Tres años se cumplen hoy de
aquel estallido pacífico de “democracia cívica”, del potente movimiento del
15-M, y muchos de los que fueron protagonistas han tomado de nuevo la Puerta
del Sol de Madrid, con el intento de repetir algo parecido. Todavía queda un cierto rescoldo, un
excelente recuerdo de las vivencias y de la lucha, con unos 50 grupos activos
en Madrid, pero los miles de colectivos
que surgieron en esa maravillosa movilización del pueblo, se ha integrado en
otras plataformas como la PAH, el 22-M, las Mareas diversas, las luchas contra
la LOMCE, etc…
Aquel 15-M representó una
verdadera explosión social de descontento y protesta del pueblo “indignado” que
llevó a la toma de plazas y calles a cientos de miles de personas, exigiendo otro tipo de democracia “una democracia
real ya”, como se gritaba, votando con los pies en las manifestaciones y
concentraciones convocadas, que hasta las manifestaciones y la marcha por la Dignidad del 22-M, representó
la movilización más potente, donde las
masas volvieron a tomar las calles, convirtiéndose estas demostraciones en
expresiones de protestas masivas como los movimientos internacionalista de
similares características que habían surgido en las “primaveras árabes”, rebasando
todas las expectativas y fronteras.
La juventud, los parados, los
pensionistas, los autónomos, los inmigrantes, los trabajadores, los
agricultores y los estudiantes, es decir, el pueblo en su conjunto dieron un
ejemplo de participación democrática, con un profundo debate en las plazas
tomadas por “las acampadas”, que sirvieron como “Universidades Ciudadanas Alternativas”,
elevando el nivel de conciencia, demostrando en la práctica, que se puede luchar,
que si el pueblo se une, si tenemos voluntad clara de avanzar en la conquista
de otro modelo de democracia más real, tenemos fuerzas para doblarle el pulso a
lo que han dado en llamar “la dictadura de los mercados” y que la gente se ha
dado cuenta que este modelo burgués, que el PP ha puesto en práctica, que es un peligro para la humanidad.
Todos aquellos que hemos venido
luchando durante años por un cambio del modelo liberal-capitalista, saludamos a estos movimientos participando muchos
de nuestra corriente desde el primer día y necesitamos que continúe y gane más
fuerza cada vez. Pero es preciso comprender que debemos dar pasos adelante,
tanto en el plano de la práctica como en el teórico, y en el organizativo, para unificar esos movimientos sociales, a
veces espontáneos que se desinflan, integrándonos
con la lucha de los asalariados, porque en el fondo, los intereses son los
mismos y que nos permita confluir en un frente amplio del movimiento obrero y juvenil,
que aglutine unitariamente las fuerzas alternativas a este podrido sistema
capitalista, que necesita con urgencia un recambio.
Nuestro planteamiento es que
hay que fortalecer las corrientes de izquierdas, tanto en los partidos como en
los sindicatos, buscando la unidad más amplia posible, para golpear todos
juntos contra los ataques del capitalismo y sus esbirros de la banca y la mafia
especuladora imperialista, pero debe continuar siendo un movimiento No Violento,
tal cual comenzó, pero para dar salida al grito unánime de “no nos
representan”, es preciso dotarnos de canales que lleven nuestras
reivindicaciones ante los podres del Estado, o cambiar éstos, si se niegan a
las exigencias legítimas del pueblo en acción.
Condenamos los incidentes que
se suceden, donde pequeños grupo que no representa a la mayoría de ciudadanos
caen en altercados graves entre la
Policía y algunos manifestantes, (a veces productos de provocadores
especializados) culpándose unos a otros de la violencia desatada que en nada
beneficia la marcha de este proceso que tiene como objetivo la lucha pacífica
por una democracia más profunda.
Es preciso exigir que se
depuren responsabilidades si las fuerzas de Seguridad del estado, en algunos
casos, se han visto extralimitadas en
sus funciones, atacando desaforadamente a manifestantes No violentos, exigiendo
la dimisión del político de turno, que en última instancia es el responsable de
las cargas, ataques y violencia desmedida. En varios comunicados del M-15-M se vino condenando
siempre la violencia, así como lo hicieron los promotores del 22-M y otras
muchas manifestaciones que terminan de mala manera. . Nosotros también
condenamos con firmeza los actos violentos, sean éstos perpetrados por
ciudadanos o por policías, como siempre hemos venido haciendo, porque esos
actos perjudican el avance de la toma de conciencia y de la lucha no violenta de la ciudadanía.
Las movilizaciones nos despejan
las dudas de que nos enfrentamos a un rechazo firme del intento de la burguesía
de hacer desaparecer todos los avances sociales y laborales conquistados. El 81 %
de los consultados las encuestas se declaran simpatizantes de este modelo de
lucha del 15-M, o del 22-M por la “Dignidad”
y la toma de la calle en la lucha por una sociedad mejor para los seres humanos.
Pero como ha quedado demostrado
por la historia, la clase trabajadora necesita disponer de sindicatos y
partidos de izquierdas fuertes, combativos y que no se dobleguen ante las presiones y las
imposiciones de la patronal que sean
utilizados correctamente para defender nuestros intereses como trabajadores,
pero la carencia de ese modelo es lo que tiene “indignado” a millones de
ciudadanos que protestan, o se abstienen en las elecciones, porque no se ven
representados por esta “democracia, corrupta, decadente y degenerada”, dando un
serio aviso, de pasada, a las cúpulas de
UGT y CCOO, así como a los partidos de izquierdas en el parlamento, existiendo
un clamor de la Comisión del Movimiento Obrero del 15-M, de otras comisiones y
plataformas creadas, otros colectivos
Laborales, del Sindicato de Estudiantes y del movimiento asociativo, que
reclaman la conveniencia de marchar unidos en pro de una huelga general de 48
horas, de forma Unitaria, encabezada por los sindicatos mayoritarios y los
partidos de izquierdas que recojan también las reivindicaciones de los sectores
en lucha, para plantarles cara de una forma seria a los recortes del PP y
decirle claramente que ¡¡Ya basta¡¡.
Las condiciones laborales y de
vida de los asalariados están empeorando pero será mucho peor, si no nos
preparamos para hacer cambiar el modelo sindical y político de pactos, conchaveos y consensos por un
sindicalismo combativo, de clase y democrático, donde las decisiones sean
votadas por las bases y se pueda rechazar democráticamente lo que no nos
interese.
Para ello es urgente crear o
fortalecer corrientes de izquierdas críticas en nuestras organizaciones donde
reclamemos DEMOCRACIA SINDICAL YA¡¡ y participemos con propuestas concretas
para dotarnos de un programa y un modelo en línea con el proceso de lucha
iniciado por la juventud y las masas en acción, buscando una confluencia
democrática y sana, con respeto mutuo y desde la base para marchar unidos
porque tenemos fuerzas para cambiar las
cosas.
La defensa de los intereses de
los colectivos más desfavorecidos nos exigen que luchemos por un sindicalismo
combativo, incluso cambiando a las direcciones que impidan contar con los votos
democráticos de las bases porque en realidad, en los momentos actuales, los
sindicatos y los partidos de izquierdas mayoritarios no nos representan
correctamente, como indicaron los millones de abstencionistas que no han
querido ir a votar en las últimas elecciones.
Se ha abierto un debate muy
interesante entre los que dicen que hay que abandonar los partidos
tradicionales y los sindicatos reformistas, y los que consideramos que existe otro
camino, como es el que tomarán más temprano que tarde la inmensa mayoría de los
trabajadores, cuando después de la polarización, la radicalización y las
acciones por fuera de esas organizaciones, como está ocurriendo ahora en este
maravilloso movimiento, y durante todo el periodo último con las luchas contra
los recortes en Educación, Sanidad y derechos sociales que ha planteado el PP, saquen la conclusión de que esos sindicatos y
esos partidos no son propiedad de los dirigentes sino que es patrimonio de
nuestra clase y decidan entrar en masa a recuperarlos para que defiendan el
programa que está surgiendo desde abajo.
Las direcciones de nuestras
organizaciones tradicionales tienen que ser sensibles y buscar la confluencia
con este movimiento, girando hacia la izquierda, para hacer un llamamiento a
los trabajadores a afiliarse y participar activamente en esos sindicatos y
partidos, abriendo puertas y ventanas
para que circule el aire libre de la democracia interna, ofreciendo para ello a las justas
reivindicaciones del 22-M, del 15-M y demás colectivos, un
cambio político, sindical y económico
drástico, que acabe con los ataques y la falta de democracia que está
empeorando nuestras condiciones de vida. Para ello necesitamos exigir cambios
que deben producirse democráticamente y dotarnos de propuestas acordes con nuestras necesidades, para continuar una
lucha sostenida en el tiempo porque votar cada cuatro años y si te he visto no
me acuerdo, no sirve para nada, aunque si debemos los trabajadores movilizarnos
para ejercer nuestro derecho al voto el próximo 25 de Mayo.
Si cuando ha habido dificultades
en los sindicatos y partidos de los trabajadores, la gente tomó el camino de
irse a su casa y abandonar la lucha, porque se vió defraudada, lo único que se consiguió fue fortalecer el aparato y la burocracia en su deriva hacia la derecha, y muchos cargos
que defienden un sindicalismo de moqueta y despacho, quedaron más contentos que
si se les hace una verdadera oposición
de izquierdas que los critique, los vigile y les haga cambiar, si no quieren
correr el peligro de ser depuestos democráticamente y cambiados por otro tipo
de dirección más firme, como debe corresponder al modelo de democracia obrera
que debiera ser el método de funcionamiento de los sindicatos y organizaciones
de izquierdas.
Para ello tenemos que conseguir
una auténtica democracia obrera donde las decisiones se tomen entre todos,
contando con las bases que somos la inmensa mayoría y no por unos cientos de
cuadros que se han alejado de la defensa de nuestros intereses y por tanto,
habrá que luchar por cambiarlos si no quieren rectificar.
Es preciso abandonar la idea de
que si nos vamos a nuestras casas y rompemos los carnets, los problemas van a
mejorar por sí solo. La experiencia nos
ha demostrado que eso ha sido un error. Ha sido todo lo contrario, la
burguesía, notando la debilidad de los sindicatos ha desatado una brutal
ofensiva contra los trabajadores, y amenazan con contra-reformas cada semana, nos van a crucificar a ataques, reformas y
convenios a la baja, aumentando el problema de los despidos, el deterioro de la
sanidad, los recortes en la educación y en los presupuestos sociales. Si no luchamos, eso es lo que nos espera,
porque si la clase obrera no lucha, la derrota es segura y si se lucha, se
puede perder pero también se puede ganar.
Nuestra propuesta es que la
mejor manera de que los trabajadores defendamos nuestras conquistas es
afiliándonos al sindicato o al partido que mejor consideremos que va a defender
nuestros intereses, o mejor aún, fortalecer las corrientes internas de
oposición que están surgiendo en nuestras organizaciones sindicales o políticas,
o crear otras nuevas, pero no haciendo grupitos aparte, sino dentro de lo que
hay. Los que fomentan el “apoliticismo” son
auténticos demagogos, pues los problemas políticos deben solucionarse a través
de posiciones políticas, con democracia real, con participación, canalizando
las propuestas a través de los cauces que la lucha vaya abriéndose entre las
fuerzas que representan intereses contradictorios y antagónicos, como son el
mundo del capital y el mundo del trabajo.
La tabla reivindicativa que
surja del debate tiene que estar basada en las necesidades reales que precisa
la clase trabajadora: El punto fundamental es repartir el trabajo existente
como un bien escaso, para combatir el
paro, por lo que la batalla por la reducción de la jornada laboral a 35 horas
semanales, terminando con las horas extras para trabajar todos, es
irrenunciable. El aumento de la jubilación es una trampa, por lo que debemos luchar para que nos
jubilemos a los 60 años y exigir un contrato de relevo para que entre un joven
en cada puesto que quede vacante.
Hay que exigir la terminación
de la precariedad laboral siendo fijo a partir de los 15 días. El salario
mínimo debe estar en torno a los 1.100 euros y
para cumplir todo esto, hay que exigir la retirada de las Reformas
laborales y los planes de ajuste. Las Administraciones del Estado tendrán como
función desarrollar un plan de creación de puestos de trabajo a través del
sector público (Desarrollo industrial, agrícola y comercial, repoblación
forestal, reciclajes, vigilancia de seguridad, atención social, etc…), o en su
caso dotar a los ciudadanos con un subsidio de paro indefinido igual al salario
mínimo mientras que se ponen en marcha esos planes.
Para avanzar en la cuestión
social es preciso defender la Empresa Pública
reclamando la renacionalización de todas las empresas claves que han
sido privatizadas a la vez que se ponen en marcha Planes de Inversión y Renovación
tecnológica pero que garanticen los puestos de trabajo y la igualdad entre
mujer y varón con idénticos salarios. El
objetivo tiene que ser trabajar todos, repartiendo el trabajo, para aumentar el
PIB por encima del 10 %, cuestión que es posible, según algunas escuelas
económicas que no están sometidas al capitalismo.
La Sanidad y la Educación
tienen que ser públicas, incrementando el presupuesto en un 10 % del PIB para
mejorar su calidad. La vivienda es un derecho que tiene que ser cumplido por el
Estado. Exigiremos la nacionalización de las grandes empresas inmobiliarias y
constructoras, para que junto con la municipalización del suelo urbano, pueda
acometerse un plan real de construcción de un millón de viviendas sociales y
dotarnos de un gran parque de alquiler público cuya oferta a los ciudadanos no
sobrepase del 10 % del salario mínimo por mes.
La Ley de Partido tiene que ser
abolida y que se redacte una nueva totalmente proporcional y justa, que
contemple también un salario máximo con elección y revocabilidad automática de
los cargos, el desarrollo social de los
derechos de Asociación, Reunión, Libre Sindicación, Petición, Manifestación y
Huelga, para todos los ciudadanos, incluidos los Cuerpos de Seguridad del
Estado y los Ejércitos, a la vez que
contemple el legítimo derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, aunque
nosotros defendemos el Federalismo como el mejor modelo, que mantenga la unidad
de la clase trabajadora.
En cuanto a las empresas que
declaren la Ley Concursal, lo que antes eran quiebras y suspensiones de pago,
el Estado debe proceder de inmediato a la incautación de todo su patrimonio y
bienes, manteniendo los puestos de trabajo con ayuda financiera estatal y plantear
la autogestión bajo control obrero para luchar contra la corrupción y los
despilfarros, salvando los puestos de trabajo.
Para llevar a cabo un programa
similar a éste, perfeccionado por el movimiento democrático desde la base, no
queda otro camino que financiarlo mediante la creación de una Banca Pública
Estatal, para lo que es necesario la nacionalización del circuito financiero y
los monopolios, con indemnización a los propietarios en base a sus necesidades
vitales que se compruebe democráticamente y ejercer un control obrero firme. De
esta forma se podría planificar democráticamente la economía, incluyendo planes
de Reforma Agraria que expropie los Latifundios ociosos y ofrezca respuesta al
sector agrario en su conjunto.
En definitiva, el plan tiene
que servir para poner la economía al servicio de los seres humanos y bajo
control democrático de la mayoría de la sociedad que es la clase trabajadora y
que no permanezca más en manos de los burgueses, capitalistas, corruptos y
especuladores que son los que nos han metido en esta gran quiebra de modelo que
está totalmente caduco, como es el capitalismo. Otro mundo es posible, SI, pero con democracia
real, con planificación socialista y con un reparto justo de la riqueza creada
que tiene que ser conquistado por el
pueblo mediante la lucha por una nueva sociedad que ponga por delante del
beneficio privado del capitalista los
intereses de los seres humanos.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y
FORMACIÒN.
Izquierda Socialista de
Málaga-PSOE de Andalucía.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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