La
subida de los tipos de interés de los banqueros y las devaluaciones con el
objetico de ganar la competitividad perdida en los mercados mundiales, hacen que la economía
mundial camine hacia una grave recesión que podría llegar a una depresión,
porque los imperialistas están siguiendo un camino similar al que llevaron tras
el crac de 1929, que desembocó en la terrible II Guerra Mundial.
El
peligro de esta guerra económica, comercial y también complicada con la cruenta
invasión de Ucrania, con miles de muertos y millones de refugiados, han destruido el país y millones de seres
humanos que huyen de la catástrofe, representa una verdadera infamia de todos los
imperialistas, porque con las medidas bélicas y el nacionalismo económico, es
totalmente impotente frente al hundimiento de la economía capitalista, si no
acaba pronto la guerra.
La
situación sigue grave pues desde EEUU que domina en la OTAN, acusan a la OPEP
de echarse en brazos de PUTIN y amenazan con duras represalias al régimen de
Riad, lo cual, con esas posiciones políticas cada vez más agresivas, provocan
un aislamiento creciente de la Unión Europea y los EEUU, fortaleciendo el pacto
estratégico que mantienen Rusia y China con la OPEP, de cara a continuar
manteniendo altos precios del crudo en su disputa por los beneficios que
provocan esas matanzas y esas guerras de tapiña.
No
obstante, la lucha por la Hegemonía mundial que mantienen la OTAN y el bloque
occidental dirigido por la EEUU, en vez de fortalecerse, se está
debilitando. Esa pugna que se desata
contra la OPEP, puede significar un ejemplo claro de ello, pues los intentos de
la U. E. y EEUU de limitar y poder controlar el precio del petróleo, para
perjudicar a Rusia y a su vez intentar frenar la escalada inflacionista, podría
agudizar el choque con Arabia Saudita, que ha venido siendo un aliado de los
imperialistas en el Golfo Pérsico.
El
principal aspecto que condiciona las perspectivas para la economía mundial, es
la lucha por los mercados de las principales potencias imperialistas como son
China y los EEUU con sus respectivos satélites. La guerra económica significa
una cuestión de vida o muerte para la clase dominante y los grandes
capitalistas del imperialismo, que exigen todavía más ganancias.
La
agresividad creciente del imperialismo de EEUU, adoptando y amenazando con
nuevas sanciones con la intención de frenar la expansión tecnológica y
financiera de China, que amenaza con adelantarle en el crecimiento del PIB de
EEUU que crecerá este año 2023 en un raquítico +0,2 % y un +1,2 % para 2024,
mientras que en China se espera que su crecimiento del PIB aumente en torno al
5 % en 2023, lo cual pone muy nerviosos a los capitalistas norteamericanos,
sobre todo, con algunas medidas como la prohibición de que cualquier empresa de
semiconductores, con tecnología norteamericana pueda suministrar chips a China
y ésta está tomando asimismo sus represalias, lo cual agrava la situación
internacional del comercio mundial de esos grandes colosos.
Los grandes empresarios con sus multinacionales,
la banca y los monopolios, ven que sus beneficios crecen de forma estratosférica,
mientras el hambre, la pobreza, la desigualdad y los salaros de millones de
personas en el mundo, se enfrentan al drama de no tener dinero para poder
calentarse durante este duro invierno, creciendo la miseria y las hambrunas,
como se demuestra por los niveles de vida de las masas que se han derrumbado.
La burguesía y sus defensores echan la
culpa de la crisis, a la Pandemia y a la guerra de Putin contra Ucrania, que
están fortaleciendo de manera inhumana las tendencias a la polarización entre
ricos y pobres, pero la situación no es tan sencilla.
Esta grave situación confirma la teoría de la
miseria creciente, explicada por la filosofía del materialismo dialéctico que desarrolló
Marx, que en breves y resumidas palabras decía: “La acumulación de riqueza en
un polo es, en consecuencia, al mismo tiempo, acumulación de miseria,
sufrimiento en el trabajo, esclavitud, ignorancia, brutalidad y degradación
mental en el polo opuesto”.
Eso representa una gran paradoja puesto que bajo
el capitalismo corrupto y mafioso actual, se han generado y existen ya
suficientes recursos y tecnología, para poder erradicar todas esas lacras,
miserias, hambrunas y sufrimientos de las masas empobrecidas, pero la lógica
perversa del funcionamiento del Capitalismo, que es el máximo beneficio en el
menor tiempo posible, explotando a las masas y a los pequeños competidores,
como las pymes y los autónomos, tal cual desvelaron brillantemente los
defensores del socialismo científico, por lo que se está impidiendo por un puñado
de multinacionales que pueda planificarse una producción armónica y justa de todo
lo que se puede producir y consumir, que también favorezca al desarrollo del
Medio Ambiente y sobre todo, a los habitantes del planeta Tierra, que están
siendo amenazados por la crueldad del capitalismo que no funciona para los
pobres, aunque los ricos se siguen forrando.
Aquella antigua concepción de los
liberales, que querían implantar una sociedad democrática y nos venían
prometiendo un crecimiento gradual y universal de la prosperidad, la cultura,
la paz y la libertad se ha derrumbado de manera irreparable y caminamos hacia
una terrible recesión que podría desembocar en catástrofe.
Si no somos capaces desde las fuerzas
políticas y sindicales, de unificar a la clase trabajadora y al conjunto de las
izquierdas, para dar un fuerte giro social y comenzar a construir una nueva
sociedad, la clase trabajadora lo pasaremos muy mal.
El declive de este sistema capitalista
con el actual estrepitoso naufragio también ha llevado a la bancarrota a la
concepción reformista, que viene siendo incapaz de llevar a cabo las reformas
necesarias que el movimiento obrero exige y necesita con urgencia.
Bajo el capitalismo es imposible, un
cambio de modelo social y económico lo que se demuestra que en esencia sólo con una adaptación de las
ideas del socialismo genuino, para cambiar el actual modelo capitalista y dar
salida a las presentes condiciones de la clase obrera, que se hacen inviables
bajo el capitalismo mafioso y agónico, podremos
alcanzar una salida digna para la clase trabajadora y los pobres.
Todas aquellas teorías y métodos de la
clase burguesa que hunden sus raíces en
la antigua época del capitalismo industrial de sus inicios, donde si
hubo en cierta medida, libre competencia y libre comercio, que son ya de un tiempo
pasado en el que el capitalismo era todavía un modelo económico relativamente
progresista, pero dialécticamente, en la época actual, el Imperialismo, como
fase superior del capitalismo, se ha vuelto muy reaccionario, corrupto e
incluso más belicoso y criminal que
nunca, como estamos viendo en esa guerra interminable de Rusia con la OTAN, con la amenaza atómica por ambos bandos, cuyas
enfermedades no tienen cura y las condiciones objetivas y subjetivas están
preparando el terreno para un cambio de sociedad, por lo que la lucha unitaria
de los trabajadores es el único camino.
En la historia ha quedado registrado
que, antes de hundirse cualquier modelo anterior, intentan superar sus propias
contradicciones, pero éstas se han hecho
ya insuperables, porque, incluso en plena crisis, la acumulación de riquezas en
un pequeño grupo de multinacionales genera un crecimiento acelerado de la
miseria, el paro y las corrupción y el capitalismo siempre hace un tremendo
esfuerzo de auto/preservación durante un prolongado período, empleando guerras
y violencia, pero al final todo será inútil, porque cualquier imperio anterior fue
derrotado y todos fenecieron y asimismo ocurrirá con el Imperialismo.
La burguesía no quiere desaparecer como
modelo. Ha transformado toda la energía heredada del pasado en una violenta
convulsión reaccionaria, con guerras, golpes de Estado y maniobras de
compra/venta de sus políticos afines, pero es precisamente el período por el
que estamos entrando, donde la dialéctica materialista de la historia la
derrotará, como cualquier otro modelo económico anterior, desde las tribus, la
barbarie, el feudalismo, el capitalismo y ahora en su Fase Imperialista de las Multinacionales,
también se derrumbará, pues todos los
Imperios han caído y éste también fenecerá pero necesitará un fuerte empujón de
la clase trabajadora y los pobres, marchando unidos y bien organizados, porque
el socialismo nunca caerá del cielo, ya que como decían los clásicos: “La
emancipación de los trabajadores, deberá ser obra de la lucha de la clase
obrera, o no será”.
COMISIÒN
PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE ANDALUCIA.
(*) Si quieres conocer nuestras
posiciones que estamos debatiendo y participar con tus aportaciones, puedes solicitar gratuitamente el documento al
correo de abajo, poniendo en asunto: “POR UNA IZQUIERDA SOCIALISTA MARXISTA”:
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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