El “naZionalismo económico” que reintrodujo Trump cuando ganó la
Presidencia de EEUU hace unos años, se
podría recrudecer, sobre todo si
volviese a revalidar su triunfo en las elecciones que se disputarán el próximo
día 3 de noviembre de este año, aunque parece que las encuestas le son
adversas.
Esa situación no estaría derivada por factores subjetivos ni
del carisma que puedan tener algunos dirigentes, consigan el triunfo del
Partido Republicano o del Partido Demócrata, sino que es una tendencia objetiva fruto de
los procesos que se dan en la economía, agravados por la descomposición del
modelo capitalista en esta recesión económica que continuará agravándose con
los efectos de la Pandemia del Covid-19.
La globalización de la economía ha sufrido un colapso
generalizado, siendo la causa principal la crisis estructural del capitalismo
que estaba llegando, mostrando las carencias
y decadencias de todos los países. Ha saltado por los aires este modelo
de propiedad privada de los medios de producción concentrados cada vez en menos
manos, que tiende al Monopolio, junto
con el cierre de las fronteras nacionales, lo que representan grandes obstáculos
para el desarrollo de las fuerzas productivas, que están al borde de un colapso
brutal.
La guerra comercial iniciada hace unos años entre los cuatro bloques
imperialistas, EEUU, China, Rusia y la U.E. con su eje enfocado entre la
disputa de las dos primeras, están representando una transformación cualitativa
en las relaciones mundiales que saldrán trastocadas y malparadas, por estas
disputas comerciales que podrían agudizar más la carrera bélica, alimentando
guerras cruentas latentes y otras nuevas, si continúan en el poder esos elementos
mafiosos que dominan las finanzas a través del complejo militar industrial que
es el brazo armado del Gobierno mundial en la sombra, que anteponen sus
beneficios a las vidas de las personas.
El conflicto comercial y
la Pandemia serán el frente de batalla en esta guerra mucho más profunda por la
hegemonía mundial, entre China que ya ha
desbancado a EEUU convirtiéndose en la primera potencia dominante, aunque esta
última no cederá tan fácilmente su posición, sin presentan una dura resistencia
que podría desestabilizar aún más la situación económica mundial, empujando a
las masas hacia la búsqueda del Socialismo, como necesidad imperiosa a la
agonía imperialista/capitalista.
De nuevo se fortalecerá la teoría del socialismo científico que
volverá a poner sobre la mesa la necesidad de una economía socialista
planificada y ello se deduce de la necesidad objetiva de ofrecer una
alternativa al capitalismo agónico en sus crisis y recesiones constantes (esta
recesión podría ser similar a la de los años 30), donde cada vez son más
profundas y virulentas, agudizando las desigualdades entre ricos y pobres,
entre la clase capitalista y la clase trabajadora, que ante la presión de la
desigualdad creciente, se podría ver lanzada a la lucha social por su
supervivencia.
El socialismo científico genuino y democrático no tiene nada que
ver con lo que hubo en la URSS bajo el régimen Estalinista, pues aquel modelo,
aunque era llamado por algunos de “socialismo real”, representaba una caricatura
burocrática y totalitaria del PARTIDO COMUNISTA DE LA UNIÓN SOVIÉTICA, donde la
democracia obrera estaba aplastada y en los últimos tiempos antes de su
derrumbe, el 3 % de la Nomenclatura Burocrática se apropiaba del 64 % del PIB,
donde no existía ni libertad de partidos ni sindicatos libres.
En China todavía existe el “Partido Comunista”, similar a lo que ocurría en la URSS, que sigue gobernando mediante una enorme red
de burócratas y un Ejército potente, hablando de “socialismo de mercado”, pero
en realidad, aquello es un modelo de Capitalismo de Estado, donde los derechos
democráticos están suprimidos y la clase trabajadora no goza de derechos sociales
básicos para poder controlar democráticamente a sus dirigentes.
Preciso es entender que las necesidades del socialismo
internacionalista se derivan de las actuales y futuras condiciones de este
capitalismo decrépito e inviable a largo plazo, que ha colapsado y podría entrar en agonía,
rompiéndose por los eslabones menos fuertes, aunque no se debe descartar que se
produzca en algún país avanzado.
En realidad lo que se está convirtiendo en una necesidad
imperiosa es que la clase trabajadora, que constituye la abrumadora MAYORÍA, se
organice mejor, nos unamos y luchemos juntos, aunque en corrientes y partidos
diversos, pero con el objetivo de hacernos cargo de la gestión de la economía,
para avanzar hacia un nuevo modelo de sociedad, planteando y consiguiendo,
cuando acumulemos las fuerzas suficientes y necesarias, la expropiación de los banqueros y sus enormes
monopolios, para movilizar y poner en acción el enorme potencial de producción que
existe, pero que se encuentra atascado por la recesión económico/pandémica
actual.
Para ello, tendremos que desarrollar y explorar apoyos
solidarios internacionalistas, en líneas de clase como movimiento obrero, para aplicar la forma más eficaz de resolver los
problemas sociales, económicos, políticos y culturales a los que tenemos que
hacerles frente desde las bases o desde los Gobiernos de Izquierdas que se
conquisten en el proceso de luchas sociales y democráticas.
Mientras más tiempo tardemos las izquierdas en retar a los
capitalistas, disputándoles el poder democrático del Estado, lo cual es
completamente necesario para liberar la agricultura, la industria, el comercio,
los servicios y demás sectores, con el objetivo de que puedan desarrollar todo
su potencial, sin las restricciones sofocantes de la camisa de fuerzas en la
que ha quedado anclado el capitalismo, más larga será la agonía de este modelo
injusto y más dificultades, miseria, paro, hambre e incluso sangre podría costar
a la población llevar a cabo la tarea transformadora que necesitamos.
Es preciso luchar por liberarnos y zafarnos de las dos mangas de
esa camisa de fuerza en la que ha quedado anclado este loco e injusto modelo de
los capitales, como son, por una parte la concentración cada vez en menos manos
de los grandes recursos productivos y riquezas, y por la otra, las fronteras
nacionales que impiden el libre desarrollo de los seres humanos y los productos
necesarios para una vida digna, condenados injustamente a una miseria creciente
en los países sometidos a las grandes potencias.
Pero una vez que estuviesen liberadas las fuerzas productivas de
esas limitaciones que las asfixian e inmovilizan, que lo que producen ahora es hambre, miseria, desolación, guerras y muertes
de millones de seres humanos, la sociedad de forma solidaria y con respeto
mutuo sería capaz de satisfacer en pocos años, todas las necesidades básicas de
la humanidad y a su vez, preparar el
camino para dar un salto gigantesco en la igualdad y el bienestar de toda la
humanidad, porque recursos hay de sobra, pero están cautivos en las 100
multinacionales que dominan el planeta.
La derechas reaccionarias, pero también muchos de los que se
llaman de centro, progresistas, e incluso algunos socialdemócratas,
socialistas, comunistas y anarquistas, que ahora se han vuelto monárquicos,
niegan en sus comentarios y acciones que pueda existir una alternativa al
capitalismo, pero están totalmente errados.
Con el Socialismo Científico y la Democracia Participativa se
podría ya dar, con el concurso de las
masas en acción, una Alternativa Económica (*) al sistema agónico y colapsado
del capitalismo mafioso y corrupto, planteando seriamente un nuevo sistema de
producción basado en cubrir las
necesidades de la mayoría, y NO para beneficio de unos cientos de
multinacionales donde “el 1% más rico de la población mundial posee más del
doble de riqueza que 6.900 millones de personas”. (Fuente:
Oxfam/es/cinco-datos-escandalos-sobre-desigualdad).
Mientras los ricos acumulan inmensas fortunas, los 7.700
millones de seres humanos que poblamos el planeta Tierra apenas pueden comer o
mueren en guerras de rapiña provocadas por los imperialistas; miles y miles de personas y aproximadamente
800 millones de niños y mayores viven en pobreza extrema. “Bajo el escenario de
referencia, calculamos que la Covid-19 sumirá a 71 millones de personas más en
la pobreza extrema, que se mide según la línea internacional de pobreza de USD
1,90 al día…”. (Fuente: blogs.worldbank/es/datos 8-6-20. Banco Mundial).
No puede haber un genuino socialismo sin democracia sana y plena
de la clase trabajadora, ni podrá haber una democracia verdadera sin un
socialismo donde el pueblo en su
conjunto pudiese ejercer el control democrático y la gestión de las palancas
claves de la economía de las principales fuerzas productivas.
Nos llaman utópicos cuando afirmamos desde nuestra corriente
Izquierda Socialista, que la clase
trabajadora bien organizada masivamente y bien dirigida, podría tomar el
control de su propio destino y gestionar la economía de una nueva sociedad en
base a la planificación democrática y científica de la producción.
Un nuevo modelo Socialista y Democrático podría reemplazar el
caos económico en el que hemos entrado y superar la anarquía, sustituyéndola
por la planificación armoniosa, que cambie la Dictadura de los Capitales de esa
minoría de parásitos, especuladores, evasores y ladrones, por la Democracia
Participativa, eligiendo a sus representantes, desde la empresa más pequeña
hasta la Jefatura del Estado, a base del
voto libre e igualitario de cada persona, para ejercer el control y dominio de
la MAYORIA de los que producen toda la riqueza de cualquier sociedad, que es la clase trabajadora organizada y no los
banqueros y grandes empresarios que se basan en fomentar la corrupción, el saqueo del Estado, la explotación y la
opresión.
Como venimos haciendo constantemente, invitamos a cada persona
que lea nuestros artículos del blog y que
esté interesada o interesado en la batalla para transformar esta sociedad, a
que se una a nosotros, o al partido de izquierda que prefiera, para comentar, criticar y discutir conjuntamente, las
PROPUESTAS PARA DEBATE (*) y mostrarnos
cuales son las diferencias y también los puntos comunes que nos unen, pero no
solamente en el plano teórico, sino para hacer lo posible para llevarlas a la
práctica, en base al método pacífico de la lucha entre clases, entre capital y
trabajo.
Si los trabajadores no participamos en la defensa de nuestros
intereses, no tendremos derecho a quejarnos si las Derechas nos los continúan arrebatando, por tanto, debemos pasar a la acción, pero es a través
del proceso de errores y aciertos, como encontraremos la manera dialéctica de
poder acabar con el divisionismo y confusión reinante y lograr avanzar hacia
una mejor claridad ideológica, dotándonos de más cohesión, más organización,
más unidad y más acción que están siendo muy necesarios para lograr la victoria
contra nuestros adversarios políticos de las derechas Trifachitas, ganándoles
en las urnas y en las calles, para demostrarles que sí existe una Alternativa, pero
que solo será posible cada vez con Más Socialismo, Más Democracia y Más
Acción.
ÁREA DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
(*) Si todavía no conoces el documento que estamos elaborando
democráticamente entre afiliados y simpatizantes y quieres conocerlo y
participar, te invitamos a solicitarlo
gratuitamente, poniendo en asunto: PROPUESTA PARA DEBATE.
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
.
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