El Gobierno israelí de Netanyahu, que viene actuando como racista, sionista, colonialista y neofascista durante años contra el pueblo Palestino, ha declarado una guerra brutal contra la población de Gaza en respuesta a la acción militar de Hamás.
Se ha
desatado una masacre bélica terrible en la franja de Gaza y los territorios de
Palestina, con bombardeos que están dejando ya miles de muertos, heridos y
desaparecidos, desde el inicio de la guerra lanzando esa brutal contraofensiva
que tiene el apoyo de EEUU.
En
Gaza viven en torno a dos millones de habitantes sufriendo una pobreza extrema
y están siendo expulsados del país y
masacrados por el ejército de Israel, personas inocentes, habiendo sido desposeídos durante varios años
de su territorio.
Nuestra
corriente Izquierda Socialista de Málaga condena todas las guerras, invasiones
y acciones violentas que lleven a cabo las fuerzas capitalistas/imperialistas,
como igualmente señalamos que las
acciones aisladas de Hamás, desvinculada de la lucha de clases e incluyendo
población civil como objetivo, no debilitará al sionismo, lo fortalecerá.
Esta posición
cobra especial importancia en medio de la situación actual. El gobierno de Netanyahu, que se situaba al
borde del abismo tras dos años de constantes movilizaciones de masas,
recuperará el control de la situación, pues millones de israelíes que se
movilizaron contra el gobierno reaccionario, se ven horrorizados ante los
ataques indiscriminados de Hamás a población civil. Tenemos que ser francos, el
integrismo de Hamás no es una salida: su programa no es acabar con la burguesía
palestina y el Estado capitalista de Israel, y su táctica es absolutamente
reaccionaria.
El movimiento de oposición de masas que se
despertó en 2021 y que ha mostrado músculo en el 2023 contra la deriva
autoritaria de Netanyahu puso encima de la mesa la enorme fuerza existente para
echar a este neofascista y el potencial revolucionario presente entre la clase
obrera, donde coexisten judíos y palestinos con nacionalidad israelí. Sin embargo, este movimiento será debilitado
en un primer momento ante el terror que ha provocado el integrismo de Hamás.
Por eso, esta acción militar no tiene un contenido progresista, sino
reaccionario. No caemos en la moralidad burguesa, predicada por la jerarquía de
la Iglesia católica, en donde el oprimido tiene que “poner la otra mejilla”. Defendemos
el derecho a la defensa del pueblo palestino, pero nos colocamos en contra de
los ataques reaccionarios de Hamás.
Nuestra corriente
lo plantea claramente: la libertad del pueblo palestino para tener una nación y
estado propios sólo puede conseguirse derribando a la burguesía sionista de
Israel y a la burguesía parásita y traidora palestina. Para ello, el mayor
aliado con el que cuenta el pueblo palestino es el pueblo israelí. El eco de
las palabras del gran revolucionario y socialista Karl Liebknecht sigue
resonando: “el enemigo principal está en casa”.
Aportamos
un breve análisis histórico de la situación de este conflicto que viene de
lejos, pues tras varias décadas de
opresión nacional a manos del imperialismo israelí apoyado por EEUU, las masas palestinas
tienen un sentimiento de injusticia, que se expresa en el deseo de tener su
propia patria.
Ese
es un derecho inalienable que muchos ciudadanos, socialistas y no
socialistas, debemos defender, sin
embargo la experiencia de los últimos
años nos proporciona algunas lecciones necesarias.
Los
dirigentes nacionalistas pequeñoburgueses de la OLP defendían la idea de que
era posible conseguir la autodeterminación solamente con la lucha armada contra
Israel.
En la
práctica la aplicación de actos de terrorismo individual, bombas, secuestros,
etc., no han debilitado lo más mínimo a
Israel ni a sus amos los Imperialistas. Todo lo contrario, en cierta forma, han convencido a los israelíes normales de que
su intención era “echar a los judíos al mar”, y han empujado a la población en
brazos de la reacción. Lejos de debilitar el estado de Israel lo han
fortalecido.
Las
tácticas de los líderes de la OLP llevaron a los palestinos a una derrota tras
otra. Primero fueron aplastados por el Rey Husein de Jordania en 1970, cuando
podían haber tomado fácilmente el poder.
Posteriormente
se repitió la misma historia en el Líbano, ayudaron a provocar una guerra civil
sangrienta y además la intervención de Israel y Siria. Y mientras continuaban
con las desastrosas tácticas del terrorismo individual, carecían de estrategia
para una insurrección de las masas en Cisjordania y Gaza.
Cuando
al final estalló la Intifada
(manifestaciones de miles, huelgas y disturbios), Arafat y la dirección
de la OLP no jugaron ningún papel. La juventud palestina tuvo que enfrentarse a
la poderosa maquinaria militar israelí, desarmada excepto con palos y piedras.
A pesar de esto, el movimiento de masas en los territorios ocupados hizo más
por la causa palestina en pocos meses que Arafat y compañía en treinta años.
Las
“concesiones” hechas por Tel Aviv no fueron fruto de las acciones de los
exiliados de la OLP. En parte fue resultado de la Intifada, que sacudió a la
sociedad israelí y despertó la simpatía y atención de todo el mundo. Pero
también eran un reflejo de la nueva situación mundial. Debido al colapso del
estalinismo, el equilibrio de fuerzas mundial también cambió.
EEUU
ha conseguido un dominio aplastante del mundo. Esto significa que Washington ya
no depende de Israel tanto como ocurría durante la Guerra Fría. El imperialismo
tiene intereses estratégicos y económicos vitales en Oriente Medio y eso supone
apuntalar a regímenes árabes como Arabia Saudí y mantener la estabilidad en la
región.
Por
lo tanto Washington presionó a Tel Aviv para alcanzar un compromiso con los
palestinos y los estados árabes vecinos. Y Arafat asustado aceptó lo que le ofrecían.
Después
de décadas de fracaso en la causa palestina, los líderes de la OLP han
degustado los “frutos de los despachos” conquistados por el pueblo. Lo que
aceptaron significó una traición de la lucha nacional de los palestinos.
Washington
esperaba estabilizar la zona con un compromiso. Sin embargo la cuestión
nacional siguió siendo muy volátil y compleja, y las situaciones explosivas que
el imperialismo ha creado en el pasado no siempre se pueden calmar fácilmente
sólo con un cambio de actitud.
La
clase dominante israelí tiene sus propios intereses, y éstos pueden
corresponder o no con los intereses de EEUU. De esta forma los llamados
Acuerdos de Paz en Oriente Medio siguen atravesando serias dificultades. No han
resuelto ninguno de los problemas fundamentales.
Aquel
acuerdo firmado por Arafat con los israelíes era una trampa para el pueblo
palestino. Esto no es autodeterminación, sólo una miserable caricatura y un
fraude. La nueva entidad palestina es un aborto truncado, Gaza separada de
Cisjordania, y Jerusalén aún controlada firmemente por Israel.
Además
incluye toda una serie de condiciones humillantes. Para empeorar las cosas,
gran parte de los colonos judíos han venido provocando continuamente a los
palestinos y la situación ha empeorado y se agudizará con la guerra.
En
realidad, la llamada Autoridad Palestina ha sido un instrumento de Israel, que
en la práctica es quien domina. Las condiciones de las masas árabes en
Cisjordania y Gaza son probablemente ahora peores, con un desempleo de masas,
sobre todo entre la juventud y la situación se hará insoportable. En Gaza, la
supervivencia de la población depende en un 90 % de las ayudas internacionales
en cuanto a dinero, comida y recursos. Cabe recordar que Israel, mantiene un
bloqueo sobre Gaza desde 2007, y en este momento ha cerrado totalmente el
acceso de toda ayuda humanitaria a la población civil de Gaza.
Para
empeorar las cosas algunos dirigentes palestinos son como una pandilla que se
han convertido en una elite burocrática privilegiada que actúa como policía de
Tel Aviv, mientras llenan sus bolsillos a expensas de los palestinos de a pie.
Llegaron
a un acuerdo anunciado con fanfarrias y trompetas debido a la presión de
Washington pero no fue válido y acabó completamente roto.
(Continuará
el próximo jueves con la Parte 2 final).
COMISIÓN PERMANENTE:
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
(*) Cualquier crítica, comentario o aportación a
este artículo serán siempre bien
recibidos y pueden remitirlo al correo de abajo poniendo en asunto: “NO A LA
GUERRA”
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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