Debido a la recesión profunda en la que se encuentra el sistema capitalista las condiciones objetivas están madurando y el factor subjetivo se desarrolla con pasos agigantados, exigiendo cambios profundos en el modelo actual. Estamos en los inicios de los procesos de luchas entre las clases, pues los trabajadores son empujados a la acción para intentar mantener las condiciones de vida conquistadas en el pasado que se están viendo amenazadas por los planes de recortes del gasto público que la burguesía pone una y otra vez sobre la mesa, para restaurar su tasa de ganancias.
Las tareas de las corrientes internas, (sobre todo nosotros como Izquierda Socialista) pasan por defender la necesidad de seguir apostando por un ala de izquierda fuerte en el seno del PSOE, para profundizar las conquistas sociales y combatir a la burguesía cuyo principal brazo político es el PP, que con la santa alianza de algunos poderes fácticos procedentes de la reacción, están preparando el ataque a los trabajadores, agitando en primer lugar furibundamente contra Zapatero, como el representante del primer partido de la izquierda para destrozarle y llegar ellos al poder para aplicar el ataque a la clase trabajadora que las fuerzas económicas del imperialismo les exigen y que, según la burguesía, no es lo suficientemente profundo.
Por tanto, otra de nuestras tareas también pasa por continuar organizándonos cada vez mejor, buscando confluencias con los demás partidos y sindicatos de izquierdas, haciendo un llamamiento a los trabajadores para que se movilicen en la lucha por el socialismo, para fortalecer nuestras organizaciones: en aspectos sindicales, políticos, y de otra índole, tanto en el aspecto cuantitativo como sobre todo en el aspecto cualitativo
Los trabajadores más que nunca necesitamos saber con exactitud qué está ocurriendo, porque las viejas ideas que nos decían acerca de que dentro del capitalismo se iban a resolver nuestros problemas fracasaron, como nuestra corriente había pronosticado. Las nuevas capas de trabajadores están más explotadas que nunca, más endeudadas que nunca y con un futuro desolador ante sí, por lo que es muy necesario continuar la lucha por el giro a la izquierda que los trabajadores necesitan, a la vez que profundizar en el debate, como ya está ocurriendo en el algunos sectores más avanzados del movimiento obrero, para conocer cuales son las fuerzas y los programas más convenientes para contrarrestar el giro a la derecha que nuestro Partido viene realizando, pero esto no se puede conocer analizando de un día para otro, sino que es preciso contemplar el proceso con amplitud de miras.
El proceso de giro a la derecha del PSOE desde el inicio de la llamada Transición de de la Dictadura a la Democracia burguesa viene siendo claro e innegable desde el XXVII Congreso en el que todavía nuestro Partido se declaraba marxista, republicano y de clase. Desde entonces, la corriente socialdemócrata que triunfó bajo la batuta de Felipe González ha ido cediendo programa e ideología ante las presiones de la derecha política y económica, encabezada desde el interior por corrientes como la social-liberal y demócrata cristiana, que aún no estando reconocidas de derecho para su funcionamiento, sí de hecho funcionan como sensibilidades imponiendo sus tesis a las de la socialdemocracia clásica y a las demás corrientes de izquierdas, impidiendo reformas profundas.
El declive ideológico de los socialdemócratas en cada congreso, cuyos objetivos estaban encaminados fundamentalmente a ganar las elecciones y formar gobiernos, abandonando la formación ideológica del legado histórico en la preparación de cuadros, no ha sido en absoluto accidental, sino que se ha basado en el desarrollo concreto de los acontecimientos, debido al largo periodo de auge económico del sistema capitalista, donde la cultura liberal de la clase dominante hizo creer a base de su propaganda, que los ciclos económicos de crisis del capitalismo se habían terminado y que ya cualquier política a aplicar quedaba sometida a las decisiones del “libre mercado”. Nos bombardeaban con la cantinela de que “ya no había ni derechas ni izquierdas y que el socialismo estaba anticuado”, haciendo tragar el anzuelo a los dirigentes del movimiento obrero, tanto en el campo sindical como en el político.
Este proceso de derechización de la línea política del partido, viene convenientemente explicado en el Capítulo III (Historia Breve de Izquierda Socialista) de la Revista editada por nuestra corriente que recoge la Memoria de la I Conferencia de Andalucía celebrada en Antequera en el último trimestre de 2008, que entre otras cosas dice:
“En síntesis, la evolución del proceso tuvo las tres fases siguientes:
- 27º Congreso. Con el lema “Socialismo es Libertad” se celebra en Madrid en diciembre de 1976. Era el primer congreso que se celebraba en territorio español tras el golpe de Estado de Franco. Es elegido Ramón Rubial como Presidente y Felipe González como Secretario General. Las tesis aprobadas se reclaman del marxismo, en democracia y con libertades.
- 28º Congreso. Bajo el lema “Construir en Libertad” celebrado en Madrid en mayo de 1979. Como se explicó anteriormente, las bases del congreso rechazan la pretensión de Felipe de retirar la definición marxista del PSOE. Dimisión de Felipe y se forma la Gestora que dirige José Federico de Carvajal que convoca el nuevo congreso.
- CONGRESO EXTRAORDINARIO. Con el lema “Forjando el socialismo”, tiene lugar en Madrid, en septiembre de 1979. Abandono del marxismo como ideología oficial del partido, aunque se mantiene como instrumento crítico y teórico por la corriente Izquierda Socialista que queda constituida como corriente de oposición interna a las tesis oficiales.”
“Las dos posiciones enfrentadas se mantuvieron en el seno del partido, siendo la corriente mayoritaria ganadora la liderada por el Secretario General Felipe González, que planteaba que era necesario articular un proyecto socialista autónomo que no tuviese grandes vinculaciones orgánicas con otras fuerzas de la izquierda”.
“La consecuencia interna más importante de ese Congreso fue el fortalecimiento del aparato burocrático del partido y el aislamiento del sector crítico. Se perdió la oportunidad que existía de haber conseguido un giro a la izquierda en el PSOE, ocurriendo todo lo contrario. Para ello impuso los criterios de lo que vino en llamarse posteriormente el “guerrismo”, con un criterio de control férreo a través de la vicesecretaría general del partido que llegó a cabo Alfonso Guerra, número dos del partido. Éste fomentó la política interna de unidad por la fuerza para conseguir un partido muy disciplinado y compacto, debilitando la democracia interna y exacerbando el hiper-liderazgo de Felipe”.
Pero en contraste con los primeros gobiernos del PSOE después de la transición, pilotados por Felipe y Guerra, que es justo reconocer que se hicieron reformas sociales importantes que beneficiaron a las clases menos favorecidas, mejorando sustancialmente la sanidad, la educación, los servicios sociales y un avance importante en el desarrollo y modernización de las infraestructuras que consiguió un apoyo de la ciudadanía expresadas en más de diez millones de votos, en esta segunda etapa de Gobiernos PSOE encabezadas por el compañero Rodríguez Zapatero, lejos de seguir creciendo el apoyo de los trabajadores al Partido, viene detectándose una pérdida de apoyo por parte del movimiento obrero y las capas medias, debido a la frustración que ese giro a la derecha en la dirección está representando en la conciencia de la clase, que detecta cómo el Partido asume cada vez más los criterios económicos impartidos por la Burguesía imperialista a través de sus reuniones de Davos y otras, con el intento de salvar al capitalismo de la brutal recesión, lo que empuja al Gobierno a la aplicación de políticas de ataques a los trabajadores marcadas por la Europa de los Mercaderes.
Esa apatía creciente de la clase trabajadora hacia el Partido es interpretada por algunos grupos, partidos y sindicatos sectarios minoritarios que practican el ultra izquierdismo, como que ya el PSOE está condenado y que es inútil apostar por éste como instrumento válido de la clase trabajadora para luchar contra la derecha del PP y los sectores económicos más ultra-derechistas y reaccionarios.
Nosotros consideramos que, menospreciar la fuerza del PSOE, a medio y largo plazo puede representar un error. Hemos visto continuamente ejemplos históricos, confirmado una vez más en Francia, donde en las elecciones regionales celebradas el pasado 21-3-10, la izquierda francesa encabezada por el Partido Socialista y los Ecologistas, ha arrasado ganando con un 54 % de los votos, contra sólo el 36 % cosechado por el partido de la Derecha de Sarkozy. La izquierda francesa se hará cargo de dirigir 21 territorios mientras que la Derecha solo gana en Alsacia. Es preciso recordar que el PSF, fue derrotado en las presidenciales, por la derecha de Sarkozy, pero confirmando la Ley Histórica, cuando la izquierda pasa a la oposición la clase obrera empuja y hace girar a la izquierda a las corrientes del partido, al sentir la clase en sus espaldas el látigo del programa reaccionario aplicado por la derecha contra los trabajadores, como ha ocurrido en Francia, despertando de nuevo la clase obrera a la lucha sindical y política y apostando mayoritariamente por sus partidos tradicionales, que son los socialistas y los comunistas.
Esto ha venido ocurriendo una y otra vez y es un proceso que se repite convirtiéndose en una Ley del desarrollo de las organizaciones de masas de la clase obrera que en esos momentos las corrientes de izquierdas, bien surgen, bien se fortalecen desarrollándose sobre la base de una oposición crítica a las direcciones que se han venido derechizando, exigiéndoles que cambien de rumbo, pero siempre ocurre principalmente en el seno de las organizaciones tradicionales.
Pero esas corrientes de oposición en el seno del movimiento obrero, principalmente en el socialista, no florecen y se fortalecen hasta que las masas no empiezan de nuevo a entrar en acción. Algunos se desesperan porque les quieren poner fechas concretas, cuando esto no depende ni de agitadores revolucionarios profesionales ni de llamadas a organizarse en partidos independientes ni de propuestas artificiales, sino que depende de los factores internos del propio movimiento obrero, aunque si puede acelerarse algo con una buena dirección que llame a la movilización y a la lucha frente a otras que llamen a la calma y a la desmovilización.
Entonces, los procesos naturales como son primero la Polarización, luego una creciente Radicalización que se puede expresar en un auge de las luchas económicas, unas veces lentas y otras explosivas y virulentas, para posteriormente pasar a la fase de Politización, entrando la clase trabajadora en la arena política con la fuerza suficiente para transformar en primer lugar sus partidos tradicionales, que son convulsionados de arriba abajo, bien sean éstos socialistas o comunistas que crecerían tanto en los aspectos cualitativos como cuantitativos de forma acelerada.
Motivados por esos procesos las direcciones serán empujadas desde abajo por la presión de sus bases, que buscarán y exigirán programas más a la izquierda, haciendo que el péndulo de la historia vuelva de nuevo una y otra vez de derecha a izquierda con ímpetu y firmeza. Esos procesos también se reflejarán en los elementos oportunistas dentro de las instituciones, como el Parlamento y los Ayuntamientos, pero asimismo en el movimiento sindical que forzarán a sus dirigentes a radicalizar sus discursos y reivindicaciones que se verán obligados a adaptar a las exigencias de las masas radicalizadas o éstas pasarán por encima de sus cabezas.
La situación cambiará cuando se produzcan grandes acontecimientos o accidentes económicos debido a la gravedad de la Recesión cuya salida se pronostica larga y complicada, con cambios bruscos y repentinos en el proceso molecular de toma de conciencia de las masas, que dialécticamente también operará a saltos.
Estamos seguros que del propio seno del PSOE, como históricamente siempre ha venido ocurriendo, se fortalecerán las corrientes de izquierdas que la clase obrera necesita, entre las que se encontrará de forma clara la nuestra, que como dice la letra de la Internacional estará encaminada a “remover todas las trabas que oprimen al proletario, cambiando al mundo de base, hundiendo al imperio burgués”…Hacemos un llamamiento a los trabajadores socialistas para que den un paso al frente y se unan a nuestra corriente para potenciar la lucha por una alternativa al capitalismo. Nosotros seguimos apostando por un rearme ético e ideológico que nos ofrezca una alternativa que entendemos podría lograrse, mediante la movilización y la lucha unitaria de la clase trabajadora, conquistando un verdadero programa socialista que ponga las bases para el cambio profundo de las caducas estructuras del capitalismo y nos haga avanzar resueltamente hacia la construcción del SOCIALISMO. .
ÁREA DE COMINUCACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MALAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
22 de marzo de 2010
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