Ni siquiera la acumulación irracional de medios es tan peligrosa como la
acumulación burguesa de los signos. Desde que el capitalismo instauró su modo
de producción simbólica, e impuso la "propiedad privada" de los
signos, inyectó su patología de clase en los universos de las ideas y de las
costumbres.
En Latinoamérica (También en Andalucía y otras regiones latifundistas empobrecidas de África y otras zonas de la
Tierra) los logros del latifundismo semiótico capitalista siguen usándose como
expresión del “caciquismo mass media”, que son parte de la estructura de poder
necesaria a los empresarios, banqueros y terratenientes asociados con las
mafias burocráticas.
Si los signos de la clase dominante son los signos dominantes en una
época entonces la mentalidad burguesa, vuelta ofensiva semiótica, es el opio
del pueblo. Peor, aun, si sus fuentes tácticas se asientan en intereses y
tácticas de belicismo rentable.
En esta ensalada monstruosa, fabricante de tóxicos alienantes y
secuestros semióticos, nunca ha faltado el ingrediente servil de las cúpulas de
la Iglesia Católica dispuestas, de manera voluntarista, a servir como garante
del latifundismo semiótico para la explotación extrema de la clase trabajadora.
Su signo más rentable es el signo de la cruz que bendice el saqueo de la
riqueza natural, el hurto de la riqueza de la mano de obra y el sometimiento de
la riqueza de la conciencia, de la imaginación y de la creatividad. El signo de
la cruz comprado por el signo del dinero.
Ninguno de los monopolios, o "latifundios mediáticos", que
reinan a sus anchas la impunidad de su clase, tendrían valor estratégico de
púlpito burgués si no hubiesen convertido su valor semiótico en un valor de
cambio.
El carácter opiáceo de los mass media burgueses y el daño psicosocial No
desvincula la Semiótica de la Filosofía. La lucha contra los latifundios
semióticos reclama una Semiótica de combate capaz de transparentar y desmontar,
a la vista de los pueblos, (y al lado de ellos) las matrices ideológicas de la
ofensiva burguesa y su propagandística mercantil disfrazada de
"publicidad".
La lucha debe ser capaz de impulsar una guerra abierta -cueste lo que
cueste- contra los valores burgueses infiltrados en la vida misma con ética y
la estética capitalista que fabrica en lo cotidiano, con obscenidad voluptuosa,
ídolos mercantiles, modelos alienantes, mansedumbre por miedo y deshumanización
aguda.
La lucha contra los latifundios semióticos, es decir la lucha de una
semiótica socialista para la transformación y no sólo para la explicación, debe
evidenciar, denunciar e inmovilizar hasta los movimientos tácticos y
estratégicos más sutiles de la "Guerra de IV Generación".
Debe identificar los movimientos subyacentes y los movimientos
evidentes... debe echar luz sobre las sombras sintácticas donde se esconden los
arsenales semánticos burgueses... en las casas, en las escuelas, en las
oficinas, en las iglesias... en las camas, en las sobremesas, en los hábitos y
en las costumbres, en las tradiciones y en las instituciones... impuestas por los
poderosos para que les compremos todas sus mercancías y sus modos de vida y nos
sintamos beneficiados y agradecidos eternamente.
La lucha contra los latifundios semióticos requiere de la Crítica
Semiótica Científica contra la cultura burguesa y para eso es necesario
organizar las armas de esa crítica y la crítica de esas armas no sólo para
"analizar" sino para transformar el desorden comunicacional reinante
en una revolución comunicacional y cultural del Hombre Nuevo. Sin reverencias
dogmáticas con los "especialistas" y sin despreciar sus mejores
aportes.
Para triunfar en un combate tan asimétrico (por ahora) se requieren
cuadros y batallones de científicos formados (y sobre todo) formando una
semiótica emancipada, ella misma, de la palabrería oscurantista que la
inutiliza.
Emancipada de las pedanterías academicistas y Emancipada de su
servidumbre de clase a los pies del reino de la publicidad que la financia.
Emancipada de los estereotipos ideológicos del "empirismo" y del
"criticismo".... del positivismo a la gringa, del estructuralismo de
sectas, del funcionalismo de farándula... necesitamos una Semiótica contra la
alienación capitalista, Semiótica de Combate y capaz de construir el Socialismo.
¿La jerga semiológica es una payasada o es un escondite o es un fracaso,
o qué es? Será trabajo de esos batallones de combatientes semióticos, con mucha
más creatividad, recursos y tiempo, el que logre generar nuestra Semiótica
nueva sin jergas terminológicas inexpugnables, sin oscurantismo ilustrado...
para lograr convertirla en herramienta de construcción sobre el escenario
mundial de la "Guerra de IV Generación", del Terrorismo Mediático y
de la Revolución simbólica permanente.
Aprovechar la fortaleza de la Semiótica atada a la Filosofía
emancipadora siempre, para explorar de manera rigurosa, SOCIALISTA Y CIENTÍFICA,
la denotación y la connotación; el mensaje y el texto; lo referido y lo
referente... para aportar líneas de acción en la revolución cultural que la
humanidad prepara históricamente.
Oscuro significado del significado militarista. Contra el latifundismo
semiótico nosotros requerimos batallones de semiólogos en plena acción ¡YA!. No
arropados en burocracias de élite universitaria, no arropados en
investigaciones decorativas, no en brazos del Morfeo de las becas o de los
premios.
Se los requiere en las calles, en los sindicatos, al lado de la clase
trabajadora. Sobre todo, necesitamos un movimiento popular, campesino y obrero,
capaz de convertirse en batallón de Semiótica Revolucionaria animada al calor
de la revolución socialista mundial y permanente.
Hoy lo concreto, y urgente, es comprender el significado criminal, y
todas sus formas simbólicas, de la militarización capitalista mundial (y la
Guerra de IV Generación) que el imperio ha desatado contra todos los pueblos.
En especial contra los pueblos democráticos de América Latina y en
especial contra Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia... Honduras, Nicaragua,
Argentina...
Es de extrema importancia encender todas las alarmas. La ofensiva
semiótica ha comenzado en los labios de las señoritas y los señoritos que leen
noticias desde CNN con el consenso del Pentágono y de Miami.
La ofensiva semiótica avanza
enmascarada en las bocas de los lebreles llamados "periodistas",
entre ellos los desmañanados y los trasnochados. La ofensiva avanza en las
escuelas de formación militar y en las de formación bancaria.
En el odio contra los trabajadores acunado por los terratenientes que ya
se preparan, de nuevo y de la mano de los industriales, ensayando tácticas y
ofensivas de propaganda amedrentadora.
Ellos se reúnen estratégicamente, ellos firman, a la sombra y a pleno
sol, acuerdos, apoyos, créditos y subvenciones para mercenarios, paramilitares
y soldados regulares especializados en su semiótica de lo macabro.
Ya se anuncian en Colombia los vientos de una ofensiva que adelanta sus
piezas mass media contra el espíritu socialista que recorre el mundo. Ellos
ajustan sus líneas y reordenan sus ofensivas. Está claro, clarísimo. ¿Y
nosotros?
Escrito por Fernando Buen Abad.
(*) La semiótica es el “estudio del signo en general”,
mientras que la semiología es el estudio de los signos en la vida social. En
este sentido, la semiología se relaciona con la lingüística, pues abarca
sistemas de signos humanos (verbales, gestuales, etc.) que son propios de la
vida en sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario