(Recomendable
leer antes la Parte I de ayer, teniendo en cuenta que este artículo se publicó
en Agosto del año pasado).
EUROPA CAMINA HACIA EL
ABISMO:
Debido a las profundas contradicciones que el
capitalismo ha ido acumulando, la situación en Europa está cambiando y nos
enfrentamos a un nuevo periodo de levantamientos, luchas, insurrecciones
y procesos moleculares de cambios bruscos y repentinos en la toma
de conciencia de las masas en cada uno de sus países que no pueden superar la
recesión capitalista en la que hemos entrado.
Esta recesión mundial está siendo mucho más profunda que las crisis vividas después de los años 70, de características similares a la llamada “crisis del petróleo de 1974/75”, que fue otra crisis de largo alcance, pero ésta muy profunda y de onda larga también. El desempleo de masas apareció simultáneamente en todos los países, y no es un detalle coyuntural, ha sido para quedarse largo tiempo porque es de carácter estructural y permanente, enlazando con una recesión que es prácticamente universal afectando de lleno a los países industrialmente más desarrollados que descargan sus consecuencias sobre los más atrasados, produciendo verdaderas hambrunas y catástrofes alimentarias en los países empobrecidos y castigados por las guerras, que huyen despavoridos buscando una vida mejor.
La tasa de ganancias se derrumbó en todos esos países
decreciendo fulminantemente las inversiones tanto privadas como públicas. Junto
a ello han colapsado las ilusiones en el enriquecimiento permanente de todos y
ha conseguido que a los capitalistas les duela la cabeza tras la orgía de
abultadas ganancias que habían venido obteniendo durante el largo auge
capitalista del periodo anterior a la crisis de 2007/08.
En la actualidad la burguesía ha entrado en pánico y
los capitalistas tienen más miedo que nunca porque ven un futuro bastante
negro, debido a la desfavorable correlación de fuerzas en el tablero mundial
para sus intereses, porque comprenden la agonía del capitalismo y el inicio del
resurgir del movimiento sindical y de las izquierdas con el potencial
aplastante que la clase obrera mundial representa.
Uno de los factores clave del desarrollo de esas
movilizaciones que buscan desesperadamente una transformación social profunda
es la desmoralización de la propia clase dominante. En los países claves del
capitalismo han aparecido fisuras, enfrentamientos y divisiones en el seno de
las burguesías respectivas.
Así que muchos capitalistas miran con terror los
procesos tan delicados que estamos viviendo tanto en esas zonas calientes como
en el resto del mundo. Incluso el país capitalista más poderoso como los EEUU,
que pensaban que podría disfrutar de siglos de dominación mundial, cuando cayó
el muro de Berlín, considerándose los gendarmes de planeta, están ahora igual
de desmoralizados que todos los demás, porque ni China ni Europa pueden tomar
el relevo como locomotora que les saque del atolladero de esta brutal recesión
económica en que se encuentra el sistema.
Las derrotas en guerras monstruosas como las de Irak,
Afganistán, Siria… a pesar de gastar la increíble cantidad de más de
3 billones de dólares en armas y ayudar a reconstruir gobiernos títeres, a
pesar de todos los adelantos de los mejores ingenios diabólicos, a pesar del
empleo de armas bacteriológicas y químicas, a pesar de tirar toneladas de
bombas, la mayor cantidad de material bélico utilizado nunca antes incluyendo
la II Guerra mundial, el imperialismo norteamericano ha tenido que retirarse
derrotado, aunque no lo quieran admitir, lo que es otra contrariedad más para
el imperialismo que comprende con estupor que las socorridas guerras de rapiña,
por primeva vez en su historia han dejado de ser rentables.
Influyen también otros factores como razones
principales para explicar esa derrota, como es la resistencia a tanta matanza,
por el pueblo árabe y también del norteamericano, a tanto gasto bélico cuando
los salarios y el nivel de vida de la clase trabajadora venía deteriorándose
durante los 40 últimos años y las reformas prometidas en mejoras en Sanidad,
Educación y asistencia social no aparecían por ninguna parte, siendo bloqueadas
por el reaccionario Partido Republicano permanentemente.
La desmoralización de las bases del ejército
estadounidense hacía difícil mantener esa pesada maquinaria bélica de
ocupación, pues las familias de los soldados estaban formando asociaciones de
protesta y exigían la repatriación de los jóvenes para que no dejasen su vida
en tierras lejanas con el objetivo de defender los intereses de los
capitalistas. El apoyo a los dos grandes partidos, Demócrata y Republicano, se
estaba empezando a desmoronar y existe la posibilidad de que pronto aparezca
una tercera fuerza de izquierdas, que recoja las necesidades de los sindicatos
y la clase trabajadora, expresada en algunos movimientos sociales, donde el
pueblo se manifiesta contra la nefasta política de Trump y delante
de los Bancos con enormes protestas, diciendo eso de somos el 99 % y ellos el 1
%, desconfiando cada vez más del sistema bipartidista que es visto como el ala
derecha y el ala izquierda del mismo buitre carroñero que se alimenta de los
cadáveres de los que mueren en esas cruentas guerras.
La clase capitalista estadounidense, siendo la más
poderosa del mundo es también la más ignorante de todas las burguesías y quiere
seguir demostrando a los sectores más xenófobos, patrioteros e histéricos de la
burguesía, que tienen un enorme poder militar y económico. Pero en
realidad, la clase dominante más inteligente y los estrategas más conscientes
comprenden que por ese camino no pueden seguir, con tanto chantaje, esa
chulería provocativa y el avasallamiento constante a los demás pueblos, y sobre
todo al mundo árabe. No deberían continuar, pero el enfrentamiento entre el
sector llamado de los “halcones” con el llamado de las “palomas” va a proseguir
en aumento y las luchas intestinas se agravarán, porque en realidad se han
quedado sin paradigma correcto a aplicar.
El proceso de desarrollo de la revolución que estalló
en la primavera árabe hace unos años, no podemos considerarlo más que como un
ensayo general de los acontecimientos similares que se darán, más temprano o
más tarde, en los países del descompuesto viejo continente, cuyo fracaso de la
utopía reaccionaria de construir la “Europa de los Mercaderes” es ya una
realidad patente asumida por una mayoría como vemos el inminente caos del
Brexit, que representa un desgarro para Europa.
Esto fue predicho hace tiempo por muchos de los
analistas marxistas que predecían que antes de que se realice el sueño utópico
y reaccionaria de una superpotencia europea unida, que disfrutase de una
integración económica, monetaria y sobre todo Política, lo que representaría un
solo Estado para hacer frente a los EEUU, la crisis estructural de
sobreproducción inevitable bajo el capitalismo estallaría, como así ocurrió, y
debido a la propia crisis y a la recesión posterior, todos esos estados
desiguales y con intereses muy contradictorios, experimentarían convulsiones y
agitaciones sociales terribles, dado que el capitalismo no puede dar soluciones
duraderas a las cuestiones sociales ni territoriales.
El sometimiento de todos los gobiernos y su parálisis
total ante el chantaje y la dictadura financiera impuesta por el FMI y la Banca
Mundial, a las órdenes directas de los poderes fácticos imperialistas, es
rechazado cada vez con más fuerza por la mayoría de los ciudadanos, que ven con
horror que la pantomima de la democracia burguesa se ha convertido en una
verdadera farsa, al remover gobiernos que han sido votados por el pueblo y
quieren sustituirlos por los llamados eufemísticamente “Tecnocráticos”, que son
verdaderos títeres de Golman Sachs , la potencia financiera que domina el
sistema; Las masas entienden cada vez con más claridad que la cuestión de los
déficits es un robo descarado de los ricos para que los pobres paguemos sus
orgías y sus atesoramientos en paraísos fiscales.
En toda Europa la clase trabajadora es mil veces más
fuerte que antes de la II Guerra Mundial y la burguesía, aunque aparenta
fortaleza, en realidad es mucho más débil en número y fuerza, porque en el
fondo está mantenida sobre dos muletas, como son la socialdemocracia y los
reformistas de izquierdas, que si dejaran de apoyarla y pasaran a defender un
programa socialista genuino, de transición al socialismo, en unidad,
organizadamente y mediante acciones de masas, la burguesía caería como una
fruta madura. La correlación de fuerzas entre los capitalistas y la clase
trabajadora es mucho más favorable a éste último bloque.
La clase asalariada, tanto en número, cohesión social
y sobre todo, al papel directo y primordial que tiene en la producción, es en
realidad la clase dominante, pero necesita que una dirección firme e
inteligente se lo haga saber, ofreciéndoles el camino para el triunfo marcando
claramente que la alternativa es el genuino socialismo, con una democracia
completa, en los planos económico, político, social y cultural.
Algunos estrategas de la burguesía, los más ultras y
neofascistas, hablando de golpes de estado, cuando la clase trabajadora ha
venido luchando contra la “dictadura financiera” y aconsejaban jugársela todo a
una carta para aplastar a los trabajadores, (La noticia saltó desde lejos, como
si la CIA lo hubiese detectado) pero otros burgueses más inteligentes les han
hecho desistir, ante el terrible panorama revolucionario que se les podría
abrir ante sus pies, lo que en si mismo representaba una verdadera catástrofe y
un verdadero colapso del capitalismo, no obstante, seguirán esperando una
situación más favorable, pues quizás no la encuentren como ellos quisieran en
el corto plazo. Eso revela la incapacidad y el nerviosismo de la clase
dominante para trazar un plan viable que resuelva los problemas económicos y
las cuestiones sociales al mismo tiempo.
La burguesía comete un error al evaluar a la clase
trabajadora por sus dirigentes sindicales, que se encuentran paralizados para
la acción, confundiéndolos con las bases, que están expectantes y pueden saltar
a la lucha por cualquier accidente. La Patronal interpreta que existe un cierto
reflujo en el movimiento obrero y en realidad, estamos en los inicios de la
recuperación de las luchas entre las clases que empiezan un ciclo ascendente,
después de un largo periodo de semi-reacción.
El colapso del capitalismo que se
produjo en Grecia, Portugal, Italia y el Estado español, países que
en términos económicos podemos afirmar que están intervenidos por los grandes
Truts financieros imperialistas, abre un nuevo periodo en la historia de Europa
que afectará a todo el mundo, en cuanto llegue el próximo colapso por la crisis
estructural pròxima.
La previsión de algunos estrategas sobre el
surgimiento de una oleada revolucionaria similar a la de los años 30, se está
en realidad confirmando con los potentes movimientos de la clase trabajadora,
tanto en el mundo árabe como en países de Europa y Latinoamérica, lo cual,
debido a la simultaneidad que se contempla con la ayuda de los modernos medios
de información y comunicación, las repercusiones de las
movilizaciones en cadena traspasarán fronteras y serán contagiosas e
imparables.
En las primeras décadas del siglo XX, el
descarrilamiento de los procesos revolucionarios por parte de los reformistas o
de los estalinistas en toda Europa occidental, pusieron las bases políticas
para la recuperación económica, después de sangrientas guerras, lo que llevó
posteriormente, una vez derrotado el nazi-fascismo, a una recuperación y
consolidación de la economía, tanto en los países capitalistas como en los
estalinistas.
Ambos modelos económicos alcanzaron una recuperación
al nivel más alto posible, de conformidad con sus estructuras internas, pero
una vez se demostró la inviabilidad del sistema de bonapartismo proletario
estaliniano con la caída del muro de Berlín, y agotada la fase del auge del
capitalismo de las tres décadas posteriores, hemos entrado en un nuevo período
que representa el comienzo del crepúsculo del capitalismo mundial y muchos
estrategas coinciden que es urgente buscar una salida alternativa, que no puede
caber dentro del modelo actual de capitalismo mafioso de casino, sino que debe
recoger los valores del auténtico socialismo, con democracia, planificación, participación,
autogestión, con aplicación de los nuevos descubrimientos, la robótica y las
nuevas tecnologías, para poner los frutos del trabajo que ya se realiza
socialmente al servicio de la Humanidad y bajo su propio control social,
democráticamente ejercido, para evitar los robos, la explotación y los
despilfarros.
Algunos interesados y mercenarios del capital siguen insistiendo que el socialismo es una utopía, pero nosotros lo vemos como una necesidad, porque a pesar del auge y en cierta medida, como expresión de la crisis estructural de sobreproducción, la vitalidad del capitalismo mundial sigue disminuyendo, lo que expresa la gran contradicción de que sobran mercancías, en bases capitalistas, cuando tantas personas tienen necesidades alimenticias que podrían ser satisfechas, podrían vivir en casas confortables, tener un trabajo decente y bien remunerado, así como disfrutar de una buena calidad de vida, con un ocio cultural y no embrutecedor, pudiendo acceder, en caso de adversidad o enfermedad, a un salario social universal y a una jubilación digna.
La cuestión del Cambio Climático y el constante deterioro del Medio Ambiente, con escándalos permanentes de contaminación atmosférica, la decadencia de la moral burguesa, la rebelión de la juventud que exige un puesto de trabajo, el giro a la izquierda de los estudiantes con protestas masivas por los recortes en los presupuestos de Educación, y las movilizaciones de los trabajadores de la Sanidad, los pensionistas, el feminismo, el ecologísmo y de otras ramas, son también factores que expresan la necesidad de cambios estructurales de fondo, pues dichos factores son indicadores de la crisis de esta sociedad burguesa que ha llegado a sus límites desafiando la existencia misma del modelo capitalista, que se encuentra obsoleto, agotado y senil.
Estamos abocados a una recesión profunda y universal,
que sacudirá los cimientos del propio modelo capitalista demostrando su
incapacidad de proseguir desarrollando las fuerzas productivas. La plaga del
paro masivo en la mayoría de los países y la recesión están manteniendo hasta
cierto punto controlada la inflación, pero en cuanto ésta empiece a repuntar, y
lo hará debido a las potentes inyecciones recibidas en el torrente sanguíneo de
la economía bancaria capitalista, el sistema se verá atrapado entre el paro y
la inflación que provocará violentas oleadas de agitaciones sociales, luchas,
levantamientos, huelgas y protestas masivas.
El despertar de la conciencia del movimiento obrero, que está iniciando su recuperación, a pesar de la superioridad técnica y militar de la burguesía, que se sigue preparando para la represión, hará inservible todos los artilugios que quiera emplear, porque la necesidad y el hambre es superior a todos los obstáculos que siempre ha querido poner en frente la clase dominante. Una vez que las masas se pongan en movimiento y se doten de un programa adecuado para marchar resueltamente en pro del socialismo y con una firme dirección que saldrá desde las mismas entrañas de la lucha del movimiento obrero, todo lo que hagan por sofocar los anhelos de las masas de lograr un cambio radical que abra el camino para un mundo mejor, será inútil para la burguesía.
Sumamente significativo es que la potencia imperialista más fuerte, los Estados Unidos, y los países más débiles como los del cuerno de África, se encuentren en un callejón sin salida, la potencia fundamental especulando con los alimentos, para su acaparamiento en grandes almacenes, que provocan las consiguiente subidas artificiales de los precios y los otros, con hambrunas terribles por falta de una migaja de pan que llevarse a la boca. Algunos pueden tacharnos de “demagógicos” cuando comentamos estas cuestiones, pero nosotros deberemos llamarlos simplemente “asesinos” si nos quieren impedir que digamos nuestras verdades.
Pero nuestras críticas no deben ir solamente al
sistema capitalista, que aunque Pablo Iglesias Posse decía que “el
capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora”, que
es cierto, algo tienen que ver también los errores de las direcciones
sindicales y políticas de las organizaciones de la izquierda, que están
obligadas a aprender de la historia para corregir el rumbo. Porque si el
capitalismo sigue todavía vigente en Europa, se debe fundamentalmente al
pesimismo, pusilanimidad, cobardía, ceguera y estupidez absoluta, junto con la
falta de perspectivas, táctica correcta, ideales limpios y estrategia adecuada
y correcta de las direcciones de la izquierda, cuya autocritica asumimos con la
alícuota pequeña parte que nos corresponda, como corriente crítica minoritaria
que somos.
Asimismo es preciso reconocer que las bases, los
votantes, nunca pueden ser culpadas de los errores, corrupciones,
desviaciones y demás desaguisados que cometan las direcciones. Hablando claro,
la confusión y desorientación de los dirigentes sindicales y políticos, han
conseguido que las masas pierdan confianza en ellos, pues se han elevado por
encima de la clase acercándose al modelo burgués y algunos de ellos miran a los
trabajadores con un cierto despotismo e incluso desprecio, le temen a las
Asamblea de base porque no quieren escuchar las críticas y por tanto, insisten
en seguir buscando compromisos con la burguesía, para continuar siendo vistos
como grandes “hombres de Estado” que algunos se creen.
Los propios estrategas de la burguesía comprenden
mejor que ellos el periodo al que nos enfrentamos, debido a las contradicciones
latentes en las profundidades del movimiento obrero, que está sufriendo un
acoso terrible, con pérdidas de derechos y niveles de vida que nos retrotrae a
tiempos de la posguerra. La pequeña burguesía está deprimida y tienen malos
presentimientos ante los futuros problemas sociales, huelgas, protestas,
enfrentamientos y convulsiones que se va a dar entre los trabajadores y el
capital de todos los países.
Muchos autónomos y pequeños empresarios están
sufriendo un proceso de proletarización y están llegando a la conclusión que
para ellos tampoco el capitalismo ofrece salidas, por lo que, más temprano o
más tarde, estarían dispuesto a seguir a una dirección potente de izquierdas
que surja del movimiento obrero y les ofrezca un futuro con más garantías de
las que les da su propio modelo capitalista que les ha llevado a la
ruina.
Las contradicciones se han ido acumulando durante las
últimas décadas y una de las más peligrosas de resolver es la que existe entre
el poder de la clase obrera y la inservible política de las direcciones
sindicales y políticas actuales, porque éstas no se quieren dar cuenta de las
posibilidades objetivas que se están dando para poder apartar al capitalismo de
la escena de la historia y empezar a construir el socialismo, pero estas tareas
que son las clásicas para las que fueron fundadas estas organizaciones de clase
pondrían una vez más a prueba a las organizaciones tradicionales de la clase
obrera, que si no giran a la izquierda y asumen el nuevo rumbo que los
trabajadores les exigen como necesidades imperiosas, serían cambiadas en el
fragor de la batalla o serían llevadas a la derrota. Debemos tener confianza en
la clase obrera, pues como decía un clásico marxista, “Desde dentro de sus
filas, entre los mejores luchadores de la clase obrera y la juventud, saldrán
las fuerzas dirigentes del genuino SOCIALISMO, porque fuera de las
organizaciones de masas, no se creará nada que pueda resistir la fuerza del
tiempo”.
Conclusiones: De la I Internacional surgieron las fuerzas de la II, que mediante las presiones históricas, y sus contradicciones económicas expresadas en la dialéctica económico-social, se escindió y surgió más tarde la III Internacional, que asimismo fue degenerada por los seguidores del estalinismo dirigidos por el propio Stalin, en una lucha feroz para evitar que surgiera con fuerzas la IV que estaba en embrión y fue abortada y laminada por el capitalismo y los procesos históricos del estalinismo. De los polvos de todas esas “estrellas”, de donde cabe resaltar tantos trabajadores heroicos y comprometidos con la noble causa del socialismo, que fueron la mayoría de luchadores anónimos que dieron su vida por la causa del socialismo buscando un mundo mejor en armonía para todos, y también a causa de los errores de esa pléyades de “jefecillos” que dirigían al movimiento obrero y que “estrellaron” una y otra vez a los trabajadores contra los muros intransigentes del capitalismo y sus defensores, debemos RECONSTRUIR un nuevo movimiento socialista fuerte y vigoroso, que traspase fronteras, que esté a la altura de las circunstancias en los momentos álgidos a los que la clase trabajadora se verá forzada a enfrentarse, porque bajo el capitalismo no hay salida para la Humanidad.
Para ello debemos combatir democrática y
dialécticamente los errores del Oportunismo y del Sectarismo, debemos continuar
la lucha, tanto en el plano teórico con un debate compañero, como en la acción
de masas para continuar organizándonos, en pro de una fuerte unidad, a la vez
que preparamos y nos dotamos de cuadros firmes, que sean elegidos y en su caso
revocados por las bases democráticamente, para avanzar en la lucha y pasar a la
ofensiva que nos permita rechazar los ataques de la burguesía y abrirnos el
camino para construir otro modelo de sociedad, porque otro mundo no solamente
es posible sino que es más necesario que nunca, pero siempre que está orientado
hacia el genuino socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.PSOE-A
El concepto de Fuerza es impecable con una calculadora de mano y no pasa de ser la quimera de cualquier relato cuantitativista de crecimiento exponencial, de los que hay jugosas versiones, sobre lo rico que un granjero se puede hacer con la cría del conejo o de un agricultor con la gírgola. Que la sociedad del trabajo en pleno tiene mas fuerza numerica que la sociedad del capital es obvia. Si de facto no la tiene es porque le individualismo de la una se deja derrotar continuamente por repetido frente a la cohesión de la otra.
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