No todo es “prensa canalla” sino que existen
periodistas eminentemente combativos reflejando la realidad social,
investigando la podredumbre de las Cloacas del Estado e intentando sacar a la
luz la verdad, lleven los personajes “Corona de Oro” o de “Espinas”.
Mientras que por otra parte hay empresas
mercachifles de noticias que se han convertido en maquinaria de guerra
ideológica capitalista putrefacta y degenerada, lo que significa una delación y
un fracaso.
El pasado sábado 6 de marzo, en el programa La Sexta
Noche, tras un largo espacio de tiempo informando científicamente sobre
Sanidad, el Virus, las Vacunas, y demás pormenores de la Pandemia, llevado a
cabo por un grupo de excelentes científicos sanitarios, moderado por el
presentador Iñaki López, se pasó
pantalla a la Tertulia Política, que cada vez está más polarizada y con
tensiones entre la bancada de Derechas y la de Izquierdas.
En la parte derecha de la pantalla aparecen los
“fijos de plantilla” como Paco Marhuenda, que dirige La Razón, tertuliano
periodista y ex-militante de UCD que luego fue del PP donde llegó a ser miembro
del equipo asesor de Mariano Rajoy, por lo que defiende al PP y a las Derechas
“con RAZÓN o sin ella”.
Aparece también Eduardo Inda, que fundó
OkDiario.es, tras dejar El Mundo y
“también fijo de plantilla” como tertuliano de la Sexta Noche, muy virulento y
lenguaraz contra las izquierdas en general, pero con ataques constantes contra
el Gobierno y su parte más de izquierda, entrando a veces con poca educación en
el debate con ataques furibundos a Pablo Iglesias, demostrando un cierto odio
de clase.
Maria Claver cierra el equipo “fijo de plantilla”,
muy de derechas y lenguaraz que no deja hablar a nadie sin meter su lengua,
colaboradora en su carrera política con empresas periodísticas como Libertad
Digital, Es.Radio y con el ultra Jiménez Losantos. El cuarto componente de las
derechas es interino que cambia la empresa cuando le parece oportuno.
En la bancada de la Izquierda aparece la periodista
Angélica Rubio, que fue asistente personal de prensa del Presidente Rodríguez
Zapatero. Dirige ahora El Plural, (sustituyendo a Enric Sopena), prensa de ideología socialdemócrata y en más
de un programa ha tenido fuertes encontronazos verbales con Inda y los demás
derechistas.
En esta bancada de la izquierda, no existen “fijos
de plantilla”, habiendo rotado periodistas tertulianos como Antonio Maestre,
Ignacio Escolar, Jesús Marañas, Elisa Beni, etc., personas honestas y
combativas contra las mentiras y la demagogia que emplean las derechas.
Profundizaremos seguidamente en un análisis crítico
sobre el incremento de la polarización que se expresa también en los medios de
comunicación.
Surgen con gran impulso, nuevos estilos de la comunicación con conciencia transformadora
que están intentando hacer avanzar la sociedad en su conjunto hacia la
igualdad, creciente en redes sociales,
con merma de la prensa clásica reaccionaria que conservan el papel como:
ABC, El Mundo, La Razón, OkDiario, Libertad Digital, La Vanguardia, El Confidencial, el País,
etc., En la Izquierda podemos leer:
ElDiario.es, Público.es, ElMilitante.net, ElPlural.com, Infolibre.es,
Kaosenlared.net, Luchadeclases.org, anticapitalistas.org, etc.
La clase burguesa dominante tiene en su poder la
mayoría de grandes medios de Prensa, Radio y TV, que dominan a su antojo,
pero manipule o no los hilos de la
información, la lucha de clases no se detiene en la puerta de los periódicos de
derechas, la mayoría propiedad del capital pero cada vez más mediocres,
corruptos y serviles, pues la batalla contra las Redes Sociales la están
perdiendo.
El PP es un partido condenado por corrupción que se
ha mantenido dopado por las mordidas empresariales, siendo juzgado por cientos y cientos de casos
de “presunta corrupción”.
La derecha mediática, al servicio de la “voz de su
amo”, parten de la función distorsionada de la realidad, pues lo que debiera
servir para informar verazmente a la sociedad, lo han convertido, comprando a
plumillas canallas, en un negocio que a su vez sirve para “alienar la mente de
las masas”.
Muchas empresas de la información manejadas por la
burguesía dominante, se valen de periodistas apoltronados, como los que salen
en la Sexta los sábados noche, expresando su legítima “opinión”, pero a
veces, vendiéndola como “información”,
lo cual es mercadería desleal y caprichosa, prostituyendo el auténtico trabajo
periodístico.
Reina en la mente de algunos editores, ese método perverso de una “información
deformada”, con el objetivo de utilizar su prestigio de periodistas como un
arte, pero son “mercenarios” al comprar y vender su pluma al mejor postor.
Han asumido el peregrino criterio que es útil para
los partidos de derechas, con cuya ideología comulgan, que no les importa hacer
el ridículo, mercadeando la sinceridad, camuflándola con falacias y recurriendo
a la demagogia más vil para adular a los partidos burgueses y a los ricos,
insistiendo en su “falsa objetividad” y en el “sentido común”, que como bien
sabemos, no es más que el “sentido común” entre la clase dominante burguesa.
Esos jefazos de la prensa actúan con mucho descaro,
pero algunos redactores a sus órdenes,
muchas veces sufren sus imposiciones,
estando ese noble oficio cada vez más
deformado y esclavizado, con personas explotadas y mal pagadas que se
ven obligadas a violar su conciencia sobre la realidad tanto en aspectos
individuales como colectivos, porque se les exige por el patrón/editor, renegar
de la realidad, sobre todo sobre la lucha entre clases.
Potentes empresas periodísticas tratan a sus trabajadores
como mercancía barata, con salarios de miseria, sometidos a las feroces leyes
de la lógica capitalista de abaratar costes y aumentar sus beneficios, que está
llevando el costo de reproducción de la mano de obra en general, por debajo del
mínimo límite de supervivencia.
Ocurre también en otros sectores esa realidad que
genera la vida, cultural, artística, social, económica, política y
medioambiental, pero más temprano que
tarde las masas intentarán recuperar lo que les roban, a partir de la lucha
entre clases que es el motor de la historia, que no debiera ser ignorada por
esas maniobras “mercantilistas” que
confunden y pervierten los intereses del capitalista y de la clase
trabajadora, dando de matute “opiniones engañosas” a la ciudadanía, ofreciéndolas
como información veraz.
La sociedad está dividida en clases, pero la
ciudadanía está cada vez más formada e indignada y además de requerir análisis
científicos, también requiere capacidad de relato clarificador, emancipador,
creativo y veraz.
La izquierda debe empujar para que la información
contribuya a elevar el nivel de conciencia social y que también esté orientada
a contribuir a la expansión del nivel de conciencia
democrática y colectiva incluso aportando conocimiento para resolver problemas
sociales e individuales, mientras la derecha empuja en sentido contrario.
La información periodística, además de ser una
praxis ética cotidiana en una democracia,
debería también ser un trabajo analítico y tener utilidad como trabajo organizador para transformar el mundo
al servicio de la sociedad.
Personas honestas y valientes lo han venido haciendo
así, durante la historia, poniendo su
vida en peligro como reporteros de
guerra, investigando la corrupción, o sufriendo cárcel y represalias, sobre
todo en la Dictadura de Franco que la derechas reaccionarias del PP y la
ultraderecha de VOX se niegan a condenar.
Vemos con estupor que se viven desfalcos informativos
similares a desfalcos bancarios, en contra del sentido común que humilla a la
inteligencia de la ciudadanía honesta y a los asalariados de la información,
sometiéndolos a principios y fines empresariales corruptos, mediocres y a veces
delictivos.
Han salido a la luz arbitrariedades cometidas por
algunos grandes capos de la información. Por Ley debiera estar regulado, que en
las cabeceras de prensa se declarase la línea editorial, bien de centro, de
izquierda, de derecha, ecologista,
religiosa, científica o cualquier otra
materia, como ocurre en algunos países europeos avanzados.
Muchos
jóvenes periodistas (algunos no tan jóvenes) que no encuentran trabajo en los
grandes medios de comunicación, lo intentan en las Redes Sociales donde vemos
actuaciones heroicas que dignifican el trabajo periodístico como un reto social
grandioso, entendiendo perfectamente que no se resuelven problemas ocultándolos de manera gremialista, como ha
ocurrido durante años, con las
“anomalías” del Rey Juan Carlos I y sus “presuntos desfalcos reales”,
recibiendo un trato de cortesía, cuando lo que se debe contar es la verdad
aunque a algunos les duela.
Debemos
aplaudir la audacia y ética de algunas personas que entienden la profesión o el
oficio, como mecanismo para controlar esa política atascada en el pantano de la
corrupción y contra la guerra ideológica y mediática burguesa que está
colaborando con los corruptos,
perjudicando al pueblo trabajador cuyo grado de desigualdad se hace
insoportable.
Hay que
seguir denunciando y sacando información veraz, sea de la Corona, de la Banca,
de las Multinacionales o de la Prensa,
sean quienes sean, pues “la verdad es la verdad, la diga Agamenón o la
diga su porquero”, como dice el refrán.
Somos cada
vez más personas los que anhelamos dignificar la definición y la función de la
profesión periodística que comprende diversos factores.
Habría que
partir de una base concreta luchando contra el “trabajo alienante” y también
contra las condiciones de insalubridad ideológica extrema, que se desarrolla
bajo el capitalismo como cualquier otro sector de la sociedad.
Necesario
es dignificar el trabajo
periodístico que implica emprender, permanentemente, una revolución de la conciencia y la acción que fije a la
producción informativa su alma rebelde, su poder como herramienta emancipadora
de conciencias, que implica fortalecer el periodismo
combativo de izquierda, sus brújulas
y sus responsabilidades en el camino de la transformación de la sociedad.
Para ello es necesario unas exigencias programáticas,
organizativas y disciplinarias, que no pueden eludir la lucha de clases y cuya
praxis debe marchar al lado de las luchas emancipadoras de los trabajadores y
los sectores empobrecidos que sufren las consecuencias de esta brutal recesión
económico-sanitaria.
Necesitamos una lucha firme contra la corrupción,
con TOLERANCIA CERO, para evitar los saqueos a las arcas públicas, las mordidas
y favores del empresariado que compran a políticos y periodistas.
Hay que acabar con tanto robo de esos ladrones
de guante blanco que se refugian en la impunidad, favorecidos por la maraña legislativa
burguesa que les protege mediante largos procesos, cuyos delitos prescriben
tras 5, 10 y más largos años, demostrándose que esas leyes están pensadas
adrede para que la clase dominante pueda delinquir impunemente.
Aquella famosa frase del gremio periodístico que
dice que perro no come carne de perro, que es una aberración, debe ser
superada, porque existen dentelladas y navajazos de unos grupos editoriales
contra otros, siendo preciso desenmascarar a los corruptos.
Es intolerable que cualquier energúmeno
publique una Fake News, bulo o canallada que convenga a sus intereses o al
de sus “amos”, bajo cualquier método y medios, aunque se haga llamar periodista
a costa de degenerar la verdad que pertenece a los lectores que compran
prensa.
Urgente es frenar esas vilezas, necesitando
implicarnos en un desarrollo científico y político para conquistar un poder
profesional capaz de ponerse al servicio de la regeneración y la catarsis.
Aunque en una situación de desventaja, es lo
que están haciendo bastantes grupos de periodistas honestos, en redes sociales
o jugándose el tipo en defensa de un periodismo crítico, serio, de
investigación auténticamente ético.
Es muy necesario potenciar generaciones nuevas de
trabajadores del periodismo, emancipados de la lógica del mercado informativo
capitalista putrefacto, lo cual no es
nada fácil pero completamente necesario, como hacen grupos autogestionarios,
como El Militante, Libres y Combativas, Sindicato de Estudiantes, Sindicalistas
de Izquierda, Lucha de Clases, Público,
Diario 16 Mediterráneo, etc., que practican un periodismo valiente.
La ciudadanía que nos reclamamos de izquierdas
estamos asqueados por la desfachatez y la impunidad con que exhiben sus
ruindades los amos y sus vasallos
periodísticos de las derechas reaccionarias que en programas y tertulias
defienden a sus “amos” Capitalistas o a sus defensores como PP, C’s o Vox, en
vez de denunciar sus anomalías y renunciar a la
apología del franquismo.
En situaciones graves como las que sufrimos, cuando
la náusea nos sacude y la irracionalidad del mercado informativo se transmuta
en comando golpista y magnicida, las izquierdas debemos organizarnos de manera
más democrática, plural y combativa buscando la unidad y la acción estructurada
desde abajo como causa ética suprema, para frenar el fascismo que de nuevo
amenaza la convivencia.
En la actual situación dramática, donde se alían las mafias mediáticas formando
su ejército de periodistas “mercenarios”
que permanentemente bombardean con misiles de injurias y mentiras, a los
partidos de izquierdas y al Gobierno de Coalición, tachándole de “ilegítimo,
corrupto, bolivariano, comunista y terrorista”, con una ofensiva contra los trabajadores, los sindicatos y las
organizaciones sociales, debemos apoyar a los periódicos más combativos y de
izquierdas, para caminar hacia un frente riguroso en sus principios éticos,
adaptándolos cada cual en su organización, pero con el objetivo de sumarnos
abiertamente en un conjunto de todas las
fuerzas de la comunicación emancipadora, unidos y en defensa del resto de la
clase trabajadora.
No nos cansaremos de condenar la corrupción y su
causa principal, como es la lógica perversa del lucro privado del capitalismo,
que ellos la anteponen por encima del
bien común.
Sabemos que algunos voceros y voceras son verdaderos
títeres de la tiranía mafiocrática, que
son los que se complotan y defienden a la clase dominante en contra de los
intereses de la ciudadanía.
Eso es una
perversión antidemocrática intolerable, por lo
cual hay que continuar el combate para quitarles la careta de farsantes y
mercenarios, defendiendo la profesión, pero de un Periodismo Riguroso y Ético, dotándonos de las herramientas creativas de la
“información veraz y rigurosa” al servicio de un nuevo modelo de sociedad
basado en la Democracia Participativa y Ética para avanzar hacia el Socialismo
Científico por el bien de toda la Humanidad, pues la lucha por un mundo mejor
es ahora más necesaria que nunca.
EQUIPO DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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