradas por los ciudadanos.
Los vasallajes aparentemente voluntarios como fenómenos terribles de servidumbre se dieron, sobre todo, bajo los totalitarismos. Existen diversas causas apuntadas por algunos politólogos que nos llevan a ciertos interrogantes, tales como si esas posiciones de servidumbres toleradas son un fenómeno exclusivo de las tiranías del pasado, cuando los seres humanos eran sometidos por la esclavitud, por la fuerza de las armas, o se presenta también en la actualidad bajo la apariencia de “Democracia”.
No hace falta ser un filósofo, un sociólogo ni un experto en asuntos sociales, sino ser un ciudadano informado de lo que está pasando en algunas zonas, con casos como la Operación Malaya que es el epicentro del terremoto urbanístico de la corrupción localizado en Marbella. En éste se juzga un complejo entramado de corrupción que había echado fuertes raíces en el Ayuntamiento costasoleño desde la época remota y sigue sin aclarar. El mapa de la corrupción municipal o institucional es extenso; Caso GÜRTEL que afecta cientos de elementos de PP de Valencia y Madrid y otras zonas; el caso Camas, en Sevilla, donde se investiga un presunto intento de soborno; El caso del rey del ladrillo, Paco “El Pocero”, con unas 13.500 viviendas en situación irregular en Seseña (Toledo); Caso de Las Navas del Marqués, en Castilla la Mancha; Lo de Andratx en las Baleares; casos en Cataluña, Murcia, Extremadura, Galicia, Andalucía, y un largo etcétera en el que casi ninguna zona se salva.
Pero uno de los casos más grotescos es el “Caso Troya” que afecta al mandato del Alcalde Juan Martín (PP) del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande (Málaga). Se juzgan unos presuntos delitos debido a supuesta trama de corrupción urbanística destapada hace años en el Consistorio y por la que la Fiscalía pidió el enjuiciamiento de más de veinte personas, entre ellas el alcalde, para el que pide que se juzgue por los delitos de blanqueo de capitales, cohecho y prevaricación urbanística. Estos casos llevan bastante tiempo apareciendo en la prensa, tanto local como del Estado, habiendo saltado esta semana pasada, relacionado con ese mismo, en Alhaurín el Grande otro caso de tres ediles presuntamente implicados en asuntos de ilegalidades urbanísticas, que presuntamente se favorecieron personalmente al permitir o construirse viviendas en terrenos no urbanizables, pero la justicia es demasiado lenta, sobre todo con los casos engorrosos de los poderosos.
Los ciudadanos honrados reciben estas noticias con un sentimiento creciente de indignación e impotencia, pero luego, se celebran elecciones y a pesar de lo que está cayendo en términos de corrupción, el PP en Málaga no se vio afectado en las últimas elecciones, como hubiese sido normal, ni tampoco el Alcalde de Alhaurín el Grande, sino que de nuevo la mayoría de alhaurinos les ratificó su confianza lo que indica en el fondo un ejemplo de una cierta servidumbre voluntaria surgida quizás en una sociedad mediatizada, donde los compromisos de trabajo de muchos ciudadanos dependen esencialmente de unos ciertos grupos empresariales muy relacionados con el urbanismo, que ha sido una especie de “monocultivo” de algunas ciudades, que permite preguntarse si la mayoría se ha acostumbrado tanto al gobierno municipal del PP que no les afecta los constantes procesos judiciales sobre corrupción o es más bien que ocurre que el proceso de “alienación mental” es tan fuerte y es ejercido con tantos mecanismos de propaganda que los trabajadores no se reconocen como tales, sino que se consideran parte del propio modelo. Sabemos que la alienación, es una enajenación mental colectiva que indica que la sociedad padece un cierto grado de enfermedad al asumir la clase trabajadora la cultura capitalista de la clase dominante, lo que puede darnos algunas claves de lo que está ocurriendo realmente.
La corrupción política es un abuso de poder de los representantes públicos, pero no podemos pensar que esas prácticas son toleradas sin coste alguno por los cargos políticos, aunque se ha extendido y es asumida peligrosamente entre la ciudadanía que corrupción y política van estrechamente ligadas. Pero, como decía Churchill, “se puede engañar a unos pocos durante un cierto tiempo”, o a muchos, durante poco tiempo, pero no se puede engañar a todos, durante todo el tiempo”. Se nos ha hecho creer que no es posible estar en política buscando solamente el bien común, como en teoría debe ser y que todos quieren aprovecharse de los cargos y de las situaciones. La propaganda burguesa está interesada en extender la idea de que da igual quien mande, que van todos a lo mismo, a robar, pero lo más peligroso es que mucha gente cae en la corrupción mental de decir que “si yo estuviera haría lo mismo”.
La ideología dominante burguesa, con sus valores del individualismo, de la competencia feroz, de sacar beneficios por encima de todo, significa que esas ideas perversas de corrupción han gangrenando a un cierto número de ciudadanos que de una u otra forma hacen el juego al capitalismo corruptor; nos duele decirlo pero en esa gente encontramos la prueba concreta de la putrefacción de esta democracia burguesa, degenerada y decadente, que no tiene soportes ni morales ni éticos.
Una de las causas que originan los procesos de degeneración política que tienden a una tiranía, a la corrupción o a la “alienación”, es la costumbre y la tolerancia de legitimar la actuación del poder establecido como normal, cuando contraviene y perjudica el bien común, por lo que toda insensibilidad o tolerancia hacia la acción política corrupta, a la manipulación informativa e “ideológica” que imparte esos contra-valores al ciudadano, cuando son asumidos acríticamente por éstos, permiten una visión estrecha que puede ser identificada como posiciones reaccionarias que impiden el avance social que la clase trabajadora y los pobres necesitan.
Quizás nos puedan acusar de demagogos, de exagerados y que la situación actual no es comparable a la verdadera tiranía que sufrió el pueblo bajo la bota de la dictadura implantada por Franco a sangre y fuego, que nade tiene que ver con la democracia y las libertades alcanzadas en la actualidad. En teoría llevarán toda la razón, pero rascando en algunas situaciones prácticas, bajo la careta amable de esta “democrático-burguesa” permanece un cierto tinte de tardofranquismo, de miedo al poder o de sumisión, o de falta de confianza en el funcionamiento de las instituciones como la Justicia, el Parlamento, los Ayuntamientos y otros sectores de la Administración, que no están en realidad al servicio del ciudadano como debería ser en una democracia sana, participativa y profunda, lo que indica que es evidente que nos enfrentamos a un fenómeno de degradación, de reacción ideológica de esta “democracia burguesa”, con una polarización creciente en líneas de clases, cuyo modelo está agotado lo que es verdaderamente preocupante cuando constatamos la falta de dirección correcta para una alternativa viable a corto plazo que transcienda el modelo liberal burgués.
Al analizar concretamente la inoperancia de las oposiciones, tanto las de derechas, léase PP y los partidos pequeñobugueses periféricos, como las de izquierdas, estas últimas tristemente minusvaloradas y maltratadas injustamente por la restrictiva Ley D’Hont, que prima descaradamente a las mayorías, convirtiendo el modelo en un oligopolio de poder dual, o “partitocracia ambivalente”, niega la posibilidad a los partidos pequeños de participar con la proporcionalidad que sus votos les otorguen por lo que se ven incapaces de plantear una verdadera alternativa viable, (también por falta de programas adecuados), que plantee un cambio profundo de modelo de sociedad, si no se acompaña de la lucha firme del movimiento obrero que modifique el modelo injusto actual.
Hace menos de dos meses que nuestra dirección nos proponía que “En el PSOE malagueño defendemos un rearme ético de la organización como ejemplo ante la sociedad, admitiendo errores y lamentando situaciones indeseables ante la ciudadanía (…)(1) “Esta dirección política quiere fomentar el debate interno, el intercambio de ideas, de experiencias y la colaboración entren nuestras agrupaciones”(…) (2). La inmensa mayoría de los militantes, afiliados y simpatizantes del partido saludaron esos planteamientos como positivos, según se desprende de la unanimidad alcanzada entre los más de 300 representantes asistentes al Comité Provincial del pasado 23-1-10. Por lo tanto, pedimos a nuestra dirección que defienda y exija que se lleven a la práctica, esos acuerdos en la dirección correcta empezando por todos los miembros del partido, tanto en las instituciones como en los cargos orgánicos, que demos ejemplo de ese rearme ético que la sociedad entera está necesitando y demando.
Desde Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía, consideramos que SÍ existe una alternativa para utilizar toda la creatividad maravillosa de la que es capaz el género humano para encontrar unos objetivos por los que merezca la pena seguir luchando para la conquista de un programa verdaderamente socialista que ponga las bases para la transformación de la sociedad. Para ello se requiere un giro a la izquierda, que nos dote de un verdadero proyecto socialista para salir de la crisis por la izquierda, para que sea llevado a cabo con la participación activa de la clase trabajadora en lucha buscando la unidad de acción entre la clase trabajadora y rechazando cualquier pacto con el PP por ser esa fuerza totalmente inviable para las tareas que la clase trabajadora necesita, pues la alternativa a la que hacemos mención no puede ser otra que el auténtico SOCIALISMO.
AREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCÍA:
Is-psoe.malaga@terra.es
http://izquierdasocialistamalaga.blogspot.com
(1) Introducción del cuaderno del Informe de Gestión 2010.(Pág.5)
(2) Presentación.(pág.7)
(Ambas reseñas del documento del CP del PSOE del 23-1-10).
24 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario