A mis dilectos
lectores y lectoras:
No sé si me podrás creer, pero quisiera que
estas mal trazadas líneas, como producto de mi
desenfocado entendimiento, fuera el fruto más hermoso, el más gallardo y
el más sincero de mis reflexiones que jamás pudiera imaginarse, pero no estoy
seguro de conseguirlo.
En verdad, no he podido yo contravenir la orden
de la naturaleza, que en ella cada cosa engendra su semejante, pero también
dialécticamente, su contrario u opuesto y séanme testigos cuantos aquí me leen,
cómo contra mi voluntad y forzado por las circunstancias, abro las jaulas y doy
suelta a mis fieras, sin que sirvan las protestas de estos Señores, a los que
posteriormente me referiré, que nos culpan de que todo va mal sin tener en
cuenta los daños que esas sus propias bestias hicieren.
Corran y vayan con el cuento de que deben ser
atacados nuestros salarios y nuestros derechos como humildes productores, para
que se vean restituidas con premura sus arcas con los sacrosantos beneficios
procedentes del sudor de nuestras frentes, con la complicidad, aquiescencia y
bendición del Clero, los Banqueros y las Gentes de Armas, sus fieles
defensores.
No sé si podría engendrar el estéril y mal
cultivado ingenio mío, siendo solamente un verdadero patán, incapaz de contar
la historia viva entre banqueros y explotados, unos que acumulan tantas
riquezas y poder y otros que heredamos ridículas pensiones de jubilación y
salarios de miseria, que a duras penas llegan a mileuristas, que traducidos al
fiel “román paladino”, expresión que acuñó Gonzalo de Berceo, son del
equivalente a un maravedí viejo, moneda de vellón que corrió por Castilla y que
valía la tercera parte de un real de plata.
Después de años y años que he sufridos de
trabajos diversos y agotadores, a más de algunos años de esclavitud agrícola,
entre la infancia y la mayoría de edad, junto a una situación harto
desagradable de quince meses de condena forzosa en algo similar a “galeras”, en contra de mi voluntad, cuyo nombre bajo el
antiguo régimen, era llamada “ la mili”,
todo ello a su vez, pagando durante todos los años de duro laboreo, abusivas y
constantes cotizaciones sociales a la seguridad social e impuestos gravosos por
todo lo consumido, percibiendo ahora pensión de mileurista que a muchos
banqueros les parece abusiva cuando ellos ganan millones.
Aunque por mi edad, pudiese parecer ascendiente
remoto y en lo concreto un pariente lejano de Don Quijote de la Mancha, por mis
ideas algo descabelladas, no quiero
desaparecer de este marrano e hipócrita mundo, sin suplicarte, amable ciudadano
y respetadísimo lector o lectora, al igual que podrían hacerlo otros muchos millones
de habitantes de este “Reino de las Repúblicas de las Españas”, contándome
ciertamente de entre ellos como pensionista, pero también solidariamente en
defensa de los parados, las viudas, los huérfanos, las doncellas menesterosas y
ultrajadas por tanto machismo y demás seres humanos que se desviven entre el
filo de la indigencia y la más atroz de las adversidades, por lo que me sigo
rebelando contra esas injusticias.
Insto que perdones, carísimo lector o lectora,
o al menos disimules las faltas y los abusos que en este escrito vieres, pues
si eres pariente, o amigo de algunos de los afectados y/o referenciados, te
suplico obres en consecuencia y te pido tu comprensión magnánima por si en algo
falto al respeto personal a alguien.
Tú tienes un cerebro con inteligencia propia
dentro de tu cuerpo y además tienes tu libre albedrío como el más pintado de
los mortales vivientes, y a su vez, eres el verdadero “Rey de tus pensamientos”
todo lo cual te exenta y hace completamente libre de todo respeto y obligación
para sacar las conclusiones que te parezcan más acertadas y oportunas.
Estas elucubraciones mentales, sin entrar en
más rodeos o exordio que pudiese servir de principio para ejecutar estas
reflexiones, sin más preámbulos o digresión antes de entrar en materia o de
empezar a decir claramente lo que intento referir, sirva la presente como
preparación, disposición y entrante para intentar llegar al fin propuesto,
donde se tratarán de las pequeñas e interesantes y también grandes historias
que se han sucedido y siguen sucediendo en la perenne disputa entre los ricos y
los pobres de este injusto universo mundo.
Empecemos por los Señores Banqueros, que como defensores y custodios de las clases
más pudientes e ilustradas, suelen poner su intento y empeño en guardarles y
reproducirles sus dineros, pues es solamente el afán de lucro el que los mueve
y para conseguirlo, la forma más directa que tienen es la explotación del asalariado
que tratan todavía como esclavo a través
del Patrón, comprando éste la fuerza de
trabajo.
Adentrándonos en cualquier pecunia dineraria,
lo que llamábamos ancestralmente, las
faltriqueras, como no es sencillo, ningún Juez se atreverá a condenar a cárcel
perpetua y a eterna oscuridad a los diversos ladrones de guante blanco, aunque
especulen y/o saqueen sus cajas fuertes bancarias.
De modo que cobrando siempre y gastando nunca,
llegan a amontonar la mayor cantidad posible del dinero que existe en este
empobrecido y saqueado país, que pudiéramos llamar, según unos y otros, “Reino
de las Repúblicas de las Españas”.
Esos banqueros, son los dueños de los
capitales, a la vez su hucha, su polilla, sus picazas, sus legones y asimismo
sus comadrejas, todo ello lo dominan, todo ello se lo llevan, todo lo tragan y
todo lo esconden o lo evaden.
Después de centurias de amasar inmensas
riquezas, de la noche a la mañana, a veces dicen que ya no hay dinero. Piden,
cual plañideras que al miserere cantaren, a la pobre clase trabajadora, que les
hagamos un Empréstito Financiero, vía presupuestos generales del Estado, para
nunca devolverlos, como ya ocurriera varias veces, últimamente ejecutado
impunemente por el innombrable M-PPunto-Rajoy de nefastos recuerdos.
“…Más vale tener poco y bien allegado
Que tener mucho y encima robado…”
Considérese que esos usureros son unos cuantos
decenios de miles de personas, Reales o Imaginarias, y que cada día ganan y esconden poco o mucho y
que una calentura vertiginosa de la economía acaba la vida como la de un
tabardillo y como van creciendo en sus fortunas, bien disfruten de bonanza o
bien vengan las vacas flacas, se van aumentando los ocultadores pecuniarios que
crecen y han de crecer en infinito, como la propia experiencia lo demuestra.
Como dijere Alonso Quijano, cuyo alias sabido
por todos era “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”, en las certeras
frases puestas en su boca por Don Miguel de Cervantes, dijo:
”Gigantes he vencido, y follones y malandrines le
he enviado, pero, ¿Dónde le había de hallar la conciencia del pueblo, si está
encantada, alienada y vuelta en la más fea de las conciencias burguesas que
imaginarse pueda, a causa de algún maleficio?...”
Hállese pues el pueblo obnubilado por tanto
canto de sirena procedente de la cultura metafísica de la clase dominante, cuyo
pueblo no atina a conocer la realidad concreta que le depara la vida, ya que de entre esos
malandrines no hay castidad, ni hartura para medrar, ni entran en el espíritu
de religión, la cual dicen profesar, pero solo por conveniencia. Porque en
verdad, aplican aquella letanía de:
“…los ricos repiten por mayores modos
ya todo se acaba… pues hurtemos todos…”
Y aunque muchas veces he procurado persuadir a
los que se engañan en tener la opinión que tienen del contencioso de la vida,
ya que están tan asidos e incorporados en su parecer, de que no hay solución a
sus males, explicándoles que la mejor forma de avanzar en las conquistas sociales
es mediante la lucha conjunta del pobre contra el rico, es harto difícil la moción,
aunque quedan en éstos marcados el estribillo que se hace realidad en la otra
rima:
“…Así, en
mil arbitrios se enriquece el rico… y todo lo pagan el pobre y el chico…”
Parécenos que las acciones se han encaminado a
querer dar a entender, que no ha habido persona en el mundo que defienda la
verdad y que todos los argumentos son asimismo falsos, mentirosos, dañadores e
inútiles para una buena república y que hemos hecho mal, en malinterpretarlos, pero es evidente que
esos importantes caballeros, que representan a DON DINERO,
todos se reúnen, dialogan, analizan, todos se unifican para potenciar sus
herencias y capitales, como demos visto en la bella y sufrida AL-ANDALUS, con la
agrupación de diversas entidades financieras patronales, defensores de
políticos que se llaman PPopulares y otros sus parientes cercanos como Vox, de amplio
espectro neonazi ambos dos, para unificarlas e incrementar sus ganancias y sus
beneficios, alcanzando la unificación reciente del Poder del Gobierno de la
Junta, defensores de los capitales bajo la bandera de su gran poderío, debilitando
la sanidad, la educación y otros derechos, cumpliéndose al punto el adagio de:
“…Si al despedazarlos acaso barrunta,
ganarán dinero, lo admite la Junta…”
Gobernantes he visto por ahí que a mi parecer,
no llegan a la suela de un zapato de aquel manchego aparentemente desquiciado,
el tal Don Quijote y con todo ello los llaman Señorías y los sirven con platas,
oros, trajes, autos, prebendas y sueldos
millonarios.
Algunos de ellos, no mucho ha, reunían tanto
poder y tanta fama, en aquel su antiguo régimen de la postguerra que añoran y
defienden, e incluso en éste no muy lejano modelo híbrido, que insisten en
llamar “Democracia”, con aquel estrambótico Trío nombrado “de las Azores” que
hicieron grandes estipendios y matanzas, basado en una gran mentira, pero su
poder y sus dineros aumentaron, pues, no los consume ni las guerras, ni
ejercicio que desgraciadamente los trabaje, pues sacar provecho de las muertes
ajenas siempre ha sido uno de sus oficios principales de esos principales
Señores de los Capitales, como sigue ocurriendo en Ucrania, tras la invasión de
Rusia hostigada por la OTAN, cuando ya la historia quevedesca contaba aquello
de:
“…Si guerras se alegan y gastos terribles,
las justas piedades son las invencibles…”
Nos rapiñan a pie quedo y con los frutos de
nuestros propios sudores que nos revenden, se hacen cada vez más ricos con el
nuevo invento de los “asaltos y saqueos a caminantes” que ahora llaman
“créditos hipotecarios”, dejándonos a nosotros, pueblo llano, cada vez más pobres, a la vez que reforzamos
nuestras impresiones de que:
“…Los que tienen puestos, lo caro encarecen y los
otros, plañen, revientan, perecen…”
Esos señores de tan Alta Alcurnia, con orígenes
y ascendencias de nobles linajes, cual una nueva hidalguía-cleptocrática-insurgente,
invierten bien poco y no gastan ya ni lo suficiente en lo tocante a la
Educación de los muchachos, en Sanidad y Servicios sociales, desmantelado el
sector Público y favoreciendo al Sector Privado, porque su Ciencia no es otra que la de robar
al pueblo y ésta fácilmente se aprende, pues no precisa de ética o moral
alguna.
Todas estas pláticas que espero hayan sido
leídas y gozadas con grandísimo regocijo, al menos por los unos, aunque con
enorme frustración, quizás, por los otros, pareciéndoles que las mismas se
encaminan a la consecución de la explicación de mis reflexiones.
Despidiéndome, quisiera poner fin a esta
misiva, con los anteriores y siguientes versos,
unos alegres, otros insolentes, pero con la sana intención de extenderles mi
más sincero agradecimiento a aquellas lectoras y lectores, que resistieron leyendo hasta el
final, que algo pudiesen haber sacado de
provecho o de incomodidad:
“Si en algo me excedí,
pido me perdones;
lance tan baladí,
no afectan razones
y al punto sincero,
si a alguien molesté,
le pido disculpas,
me excuso otra vez”.
Muchas gracias a cada lector y lectora, por su atención y paciencia.
Escrito por José Martín Rodríguez.
Coordinador de Comunicación.
Izquierda Socialista de Málaga.
PSOE DE ANDALUCÍA.
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