PRÓLOGO:
El marxismo, o socialismo científico, es el nombre dado al conjunto de
ideas inicialmente elaboradas por Carlos Marx (1818-1883) y Federico Engels
(l820-1895).
El conjunto de estas ideas
proporcionan una base sólida para la lucha de la clase obrera por alcanzar una
forma superior de sociedad humana: El socialismo.
Aunque las concepciones del marxismo han sido posteriormente
desarrolladas y enriquecidas por la experiencia histórica de la propia clase
obrera, sus ideas fundamentales se mantienen intactas, sirviendo de firme base
al movimiento obrero en la actualidad. Ni antes, ni después de los tiempos de
Marx y Engels, ha habido una teoría superior capaz de explicar el desarrollo y
la evolución de la sociedad y el papel jugado por la clase obrera en el mismo.
Por todo esto, el conocimiento
del marxismo arma teóricamente al proletariado para su histórica tarea de
transformar la sociedad.
Esto explica los constantes y mordaces ataques a todos los aspectos del
marxismo que han sido hechos por los defensores del orden social actual, desde
los conservadores hasta los demócrata-cristianos, desde el cura jesuita hasta
el profesor universitario, tanto la forma que tienen como el hecho de que se
mantienen continuamente. Si bien cada uno de los atacantes dice haber acabado
definitivamente con el marxismo, los miembros conscientes del movimiento obrero
pueden deducir dos cosas:
Primero, que los defensores del capitalismo reconocen en el marxismo al
más peligroso enemigo de su sistema, y por tanto, reconocen la verdad del
mismo, a pesar de todos sus intentos de desautorizarlo;
Segundo, que lejos de desaparecer bajo las falsas exposiciones y claras
distorsiones, las teorías de Marx y Engels están ganando terreno constantemente
dentro del movimiento obrero, en la medida en que un número mayor de
trabajadores, bajo el impacto de la crisis del capitalismo, intentan descubrir
el significado real de las fuerzas que
actúan sobre sus vidas, con el fin de poder influir y determinar
conscientemente su propio destino.
Las teorías del marxismo permiten al trabajador tener un método de
comprensión, una guía capaz de llevarle a través del confuso conjunto de
acontecimientos, de los complejos procesos de la sociedad, de la economía, de
la lucha de clases, de la política. Armado de esta espada, el trabajador puede
atacar el más importante obstácul6 que se interpone en su avance y el de su
clase: la ignorancia.
Precisamente, es con el fin de mantener este obstáculo por lo que los
representantes a sueldo de la clase dominante luchan con todas sus fuerzas
para desacreditar al marxismo ante los ojos de la clase obrera.
Todo miembro activo del movimiento obrero tiene que hacer suyas las
teorías de Marx y Engels como un presupuesto esencial para la conquista de la
sociedad por los trabajadores.
Aparte de los lamentos de curas y profesores, hay aún más obstáculos en
el acercamiento del obrero a la teoría marxista. Un hombre o una mujer, obligados
a trabajar durante muchas horas en una fábrica, sin haber tenido la posibilidad
de una educación decente y, por tanto, sin el hábito de leer, encuentran graves
dificultades en asimilar alguna de las más complejas ideas. Sin embargo, Marx
y Engels escribieron para los trabajadores y no para avispados estudiantes o
"gente inteligente" de las clases medias.
Todo inicio es difícil, sea cual sea la ciencia de la que se hable, y el
marxismo es una ciencia y requiere esfuerzos al principiante. Pero el trabajador
activo del movimiento obrero, el joven estudiante, sabe que nada es
suficientemente bueno si se alcanza sin un cierto grado de lucha y sacrificio.
Es, pues, a estos sectores activos a quienes se dirige este folleto.
A este militante activo que está dispuesto a perseverar, le podemos
prometer una cosa: una vez hecho el esfuerzo inicial para familiarizarse con
estas ideas nuevas y, hasta ahora, extrañas para él, la teoría marxista se
entenderá rápidamente y sin problemas, con toda facilidad.
Aún más, y esto lo debemos resaltar, el obrero que adquiere con un
esfuerzo paciente una comprensión del marxismo, llegará a ser mejor teórico que
la mayoría de los estudiantes, simplemente porque puede confrontar sus ideas
no sólo en abstracto, sino en lo concreto, aplicado a su propia vida y trabajo.
Este folleto no intenta ofrecer una exposición completa del marxismo,
sino ayudar al obrero, al estudiante, en su acercamiento al tema, dando un
vistazo lo más rápido y claro posible a algunas ideas básicas, además de
ofrecer una selección de libros con los que puede continuar su estudio.
Marx y Engels escribieron principalmente breves panfletos y cortos
trabajos con el fin de divulgar sus ideas entre la clase obrera, y éstos
constituyen la base de la selección que proponemos para completar las ideas
básicas que tratamos en estos apuntes.
El estudio del marxismo se centra en tres puntos principales que
corresponden a la filosofía, la historia de la sociedad y la economía, o usando
sus nombres correctos, Materialismo Dialéctico, Materialismo Histórico y la
Teoría del Valor Trabajo. Estas son las tres partes integrantes del marxismo
sobre las que escribió Lenin.
Este folleto es una introducción al
Materialismo Dialéctico.
Materialismo Dialéctico.
¿Qué es la filosofía?
En todos los momentos de la historia humana, los hombres elaboraron algo
así como un cuadro del mundo y señalaron también el lugar que el hombre ocupaba
en ese cuadro. Es decir, desarrollaron una filosofía. Las piezas que se usan
para construir ese cuadro se obtienen observando la naturaleza y por medio de
la generalización de las experiencias diarias.
Algunos hombres piensan que no necesitan una filosofía, ni siquiera una
concepción del mundo. Pese a todo, en la práctica todo el mundo tiene una
filosofía, incluso cuando ésta no se expresa conscientemente.
La gente que vive según el sentido
común, en realidad piensa siguiendo la ideología dominante. Marx dijo una vez
que las ideas dominantes en una sociedad son las de la clase dominante. Para
mantener y justificar esta dominación, la clase dominante se sirve de todos los
medios a su alcance para evitar que el trabajador sea consciente de su
situación:
La escuela, la televisión, la Iglesia y la prensa son usados para propagar la ideología de esta
clase dominante e impulsar al trabajador a la aceptación de este sistema como
la forma más natural y permanente de sociedad.
Al carecer de una filosofía socialista consciente, los trabajadores se
encuentran influidos inconscientemente por la filosofía capitalista. En todo
momento dentro de una sociedad dividida en clases, la clase revolucionaria en
ascenso tiene que luchar por una nueva concepción del mundo, atacando a la
vieja filosofía que justifica y defiende el viejo orden de cosas, si quiere ver
convertida en realidad su intención de cambiar la sociedad.
Idealismo y materialismo:
A lo largo de la historia de la Filosofía vemos cómo podemos situar a
los filósofos en dos campos: en uno los idealistas y en el otro los materialistas.
La idea común del idealismo (es decir, continuidad en la persecución de
unos ideales) y materialismo (desagradable egoísmo y preocupación por tener
dinero), no tienen nada que ver con el idealismo filosófico y el materialismo
filosófico.
Muchos grandes pensadores del pasado fueron idealistas, como por ejemplo
Platón y Hegel. Esta escuela de pensamiento concibe la naturaleza y la
historia como un reflejo de las ideas o del espíritu. La teoría de que el
hombre y todas las cosas materiales fueron creados por un espíritu divino, es
un concepto básico del idealismo.
Esta concepción es expresada de muchas maneras, si bien se basa en que
las ideas gobiernan el desarrollo del mundo material. La historia se explica
como la historia del pensamiento; los actos de los hombres son vistos como
resultado de pensamientos abstractos y no de las necesidades materiales del
hombre.
Hegel fue un poco más lejos, aún siendo un idealista convencido, e hizo
de los pensamientos una Idea independiente que existía, para él; fuera del
cerebro e independiente del mundo material. La materia era simplemente un
reflejo de esta Idea. La religión es parte y parcela del idealismo filosófico.
En el Otro lado, los filósofos materialistas han defendido que el mundo
material es real y que la naturaleza o materia es lo primario. La mente o las
ideas son un producto del cerebro. El cerebro y, por lo tanto las ideas, surgen
en un cierto momento del desarrollo de la materia.
Las piedras angulares del Materialismo son:
a) El mundo material, conocido por los hombres a través de los sentidos
y explorado por la ciencia, es real. El desarrollo del mundo se debe a sus
propias leyes naturales, sin ninguna relación con lo sobrenatural.
b) Sólo hay un mundo, el material. El pensamiento es un producto de la
materia (del cerebro) sin el que no puede haber ideas con existencia propia.
Por tanto, las mentes o las ideas no pueden existir aisladas de la materia.
"Para mí -decía Marx- la idea no es nada más que el mundo material
reflejado en la mente humana y transformado en forma de pensamiento". Y
en otro sitio "el ser social determina la conciencia.
Los idealistas ven la conciencia, el pensamiento, como algo externo y
opuesto a la materia, a la naturaleza. Esta oposición es algo totalmente falso
y artificial. Hay una estrecha correlación entre las leyes del pensamiento y
las leyes de la naturaleza, porque las primeras siguen y reflejan las
segundas. El pensamiento no puede arrancar sus categorías de si mismo, sino
solamente del mundo exterior. Incluso los pensamientos que nos parecen más
abstractos se derivan, de hecho, de la observación del mundo material.
Una ciencia en apariencia abstracta como son las matemáticas puras
tiene, en última instancia, su origen en la realidad material y no en una
invención del cerebro. El niño en la escuela, secretamente, cuenta sus dedos
materiales bajo un pupitre material antes de resolver un abstracto problema
aritmético. Haciendo esto, está recreando los orígenes de las matemáticas. Nos
basamos en el sistema decimal porque tenemos diez dedos. Los números romanos
se basaban, en un principio, en la representación de los dedos.
En palabras de Lenin "la materia actuando sobre nuestros órganos
sensitivos produce sensaciones. Las sensaciones dependen del cerebro, de los
nervios, de la retina..., es decir, son el supremo producto de la
materia".
La persona es parte de la naturaleza y desarrolla sus ideas en
interacción con el resto del mundo. Los procesos mentales son en efecto reales,
pero no son algo absoluto, al margen de la naturaleza. Se les debe estudiar en
las circunstancias materiales y sociales en las que surgen. "Los
fantasmas formados en el cerebro humano -afirmaba Marx- son necesariamente
sublimaciones de su proceso material de vida". Más tarde concluía:
"Moral, Religión, Metafísica, todo el resto de la ideología y sus
correspondientes formas de conciencia, no sostienen su apariencia de
independencia. No tienen historia, ni desarrollo; pero los hombres, desarrollando
su producción material y sus relaciones materiales, alteran paralelamente su
existencia real, su forma de pensar y el producto de ésta. La vida no es
determinada por la conciencia, sino la conciencia por la vida."
Los orígenes del materialismo.
"El lugar de nacimiento de todo el materialismo moderno -escribía Engels-
desde el siglo XVII en adelante, es Inglaterra:'
En esa época, la vieja aristocracia feudal y la monarquía empezaron a
ser combatidas por las clases medias recién aparecidas. El bastión del
feudalismo era la Iglesia Católica de Roma, que proporcionaba una justificación
divina para la monarquía y las instituciones feudales. Estas, por tanto, tenían
que ser liquidadas antes de que el feudalismo pudiera ser abatido. La
burguesía en ascenso se enfrentó con las viejas ideas y los conceptos divinos
sobre los que el viejo orden se basaba.
"Paralelamente con el ascenso de las clases medias, vino un gran
renacimiento de la ciencia: La Astronomía, la Mecánica, la Física, la Anatomía,
la Fisiología, fueron cultivadas de nuevo. Y la burguesía para el desarrollo de
su producción industrial, requería una ciencia que investigase las propiedades
físicas de los objetos naturales y los modos de acción de las fuerzas de la
naturaleza. Hasta entonces la ciencia no había sido otra cosa que la servidora
de la Iglesia, no se le había permitido ir más allá de los límites que la fe
determinaba y, precisamente por esto, no había habido de ninguna manera una
ciencia.
(En el siglo XVII, Galileo demostró el carácter verdadero de la teoría
de Copérnico de que la tierra y los otros planetas giraban alrededor del Sol.
Los profesores de aquella época ridiculizaron esas ideas y usaron el poder del
Índice y de la Inquisición contra Galileo para forzarle a retractarse de su teoría).
La ciencia se rebeló contra la Iglesia; la burguesía no podía hacer nada sin la
ciencia y, por lo tanto, tenía que unírsele en la rebelión:'(Engels).
Fue en esa época cuando Francis Bacon (1561-1626) desarrolló sus
revolucionarias ideas sobre el materialismo. Según él, los sentidos eran
infalibles y, a la vez, la fuente de todo conocimiento. Toda ciencia se basa en
la experiencia -nos dice-\ consiste en someter el dato concreto a un método
racional de investigación: Inducción, análisis, comparación, observación y
experimentación.
Quedó, de todas maneras, para Tomas Hobbes (1588-1679) el continuar y
desarrollar el materialismo de Bacon, dentro de un sistema. Hobbes se dio
cuenta de que las ideas y los conceptos eran sólo un reflejo del mundo material
y que "es imposible separar el pensamiento de la materia sobre la que se
piensa". Más tarde, el pensador inglés John Locke (1632-1704) certificó
con pruebas este materialismo.
Esta escuela de filosofía materialista pasó de Inglaterra a Francia,
para ser recogida y posteriormente desarrollada por René Descartes (1596-1650)
y sus seguidores. Estos materialistas franceses no se limitaron a criticar la
religión, sino que extendieron su crítica a todas las instituciones e ideas. Se
enfrentaron con estas cosas en el nombre de la Razón y armaron" a la
naciente burguesía en su batalla contra la monarquía. El nacimiento de la gran
revolución burguesa de Francia de 1789-93 hizo de la filosofía materialista su
credo. A diferencia de la revolución inglesa de mediados del siglo XVII, la
Revolución Francesa destruyó completamente el viejo orden feudal, como Engels
puso de relieve más tarde.
Hoy sabemos que aquel Reino de la Razón no era nada más que el Reino de
la Burguesía idealizado, que la justicia eterna encontró su realización en los
tribunales de la burguesía, que la igualdad desembocó en la igualdad burguesa
ante la ley, que como uno de los derechos del hombre más esenciales se proclamó
la propiedad burguesa y que el Estado de la Razón, el contrato social
roussoníano, tomó vida, y sólo pudo cobrarla, como república burguesa
democrática. Los grandes pensadores del siglo XVIII, exactamente igual que
todos sus predecesores, no pudieron rebasar los límites que les había puesto su
propia época. (Engels, Anti-Dühring).
El defecto, a pesar de todo, de este materialismo desde Bacon en
adelante, era su rígida y mecánica interpretación de la Naturaleza. No es
accidental que la escuela materialista inglesa floreciese en el siglo XVIII,
cuando los descubrimientos de Isaac Newton hicieron de la Mecánica la ciencia
más avanzada e importante de su tiempo. En palabras de Engels, "la
limitación específica de este materialismo radica en su falta de habilidad para
comprender el universo como proceso como materia sufriendo un ininterrumpido
desarrollo histórico".
La Revolución Francesa tuvo un efecto profundo en el mundo civilizado,
al igual que luego lo tendría la Revolución Rusa de 1917. Efectivamente,
revolucionó el pensamiento en todos los campos, político, filosófico,
científico y artístico. El fermento de ideas que emergió de esta revolución
democrático/burguesa, aseguró avances en las ciencias naturales, la geología,
la botánica, la química, así como en la economía política.
Fue en ese periodo cuando se hizo una crítica del punto de vista
mecánico de estos materialistas. Un filósofo alemán, Enmannel Kant (l724
-1804), fue el primero que rompió con la vieja mecánica, con su descubrimiento
de que la Tierra y el sistema solar habían llegado a ser y que no habían
existido eternamente lo mismo sucede con la geografía, la geología, las plantas
y los animales.
Estas revolucionarias ideas de Kant fueron desarrolladas aún más por
otro brillante pensador alemán, George Hegel (1770-1831>. Hegel era un
filósofo idealista, que pensaba que el mundo podía ser explicado como una
manifestación o reflejo de una "mente universal" o "idea.
Hegel observaba el mundo, no como un miembro activo de la sociedad y de
la historia humana, sino como un filósofo, observando los hechos desde fuera.
Se situó en una postura por encima del mundo, interpretando la historia del pensamiento,
el mundo como el mundo de las ideas, como un mundo ideal.
Así, para Hegel, los problemas y
las contradicciones no se plantean en términos reales, sino en términos de
pensamiento, y por lo tanto sólo podían ser resueltos a través de la evolución
del pensamiento mismo.
En vez de que las contradicciones en la sociedad sean resueltas por la
acción de los hombres, por la lucha de clases, la solución para Hegel se
encontraba en la cabeza del filósofo, en la IDEA ABSOLUTA.
De todas maneras, Hegel, reconoció los errores y la cortedad del viejo
punto de vista mecanicista. También reconoció la falta de adecuación de la
lógica formal y sentó las bases para una concepción del mundo que podría
explicar las contradicciones a través del cambio y el movimiento.
A pesar de que Hegel redescubrió y analizó las leyes del cambio y el
movimiento, su idealismo ponía todas las cosas en su cabeza. Esta era la lucha
y la crítica que le hacían los jóvenes hegelianos dirigidos por Ludwig
Feuerbach (1804-1872), que intentó corregir esta postura y colocar la filosofía
con los pies en el suelo. Pero incluso Feuerbach -"la mitad de abajo de él
era materialista, la mitad de arriba idealista" (Engels)- no fue capaz
totalmente de limpiar el hegelianismo de la concepción idealista. Este trabajo
quedó para Marx y Engels, quienes fueron capaces de quitar al método
dialéctico el carácter místico que hasta entonces tenía.
La Dialéctica hegeliana fue unida al materialismo moderno para producir
el entendimiento revolucionario que es el materialismo dialéctico.
¿Qué es la dialéctica?
Hemos visto que el materialismo moderno arranca de considerar que la
materia es lo primario y que la mente o las ideas son producto del cerebro.
Pero, ¿qué es el pensamiento dialéctico o la Dialéctica?
"La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales del
movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del
pensamiento." (Engels, Anti-Duhring)
El método dialéctico tenía ya una larga existencia antes de que Marx y
Engels lo desarrollasen científicamente como un medio de comprender el
desarrollo de la sociedad humana.
Los griegos antiguos produjeron algunos grandes pensadores dialécticos,
entre los que están Platón, Zenón de Elea y Aristóteles. Ya en el año 500 antes
de nuestra era, Heráclito adelantaba la idea de que "todas las cosas son y
no son, porque todo fluye, está cambiando constantemente, constantemente
naciendo y muriendo. Es imposible sumergirse dos veces en uno e idéntico
rió".
Esta frase contiene ya la concepción fundamental de la Dialéctica, de
que todo en la naturaleza está en un constante estado de cambio y que este
cambio se produce a través de una serie de contradicciones.
"La gran idea cardinal de que el mundo no puede concebirse como un
conjunto de objetos terminados y acabados, sino como un conjunto de procesos,
en el que la cosas que parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en
nuestras cabezas, los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios,
por un proceso de génesis y caducidad; esta gran idea cardinal se halla ya tan
arraigada desde Hegel en la conciencia habitual, que, expuesta así, en términos
generales, apenas encuentra oposición.”
“Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra cosa es aplicarla a la
realidad concreta, en todos los campos sometidos a la investigación (... Para
la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en
todo pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el
proceso ininterrumpido del devenir y perecer, un ascenso sin fin de lo
inferior a lo superior, cuyo mero reflejo en el cerebro pensante es esta misma
filosofía." (Engels, Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana).
La
dialéctica y la metafísica.
Los filósofos griegos anticiparon brillantemente el posterior desarrollo
de la Dialéctica así como el de otras ciencias. Pero no podían llevar ellos
mismos esta anticipación a su conclusión lógica, debido al bajo desarrollo de
los medios de producción y a la falta de una adecuada información acerca de
los fenómenos del Universo.
Sus ideas dieron casi una correcta visión del conjunto, pero a menudo no
eran más que geniales inspiraciones y no teorías elaboradas científicamente.
Para llevar más lejos el pensamiento humano, era necesario abandonar este
camino e intentar llegar a una comprensión general del Universo y concentrarse
en las pequeñas, más mundanas tareas de coleccionar, elaborar y nivelar un
conjunto de hechos individuales, de verificar las teorías particulares',
mediante la experimentación, la definición...
Esta aproximación factual, experimental, empírica, permitió un enorme
avance del pensamiento humano y la ciencia. Las investigaciones sobre los
fenómenos de la naturaleza se podían llevar ahora científicamente, analizando
cada problema particular y verificando cada conclusión.
Pero en esta evolución, en este nuevo estadio de desarrollo, la vieja
habilidad de tratar las cosas en su conexión, y no aisladamente, en su
movimiento y no estáticamente, en su vida y no en su muerte, se perdió.
Ese estrecho, empírico, modo de pensar que consecuentemente surgió se
llamó acercamiento metafísico y es el que todavía domina la moderna filosofía y
la ciencia capitalista. En política está reflejado en el famoso pragmatismo
"si funciona, debe ser correcto" y en el constante llamamiento a los
hechos, pero siempre aislados.
Pero los hechos no se seleccionan a sí mismos. Deben ser elegidos por
los hombres. El orden y la secuencia en que se les ordena, así como las
conclusiones que se obtienen de ellos, depende de las nociones preconcebidas
del individuo. Así, estos llamamientos a los hechos, a los que se supone de
acuerdo con una imparcialidad científica, suelen ser sólo una cortina de humo
para ocultar los prejuicios de los que los utilizan.
La Dialéctica no se ocupa sólo de los hechos, sino de los hechos en su
conexión, es decir, de procesos no sólo de ideas aisladas, sino de leyes; no
sólo de lo particular, sino de lo general.
El pensamiento dialéctico guarda la misma relación con la Metafísica que
la que guarda un fotograma de una película con la película en su conjunto. El
uno no contradice al otro, sino que lo complementa. De todas maneras, la más
certera y completa aproximación a la realidad está en la película.
Para la vida cotidiana y para cálculos sencillos, el pensamiento
metafísico o sentido común es suficiente. Pero tiene sus limitaciones y más
allá de éstas convierte la verdad en mentira. La principal pega de este tipo de
pensamiento es su incapacidad para comprender el movimiento y el desarrollo y
su repudio de toda contradicción. Sea como fuere, el movimiento y el cambio
implican contradicciones.
"Para el metafísico las cosas y sus imágenes en el pensamiento, los
conceptos, son objetos dados de una vez para siempre, aislados, uno tras otro y
sin necesidad de contemplar el otro, firmes, fijos y rígidos. El metafísico
piensa según rudas contraposiciones sin mediación: su lenguaje es «sí, si», y
«no, no», que todo lo que pasa de eso de mal espíritu procede. Para él, toda
cosa existe o no existe: una cosa no puede ser al mismo tiempo ella misma y
algo diferente. Lo positivo y lo negativo se excluyen lo uno a lo otro de un
modo absoluto; la causa y el efecto se encuentran del mismo modo en rígida
contraposición. Este modo de pensar nos resulta a primera vista muy plausible
porque es el del llamado sano sentido común. Pero el sano sentido común, por
apreciable compañero que sea en el doméstico dominio de sus cuatro paredes,
experimenta asombrosas aventuras en cuanto que se arriesga por el ancho mundo
de la investigación”. (Engels, Anti-Dúhring).
Para las cuestiones diarias, por ejemplo, es posible decir con un cierto
grado de certeza si un individuo, planta o animal está vivo o muerto. Pero es
mucho más complicado decir exactamente dónde está el límite a partir del cual
se puede hablar de vida independiente del feto en el vientre materno, y de
igual manera es imposible fijar el momento de la muerte porque la fisiología ha
demostrado que la muerte no es un suceso instantáneo, sino un proceso bastante
largo.
Como Heráclito advertía: "La misma cosa en nosotros vive y muere,
duerme y está despierta, es joven y vieja; cada una cambia su lugar y deviene
la otra. Nosotros entramos y no entramos en el mismo rió: estamos y no estamos.
Trotsky, en su En defensa del marxismo, caracterizaba la Dialéctica como
una ciencia de las formas de nuestro pensamiento en la medida en que no se
reduce a los problemas diarios, sino que intenta llegar a una comprensión de
los procesos más complicados y complejos:'
Comparaba la dialéctica y la lógica formal (la metafísica) con las
matemáticas superiores y las básicas. Aristóteles fue el primero que desarrolló
las leyes de la lógica formal, y su sistema lógico ha sido aceptado siempre
desde entonces por los metafísicos como el único método posible de pensamiento
científico:
"La lógica aristotélica del silogismo simple parte de la premisa de
que A es igual a A. Este postulado se acepta como un axioma para una cantidad
de acciones humanas prácticas y de generalizaciones elementales. Pero en
realidad A no es igual a A. Esto es fácil de demostrar si observamos estas dos
letras bajo una lente: son completamente diferentes. Pero, se podrá objetar,
no se trata del tamaño o de la forma de las letras, dado que ellas son
solamente símbolos de cantidades iguales, por ejemplo de un kilo de azúcar. La
objeción no es válida; en realidad un kilo de azúcar nunca es igual a un kilo
de azúcar: una balanza delicada descubriría siempre la diferencia. Nuevamente
se podría objetar: sin embargo un kilo de azúcar es igual a sí mismo. Tampoco
esto es verdad: todos los cuerpos cambian constantemente de peso, color, etc.
Nunca son iguales a sí mismos. Un sofista contestará que un kilo de azúcar es
igual a sí mismo 'en un momento dado'. Fuera del valor práctico extremadamente
dudoso de este axioma, tampoco soporta una crítica teórica. ¿Cómo concebimos
realmente la palabra 'momento'? Si se trata de un intervalo infinitesimal de
tiempo, entonces un kilo de azúcar está sometido durante el transcurso de ese
'momento' a cambios inevitables. ¿O este 'momento' es una abstracción
puramente matemática, es decir, cero tiempo? Pero todo existe en el tiempo y la
existencia misma es un proceso ininterrumpido de transformación; el tiempo es
en consecuencia un elemento fundamental de la existencia. De este modo el
axioma A es igual a A, significa que una cosa es igual a sí misma si no cambia,
es decir, si no existe.
A primera vista, podría parecer que estas sutilezas son inútiles: En
realidad tienen decisiva importancia. El axioma A es igual a A, es a un mismo
tiempo punto de partida de todos nuestros conocimientos y punto de partida de
todos los errores de nuestros conocimientos. Sólo dentro de ciertos límites se
lo puede utilizar con uniformidad. Si los cambios cualitativos que se producen
en A carecen de importancia para la cuestión que tenemos entre manos, entonces
podremos presumir que A es igual a A. Este es, por ejemplo, el modo con que
vendedor y comprador consideran un kilo de azúcar. De la misma manera
consideramos la temperatura del sol. Hasta hace poco considerábamos de la misma
manera el valor adquisitivo del dólar. Pero cuando los cambios cuantitativos
sobrepasan ciertos límites se convierten en cambios cualitativos. Un kilo de
azúcar sometido a la acción del agua o del queroseno deja de ser un kilo de
azúcar. Un dólar en manos de un presidente deja de ser un dólar. Determinar en
el momento preciso, el punto crítico, en que la cantidad se transforma en
calidad, es una de las tareas más difíciles e importantes en todas las esferas
del conocimiento, incluso de la sociología." Trotsky, (En defensa del
marxismo).
Hegel.
El viejo método dialéctico de razonar, que había caído en desuso desde
los tiempos medievales, fue revivido a principios del siglo XIX por el gran
filósofo alemán Hegel. Hegel, una de las más enciclopédicas mentes de su
tiempo, sometió las afirmaciones de la lógica formal a una detallada crítica,
y demostró sus limitaciones y su manera estrecha y unilateral de ver las cosas.
Hegel realizó el primer análisis completo de las leyes de la Dialéctica.
"La idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente
casi en su integridad en la conciencia social, pero no a través de la
filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la
formularon Marx y Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de
contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que parece
repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta
(la 'negación de la negación'); un desarrollo que no discurre en línea recta,
sino en espiral, por decirlo así; un desarrollo a saltos, a través de
catástrofes y de revoluciones, que son otras tantas 'interrupciones en el
proceso gradual', otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad;
impulsos internos del desarrollo originados por la contradicción, por el choque
de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo o
en los límites de un fenómeno en concreto, o en el seno de una sociedad dada;
interdependencia e íntima e inseparable concatenación de todos los aspectos de
cada fenómeno (con la particularidad de que la historia pone constantemente de
manifiesto aspectos nuevos), concatenación que ofrece un proceso único y
mundial del movimiento, con sus leyes; tales son algunos rasgos de la
dialéctica, doctrina del desarrollo mucho más compleja y rica que la teoría
corriente." (Lenin, Carlos Marx).
"Esta nueva filosofía alemana tuvo su culminación en el sistema
hegeliano, en el que por vez primera -y esto es su gran mérito- se exponía
conceptualmente todo el mundo natural, histórico y espiritual como un proceso,
es decir, como algo en constante movimiento, modificación, transformación y
evolución, al mismo tiempo que se hacía el intento de descubrir en ese
movimiento y esa evolución la conexión interna del todo. Desde este punto de
vista, la historia de la humanidad dejó de parecer una intrincada confusión de
violencias sin sentido, todas igualmente recusables por el tribunal de la razón
filosófica ya madura, y cuyo más digno destino es ser olvidadas lo antes
posible, para presentarse como el proceso evolutivo de la humanidad misma,
convirtiéndose en la tarea del pensamiento el seguir la marcha gradual, progresiva,
de ese proceso por todos sus retorcidos caminos, y mostrar su interna legalidad
a través de todas las aparentes casualidades”. (Engels, Anti-Dühring).
Hegel planteó el problema brillantemente, pero le fue imposible
resolverlo por sus prejuicios idealistas. A pesar de su visión mística, la
filosofía de Hegel ya aplicaba las más importantes leyes de la Dialéctica.
1.- Transición
de la cantidad a la calidad y viceversa.
"A pesar de toda posible lentitud, sea cual
fuere la continuidad progresiva, la transición de una forma de movimiento a
otra es siempre un salto, un cambio decisivo:' Engels, Anti-Düring.
2,- La
idea de cambio y de evolución se acepta hoy generalmente, pero las formas por
las que los cambios se producen en la naturaleza y en la sociedad sólo han sido
explicadas por la Dialéctica marxista. La visión, bastante común, de la evolución
como desarrollo pacífico e ininterrumpido es; a la vez, parcial y falsa. En
política, es la teoría gradualista del cambio social, la base teórica del
reformismo.
3.- Hegel
desarrolló la idea de una línea nodal en la que en un punto definido, los
aumentos o disminuciones puramente cuantitativos, dan lugar a un salto cualitativo:
Por ejemplo en el caso del agua calentándose, donde el punto de ebullición y de
congelación son los puntos donde bajo una presión normal el salto a un nuevo
estado tiene lugar y donde, por tanto, la cantidad se transforma en calidad.
4.- Así,
en el ejemplo citado, las transformaciones del agua (líquido) a vapor (gas) o
hielo (sólido) no ocurre con una evaporación o congelación gradual, sino de repente,
a una determinada temperatura ((0)º, lOOº )'. El efecto acumulativo de los
numerosos cambios de la velocidad de las moléculas produce eventualmente un
cambio de estado (cantidad en calidad).
5.- Se
pueden poner miles de ejemplos, de todas las ramas de la ciencia, de la sociología
e incluso de la vida cotidiana (por ejemplo, el punto en el que al añadir más
sal cambia la sopa de algo exquisito en algo incomestible).
6.- La
línea nodal hegeliana de medir el cambio y la ley de transición de cantidad en
calidad y viceversa, son de esencial importancia no sólo para la ciencia (donde
como en otras leyes dialécticas, son usadas inconscientemente por los
científicos que no son conscientemente dialécticos), sino sobre todo en un
análisis de la historia, de la sociedad y del movimiento de la clase obrera.
Unidad y lucha de contrarios.
“El sentido común metafísico pretende por
un lado eliminar la contradicción en el pensamiento y la revolución en la
evolución y, por otro, probar que todas las ideas y fuerzas opuestas son
mutuamente excluyentes. Pero encontramos, bajo un examen más concienzudo, que
"los dos polos de una contraposición, como positivo y negativo, son tan
inseparables el uno del otro como contrapuestos el uno al otro, y que a pesar
de toda su contraposición se interpenetran el uno al otro; también descubrimos que
causa y efecto son representaciones que no tienen validez como tales, sino en
la aplicación a cada caso particular, y que se funden en cuanto contemplamos el
caso particular en su conexión general con el todo del mundo, y se disuelven en
la concepción de la alteración universal, en la cual las causas y los efectos
cambian constantemente de lugar, y lo que ahora o aquí es efecto, allí o entonces
es causa, y viceversa:” (Engels, Anti-Dúring).
"La dialéctica es la ciencia de las concatenaciones, en contraste
con la metafísica que trata los fenómenos separados. La dialéctica pretende
descubrir las incontables transiciones, causas y efectos que actúan juntos en
el universo. La primera tarea de un análisis dialéctico es, por tanto, resaltar
la necesaria conexión objetiva de todos los aspectos, fuerzas, tendencias... de
la esfera dada de un fenómeno:” (Lenin, Apuntes Filosóficos).
La dialéctica se acerca a un fenómeno dado desde el punto de vista de su
desarrollo, su propio movimiento y vida: cómo surge y cómo muere; considerando
también las contradictorias tendencias y aspectos internos de este fenómeno.
El movimiento es el modo de existencia de todo el universo material. La
energía y la materia son inseparables. Aún más, el movimiento no nace de la
nada, sino como manifestación de tensiones internas que son inseparables no
sólo de la vida, sino también de todas las formas de la materia. El desarrollo
y el cambio tienen lugar a través de contradicciones internas. Así, el análisis
dialéctico empieza descubriendo mediante una investigación empírica las
contradicciones que dan lugar al desarrollo y al cambio.
Desde un punto de vista dialéctico todos los polos opuestos son
parciales e incluso inadecuados, incluyendo la contradicción entre verdad y
error. El marxismo no acepta la existencia de ninguna verdad eterna. Todas las
verdades y errores son relativos. Lo que es verdad en un momento y en unas
circunstancias, se vuelve falso en otro: verdad y error pasan de ser uno a ser
el otro.
En este sentido, el progreso del conocimiento y la ciencia no se produce
con la mera negación de teorías incorrectas. Todas las teorías son relativas,
abarcando un lado de la sociedad. Al principio se les atribuye la validez y
posibilidad de aplicación universal. Es verdad. Pero, al cabo de cierto tiempo,
se encuentran deficiencias en la teoría: No es aplicable a todas las
circunstancias, se encuentran excepciones a la regla general. Estas
excepciones tienen que ser explicadas y, de nuevo, en otro momento, se
desarrollan nuevas teorías que puedan abarcar también las excepciones. Pero las
nuevas teorías no sólo niegan las viejas, sino que las incorporan a ellas
mismas bajo una nueva forma.
Sólo podemos excluir las contradicciones si miramos objetos faltos de
vida, quietos o individualmente uno encima del otro, es decir,
metafísicamente. Pero tan pronto como consideramos las cosas en su movimiento
y cambio, en su vida, su interdependencia mutua y su interacción, nos
encontramos con una serie de contradicciones.
El movimiento mismo es una contradicción. El cambio físico de un objeto
de lugar sólo tiene sentido si admitimos que ese cuerpo está en un lugar y al
mismo tiempo en otro lugar.
Con la vida pasa lo mismo. Es una contradicción entre "ser en cada
momento uno mismo y otro diferente" (Engels, Anti-Dúhring).
El ser vivo absorbe constantemente sustancias que le rodean, las
asimila, y a la vez otras partes del cuerpo se desintegran y son expulsadas del
mismo. En el mundo de la naturaleza orgánica ocurren también estas constantes
transformaciones. Por ejemplo: una piedra se va desintegrando bajo la presión
de los elementos; como consecuencia de esto, podemos decir que todas las cosas
son constantemente ellas mismas y otras distintas en el mismo momento.
Por esto, el deseo de eliminar las contradicciones es el deseo de
eliminar la realidad.
Negación de la negación.
"¿Qué es pues la negación de la negación? Es una ley muy general, y
por ello mismo de efectos muy amplios e importantes, de desarrollo de la
naturaleza, la historia y el pensamiento; una ley que, como hemos visto, se
manifiesta en el mundo animal y vegetal, en la geología, en las matemáticas, en
la historia, en la filosofía… “ (Engels, Anti-Dühring).
Esta ley, cuyo funcionamiento en la naturaleza fue observada con mucha
anterioridad a su redacción, fue elaborada por primera vez y, muy claramente
por Hegel; quien dio un gran número de ejemplos concretos, que se reiteran en
el Anti-Düring.
La ley de la negación de la negación se ocupa de la naturaleza del
desarrollo a través de una serie de contradicciones que, aparentemente, anulan,
niegan una forma de existencia, un hecho o una teoría anterior, para
posteriormente a su vez, ser también negadas. El movimiento, el cambio, el
desarrollo... se mueven de esta manera,
a través de una serie ininterrumpida de negaciones.
De todas formas, la negación en un sentido dialéctico no significa
simplemente decir que no, porque en el estadio anterior es a la vez vencida y
preservada. Negación, en este sentido, es a la vez un acto positivo y
negativo.
Hegel da un ejemplo muy simple en su libro Fenomenológica de la mente:
El capullo [de una flor] desaparece cuando los pétalos florecen y podríamos
decir que la forma original es negada por la posterior; en el mismo sentido,
cuando surge la fruta, la flor (pétalos, estambres...) puede ser explicada como
una falsa forma de la existencia de la planta para que la fruta aparezca como
su propia naturaleza en lugar de la flor. Estas etapas no son meramente
autodiferenciadas, sino que se complementan las unas a las otras, siendo
incompatibles las unas con las otras. Pero la actividad incesante inherente a
su propia naturaleza hace que haya momentos de unidad orgánica en los que no
simplemente se contradicen unas a otras, sino que son tan necesarias como las
otras; y esta necesaria igualdad de todos los momentos, constituye por sí sola
y, por tanto, la vida del proceso global".
En este proceso de auto/anulación sin fin, la desaparición de ciertas formas
y la aparición de otras, un modelo que surge frecuentemente parece ser
una simple repetición de formas, sucesos y teorías ya dejados atrás. Así, en
una frase hecha, cuando dicen "la historia se repite a si misma",
los reaccionarios historiadores burgueses intentan probar que la historia misma
no es nada más qué una repetición del pasado sin ningún sentido; es decir, que
la historia es un círculo sin fin.
La Dialéctica, por el contrario, separa dentro de esto que parecen
repeticiones un desarrollo actual de lo inferior a lo superior, una evolución
en la cual una forma se puede repetir a si misma, pero a un nivel superior,
enriquecida por los desarrollos anteriores.
Esto se puede ver aún más claro en el proceso de desarrollo de las ideas
humanas. Hegel ya enseñaba como la filosofía se desarrollaba a través de
contradicciones: una escuela del pensamiento negando la otra, pero absorbiendo
simultáneamente las viejas teorías dentro de su propio sistema de pensamiento.
Lo mismo pasa con el desarrollo de la ciencia. Los alquimistas de la
Edad Media intentaban encontrar la piedra filosofal que podría cambiar,
decían, los metales normales en oro. Debido al bajo nivel de las fuerzas
productivas, y a la falta de una verdadera técnica, estos tempranos intentos de
transmutación de los elementos eran en realidad una fantasía utópica. Pero, en
el proceso de estos vanos intentos, los alquimistas actuales descubrieron gran
número de hechos válidos acerca del aparato químico y experimental que más
tarde sirvió de base a la química moderna.
Con el ascenso del capitalismo, la industria y la técnica, la química
llegó a ser una ciencia que rechazó estos intentos locos de transmutación de
los elementos, que de esta manera fueron negados y rechazados. Sin embargo,
todo lo que de válido y científico tenían los descubrimientos de la vieja alquimia se guardaron en la nueva, que
mantenía que los elementos eran inmutables y no podían ser transformados el
uno por el otro.
El siglo XX ha contemplado la revolución de la ciencia y de la técnica
con el descubrimiento de la física nuclear, por medio de la cual, hoy en día,
un elemento puede ser transformado en otro. De hecho, teóricamente, sería
posible transformar el cobre en oro en la actualidad, pero el proceso sería
tan caro que no sé podría justificar económicamente. Así, este particular
proceso parece haber dado una vuelta completa:
A.- Transmutación de elementos.
B.- No
transmutación de elementos.
C.-
Transmutación de elementos.
Pero la refutación es sólo aparente. En realidad, la ciencia moderna,
que en un sentido ha vuelto a la idea de los antiguos alquimistas, incluye
dentro de si misma todos los enormes descubrimientos de los siglos XVIII y XIX
en todo lo referente a la ciencia. Así, una generación se apoya en las espaldas
de otra. Ideas que aparentemente han sido desacreditadas o negadas hacen su
reaparición, pero a un nivel superior, enriquecidas por las nuevas
experiencias y descubrimientos.
La dialéctica se basa en el determinismo. Aparentes accidentes nacen
sólo como resultado de una más profunda necesidad.
Historiadores superficiales han escrito que la Primera Guerra Mundial
fue causada por el asesinato del príncipe de la corona. Francisco José 1º, en
Sarajevo. Para un marxista este suceso fue un accidente histórico, en el
sentido de que este suceso casual sirvió de pretexto o catalizador para el
conflicto mundial, que ya se había hecho inevitable por las contradicciones
económicas, políticas y militares del imperialismo. Si el asesino hubiese
errado, o si el príncipe nunca hubiera nacido, la guerra hubiese tenido lugar
también en base a cualquier otro pretexto diplomático. La necesidad se hubiera
expresado a través de un accidente diferente.
Todo lo que existe, existe por necesidad. Pero, de la misma forma, todo
lo que existe está condenado a perecer, a ser transformado en otra cosa. Así,
lo que es necesario en un momento y lugar se hace innecesario en otro. Todas
las cosas contienen su opuesto, que está destinado a sustituirle y negarle.
Esto es válido tanto para las cosas vivientes individuales, como para las
sociedades.
Todo tipo de sociedad humana existe porque es necesaria en el momento
dado en que se impone:
"Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen
todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas
y más altas relaciones de producción antes de que las condiciones materiales
para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por
eso, la humanidad se propone siempre únicamente los objetivos que puede
alcanzar, pues, bien miradas las cosas, vemos siempre que estos objetivos sólo
brotan cuando ya se dan, o por lo menos se están gestando las condiciones materiales
para su realización:” (Marx, prefacio de la Contribución a la Critica de la
Economía Política).
La esclavitud, en su momento, representó un enorme paso adelante con
respecto a la barbarie. Era un estadio necesario en el desarrollo de las
fuerzas productivas, de la cultura y de la sociedad humana. Como Hegel
planteaba: "No es tanto desde la esclavitud, como a través de la misma,
como el hombre se hizo libre".
De la misma forma, el capitalismo era, en un principio, necesario y un
estadio progresivo en la sociedad humana. Pero, al igual que la esclavitud, el
comunismo primitivo y el feudalismo, el capitalismo hace tiempo que ha dejado
de representar un sistema social progresista y necesario. Se ha basado en las
profundas contradicciones que llevaba en sí y está condenado a ser vencido por
las nacientes fuerzas del socialismo, representadas por el proletariado
moderno.
La propiedad privada de los medios de producción y el Estado nacional,
los puntos básicos de la sociedad capitalista que en su momento significaron un
gran paso adelante, en la actualidad sólo sirven para impedir el desarrollo de
las fuerzas productivas amenazan todos los avances hechos durante siglos por el
desarrollo de la sociedad humana.
El capitalismo, hoy, es un sistema totalmente degenerado y decrépito que
debe ser superado y reemplazado por su opuesto, el socialismo, si la cultura
humana quiere sobrevivir.
El marxismo es determinista, pero no fatalista, porque la superación de
las contradicciones en la sociedad sólo puede ser alcanzada por los hombres y
mujeres que luchen conscientemente por la transformación de la sociedad. Esta
lucha de clases no está predeterminada. Que tenga éxito, depende de muchos
factores y una clase progresista y en ascenso, como es el proletariado, tiene
muchas ventajas sobre las viejas y decrépitas fuerzas de la reacción.
Pero, en última instancia, el resultado debe depender de cuál de los dos
bandos, tiene la más firme determinación, la mejor organización y la más
especializada y resuelta dirección. La filosofía marxista es, por tanto, una
guía para la acción.
"Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diversas
maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo" (Marx, Tesis sobre
Feuerbach).
La victoria del socialismo marcará un estadio nuevo y cualitativamente
diferente de la historia humana. Para ser más exactos, marcará el fin de la
prehistoria de la raza humana y el inicio de la verdadera historia.
Por otro lado, el socialismo representa una vuelta a la más antigua
forma de sociedad humana -el comunismo tribal- pero a un nivel muy superior,
basado en los enormes avances de miles de años, que es lo que ha durado la
sociedad dividida en clases.
La economía de la superabundancia hará posible la planificación
socialista de la industria, de la ciencia y de la técnica desarrollada por el
capitalismo en todo el mundo.
Esto, hará de una vez y para siempre que la distinción entre el trabajo
manual y el intelectual, entre la ciudad y el campo, carezcan de sentido y que
la lucha de clases bárbara y sin sentido acabe, permitiendo al fin a la raza
humana dedicar sus fuerzas a la conquista de la naturaleza; es decir, y usando
la famosa frase de Engels: “”La humanidad saltará del reino de la necesidad al
reino de la libertad."”
FUNDACIÓN DE ESTUDIOS SOCIALISTAS “FEDERICO
ENGELS”.
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Índice de nombres:
Aristóteles. (Filósofo griego del siglo IV antes de nuestra era). Aristóteles
asistió a las lecciones impartidas por Platón. Pero revisó las teorías de
este filósofo profundamente idealista.
El realismo de Aristóteles es pues lo contrario del ''realismo de las
ideas'' de Platón, es un realismo de los objetos del mundo sensible.
Aristóteles dijo: ''Cada cual puede pensar silo desea, pero el sentir no
depende de uno: para ello es indispensable que exista el objeto
sentido''.
Aristóteles fue materialista, acusado de
''impiedad'' y perseguido por las autoridades de su tiempo.
Enmanuel Kant. (Filósofo alemán, 1724-1804).
''La teoría kantiana que explica la constitución
de todos los cuerpos celestes actualmente existentes por la rotación de masas
nebulosas, ha sido el mayor progreso efectuado por la astronomía desde
Copérnico.'' (Engels).
Francis Bacon. (Londres, 1561-1626). Filósofo materialista que propugnó
el ''sometimiento a los hechos'': ''Sobre la naturaleza sólo se triunfa
obedeciéndola''. La experimentación convierte al hombre en ''el intérprete de
la naturaleza''. Filósofo materialista mecanicista.
Galileo. (1564-1642). Desarrolló el método experimental. Desarrolló
asimismo las doctrinas de Copérnico, lo que le valió el enfrentamiento con la
Iglesia. La Inquisición lo condenó en 1633. Fue obligado a abjurar de su doctrina
totalmente científica postrado de rodillas. Al levantarse, golpeó con el pie
el suelo y dijo ''E pur si mueve'' (¡Y sin embargo se mueve!).
George Hegel. (1770-1831). Desarrolló las leyes de la dialéctica, pero
a la vez filósofo idealista. Mar dijo que ''el hecho de que la dialéctica sufra
en manos de Hegel una alteración, no obsta para que este filósofo fuese el
primero que supo exponer de un modo amplío y consciente sus formas generales
del movimiento. Lo que ocurre es que en él la dialéctica aparece patas arriba.
No hay más que invertirla y enseguida se des-cubre bajo la corteza mística la
semilla racional''.
Heráclito. (Filósofo griego, 540-480 a.n.e.)
''El mundo es uno y no ha sido creado por
ningún dios, ni por ningún hombre, sino que ha sido, es y será un fuego
eternamente vivo que arde según una ley, se apaga según una ley''. Se le ha
considerado como el primer inspirador de la dialéctica.
Isaac Newton. (1642-1727). Inventor del cálculo infinitesimal y la
teoría de la gravitación universal. Sus descubrimientos en el terreno de las
ciencias naturales contribuyeron a hacer posible más adelante el materialismo
dialéctico.
John Locke. (1632-1704). ''Todo conocimiento, incluso el abstracto, es
adquirido y se basa en la experiencia.'' Uno de los principales pensadores
del materialismo mecanicista inglés de siglo XVII.
Ludwig Feuerbach. (1804-1872). Perteneció a los jóvenes hegelianos de
izquierda. Criticó la filosofía de Hegel. Marx calificó el materialismo de
Feuerbach como materialismo contemplativo, y Engels dijo de él que era ''mitad
idealista, mitad materialista''.
Platón. (Filósofo griego, 427-347 a.n.e.). Filósofo idealista. Toda su obra está
re-corrida por la idea de un valor absoluto.
Tomas Hobbes. (1588-1679. Según Hobbes, toda sustancia es corporal y
todos los fenómenos se reducen a movimientos mecánicos. Materialista
mecanicista, niega la existencia del alma.
Zenón de Elea. (Filósofo griego, 490 a.n.e.)
Aristóteles le llamó ''padré de la dialéctica''.
Célebre por las famosas premisas (aporias) según las cuales Aquiles jamás
alcanzaría a la tortuga o la flecha jamás llega al final de su trayectoria,
con las que trataba de negar la existencia del movimiento.
Algunos conceptos filosóficos:
Axioma: Proposición evidente que se admite sin demostración. Un
principio del que se parte.
Silogismo: Un razonamiento en el que la conclusión deriva necesariamente
de la posición de las premisas.
Si ''hombre'' implica ''mortal''.
Si ''Manolo'' es un ''hombre'', la conclusión es clara: Manolo'' es
''mortal''.
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